Disclaimer: Basado en la novela de Jojo Moyes, adaptación al universo de Star Wars propiedad de Disney y Lucasfilm. Sin fines de lucro.
Nota de la autora: No toma en cuenta los sucesos de El Despertar de la Fuerza pero si a los personajes de la historia del nuevo canon. La cronología utilizada es sólo con el objetivo de orientación en el tiempo pero no necesariamente se tomarán en cuenta todo lo acontecido de acuerdo al canon posterior al episodio VI. Es la primera vez que escribo algo de Star Wars, espero que sea de su agrado. Que la Fuerza los acompañe.


Prólogo

27 años después de la Batalla de Endor

Cuando él se aparece en la cocina, su madre ya se ha encargado de prepararle el desayuno. Habría podido ordenárselo a cualquiera de los empleados, pero a ella le gusta tenerlo en casa y es una manera de demostrárselo. A pesar de que se ocupa de una actividad tan doméstica, ella esta vestida como si fuera a recibir a un diplomático de gran importancia. Él se queda ahí de pie, disfrutando de esa imagen y recordando de pronto las palabras que alguna vez escuchó de boca de Lor San Tekka (1): "Para mí, tu madre siempre será de la realeza".

Leia ya no era una princesa, pero había sido criada como una. Alza la vista del plato que decoraba con frutas de regiones lejanas y hace un mohín, aunque definitivamente es demasiado mayor para ese gesto tan infantil:
— ¡Ben! ¿De verdad tienes que seguir los pasos de tu padre y de Luke incluso en cuanto a vehículos se refiere? — dice mientras niega lentamente, pasando una vez más su mirada por la ropa oscura del muchacho que sólo podía indicar que saldría a pilotear una nave — Quédate con 3PO y conmigo, podemos ir a descansar frente a la laguna, leer un poco…

— Sabes que no se me da bien quedarme en calma por mucho tiempo, madre — advierte sonriéndole a la mujer — Necesito hacer algo… En una semana regreso a Coruscant y tendré mucho en que ocuparme, pero mientras tanto Naboo es tan…
— Sé, lo que dirás, es aburrido pero… ¿Tienes que conducir ese speeder nuevo de tu padre? Es bastante pretencioso que lo haya nombrado Falcon igual que a su nave, no puede ser tan rápido… Aunque también parece chatarra en el exterior.
— No lo descartes antes de haberlo probado, además el tío Luke lo modificó, prometieron que es bastante rápido.
— ¿Volverás a tiempo para comer con tu padre y conmigo? — pregunta Leia, acercándose a su hijo para abrazarlo. Acarició su mejilla recién afeitada. A veces no podía creer lo rápido que ese pequeño de cabello oscuro que la seguía a todas partes se había convertido en ese joven tan alto y pálido.
— Eso depende mucho del speeder, si me lleva lejos, tal vez a un sitio interesante… — comienza a decir, esbozando esa sonrisa que había heredado de Han.
— ¡Ben Solo! — exclama Leia mirando a su hijo con los ojos entornados.
— Esta bien, esta bien… — Ben levanta las manos como rindiéndose — Estaré aquí para la cena.

Se sienta a la mesa y la comida rápidamente desaparece de su plato. Luego de despedirse de su madre, baja en un ascensor al garaje en el sótano donde su padre guarda el famoso Millenium Falcon y una colección de speeders. Mientras se dirige al que quiere usar ese día, unos beeps suaves y el ruido de unas articulaciones de metal le indican que tiene compañía. C3PO Y R2D2 están detrás de él.
— ¡Amo Ben! Buenos días
— Hey 3PO ¿cómo va todo?
— Terrible, amo Ben. Cualquiera diría que me he acostumbrado a lidiar con este montón de circuitos viejos — explicó el androide haciendo un gesto con su brazo robótico hacia R2D2 que le respondió con una serie de beeps furiosos — Vine aquí pero también me encontró. Oh veo que va a usar el speeder del amo Han Solo. R2 no pudo calibrarlo de todo, las probabilidades de que pierda en una carrera con desenlace fatal son de…

Ben se detuvo.
— Espera, ¿quieres decir que no es seguro correr con este speeder?
— Me temo que no, amo Ben a menos que quiera terminar en piezas. Como yo cuando me pusieron ese brazo rojo que…
Él ya no está escuchando al androide. A pesar de lo que pudiera pensar su madre, no es dado a asumir riesgos innecesarios. Deja el casco que usaría a un lado y le arroja las llaves a C3PO, que las atrapa al vuelo con una de sus manos robóticas.
— Guárdalas por mí, ¿quieres?
— Cómo no, amo Ben. ¿Quiere que lo acompañemos por un rato? O R2D2 podría calibrar otro speeder para usted…
— No. Vuelvan con madre. Yo caminaré un rato, tal vez encuentre algo interesante.

R2D2 se adelanta y pulsa el botón para abrir la puerta del garaje y Ben sale, con la mano levantada para darle las gracias. Mira a su alrededor a la deslumbrante mañana en Naboo, se sorprende al ver que muchísimos ciudadanos ya están de pie ¿desde cuándo madrugan tanto? Avanza a zancadas hasta salir de la antigua propiedad, que había pertenecido a la familia de su abuela materna por varias generaciones.

Su holoproyector de bolsillo comenzó a vibrar en el interior de su chaqueta. Antes de abrirlo se pregunta quién puede ser a tan temprana hora, el holograma de Hux se aparece frente a él al activar el dispositivo. La imagen se desvanece y vuelve a aparecer pero carece de sonido.
— ¡No logro escucharte, Hux! — exclama alzando la voz mientras se acerca a la boca el micrófono del artefacto, no ha detenido sus pasos y ahora ha llegado a la intersección de una avenida donde los vehículos circulan tanto frente a él como sobre su cabeza — Yo intento comunicarme más tarde, algo pasa con la transmisión porque el holoproyector no recibe adecuadamente la señal…

Se detiene unos segundos al oír el grosero estridente sonido de un claxon, tan fuerte que parece estar detrás de él, pero no llega a mirar sobre su hombro a tiempo. Un enorme vehículo de carga pasa a unos metros frente a sus pies y Ben logra ver un reflejo sobre la superficie reluciente de metal. Algo se acerca a una velocidad imposible. No lo comprende del todo hasta que el sonido de frenos lastima sus oídos pues está demasiado cerca, de pronto se da cuenta de que no puede escapar. Su mano se abre por la terrible sorpresa y deja caer su holoproyector de bolsillo al suelo. Escucha un grito, quizá sea suyo de hecho. Lo último que ve son las luces del speeder, una cara bajo el casco de piloto, un asombro en los ojos del hombre que conduce el vehículo que reflejan su propio asombro. Hay una explosión mientras todo estalla en fragmentos.

Y luego no hay nada. Ben se pregunta cómo pueden apagarse todas las luces y sonidos de un planeta entero. Es su último pensamiento antes de perder la consciencia.


(1) por si lo pierden de vista, es la persona que en El despertar de la Fuerza, le da el mapa a Poe para encontrar a Luke.

Siéntanse libres de dejar sus comentarios y sugerencias. En el siguiente capítulo tendremos a Rey y Finn.