Hola! Esta es mi primer historia… :S Me hubiera gustado que no fuera un yaoi, pero es lo que salió :P Espero sus opiniones y críticas! (constructivas por favor) Que lo disfruten!

DISCLAINER: los personajes pertenecen al creador de Shingeki No kyojin.
Si caes ten cuidado de lo que te recibe

Por orden del capitán Rivaille, su escuadrón debía limpiar exhaustivamente el castillo cada tres días (sin contar la limpieza habitual). Por desgracia para Levi, cada vez que se disponían a hacerlo debía tener con él a una persona que le ayudara con los lugares altos, y esta vez tocó el turno de Eren.
El joven debía cargar una pesada escalera a cada habitación para desempolvar los estantes altos (y en ocasiones también subía él para no dejar a Heichou como él único que necesitaba escaleras). Mientras Levi sacudía el aparador, lanzó el cuarto chistido desde que había empezado la jornada, y Eren comenzaba a fastidiarse.
-¿Acaso le molesta que sea yo quien lo acompañe?- dijo apenas.
Una de esas miradas mortales que solo el capitán sabía utilizar se clavó en Eren provocándole pánico, y por temor a una serie de golpes -que la experiencia le decía no iba a ser leve- soltó la escalera para cubrirse. Rivaille perdió el equilibrio y terminó cayendo junto con ésta.
-Auch…- Eren sintió además del terrible golpe un peso extra que apenas le permitió levantarse.
Continuaba quejándose cuando de pronto sintió una presión sobre la tela que lo protegía del polvo. Sobre sus labios se habían posado los del Capitán, quien no sin intención había caído sobre él e incluso había bajado su barbijo de tela.
Eren sintió, a pesar de los hilos finos que los separaba, que besaban su alma. El calor que aquella presión le provocaba era en cierto punto bastante agradable y le recorría no solo los labios, sino además todo el cuerpo.
- Ponte a limpiar, mocoso.
El despegue de los labios del capitán fue tan repentino que Eren no tuvo tiempo de reaccionar. La cabeza le daba vueltas y su corazón latía demasiado rápido.
-Eh… s-si señor…
-Tsch. No olvides poner en su lugar la escalera.- dijo el capitán mientras se retiraba.
Aun sin haberse levantado, Eren no alcanzaba a entender lo que había sucedido, El rojo cubrió su rostro y tocándose los labios creyó que podría quitarse aquel extraño hormigueo.

Durante la cena apenas si habló, estaba aturdido. Por momentos el centro de sus mirabas llegaban hasta el lugar donde se hallaba el capitán, y contemplaba por momentos la manera en que aquel cenaba como si jamás hubiera sucedido nada.
Así transcurrió la cena y llegó la hora de dormir. ¿Pero cómo hacerlo? Eren no podía olvidar aquel repentino beso y sus labios no conseguían alejar la sensación que había quedado. Además… quería una explicación.
Antes de que fuera consciente de lo que estaba haciendo, ya estaba en la puerta de la habitación de Rivaille, a punto de tocar. ¿Qué buscaba? ¿Acaso importaba lo sucedido? ¿No sería mejor dejar eso de lado y hacer de cuenta que nunca pasó?
-¿Qué haces aquí?- la espalda de Eren casi se congela.
-Aa-a-h.. eeh…. Yo señor… creí…creí q usted ya dormía… pero me equivoqué… porque usted está fuera de su habitación.- La mirada del Heichou solo mostraba indiferencia- aah… así que mejor me voy…
La mano del capitán pasó rozando su cintura, ante aquel mínimo tacto Eren cerró los ojos esperando un segundo beso. El clic del picaporte lo volvió a la realidad: el Heichou abrió la puerta y entró a la habitación.
-Tsch ¿Qué estás buscando, Eren? ya todos deben estar durmiendo, ¿y tú dices que viniste a ver si ya dormía?
- Es que… pensé que… pensé…- Levi lo tomó de la camisa y lo aventó bruscamente en el cuarto haciéndolo trastabillar. Una vez asegurada la puerta apagó la única vela de la habitación.
-Quiero dormir, y tu llegas en mitad de la noche, con tu cara de bobo y dices q has venido a asegurarte de que lo haga -se saca el pañuelo y lo lanza al piso.- entonces… ¿qué debo pensar que estás buscando?
-Eehh- se-señ-or…. Lo siento…volveré al sótano…
-Acuéstate.
El joven obedeció casi sin pensar. Lentamente se acercó el capitán a la cama, y se posicionó encima de Eren sin tocarlo.
-¿Por qué tiemblas Eren? -dijo paseando su mano por el cabello de éste- No pienso hacerte daño.
Levi empezó de a poco a desabotonar la camisa de Eren, y cuando le descubrió el torso se dedicó a mirarlo a los ojos, mientras lo recorría levemente con sus dedos, desde abajo. Apenas si lo rozaba, lo suficiente para dejar en él un ardor que no desaparecía.
Cuando llego de nuevo con sus manos al rostro, paso su índice por los labios del subordinado.
-Esta vez no hay tela, Eren.
-Lo se…. Señor.
Un adormecimiento precoz se apoderó de Eren. Ya podía sentir el cálido respiro de Rivaille y sus labios ya estaban listos para sentir nuevamente aquella rara pero excitante sensación. Sin notarlo empezaba a desearla.
-Cap…
El beso calló las palabras de Eren, y por cada segundo que pasaba la pasión empezaba a crecer, apenas se podría distinguir cuál de los dos era quien más lo deseaba. Una intensidad desbordante se apoderó de ambos, y ya no solo se trataba de un beso, las manos también formaban parte de aquel momento, y como si tuvieran vida propia empezaban a explorar cabello, nuca, espalda y torso. El capitán en cuanto pudo se deshizo de su camisa, sin soltar la boca de su prisionero. Un par de bocanadas de aire eran suficientes para dejar salir sus voces extinguidas.
En seco el capitán se detuvo.
-¿Q-que sucede? ¿Lo hago mal?- dijo Eren con una increíble inocencia.
Ante esto el capitán cubrió su rostro con su cabello para que Eren no viera su sonrojo ante la belleza tan pura que le dejó ver el menor.
-Niño… qué cosas dices… -desde el cuello Levi pasó su nariz- Hueles bien… Eren.
El capitán busco su mirada y aunque se acercó para besarlo se detuvo.
- Mañana como siempre será un día largo. Deberías dormir- el capitán se recostó y le dio la espalda.
Solo confusión había en la cabeza de Eren. Estaba por irse cuando escuchó:- Soy el primero en levantarse. Puedo despertarte mañana.
Sin quererlo Eren sonrió.-Sí señor.
Eren dio también la espalda. Desde el sótano no era posible ver la noche puesto que no había ventana y no quería desaprovechar la oportunidad para verla antes de dormir.
Los brazos del Heichou lo rodearon por la cintura, y aunque tuvo mucho miedo de no poder dormir por los nervios, finalmente acabó por descansar con tremenda dicha encima. El cuerpo cálido y seguro del capitán Rivaille pegado a él le resultó la cosa más maravillosa que sintió hasta esa ocasión.