Disclaimer: La Esencia y la mayoría de personajes son creaciones del Gran Akira Toriyama
- (Diálogo del Personaje.)
-o- (Cambio de Escena.)
-x- (Flashback/Fin del Flashback.)
-o-
PLANETA SADALA.
El universo 6, el cuál fue resucitado gracias a las Súper Esferas del Dragón, vivía de un tiempo de paz y armonía. De lejos se podía observar un destello de luz que se acercaba a el planeta en el que habitaba la raza más poderosa y orgullosa del Universo. La luz emergió desde las alturas para aterrizar al planeta ya mencionado.
-o-
En una zona rocosa y solitaria del planeta Sadala aterrizó un destello de luz, al tocar el suelo y levantar tierra y por ende polvo, el "faro de luz" se desvaneció dejando ver a el Ángel y fiel asistente del Dios Destructor del 6to Universo, a su lado estaba un joven saiyajin, uniformado con la vestimenta de las Fuerzas de Élite del planeta Sadala, tenía el cabello erizado y con un mechón rebelde que caía por el lado izquierdo de su rostro. El joven estaba sumergido en sus pensamientos por lo que no se dio cuenta cuando llegaron a su planeta natal. El Ángel lo notó y de inmediato decidió sacar a el saiyajin de sus pensamientos.
- Joven Kyabe ya hemos llegado.- Dijo el Ángel del sexto Universo.
- ¿Huh?.- Dijo el Saiyajin, que al parecer no había salido completamente de sus pensamientos.
- He dicho que ya hemos llegado al planeta Sadala.- Repitió el Ángel, quién no se enfadó por el despiste del Saiyajin, su paciencia no tenía límites, total es un Ángel y por ende; un ser perfecto ¿no?
- Huh, sí…
Desde que el Ángel decidió llevar al saiyajin a su planeta natal, el chico, por todo el camino ha estado muy pensativo y con un gesto de… ¿Preocupación?, Ni ella lo sabía, pero ya tenía una leve sospecha sobre el por qué su actitud tan extraña. El ser cósmico decidió preguntarle qué era lo que le sucedía, pero antes de eso, decidió recordarle algo muy pero muy importante.
- Por cierto, Joven Kyabe.- Dijo, con la intención de captar la atención del Saiyajin.
- Dígame, Señorita Vados.- Respondió el Saiyajin quién había puesto toda su atención a el Ángel femenino que se encontraba a su lado.
Vados tenía una gran sonrisa en su rostro, rápidamente se inclinó de lado apoyándose de su artefacto místico para quedar a la altura del Saiyajin, dando como resultado una pose cómica.
- Me prometiste que me llevarías al Planeta Tierra a probar la exquisita comida que preparan en ese lugar.- Dijo el Ángel quién parecía una niña de cinco años desesperada por una golosina.- ¿Lo recuerdas?
El saiyajin jamás fue hacia la tierra debido a que la especie de ese planeta se extinguió por una guerra que hubo entre ellos, sin embargo, en el torneo entre el Universo 6 & 7, se pidió el deseo de que la población de la tierra fuera revivida, dando la oportunidad de ir a visitar dicho planeta y probar las exquisiteces que preparan allá, por eso no vio mejor momento que invitar a el Ángel de su Universo, ya que, él sabía lo mucho que le gustaba comer, tanto a ella como al Dios Destructor Champa.
La actitud de Vados hizo que Kyabe sonriera, le daba mucha gracia ver como un Ángel tuviera tan buen humor como lo tiene ella, y era algo que el admiraba, que el ser supremo que representaba su Universo fuera tan fuerte y diferente a los Ángeles que él había visto cuando se encontraba en el Reino de la nada, debido a su actitud tan divertida y a su alegría desbordante que era lo que más le caracterizaba. Sin duda, La Señorita Vados es única en su clase, pensó Kyabe.
- S-sí Señorita Vados, lo recuerdo perfectamente.
- Jojo. Está bien, luego iremos. Acabo de recordar que el Señor Champa me está esperando en el Reino de la nada, debe estar muy enfadado.- Comentó Vados, poniendo su dedo en sus labios de forma pensativa.
- De acuerdo… Señorita Vados, muchas gracias por haberme traído hasta aquí, se lo agradezco mucho.- Dijo, haciendo una reverencia. Esto ha Vados no le sorprendió, ya estaba acostumbrada a la actitud tan respetuosa del joven, cosa que le agradaba.
- No hay de que Kyabe, para mí fue un placer.- Dijo, con una leve sonrisa en su rostro.- ¡Oh!, es cierto…- Vados recordó que ya era momento de preguntarle sobre por qué tan pensativo, sin dudar un segundo, el Ángel decidió hablar.- Joven Kyabe, ¿puedo hacerte una pregunta?
- ¿Ah?, Ah sí, claro… Dígame Señorita Vados.
- ¿Por qué has estado tan pensativo y… Preocupado? ¿Fue por lo que te dijo el Guerrero Jiren?- Vados lo comentó sin dudar. Ella ya tenía sospechas de que Jiren tenía que ver con algo, ya que vio cuando el Héroe del Universo Once se le acerco a decirle algo. ¿Acaso le amenazó? ¿Acaso se burló de él solo por el hecho de ser mucho más fuerte? No lo sabía pero pronto sí.
Kyabe abrió los ojos sorprendido por la pregunta, sabía que no tenía escapatoria, tampoco quería mentirle a Vados. Así que decidió hablar.
- Bueno… Sobre eso…
-x-
REINO DE LA NADA.
El torneo del poder había llegado a su fin, siendo victorioso el equipo del Séptimo Universo por ende, recibieron como premio las Súper Esferas del Dragón, las cuáles podían cumplir cualquier deseo, sin limitaciones. Ese deseo era; Revivir a los Universos eliminados junto con sus respectivos habitantes y Dioses.
-o-
En una parte de la plataforma del Torneo del Poder. Sobre unos cuantos escombros del metal Kacchi Kacchin, se encontraba una Saiyajin del Sexto Universo, tenía su cabello recogido, en una coleta con un mechón rebelde que caía por el lado izquierdo de su rostro, casi cubriendo toda la mitad de este.
Kale miraba hacia la nada, estaba muy sumergida en sus pensamientos debido a los acontecimientos del Torneo que ocurrieron anteriormente. Todo había pasado tan rápido. En poco tiempo a ella y a su hermana les habían pasado tantas cosas; Se transformaron en Súper Saiyajin, pelearon juntas contra el Saiyajin Son Goku, se fusionaron, En fin. Sin duda, fueron unas experiencias inolvidables.
Sus pensamientos fueron interrumpidos por una voz que la nombraba desde su espalda.
- ¡Kale!
- ¿Huh?- Kale volteó para ver quién la llamaba. Nada más, ni nada menos que la Saiyajin que probablemente más admiraba en su vida.- ¡Hermana!
Caulifla solo se limitó a colocar sus manos sobre su cintura y decir:
- Kale, es hora de irnos, recuerda que pasaremos un largo tiempo en la tierra del Universo siete para entrenar con Son Goku.
- Uh, sí, hermana.
- Bien.- Caulifla se giró para emprender rumbo hacia donde estaba reunido el equipo del séptimo Universo, pero la voz de Kale la detuvo:
- H-Hermana…
- ¿Mmm?- Caulifla se volvió a girar para mirar a Kale.- ¿Qué sucede?
- Vi a Kyabe pasar cerca de aquí… Y… Lo vi un poco deprimido… ¿Sabes qué es lo que le pudo pasar?- Pregunto la saiyajin de una forma tímida.
-… ¡Ese idiota! ¡Se suponía que nos esperaría en el lugar donde están Son Goku y su equipo!... ¡Grrr!- Caulifla estaba muy enojada, estaba desesperada por ir a entrenar y hacerse más fuerte, ya no podía esperar y ya cuando estaban a punto de marchar… ¡¿ahora hay que esperar más tiempo solo porque ha Kyabe le dio la gana de ir hacia quién sabe dónde?!, definitivamente lo mataría.- Kale, ve hacia donde se encuentra Son Goku. Yo iré a buscar a ese idiota.
- S-Sí hermana…
-o-
"¿En verdad fui de ayuda?"
"¿Solo fui un estorbo para el equipo?"
"¿Merecía aunque sea estar en el equipo que se supone que salvaría al Universo entero?"
Esas eran las palabras que atormentaban al Saiyajin… Kyabe se encontraba en el precipicio en el que estuvo a punto de caer luego de ser "humillado" por Monna, sí, en ese lugar, el lugar en el que fue salvado por el saiyajin más orgulloso de todos: Vegeta.
El Joven estaba mirando hacia la nada. Se sentía triste y enojado, enojado consigo mismo por lo inútil que fue para su equipo. Sentía una presión en el corazón que le decía que arrase con todo y que golpee cualquier cosa solo para tranquilizarse. ¿Por qué sentía todo esto? ¿Acaso ese era el orgullo que todo Saiyajin llevaba dentro?...
- Joven Guerrero.
Una voz totalmente desconocida para él hizo que saliera de sus pensamientos y girase para ver de quién se trataba.
Kyabe abrió los ojos como platos al ver quién fue el que lo llamo.
Frente a él, encima de un escombro, se encontraba el héroe del Universo Once más poderoso que jamás haya existido: Jiren.
El miembro de las Tropas del Orgullo tenía los brazos cruzados, con una mirada seria que por unos segundos atemorizó al Guerrero Saiyajin.
-"¡¿E-Es… El señor J-Jiren?!"- Fue lo único que el Joven Saiyajin pudo pensar. Estaba muy impactado por la inesperada aparición del héroe.
Jiren, no se movía de su lugar. Solo se limitó a preguntar:
- Joven Guerrero. ¿Cuál es tu nombre?
Kyabe seguía en shock. Era obvio, ¿Por qué uno de los mortales más poderoso quisiera hablar con él?... ¿Acaso había hecho algo malo?
Jiren, al ver que no obtuvo respuesta, suspiró. Entendía muy bien cómo se sentía el Joven. Durante el torneo jamás le dirigió una palabra, ni mostró un poco de interés en él. Por lo que sabe perfectamente que aparecerle de la nada y hablarle es algo… "Raro". Rápidamente, Jiren apareció a su lado, dejando a un Kyabe sorprendido por la velocidad que tenía.
- ¿Cuál es tu nombre?- Volvió a preguntar.
Kyabe salió de su trance y decidió responder. Juntó las piernas, juntó sus brazos a su cuerpo e irguió la espalda, similar a una pose militar.- ¡E-Es Ky-Kyabe, señor!
- Ya veo…- Jiren volvió a cruzar los brazos y cerró los ojos por un momento.- Lo hiciste bien, Kyabe…
- ¿Huh?... ¿A qué se refiere Señor?- Preguntó el Saiyajin.
- A que hiciste una buena participación en el Torneo…- Dijo el héroe del Universo Once, quien seguía con los brazos cruzados y los ojos cerrados.
- ¿Usted cree…?- Preguntó Kyabe. Sorprendido por el alago de Jiren.
- Por supuesto…- Jiren abrió los ojos para mirarlo fijamente.- Si no me equivoco, tú, formas parte de una organización especial que su objetivo principal es traer paz a su universo…
- S-Sí… Así es, Señor…- Dijo Kyabe. ¿Cómo es que sabe eso?, pensó.
Jiren esbozó una pequeña, pero pequeñísima sonrisa. Imperceptible para el Saiyajin.- Hmph, me recuerdas a mí cuando era joven; Un chico con un alto sentido de Justicia, que entrena para proteger a sus seres queridos y así traer paz. Justo como tú… Fue muy valiente de tu parte haber participado para salvar a tu Universo de su eliminación, aun sabiendo que podrían aparecer sujetos muy poderosos y a la vez crueles. Como ese villano del Séptimo Universo, Freezer… Tu valentía hizo que actuases bien durante el Torneo.- Dijo sin perder la seriedad que emitía en esos momentos.
- Mu-Muchas gracias, señor Jiren.- Dijo Kyabe haciendo una reverencia, de verdad estaba muy agradecido por el alago del Héroe.
-…
-…
Un silencio incómodo reinó en esos momentos.
- Kyabe…- Dijo Jiren para romper el silencio que se había creado y así llamar la atención del Joven.
- ¿Sí?
-…. Por favor, guíalo…
- ¿Huh?- Preguntó Kyabe. Estaba confundido, ¿Guiar? ¿A quién? ¿Y por qué se lo pedía a él?
- Él aún está perdido…
- ¿D-De qué habla?- Kyabe estaba más confundido que antes. ¿Quién está perdido?..
- Él… Se encuentra en tu Universo…
La cabeza de Kyabe iba a explotar, no entendía que le estaba queriendo decir.
- ¡KYABE! ¡¿Dónde estás?!
Una voz hizo que el Saiyajin volteara. Sabía que era Caulifla quien lo llamaba, no vió a nadie atras de él. Supuso que estaba entre los escombros que no permitían visualizar a la Saiyajin.
"Por favor" La voz del miembro de las Tropas del Orgullo fue lo que se escuchó después. Cuándo Kyabe volvió a voltear para ver a Jiren, este había desaparecido sin dejar rastro alguno.
- ¿Pero qué…?- Fue lo único que dijo. ¿Qué demonios ha pasado? Pensó.
- "¿Pero qué…?" ¡Eso mismo me pregunto yo!
- ¿Mmm?- Kyabe volteó para ver a una malhumorada Saiyajin.- ¿Ca-Caulifla?- Dijo, muy asustado, esa chica sí que daba miedo.
Caulifla se acercaba a él dando grandes zancadas debido a su enojo. Kyabe retrocedió unos pasos, ahora sí que moriría.
- ¡¿Pero qué demonios estás haciendo aquí?! ¡Se supone que esperarías donde está Son Goku!- Exclamó Caulifla poniendo sus manos en su cintura y con el ceño fruncido. Dando un aspecto atemorizante para el saiyajin.
- B-Bueno, yo…- Kyabe no sabía que decir, no quería decirle que de repente apareció Jiren y le dijo unas cuantas palabras extrañas porque Primero; sabía que no le creería y Segundo; lo golpearía diciéndole que no invente tontas excusas.
- ¿Sabes?, no importa, no quiero saber.- Comentó la fémina tratando de calmar su ira. Estaban perdiendo mucho tiempo por lo que no se podían dar el lujo de perder más.- Vámonos, nos están esperando.- Dicho esto último, Caulifla se dio la vuelta para ir hacia donde los esperan.
Sin embargo, Kyabe no se movió de su lugar, tenía su vista hacia el suelo, estaba preocupado por lo que le dijo Jiren. ¿Acaso "él" era una amenaza?... Anteriormente le dijo que "él" se encontraba en su Universo. ¿Y si fuera alguien maligno? Sin dudas, averiguaría quien era "él".
- Caulifla.- La llamó. La nombrada volteó a verlo fijamente.
- ¿Qué Sucede?
Kyabe levantó la vista del suelo para encararla.- Lo siento… Pero no puedo ir con ustedes… Yo… Regresaré al Sexto Universo…- Dijo con un tono de tristeza. Sabía que Caulifla se enojaría con él y nunca se lo perdonaría.
- ¿Q-Qué?- Caulifla quiso haber oído mal. No podía ser cierto.
- Que yo… No iré con Ustedes.- Repitió.- Tengo… Cosas que hacer. Son unas misiones que… Me ordenaron hacer las Fuerzas de Defensa de Sadala. Y… Ya sabes… Tengo que cumplir con mis deberes…- Mintió el Saiyajin. Si el sujeto que mencionó Jiren era poderoso, no quería que Caulifla estuviera involucrada. Si algo le pasara, Kyabe jamás se lo perdonaría.
- ¡IDIOTA! ¡¿Enserio no irás solo porque esos imbéciles te encargaron una misión?!- Gritó Caulifla. Ahora sí que se enojó, pensó el Saiyajin Kyabe.
- Caulifla…
- ¡¿Sábes?! ¡Si quieres irte con tu estúpida organización de defensa, adelante! ¡Piérdete!- Caulifla se fue inmediatamente de ahí dando grandes zancadas. Estaba muy enojada, tanto que hasta golpearía a quién sea que se le atravesara en el camino, menos a Kale, es obvio.
Desde que Kyabe se prestó para luchar contra Monna, a Caulifla le surgió un sentimiento que jamás experimentó: atracción. Si no fuera por el Saiyajin, ella seguiría en su guarida vagueando sin hacer nada, desaprovechando su gran potencial oculto. Si no fuera por Kyabe, ella jamás hubiese alcanzado el Súper Saiyajin. En otras palabras, le dio una razón más para vivir, y eso era algo que ella agradecía, aunque eso jamás lo diría a dura voz.
Pero ahora que se iban a entrenar para fortalecerse, el muy imbécil decide dejarla de lado solo para "cumplir con sus deberes".
Kyabe se sentía mal después de lo que le dijo. Pero, sabía que hacía lo correcto, o eso creía.
-o-
A lo lejos Vados observaba todo lo acontecido. Esbozó una sonrisa y se dirigió hacia donde se encontraba el equipo del Universo Seis.
-o-
Kale estaba en el lugar donde se encontraba el equipo del Universo Siete. La Saiyajin podía ver como los guerreros de dicho universo charlaban entre sí. El equipo del Universo Seis estaba a unos pocos metros de distancia del Universo Siete.
Kale también podía observar como su equipo recién resucitado charlaban entre ellos, a su vez, veía como el Saiyajin Goku le rogaba al Sicario Hit para que tuvieran una pelea antes de que se marchen a sus respectivos universos, como es de costumbre, el Sicario lo ignoraba olímpicamente.
¡TRACK!
El sonido de una roca rompiéndose hizo que todos los presentes voltearan a ver hacia dónde provino tal ruido. Luego de que todo el humo se disipara, se podía ver como una Saiyajin con el ceño fruncido caminaba dando grandes zancadas debido a su enojo.
Kale rápidamente se acercó a Caulifla. No entendía ¿por qué su hermana estaría tan enojada?
- H-Hermana, ¿Y Kyabe? ¿Vendrá?- Preguntó la protegida de la Saiyajin con Cabello Erizado.
- No, Kale. Él no vendrá…- Respondió.
Kale podía notar como Caulifla lo dijo con un tono de decepción. Las Saiyajines caminaron juntas hacia donde estaba Goku.
- Oh, hola. ¿Ya están listas para partir?- Preguntó el Saiyajin del Séptimo Universo con el carisma que lo caracteriza.
- Sí.- Respondió Caulifla con pesadez. La Saiyajin se cruzó de brazos y miro hacia otro lado. Ya quería irse de ese lugar.
- ¡Entonces Vámonos! Jaja.
Bills, Whiss y Todos los integrantes del equipo formaron un círculo, preparándose para partir rumbo al Planeta Tierra. Goku notó que faltaba algo, más bien, alguien.
- Oigan. ¿Y Kyabe?- Preguntó el noble Saiyajin, que hasta ahora se dio cuenta de su ausencia.
- ¿Él vendrá?-Le Preguntó el Príncipe de los Saiyajins a Caulifla y a Kale, quién no había dicho ni una sola palabra desde el final del Torneo.
Ninguno de los Saiyajines obtuvieron respuesta alguna. Eso claramente era un NO.
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- Y eso fue todo…- Explicó Kyabe. Ya le contó que fue lo que Jiren le había dicho.
- Oh, ya veo…- Vados había prestado mucha atención en la explicación del Joven Saiyajin.-…. No te preocupes, sea lo que sea, estoy segura de que podrás manejarlo.- Comentó el Ángel con una sonrisa en su rostro que hizo que Kyabe se sonrojara.
- Mu-Muchas Gracias Señorita Vados.- Dijo Kyabe, pasándose la mano por su nuca sintiéndose alagado por tal comentario.
- Bueno, Nos veremos luego Joven Kyabe, tengo que ir a recoger al Señor Champa.- Dijo Vados alejándose un poco del Saiyajin.
- Hasta pronto Señorita Vados, nos vemos pronto.- Se despidió Kyabe haciendo una reverencia.
Vados solo se limitó a sonreir. Un faro de luz la rodeó y al final este subió hacia el cielo hasta que el Saiyajin le perdiera de vista.
Kyabe suspiró. Elevó su ki y emprendió vuelo hacia el hogar del quién fue su antiguo Cápitan: Renso.
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