Fairy Tail no es de nuestra propiedad, pertenece a su respectivo autor.
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Esta historia ha sido creada por mi persona y mi amigo AtrixGrayZero, por tanto la historia es de ambos
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Prologo:
PROLOGO 1
Pueblo en la frontera de Seven con Fiore
Bueeeeeno. Empecemos. Mi nombre es Beren Belgarath, tengo más de veinte años, soy mago de Clase S del gremio de magos de Magnolia, Fairy Tail. Mido un metro ochenta y dos. Tengo el cabello castaño oscuro un poco más arriba de los hombros. El color de mis ojos son castaño-verdosos. Mi piel es un poco morena. Mi musculatura es la justa y necesaria. No y un armario como el jodio de Laxus, pero tampoco tengo pocos. Suelo llevar puesto unas botas negras, pantalones oscuros no ajustados, odio la ropa ajustada, y una camisa pirata blanca abierta un poco en el pecho y con las mangas remangadas hasta los codos. También poseo un colgante de plata en forma de estrella, que era el símbolo de mi pueblo natal. Bueno, ya estoy presentado. A pesar de pertenecer a este gremio, mi historia comienza bastante alejada de dicho lugar.
Mi historia comienza en un pequeño pueblo de unos cien habitantes en el país de Seven, más precisamente en la frontera entre Seven y Fiore. En dicho pueblo había tres familias de magos. La mía es la familia Belgarath. Mi familia es poseedora de una magia ancestral. Dicha magia se llama Magia Angelical. Es una magia que sirve para luchar contra demonios y ángeles, aunque nunca he sabido si existen estos últimos. Al igual que la magia Dragonslayer sirve principalmente para luchar contra dragones, la godslayer para luchar contra los dioses y la demonslayer para luchar contra demonios, esta sirve para lo mismo. Mi historia comienza cuando yo tenía seis años. En mi familia éramos cinco. Mis padres, mi hermana de ocho y mi hermano de dos. También tenía otro familiar. Mi tío. Él vivía al otro lado de la frontera. Vivía en Fiore. Las otras dos familias de magos usaban magia elemental de viento y magia elemental de rayos. Todo era paz y armonía, hasta que llego el día de la tragedia.
Yo iba a cumplir mis siete años en septiembre. Yo me encontraba en un enorme bosque cercano, practicando mi magia. A mi edad apenas podía hacer mucho. No poseo talento, por lo que me cuesta aprender a usar mi magia. Mis padres se encontraban en casa, trabajando o cuidando de mis hermanos.
De repente escuche una gran explosión.
BOOOOOOOOOOOMMMMMMMMM
Deje de entrenar para ir corriendo al pueblo. A pesar de estar en el bosque, podía ver grandes columnas de humo entre los pequeños espacios de las copas de los árboles. También podía identificar los hechizos de las tres familias.
Después de correr durante unos cinco minutos llegue al límite del bosque y el pueblo. Nada más vi el escenario, el miedo lleno mi cuerpo. En el suelo había cuerpos llenos de sangre. Torturados y mutilados. Algo que ningún niño debería ver. Los cuerpos eran de ambos sexos y de todas las edades. Podía ver los cuerpos mutilados de mis amigos. Grandes ganas de vomitar me entraron, sin poder aguantarlas. El olor me llegaba a la nariz, agobiándome. Deje de mirar para correr a mi casa. Mientras corría podía ver más cuerpos, algunos de dos de las familias. Pensaba que la mía estaría bien ya que no oía mas explosiones ni gritos. Corrí hacia mi casa, pero me pare al instante. Estaba destruida y en llamas. En la puerta podía ver a mi madre con mis hermanos en sus brazos. Los tres muertos. Lágrimas y más lagrimas caían por mi ojos ante tal horrible escena. Nunca jamás se fue esa imagen de mi mente, torturándome por las noches.
CRASH
De repente oi madera romperse. Gire lentamente mi vista a mi derecha, encontrándome con una criatura oscura y horrible. No era humano. Para nada humano. Tenía los ojos color sangre y dientes muy afilados. Su cuerpo era de más de dos metros y muy robusto. Era negro por completo. Tenía agarrada la cabeza de mi padre en su garra derecha. Solo la cabeza. Mi mente desconecto. Me quede con la mirada ida. Todo lo que se de aquí para adelante es por mi tío y recuerdos de mi subconsciente.
-Humanos. Tan débiles. Ni siquiera esa magia ancestral pudo con todos nosotros. Pero las bajas fueron buenas. ¡Más humanos para comer! – grito mientras devoraba de un mordisco la cabeza de mi padre.
-¡DEMONIOOOOOOOOOOOSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS!
ZAS
ZAS
Dos espadas de luz cortaron la cabeza y el cuerpo del monstruo que se comió a mi padre. La persona que hizo eso fue mi tío, que tenía odio y furia en su mirada hacia los demás demonios. Estos gritaron rabiosos al ver a su líder siendo destruido por mi tío, que usaba mi misma magia.
-Otro usuario de esa maldita magia. ¡Os mataremos a los dos y acabaremos de una vez con ella! – grito uno de los demonios - ¡Nadie puede derrotar a los demonios del libro de Zeref!
Tres demonios se abalanzaron contra mi tío, pero con gran agilidad, este los cortó.
ZAS ZAS ZAS ZAS ZAS ZAS
Solo quedaban diez demonios. Cuatro de ellos se lanzaron contra mi tío, entreteniéndolo, mientras el resto iba hacia mí. A pesar de estar ido, mi propia magia me defendió cuando los demonios me atacaron.
Una gran aura del blanco más puro rodeo mi cuerpo, haciéndose más densa. Luego, cuando estaban muy cerca, dicha aura exploto y se expandió con gran violencia. Fue mi primera técnica completa. Armagedón. Así la llame. Dicha onda expansiva cubrió todo el pueblo y sus alrededores, destruyendo por completo a los demonios, dejándolos reducidos a cenizas. Debido a mi temprana edad y mi cuerpo, acabe desmallado durante tres días. Fue demasiado el poder de dicha técnica. Cuando desperté al cuarto día, me vi en casa de mi tío. Los recuerdos volvieron a mí, provocando que llorara desconsoladamente. Pero por suerte tenia a mi tío. Él fue mi apoyo durante los siguientes años.
Cuando cumplí los quince, mi tío falleció por cáncer. Lo último que me dio fue mi colgante. Al parecer llevaba en mi familia desde hace muchísimas generaciones, pasando al cabeza de la familia mágica. Mi tío lo era, no mi padre. Me enseño todo lo básico de mi magia, incluso el convocar mis alas angelicales. Su última petición fue que me uniera a un famoso gremio llamado Fairy Tail. Parecía ser que sus ideales eran más que adecuados para mí. Dado que era su última voluntad la cumplí. Viaje a través del país de Fiore hasta llegar a una ciudad llamada Magnolia. Siguiendo las indicaciones llegue al gremio. Sin duda mi primer pensamiento fue "increíble". Me adentre y pude notar la alegría del lugar. Por suerte no era el único niño. Pude ver a un pelirrosa, que decía que su padre era un dragón, un peli azul oscuro, una chica pelirroja con una armadura, una peli blanca vestida de loli gótica, una chica castaña bebiéndose un zumo, etc. Al parecer era mayor que la mayoría por dos o tres años y menor que Laxus por dos también. El Maestro Makarov me acepto, aun negándome a contar parte de mi historia. Me puso la marca encima del corazón, de color castaña. Cuando hice demostración de mi magia, muchos se quedaron impresionados. Natsu, Gray, Erza o Mira solían pedirme u obligarme que peleara contra ellos, cosa que aceptaba. También comprendí lo acojonadoras que pueden ser Erza Titania o Mirajane La Demonio. A lo largo de los años a mí me apodaron El Ángel debido a mi magia. Cuando cumplí los diecinueve conseguí convertirme en Mago de Clase S después de una durísima prueba por parte de Makarov. Me costó dolor, sangre y lágrimas, pero lo hice.
Este es mi inicio de mis aventuras como mago de Fairy Tail.
PROLOGO 2
Lo indicado seria comenzar con mi nombre, mi nombre es Azran Blackdraig, mi edad 15 años, actualmente soy parte de la nueva generación de magos da Fairy Tail, tengo el cabello negro largo, desordenado tanto en la parte de adelante como atrás, una delgada trenza de cabello cae por el lado izquierdo, justo debajo de la oreja con un zafiro color ónix en forma de prisma, atrás una también desordenada cola de caballo que me llega hasta la espalda baja, tengo algunos rayos rojos en el cabello, uso una cazadora de cuero gris, una camiseta negra con capucha, pantalones negro y botas marrones, un cinturón con la insignia del gremio, mi musculatura es atlética, idéntica a la de Natsu, mi piel es ligeramente bronceada y, aunque no me gusta, las chicas dicen que soy lindo, en especial Mirajane, quien no desperdicia ninguna oportunidad para molestarme por mi ligera apariencia femenina. Y no ayuda en nada mi cabello, el cual crece más rápido de lo que lo corto.
Soy un mago que, a pesar de mi edad, se me considera poderoso, sin embargo nunca he logrado completar el examen por mi actitud desinteresada. Lo olvidaba, soy un dragonslayer, un Dragonslayer de tercera generación. Thanatos, el dragón de la oscuridad, un dragón que me crio. No es lo mismo oscuridad que sombra, como Rogue de Sabertooth.
Aunque mis niveles mágicos apenas me permitían un aprendizaje básico, papá siempre me consolaba diciendo que no importaba sino lograba aprender todo, pues nadie nace siendo fuerte, haciendo más difícil el entrenamiento mi cuerpo débil.
Había nacido con algo que no me daría mucho tiempo de vida, una enfermedad que atacaba mi corazón y me limitaba en mi desempeño, con una salud frágil, teniendo leves caídas en mi salud, las cuales me limitaban aún más. Aun así continúe con el entrenamiento que mi padre me daba hasta que un día, en una de mis decaídas, fue la que decidió que mi tiempo había llegado. La única manera de salvarme era tener que recibir un legado que ni el mismo desearía, el corazón de un dragón. Ahora sé que su corazón fue lo único que pudo salvar de Acnologia. Fue así que logre sobrevivir, a costa de la vida de mi padre, un ritual al que muy pocos han sobrevivido, y muchos menos han logrado dominar.
Logrando conseguirlo, con sus últimas palabras mi padre me dijo lo mucho que me amaba, así como también, me decía que continuase, pues siempre estaría conmigo, transmitió a mi mente directamente todo el conocimiento acerca de las artes de su magia, quedando huérfano a los once años. Continúe con mi entrenamiento por mi cuenta, perfeccionando mis técnicas por mí mismo en las montañas. Mi cuerpo se vio fortalecido, mis capacidades físicas y mágicas tuvieron un incremento que ni en mis más locos sueños tuve esa idea de tanto poder.
Durante los siguientes dos años aprendí a usar el poder dejado atrás por mi padre, practique las técnicas, así como varias cosas sobre los dragones, hasta que por fin decidí que era hora de ir a aquel lugar que me había dicho mi padre, según él, una vieja amiga suya, una humana, líder de un grupo de magos. Un lugar llamado Fairy Tail, por lo cual tuve que viajar durante dos meses enteros desde el país de Iceberg, pasando por el país de Seven y luego llegar al oeste de Fiore, donde todo se volvió un poco más fácil. Con trece años llegue por fin a Magnolia.
Di con la ciudad de Magnolia una semana después de ingresar al país de Fiore. Al principio nadie me creía. Nadie creía mi historia, pues llegar y decir que tu padre un dragón había mandado a pedir el favor de una amiga, era bastante raro por no decir menos. Fue ahí que me di cuenta que mi relación con otras personas apenas se había dado, hasta que el actual Maestro me vio y escucho mi historia.
Me di a conocer como un Dragonslayer de la Oscuridad, cosa que al parecer impresiono a varios de los miembros, que comenzaron murmurar cosas como un tercer Dragonslayer, lo cual me sorprendió, ya que papá jamás me había hablado de otros como yo, así que imagínense cuanta fue mi sorpresa que además de mi había otro. Era un Dragonslayer de Fuego, también entrenado por un dragón. Para probar mi poder como el hijo de un dragón me enfrente contra Natsu Dragneel, el Dragonslayer de Fuego. Y aunque al principio mi velocidad me dio la ventaja, me di cuenta tarde de mi inexperiencia y carencia de poder suficiente. Perdí ante él, sin embargo logre acertarle un único y potente golpe que el mismo elogio al terminar la pelea.
Ese día comprendí que el mundo de la magia era grande incluso más de lo que creí, y entendí porque mi padre me había enviado a este lugar, la razón fue simple, incluso me reí de mí mismo cuando recién me entere.
Amigos, pues luego de esa amarga primera derrota, también vino la mano de quienes me derrotaron, la cual no rechace. Así me uní al gremio y me aceptaron como parte de su familia.
Actualmente estoy entrenando, y aumentando mi control sobre mi magia Dragonslayer, ya que ahora puedo darme de ostias contra Natsu y permanecer de pie hasta el final. Incluso en secreto he luchado contra Laxus. Lo juro ese hombre es en serio aterrador cuando de luchar se trata. Claro que nunca lo he vencido ya que es mucho más poderoso que Natsu. Ni hablar del pesado de Beren, que no pierde oportunidad de molestarme y ponerme de los nervios, aunque también tenemos nuestros choques al tener magia contrarias, pues su magia es luz y la mía oscuridad. Tenemos una relación como la de Natsu y Gray, pero sin las peleas tontas y destructivas, excepto cuando esos dos están cerca.
Solo entonces calamidades se desatan cuando luchamos los cuatro en un todos contra todos. Y lo juro, solo tengo esos cambios de personalidad igual a Natsu cuando peleamos o estamos solo entre amigos.
Aún recuerdo cuando llegue, la primera vez que cruce las puertas del gremio. Aquello fue agradable, claro hasta que una mesa me golpeo, una mesa voladora cortesía de mi amigo Natsu, por una de las tantas peleas en el gremio.
Y eso, es algo que puede decirse es lo que ha pasado en mi vida, que ahora comparto con mi nueva familia Fairy Tail.
Como dije esta historia no es solo mía, por lo que también contara partes con solo mi personaje, el de mi amigo o de ambos juntos.
La magia de Beren podéis buscarla en mi perfil.
La magia de Azran podéis buscarla en el perfil de AtrixGrayZero.
