Peter Van Pels estaba sumamente enojado y frustrado. Ana Frank, la chica que él amaba con locura y pasión, le estaba exigiendo con hartazgo que la deje libre de una maldita vez, diciéndole que ese chico Hello la quiere mucho más que él. Peter sabía obviamente que eso no era cierto, que él la amaba más que nadie en la tierra, pero si eso es lo que ella quería, entonces la dejaría libre, para que se vaya con él. "Si amas a alguien, déjalo ir" ese es el dicho, y este era el perfecto ejemplo. Pero antes de que ella se vaya para siempre a los brazos de ese chico, Peter le dijo que todavía la seguía queriendo, y que la iba a seguir queriendo por siempre. Pero bueno, si ella dice que el la quiere más, entonces la iba a dejar irse con él...a pesar de que a él le duele en el alma verla con otro hombre. Aunque, por otra parte, si ella es feliz...por más que sea con otro chico...él también es feliz, y en eso consiste el amor verdadero: estar feliz por el simple hecho de que esa persona especial también está feliz, aunque sea con otra persona, eso es lo de menos. Ella estaba feliz, y para Peter eso era suficiente. Le confeso que toda su vida había esperado encontrar a una chica que lo ame como él la amaba a ella, pero Ana se limitó a decirle que ya la iba a encontrar, y que sentía muchísimo no sentir lo mismo por él. Y Peter se estaba enojando otra vez...porque cada chica con la que el salió siempre terminaba rompiéndole el corazón y dejándolo solo y triste...entonces... ¿que se supone que debía hacer?...lo último que le pidió a Ana fue que le devuelva el caro anillo que le había regalado la semana pasado, y finalmente dejo que se vaya con él...
