Título: Beats.
Fandom: Twilight.
Disclaimer: La trama es mía; los personajes, obviamente, no.
Claim: Edward/Seth.
Rated: T.
Summary: No tiene nada, pero siente.


Beats.

—Así que... ¿No tienes ahí nada? —Seth señala con su ínfima inocencia, aquella porción de pecho marmóreo que la camisa de algodón a cuadros oculta.

Edward ríe. Ríe como no suele hacerlo o no lo hace nunca, y mira a Seth como mira a todo: nostálgicamente.

—Depende de a qué te refieras con "nada" —la voz aterciopelada del vampiro frente a él, se vuelve ronca y se minimiza inesperadamente, temiendo tener que decir lo que de verdad piensa. La sonrisa torcida y seductora, se tuerce de repente en algo así como una mueca de desagrado, siempre intentando ser amable.

El moreno alza la mirada azabache y con su dedo índice, toca el lugar dónde debería resonar el latido de un corazón enorme, pleno; porque es así como se imagina a Edward, y más aún como lo siente.

corazón. —Seth, mientras habla intenta hacer a un lado las distracciones, como la respiración de Edward rozando sus dedos o el propio tacto del vampiro —. Se supone que con él se... ama, y no parece haber nada.

Edward frunce el ceño. Un encogimiento de hombros suple a la anterior pose de indiferencia y la sonrisa forzada se extingue, desaparece. Ésta, se transforma en un suspiro involuntario.

Inconscientemente, el metamorfo de apenas dieciséis años, abre completamente la mano, y la apoya sobre su pálido y gélido pecho. Aunque bajo la palma puede sentir el casi infinito vacío helado, sonríe. Ha olvidado el motivo de su pregunta aparentemente inocente, y se encarnece en ese último gesto que él mismo a realizado.

—Está... frío. Hace meses que no me siento así. Frío; es extraño. —su voz se apaga poco a poco y se convierte en un murmullo suave, sacando a relucir ésa etapa de su infancia apenas finalizada. Cierra los ojos y se abandona, se deja llevar por ésa sensación de cosquilleo entre los dedos, disfrutando plenamente de ella.

Edward también podría decir que se siente extraño; sobre todo cuando decide estirar los gélidos dedos y colocarlos con sumo cuidado en el centro del pecho del metamorfo.

De nuevo, sus labios se estiran.

"Bum, bum, bum..."

Es inconfundible el presurosa latido de Seth; fuerte, pero a la vez tímido.

—Hace décadas que no me siento así: vivo.

Seth abre los ojos, sorprendido, y su acompañante le devuelve la mirada sin arrepentirse de lo dicho. El chico baja la vista al suelo y sonríe, sin saber a ciencia cierta por qué.

Lo que si sabe, y de lo que está completamente seguro, es de que, de haber podido, se habría sonrojado.


Soy consciente de que no le hago ninguna justicia a esta "pareja" (para mi lo son, ¿vale?) pero por intentarlo no pasa nada, y quien diga lo contrario: que salga por la puerta de la izquierda. Gracias.

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