I
Salí del gran comedor tan rápido como mis piernas lo permitían, no era justo, de verdad que no; pero nunca lo era para mí, entonces… porque me afecta tanto ahora.
Seguí corriendo sin mirar hacia atrás, las lágrimas amenazaban con recorrer mi rostro; pero no iba a darles en el gusto a esas infelices… hoy no.
Sin darme cuenta había llegado a las orillas del gran lago, por todo el lugar habitaba una inmensa desolación. El sol se había ocultado dejando un cielo completamente negro donde relucían una que otra estrella.
Aun sentía el murmullo de sus voces dentro de mi mente; ya no podía impedir que las lágrimas salieran intensamente. Las piernas ya no me respondían, me dejo caer de rodillas en el pasto húmedo apoyando mis manos frente a mí… cerré mis ojos tratado en vano de no pensar más en el asunto. De verdad que esto no era justo.
Hacía ya 6 meses que mis padres habían muerto en un accidente de avión, y todas las noches los recuerdos hacían acto de presencia en mi mente.
ese día terminaban las vacaciones de invierno y habían decidido ir a buscarme a casa de Víctor, pues este me había invitado a pasar unos días en su mansión… estaban por aterrizar cuando uno de los motores del avión dejo de funcionar provocando fallas en el sistema y la caída de este... ese día habían dejado un vacío en mi corazón, casi no dormía y no sabía cómo hacer para estar de pie; cada recuerdo era una lagrima… de verdad que hacia el intento de recuperarme, pero volvía a caer cuando pensaba en que gran culpa fue mía. Si hubiera decido pasar las vacaciones con ellos…
La guerra con Voldemort había terminado hacia a casi un año, por lo que las relaciones con los Slytherin pasaron de peleas e insultos a una tregua indefinida; esto ayudo a que muchos de nosotros nos hiciéramos de amigos provenientes de esa casa. Con el tiempo Harry, Ron y yo nos habíamos relacionado con más de algunos de ellos.
Pansy ya no era la joven arrogante y superficial que aparentaba ser. Casi siempre se le veía con Ginny charlando amenamente por los pasillos del colegio. Hasta me había defendido las ocasiones en las que Lavender y Patil trataban de humillarme o de lastimarme con lo de mis padres. Zabini era un caso singular, un día se acerco como si fuéramos amigos de siempre y comenzó a charlar y a reír junto a nosotros, y sin pensarlo ya era parte del grupo. Al principio Ron y Harry desconfiaban del moreno pero con el pasar del tiempo dejaron las dudas y comenzaron a tranzar una amistad; a veces practicaban Quidditch juntos o jugaban una partida de ajedrez mágico y cuando habían clases compartidas por las dos casas los tres hacían grupo dejándome junto a Pansy y Draco… este ultimo siempre mantenía una distancia acorde a él, era verdad que habíamos dejado los insultos, pero tampoco nos dirigíamos palabra si no era para trabajos o un simple saludo.
Harry y Ron habían sido muy comprensivos con mi situación, trataban de no dejarme sola, después de clases, cuidaban de que nadie ni nada me hiciera daño, de alguna forma se habían vuelto muy protectores con migo, de vez en cuando hasta me acompañaban a la biblioteca y eso de verdad que era un esfuerzos para ellos. Por las noches cuando las pesadillas se hacían presentes Ginny venía a mi cama tranquilizando mis sollozos, ese abrazo maternal que me ofrecía hacia que volviera a dormirme como una niña consentida.
Si no fuera por Harry y los chicos, mi depresión hubiera consumido mi alma poco a poco, gracias a ellos y a Víctor; que cada cierto tiempo (y cuando tenía tiempo) venia a visitarme al colegio.
Ya había aprendido a convivir con mis pesadillas, sabía que no era justo que yo viviera pero se lo debía a mis padres y a mis amigos. Le había dado una oportunidad al destino… hasta hoy…
Harry, Ron y Ginny habían tenido un entrenamiento de quidditch extraordinario junto con los de Slytherin, por lo que el resto de la tarde la tendría que pasar completamente sola; justo antes de la cena había recibido una carta de Víctor contándome que vendría a verme el próximo mes, cuando termine de leerla observo como Lavender me miraba con una sonrisa de satisfacción.
- Ven chicas, como les contaba, granger sabe como manipular las situaciones – les dijo a un grupo de chicas de gryffindor que estaban junto a ella riéndose por lo bajo. – dime Hermione supongo que esa carta es de Víctor, ¿cuántas veces te has acostado con krum, usando como escusa a tus padres muertos?, porque digo, de algo sacas siempre provecho niña, ¿o me equivoco?
Al cabo de unos segundos todas las chicas soltaron una risa maquiavélica, burlándose de Hermione con tantas ganas, que todo el comedor puso su atención en la escena de las Gryffindor.
- en serio Lavender, el veneno que desprendes te ha podrido hasta el alma, hasta el olor del calamar gigante es mucho mejor que el tuyo.
- no tienes a nadie que te pueda defender en este momento Granger, ni Harry, ni Ron… ni Draco… dime, con quien te toca pasar la noche hoy ¿eh?; a ninguna de nosotras nos engañas, ojala hubieras estado en el accidente con tus padres, no sabes lo agotados que están todos con tus estupideces… por nosotros, no hubieras vuelto.
Lavender Brown sonrío de lado cuando vio que en mi rostro de Hermione se asomaban las lágrimas; no quise darle el gusto a ninguna de mis compañeras. Me levante de la mesa con el cuerpo temblando de rabia. Salí del gran comedor tan rápido como mis piernas lo permitían.
- eres una estúpida Hermione… una estúpida que no debería estar aquí… - siseaba entre sollozos desesperados frente al lago. Me golpeaba la cabeza con mis manos una y otra vez hasta que reaccione… abrí repentinamente los ojos mirando el lago oscuro…
- ya no mas… nunca más… - dije al sentirme aliviada por la idea que cruzaba mi mente.
Comencé a respirar rápido y profundo, levante mí vista al cielo; no podía resistir el dolor en mi pecho, necesitaba acabar con el de una buena vez… lentamente me levante del césped con las piernas temblorosas y un tanto adormecidas por el frío.
Camine lentamente hacia la orilla del lago, dentro del habitaban mil criaturas algunas desconocidas para mí; pero no importaba; si deseaban tanto no verme… concedería ese deseo; porque las fuerzas ya me habían abandonado junto con mi alma hacia mucho tiempo.
Poco a poco fui introduciéndome en el agua, la piel se me erizo al sentir el frío de esta; no podía divisar muy bien el paisaje, pues mis ojos aun vidriosos y rojos se iban cerrando lentamente; sentía como mi conciente se iba nublando con imágenes de mis padres celebrándome cumpleaños, con la ayuda que me brindaban cuando algo no me salía a la perfección, las salidas a los parque o a hogsmade… la imagen de ellos dentro del ataúd.
Cerré mis ojos fuertemente al recordar el funeral y los días de soledad en los que tuve que recoger mis cosas de casa para ir a vivir con unos tíos a Escocia; ya me había introducido casi completamente, y al sentir que el suelo se acababa repentinamente comencé a hundirme en las profundidades. El pecho se apretó cuando el agua se introdujo rápidamente en mí. Vi como la superficie se distanciaba más y más, el aire que quedaba en mis pulmones se iba escapando con mi último aliento, era seguro… por fin iba a morir…
Ya mi mente no reaccionaba, mi cuerpo se adormecía completamente, iba a dejar que las aguas me hundieran para siempre en el lago, cuando sentí que algo jalaba de mi mano, como…. Como tratando de salvarme… trate de ver que era, pero mis pulmones ya no daban mas… cerré los ojos sin saber si volvería a respirar.
