Hola a todas :)
De nuevo he vuelto con una nueva historia...se que me aleje de ustedes por un tiempo pero he tenido compromisos personales que atender, aprovecho el espacio para agradecer a las personas que se pusieron en contacto conmigo durante mi ausencia, así mismo por sus comentarios y preferencia a mis fic los cuales comparto con mucho cariño, aún sin ser experta en escribir pero lo hago con todo gusto...gracias por estar siempre ahí. Espero que siga contando con sus comentarios y preferencia con esta nueva historia la que espero les guste...comenzamos. Saludos, Angie
Solo me queda recordarles el anime Candy Candy y sus personajes son creaciones de © Mizuki e Igarashi, este trabajo o fanfic fue creado con fines de entretenimiento y no de lucro; pero la historia es de mi total inspiración incluyendo a los personajes que no son parte del anime original.
MI DESTINO ES AMARTE
"Mi destino es amarte y no pudiera existir sin tu amor. Mi vida era obscura y tenebrosa, vagaba solitario por todos lugares sin poder encontrar una mano que me llevará a encontrar tu amor. Pero tú como cual estrella apareciste alumbrando mi camino…desde entonces ya no estoy triste y mi vida es un paraíso". Anónimo.
CAPITULO 1
Año actual
Albert – hasta cuando vas a dejar de justificarlo -dijo furiosamente.
Candy – no lo estoy justificando -dijo frunciendo el ceño- solo que está de viaje tu sabes que se mantiene muy ocupado.
Albert – ocupado -dijo frunciendo el ceño- ya imagino que estará haciendo.
Candy – no hables así de él, es mi esposo.
Albert – un esposo que no tiene el más mínimo respeto por ti -dijo furiosamente- el cree que basta darte joyas, ropa y hasta un perro va a reparar lo que hace –dijo caminando de un lado a otro.
Candy – Clin es parte de la familia -dijo acariciando al perro que tenía frente a ella.
Albert – te pasa las amantes por tu cara y tú no quieres darte cuenta, hasta cuando Candy hasta cuándo –dijo pasando su mano por su cabello- tienes que abrir los ojos a la realidad...ya pensaste cuantas mujeres han pasado por él.
Candy – por favor Albert no lo juzgues de esa manera –dijo con cierta melancolía- por favor no digas eso no quiero escuchar...basta ya por favor.
Albert – porque quieres hacerte la desentendida, tu bien sabes que es lo que pasa en la oficina...todos hacen comentarios sobre él y sé que han llegado a tus oídos, acaso ya se te olvidó lo que paso con tu secretaria –dijo deteniéndose frente a ella.
Candy – claro que no-dijo cabizbaja- es solo que.
Albert – ves a lo que me refiero –dijo interrumpiéndola- siempre tienes una justificación para él…por lo que hace, sus acciones.
Candy – me prometió no volver a hacerlo –dijo firmemente.
Albert – no puedo creer que digas eso -dijo pasando la mano por su cabello- acaso tú lo crees…aún crees en él en sus palabras.
Candy – yo lo amo Albert -dijo con ojos cristalinos.
Albert – como que –dijo mirando el semblante de su hermana, sintiendo un dolor en su corazón al verla de esa manera- lo sé…sé que lo amas siempre has sido demasiado obvia -dijo sentándose a su lado- pero tal parece que él a ti no te ama...discúlpame si soy directo, si mis palabras son duras, pero.
Candy – sé que te preocupas por mí –dijo interrumpiéndolo- y que lo haces por mi bienestar.
Albert – y por qué te quiero -dijo interrumpiéndola- eres mi hermana como no me voy a preocupar por ti, le prometí a nuestros padres hacerme cargo de ti y Anthony.
Candy – y lo has hecho muy bien -dijo sonriendo de lado.
Albert – ahora sabes la razón por la cual nunca estuve de acuerdo que te casaras con él.
Candy – si lo sé –dijo sollozando.
Albert – él siempre fue así.
Candy – él me dijo que cambiaría por mí porque me amaba –dijo llorando- porque era la mujer de sus sueños con la persona quien quería pasar el resto de su vida; y...y le creí.
Albert – pero no lo hizo -dijo acariciándole el rostro- me duele mucho verte así...pero tienes que comprender y tarde o temprano debes tomar una decisión, por favor déjate de hacerte daño, pero si es por el dinero que.
Candy – no es por eso –dijo interrumpiéndolo- no me importa el dinero…yo.
Albert – sabes que no te faltará nada –dijo interrumpiéndola nuevamente- con lo que tenemos podemos vivir cómodamente durante muchos años.
Candy – ya dije que no es por el dinero -dijo furiosamente.
Albert – entonces no entiendo –dijo suspirando.
Candy – estoy embarazada -dijo sin titubear.
Albert – que -dijo levantándose de su lugar abruptamente.
Candy – ahora me entiendes -dijo sollozando-sino he querido irme es porque pensé que tendríamos una nueva oportunidad de estar juntos…una familia un verdadero hogar juntos.
Albert – si…discúlpame -dijo sentándose de nuevo a su lado para luego abrazarla- y él...ya lo sabe.
Candy – no…no se lo he dicho –dijo moviendo la cabeza a los lados.
Albert – y cuando lo harás –dijo deshaciendo el abrazo para mirarla fijamente
Candy – creo que nunca –dijo suspirando.
Albert – porque...acaso.
Candy – si te pedí venir aquí fue para decirte que ya he tomado una decisión y no para escuchar tus sermones –dijo con determinación.
Albert – que quieres decir –dijo sorprendido al ver la actitud de su hermana.
Candy – haz el papeleo –dijo limpiando su rostro.
Albert – como dices.
Candy – voy a divorciarme de Terrence Grandchester –dijo seriamente sin titubear en sus palabras.
20 años atrás
Lakewood
-flash back-
Rosemary – hijo ahora tú tienes que cuidar de tus hermanos.
Albert – mamá yo -dijo sollozando.
Rosemary – tú eres lo único que tienen a partir de ahora, te necesitan.
Albert – no sé si podré hacerlo sin ti –dijo escapando una silenciosa lágrima por sus ojos.
Rosemary – claro que podrás -dijo agitadamente- estos años sin tu padre te has vuelto todo un hombre y me ayudaste mucho...así que ya estás listo para poder tomar su lugar.
Albert – no creo merecerlo.
Rosemary – ya estás en edad para hacerte cargo de las empresas Andrey, tu eres quien tiene que seguir con nuestro legado, eso incluye a los mellizos prométeme por favor que lo harás.
Albert – te lo prometo mamá -dijo tomando la mano de su madre para luego depositar un dulce beso.
Rosemary – ese es mi príncipe -dijo acariciándole la cabeza, para luego deslizar suavemente su mano hacia el rostro de su primogénito- los amo hijos y confío en ti -dijo para luego cerrar los ojos entrando en un sueño tan profundo del cual jamás volvería a despertar.
Pronto el jardín se inundó de hermosos pétalos blancos que volaban por todos lados, las dulce candy lloraban en silencio por la muerte de su creadora las cuales acogían el alma de su ama entre ellas donde viviría así para siempre.
-fin flash back-
Chicago, Illinois
Años después
Candy´s Pov
Así fue como mi hermano mayor Albert con tan solo 16 años se hizo cargo de las empresas de la familia y de dos pequeñitos de 8 años a quienes cuido con todo el amor que tenía en su corazón, cuidando de ellos día y noche para que algún día pudieran cumplir sus sueños y fueran felices por siempre. Siendo el máximo ejemplo para mí, quien me llena cada día de entusiasmo quien me enseñó a ser fuerte en cualquier circunstancia y que, gracias a él, hoy he logrado uno de mis sueños graduarme de la universidad -dijo cerrando su diario, para luego cerrar los ojos y sentir la brisa de verano que ya se hacía presente-.
Fin Candy´s Pov
Albert – sabes estoy muy orgulloso de ti -dijo tras ella, recostado en el árbol.
Candy – Albert -dijo cerrando abruptamente su diario.
Albert – no te preocupes no vi nada de lo que escribías...te lo prometo -dijo levantando su mano.
Candy – no importa -dijo incorporándose- tu sabes todos mis secretos -dijo abrazándolo- no hay algo que tu no sepas.
Albert – lo sé, y te agradezco tu confianza.
Candy – y yo te agradezco todo lo que has hecho por mí –dijo deshaciendo el abrazo.
Albert – soy tu hermano mayor lo recuerdas.
Candy – si lo sé -dijo sonriendo- y también sé que has sacrificado muchas cosas por cuidar de nosotros, pero ahora es tiempo que seas feliz.
Albert – que quieres decir –dijo levantando la ceja.
Candy – no creas que no me he dado cuenta como ves a la hija de tu nuevo socio...mmm creo que se llama.
Albert – no digas eso -dijo sonrojándose al mismo tiempo que la interrumpía.
Candy – vaya logre que el magnífico señor Andrey se sonrojara -dijo haciendo la mueca que la caracterizaba.
Anthony – eyyy Candy -dijo haciéndole una señal.
Candy – que pasa -dijo incorporándose.
Anthony – nos vamos ya.
Candy – tan pronto, pensé que -dijo mirando su reloj.
Archie – anda gatita anímate -dijo sonriendo tras ella.
Candy – bueno es que -dijo haciendo la mueca que la caracterizaba, volviendo años atrás recordando, y ahí estaba él...el chico quien alguna vez me hizo suspirar quien me robo el aliento del primer beso, tan elegante y guapo como siempre luciendo uno de los mejores trajes de Armani que podría imaginar, bueno a él todo le quedaba bien; quien diría que después de unos años juntos nos separaríamos de esa forma, pero después de todo quedamos como buenos amigos, ahora su corazón pertenecía a otra chica a quien consideraba mi mejor amiga.
Annie – vamos esta vez no puedes negarte solo será un pequeño viaje de graduación -dijo tras ella- hola Albert.
Albert – que tal chicos, mis más sinceras felicitaciones a todos.
Todos -gracias.
Candy – pero es que Albert.
Eliza – creo que sabe cuidarse no -dijo acercándose a ellos al mismo tiempo que levantaba la ceja.
Candy – si, pero -dijo diciendo a sí misma, y ahí estaba ella la tan sarcástica novia de mi hermano, Eliza Legan la pelirroja, con una tez envidiable y un cuerpo de modelo...que creo que eso es lo que trae loco a mi hermanito.
Albert – puedes ir si quieres -dijo tras ella- bueno que insisto que deberías ir.
Candy – pero.
Albert – después de todo te mereces un descanso no -dijo interrumpiéndola- desde que entraste a la universidad no tomaste vacaciones…y aunque te estuve rogando -dijo sonriendo de lado.
Candy – sabes que disfruto de tu compañía.
Albert – lo sé, yo también pero creo que ya es hora que cada uno tenga su espacio no.
Candy – bueno -dijo mirándolo sonreir- creo que no puedo negarte nada cierto.
Albert – cierto -dijo sonriendo.
Candy - está bien si tú lo dices…me voy a tomar una lindas vacaciones entonces.
Archie – bien dicho.
Eliza – así se dice cuñadita -dijo sonriendo.
Albert – solo cuídate de los lobos –dijo guiñándole el ojo.
Anthony – no te preocupes hermano yo me encargaré de cuidarla –dijo pasando su brazo sobre los hombros de ella.
Stear – recuerda que somos sus tres mosqueteros -dijo tras ellos.
Albert – lo sé -dijo dándole la mano a Stear en forma de saludo- bueno los dejo, que te diviertas princesa -dijo dándole un beso en la frente.
Candy – lo haré -dijo sonriendo.
Archie – entonces nos vamos -dijo sonriendo ampliamente.
Stear – al aeropuerto –dijo levantando los brazos.
Candy – pero falta mi equipaje.
Eliza – no te preocupes ya me encargue de eso.
Candy – como dices.
Annie – sabíamos que Albert iba a convencerte.
Eliza – asi que empaque para ti todo lo que necesitaras para este viaje.
Candy – no quiero imaginar lo que dices -dijo sonriendo de lado.
Eliza – ya lo verás.
Albert – desde cuando se volvieron tan grandes e independientes -dijo mirando a la distancia como sus hermanos y sus amigos se subían al automóvil- mamá…papá -dijo sonriendo- lo he logrado...ahora los pequeños han crecido mucho y son fuertes gracias a ustedes.
New York
Terry – padre no puedes dejarme la responsabilidad de este proyecto -dijo tirando los papeles sobre el escritorio.
Richard – tu podrás hacerlo, eres el mejor negociador de la compañía además tu departamento es el que está a cargo.
Terry – pero.
Richard – recuerda que he contratado a la mejor firma de abogados del país, ellos te ayudarán con todo el papeleo –dijo interrumpiéndolo.
Terry – está bien me pondré en contacto con el señor.
Karen – permiso -dijo interrumpiendo entrando a la oficina- hola papá.
Richard – que tal cariño -dijo dándole un beso en la mejilla- que sorpresa.
Terry – sorpresa -dijo levantando la ceja- acaso se te olvida que trabaja para ti.
Richard – claro que no, pero siempre será una sorpresa su visita –dijo sonriendo.
Terry – ya lo creo.
Karen – no seas celoso hermanito -dijo dándole un beso en la mejilla.
Terry – bueno entonces me voy a mi apartamento, quiero descansar esta noche y pensar en alguna solución...recuerda que tengo que tomar un vuelo muy temprano.
Richard – si lo sé, te encargo mucho...tienes que ganar ese proyecto.
Terry – cuenta con eso...te veo luego -dijo dándole un corto abrazo- dale mis saludos a mamá.
Karen – yo también me voy a descansar -dijo haciendo énfasis en la última palabra.
Richard – bien princesa que descanses.
Karen – te acompaño -dijo tomando del brazo a su hermano.
Terry – ahora que quieres –dijo volteando su mirada al lado.
Karen – nada, o que no me puedo preocupar por ti -dijo caminando a su lado para luego tomar el ascensor que los llevaría al sótano.
Terry – mmm.
Karen – pobrecito de mi hermanito está tan cansado -dijo sonriendo de lado, soltándose de su agarre- cuéntame ahora, no hay nadie quien pueda escucharte.
Terry – lo sabía –dijo levantando la ceja- no molestes quieres.
Karen – dímelo o sabes que averiguaré de cualquier forma…dime de quien se trata esta vez –dijo sonriendo de lado al mismo tiempo que cruzaba los brazos.
Terry – Kate Wellinstong -dijo sin titubear al mismo tiempo que salía del ascensor para luego caminar hacia su automóvil.
Karen – vaya...estas escalando alto hermanito –dijo con paso apresurado tras él.
Terry – ahora que lo sabes vas a dejarme en paz -dijo frunciendo el ceño.
Karen – vaya que estas de mal humor...que acaso Kate no te satisface -dijo caminando al lado opuesto de su hermano.
Terry – no digas tonterías, ella hace lo que yo quería -dijo abriendo la puerta de su automóvil.
Karen – lo mismo decías de Margaret, Kristin, Rose, Clarice, etc. ...uyyy son tantas que es difícil contarlas, hasta cuando dejarás de ser todo un don juan.
Terry – hasta que encuentre la indicada –dijo seriamente.
Karen – eso dices desde hace muchos años, cuando vas a madurar y a formalizar una relación.
Terry – eso no te importa -dijo subiendo al automóvil tomando el lugar del piloto para luego cerrar la puerta fuertemente- tú y yo no somos iguales…mis objetivos son otros.
Karen – eso lo sé perfectamente, tienes miedo al matrimonio.
Terry – simplemente no creo en eso, ahora ya deja de molestarme quieres.
Karen – está bien, no voy a decir nada más...adiós hermanito -dijo lanzándole un beso volador- que tengas un buen viaje.
Terry – hasta luego -dijo sonriendo- claro que lo tendré ya lo verás no por nada soy el grandioso Terrence Grandchester.
Karen – hasta cuando Terry...hasta cuando -dijo mientras se subía a su automóvil- en lo que tú sigues buscando a tu mujer ideal; yo ya encontré al príncipe de mis sueños -dijo suspirando, recordando el rostro del hombre que la había cautivado.
Continuará…
