Disclaimer: Todo lo que reconozcan es de J. K.

"Este fic participa en el minireto de diciembre para El Torneo de los Tres Magos del foro La Noble y Ancestral Casa de los Black"

Personaje asignado: Avery
Género: Adventure


No hubo gris


Al mirar a tu alrededor sólo veías magos con rostros apáticos. Tú mismo no te mirabas diferente a los demás, ¿sabes? Parecían clones con capas largas como sus caras de aburrimiento.

Dentro de ti una sensación de desasosiego ardía. Necesitabas moverte y tuviste suerte. Mulciber asomó el rostro por la puerta del salón y con un gesto los llamó a todos. Esa noche serías parte de una fiesta que difícilmente podrías olvidar.

Se esfumaron entre copos de nieve, aparecieron cerca de un pueblo pequeño. Decir que pasaban desapercibidos sería un eufemismo; sus capas levantaban los copos y el temor de los habitantes al observarlos se podía saborear. «Eso es poder», pensaste.

La última casa, ese era su objetivo. Por una vez dejarían al resto intacto, sólo un aviso, un pequeño regalo por la víspera de Navidad. Crabbe llegó primero. La puerta estalló en pedazos y un grito resonó en la calle vacía. Cuando cruzaste el marco los hechizos ya volaban en todas direcciones; los rayos verdes no tardaron en salir de tu varita.

—¡Inmobilus! —gritó alguien a tu espalda y estuvo a punto de acertar. Volteaste a ver a tu atacante, un hombre andrajoso te devolvió la mirada con fiereza. Levantaste la varita en su dirección y un relámpago rojo atravesó la distancia que les separaba. Una mujer salió volando en dirección a las escaleras. Alguien gritó su nombre. Sonreíste. Estaban ganado.

¡Oh, Avery! Qué equivocado llegaste a estar. Una de tus maldiciones dio en el blanco, una mujer de cabellos morados cayó herida por tu mano y con furia en los ojos el andrajoso que fue a por ti.

Depulso —bramó, y saliste despedido contra una pared.

Un cuadro se clavó en tu espalda y sentiste el cristal perforar tu capa.

Diffindo —gritó sin dar tregua.

Fianto Duri —lograste resoplar. Sentías un hilillo de sangre correr por tu piel.

Tu hechizo protector logró desviar el diffindo, pero existen maldiciones que ningún hechizo puede detener y el rayo que salió de la varita de aquel hombre era uno de ellos. Intentaste incorporarte y huir, pero fue inútil.

Quisiera decir que te dio de lleno pero sería mentir, solo un roce en tu mano, querido mortífago, fue suficiente. Al día siguiente tu nombre saldría en los diarios. Para todos tus compañeros fuiste víctima de un hechizo perdido. Nadie sabría que por una vez el blanco fue negro. No hubo gris.


Nota:

Aventura siempre me ha parecido un género del cine y en libros que me da que no. No es mi género, pero se hace lo que se puede (?). Como yo seguro que de aquí no paso, me despido. P.D. Éste habrá quedado horrible, pero dejé un par de dramas en el tintero con Avery. Seguro vuelvo a escribir de él… vivo claro.