CAPITULO 1

Felicity se sentó en el sofá. Estaba cansada, cansada de todo. En su mente reproducía las palabras de Oliver: "Debido a la vida que llevo, creo que es mejor no estar con alguien por el que me preocupe."

Esas palabras le habían roto el corazón en mil pedazos. No era ilusa, en el fondo sabía que Oliver no podía estar enamorado de ella. Él era el multimillonario más deseado de todo Starling City y ella era solo su chica IT. Aún así tenía la esperanza de tener ese final que toda mujer desea: Vivir felices para siempre. Ahora sabe que eso es imposible. Los finales felices son para los cuentos no para la vida real.

Era hora de cambiar, pasar página y buscar su propia felicidad. Era viernes, tenía todo el fin de semana para llorar y ver películas románticas comiendo helado pero el lunes iba a ir a trabajar con la cabeza bien alta. Decidida a seguir adelante con su vida.

Abrió una botella de vino y se sentó en el suelo. Pasó horas llorando hasta que finalmente se quedó dormida. El fin de semana pasó lentamente pero por fin llegó el lunes. El día en que iba a demostrar que era fuerte y que no iba a dejarse hundir por nadie. Mucho menos por Oliver y la bruja de Isabel Rochev.

Al llegar a la oficina, abrió la puerta y respiró. Oliver todavía no había llegado así que se sentó y repasó la agenda para hoy. Por suerte solo tenía unas pocas reuniones con inversores antes del almuerzo. Estaba tan distraída que no oyó la puerta abrirse.

"Hola Felicity" le dijo

"Dios mío que susto me has dado Oliver. ¿Quieres matarme?"

"Te he saludado ya tres veces pero estabas tan concentrada que ni me has mirado."

"Lo siento estaba revisando la agenda de hoy y no te he oído entrar"

"No te preocupes, ¿Por qué no fuiste a Verdant el sábado?"

"Le dije a Digg que no iba a ir porque tenía unos cosas que hacer. Ahora si no te importa tengo que hacer unas llamadas."

Sin pensarlo cogió el teléfono y se puso a trabajar. Oliver se quedó un momento preguntándose porque estaba actuando así hasta que se rindió y entro en su oficina. Horas más tarde Isabel entró en la oficina.

"Señorita Smoak, me sorprende verla. La vi tan dolida en Rusia que pensé que no volvería a saber de usted. Hay que ver lo rápido que se ha cansado Oliver de ti. Aunque claro pudiendo estar conmigo…"

"Bueno señorita Rochev no entiendo porque iba a estar dolida o renunciar. Le he dicho muchas veces que no hay nada entre Oliver y yo. Solo soy su asistente."

La miró y entró en la oficina de Oliver. Estuvieron allí reunidos durante por lo menos dos horas. A las 2 Felicity recogió sus cosas y como no habían salido no les esperó. Bajó hasta la entrada del QC. Iba pensando en lo que le había dicho Isabel, esa mujer era odiosa. No vio que el suelo estaba mojado y resbaló. El bolso cayó al suelo unos metros más lejos pero ella sintió que unos brazos le sujetaban. Abrió los ojos para ver quien la había sujetado. Era un hombre bastante guapo, tenía los ojos verdes y le sonreía. Cuando se dio cuenta de que aun la sujetaba, rápidamente se levantó.

"¿Te encuentras bien?"

"Si, muchas gracias. Iba pensando en otras cosas y no me fije en el cartel. Estaba pensando en mi jefe. Bueno no quiero decir que piense en él como si estuviera enamorada de el. Es cierto que es muy atractivo pero trabajo para el y, voy a dejar de hablar en 3, 2, 1…"

PERSPECTIVA DE FELICITY:

El hombre me miraba divertido. Yo sin embargo estaba muy avergonzada y estaba segura de que me había puesto roja como un tomate.

"Lo siento casi ni te conozco y casi te cuento toda mi vida."

"Eso podemos arreglarlo. Me llamo Barry Allen."

"Encantada Barry, yo soy Felicity Smoak."

"¿Te gustaría comer conmigo?"

Me quedé petrificada. Sinceramente no sabía que contestar. Su pregunta me había pillado por sorpresa. Hacía mucho tiempo que nadie me lo preguntaba.

"Lo siento, no quería ponerte en un compromiso. No tienes porque responder de verdad. Yo…"

"Lo cierto es que me encantaría" le respondí.

Me agache para recoger mi bolso justo cuando oí una voz detrás de mí que me llamaba. Me di la vuelta y vi a Oliver acercarse y mirándome extrañado. Definitivamente este iba a ser un dia muy largo.