Hola muy buenas a todos los leáis esta historia. Para sacaros de dudas este relato tratará de la vida de una Shepard desde mi particular punto de vista, pero ampliando mucho más allá de lo que se muestra en el juego. Los primeros capítulos trataran de su vida mucho antes de convertirse en la gran Comandante Shepard, empezando por su infancia y posterior ingreso en la Alianza. Espero que disfrutéis leyéndolo tanto como yo escribiendo.
Elissa estaba en la cocina. Llevaba ahí cerca de una hora, tiempo suficiente para desmontar por completo el aparato. La noche anterior uno de los platos no se encendía, así que buscó en la extranet toda la noche para ver que podía ser. No encontró gran cosa aparte de los esquemas del mismo, pero con eso tenia suficiente. Los estudió con detenimiento y cuando terminó se acostó. Se despertó antes de que su madre lo hiciera, así podría trabajar sin molestias de ningún tipo.
"Elissa, despierta y levántate que tienes que desayunar e ir a revisar los filtros del agua."
Elissa era un prodigio de la ingeniería, siempre le fascinó ese tema. Desde que vio a su padre desmontar en una revisión cotidiana su omniherramienta, se sintió atraída por ello. Justo cuando su padre terminó y se fue, ella cogió la omniherramienta, la desmontó y la revisó. Cuando su padre llegó y vio aquel desastre de piezas se quedó parado sin saber si enfadarse o seguir mirando, pero Elissa le dijo que observara. La volvió a montar, pero para su sorpresa le sobraron dos piezas. Su padre creyó de inmediato que aquél objeto iba a explotar cuando su pequeña hija la encendió. Pero más lejos de la realidad, no solo no pasó nada, sino que en el chequeo de datos mejoró su rendimiento un 12%. Tenia solo 7 años.
"Mamá, estoy en la cocina revisando uno de los platos, enseguida acabo."
Cuando Emily escuchó a su hija decir eso, salió corriendo hacia la cocina temiendo lo peor, y así era. Cuando entró la mayor parte del aparato estaba desmontado.
"¡No! Elissa otra vez no. ¿Ni siquiera en tu cumpleaños puedes dejar de hacer estas cosas?"
"Mamá, tampoco es tan grave, solo tenia un pequeño corto en uno de los relés. Lo estoy cambiando por uno que tenia en mi caja de recambios. Enseguida la vuelvo a montar."
Emily suspiró, sabia que no podía parar a su pequeña. Pero debía marchar a ayudar a su padre, pues quería montar la fiesta para ella. Hoy cumplía 16 añitos, aunque se comportaba como si tuviera más edad. De lo cual sus padres se sentían muy orgullosos.
... ... ... ...
James Y Emily eran felices en la Tierra, pero querían la libertad que proporcionaba una nueva vida en las colonias. Cuando Emily ya estaba embarazada de Elissa se trasladaron a Mindoir, en el Través Aticano o como Elissa solía decir - 'En el quinto pino en medio de ninguna parte' - Poco después de llegar, el 11 de Abril del año 2154, nació Elissa Shepard. La niña más inquieta e inteligente que podrían haber deseado. Ya desde muy pequeña le encantaba trastear con todo lo que veía. No fue hasta el evento de la omniherramienta que su padre vio su potencial. Hoy, 11 de Abril de 2170, no solo sabia todo lo que su padre le enseñó, sino que superaba en conocimientos hasta a los jefes ingenieros. Sus amigos de la colonia decían que una chica ingeniera no era nada atractiva. Ella les ignoraba, pero siendo más mayor les decía que - 'si uno no es fiel a lo que su espíritu le demanda, ¿que puede hacer?' - a lo que sus amigos se quedaban sin repuesta.
"Mama, ya he terminado con eso. Me voy a revisar los filtros, y luego me marcho a ayudar a papá."
"Muy bien Elissa, no te olvides de recoger tu almuerzo."
Caminaba alegre y sin demora por la colonia, devolviendo el saludo a todos los que la conocían, que eran casi todos. En la colonia la raza predominante eran los humanos, pero también habían un par de familias de origen asari y turianos. Se acercó al que consideraba su mejor amigo, a pesar de las reticencias de su padre que sirvió unos años en la alianza cuando combatieron contra los turianos. Un joven también ingeniero.
"Hola Krek, buenos días."
"Ho.. hola, Elissa. ¿Que tal llevas el día?"
"Muy bien, aunque a mi madre casi le da un ataque al corazón cuando ha visto la cocina desmontada."
"¿Has conseguido arreglarla?"
"Hmm si, anoche busqué en extranet algo sobre la misma pero solo encontré los esquemas. Pero estudiándolos con detenimiento me bastó para desmontarla y buscar el fallo. Al final solo era un simple relé que se había quemado."
A Krek le gustaba mucho Elissa, para una humana era soberbiamente inteligente y su capacidad para recabar y memorizar información era fascinante. No lo podía reconocer abiertamente, tanto por los padres de ella como los suyos propios. Se lamentaba en parte que la única 'hembra' que le gustaba y atraía no era turiana.
"¿Y como llevas la construcción de tú 'aparatito'?"
"Tssss, no lo digas tan en alto. Va bien, en uno o dos días lo tendré listo."
"¿Me invitarás a subir contigo para probarlo?"
"Por supuesto, eres mi mejor amigo y el único que me ha apoyado siempre. De hecho vas a ser el único que lo va a disfrutar conmigo."
Krek se puso un poco nervioso. No conocía los entresijos del apareamiento humano y no sabía si eso era una proposición de alguna clase, o solo demostraba la profunda amistad que parecía profesar hacia él.
"Bueno Krek, me marcho que tengo que revisar los filtros del agua. Creo que andaban un poco maltrechos. Luego nos vemos."
... ... ... … … ...
"Bueno, vamos a ver."
Elissa empezó con su jornada de ayuda revisando en la consola que todo estaba como debía estar.
"Vale, el filtro nº 2 detecta una pequeña obstrucción. Por lo demás todo esta bien. Vale... anuncio general para los que dependen del filtro dos, para poder desconectarlo sin percances."
Elissa se dirigió entonces a el núcleo de los filtros, donde se separaban para proporcionar agua a toda la colonia. Mientras se acercaba al tubo que albergaba el filtro dos se encontró con la persona que más odiaba del lugar.
"Hola hermosura, que bien te queda ese mono de trabajo. Aunque me gusta más lo que hay debajo."
"Gregor en serio, tengo trabajo y no estoy para aguantar tus estupideces."
Aquél chico era un incordio desde que Elissa era muy pequeña. Siempre molestándola e insultándola. Desde siempre había desdeñado su pasión por la ingeniería - 'una chica ingeniera, jajaja. Que será lo siguiente, ¿una chica pilotando una nave?' - Pero desde hacia ya un par de años, cuando el esbelto cuerpo de Elissa empezó a crecer comenzó a insinuarse de manera descarada. Elissa intentaba con toda la amabilidad que su paciencia le permitía, deshacerse de él. Pero era más molesto que un varren rabioso. Ya había llegado a un punto que no aguantaba sus tonterías.
"¿Qué tienes trabajo? ¿Justo que hoy yo estoy aquí? Que casualidad, que me hayan mandado patrullar esta zona. Y me envían un premio para recompensarme."
Gregor, sin pensárselo se dirigió con clara lascivia hacia Elissa, relamiéndose mientras en su pervertida mente se imaginaba cosas totalmente indecentes. Pero no contaba con la inteligencia de Elissa, en cuanto él levantó el brazo con la clara intención de sujetarla, se retiró y sacó con rapidez una pequeña pistolita que ella misma se fabricó.
"Ehh, ehh. Donde vas con eso. No pensaras matarme, ¿verdad?"
Dijo levantando las manos, aunque más que nervioso en gesto burlón.
"Al contrario que tú, yo uso mi mente para cubrirme las espaldas. Y no soy tonta."
Gregor, creyendo erróneamente a que se refería se abalanzó hacia ella para intentar tumbarla en el suelo y poder hacer lo que ya llevaba un tiempo imaginando. Tomar a aquella muchacha, quisiera ella o no. Entonces vio un pequeño destello surgir de aquella pistolita y una descarga de electricidad recorrió su cuerpo, haciendo que empezara a temblar y cayó inconsciente con un sonoro golpe contra el frio suelo. Elissa a pesar de lo ocurrido era buena persona, y aunque sabia que ese personaje no lo merecía, lo sentó con cuidado en la pared, para que no lo encontraran tumbado en el suelo medio babeando y con algo del bajo pantalón mojado, por culpa de la descarga. Sin más en que pensar siguió hasta el núcleo de los filtros.
"Ajá, quien habrá sido el gamberro. Estos niños."
Tuvo que retirar lo que parecían restos de pequeñas piezas de construcción, que alguno de los muchos niños de la colonia, ya fuera por descuido o a propósito arrojaron al deposito de agua. Ya que en la superficie el depósito estaba abierto casi siempre pareciendo un pequeño lago más que un depósito.
... ... ... … … ...
En cuanto terminó se marchó en dirección al núcleo del reactor que alimentaba a toda la colonia para ayudar a su padre. Mientras salia de la sala de los filtros, se fijó en que Gregor ya no estaba donde lo dejó, pero no le puso más interés del necesario. Mientras caminaba en dirección al núcleo recibió una llamada de su padre por la omniherramienta,
"¿Si papá, qué ocurre?"
En tono más serio de lo habitual su padre le contestó, haciendo que ella se preguntara que podía haber hecho mal esta vez.
"Elissa, necesito que vengas a la central de seguridad ahora mismo y sin rechistar."
"Vale papá, en seguida voy para allá."
Elissa empezó a juntar las piezas como hacia siempre. En seguida supo de que iba la cosa, pero sabía que las circunstancias jugaban a su favor. Su inteligencia hacía que siempre estuviera uno o dos pasos por delante de lo que pudiera surgir. No tardó mucho en llegar, pues la central de seguridad estaba cerca del ascensor que llevaba al núcleo. Conforme entró vio en clara pose de victoria a Gregor con el jefe de las patrullas, y a su padre intentando dar explicaciones.
"Capitán, puedo asegurarle que Elissa no haría nada si no creyera que su vida corre serio peligro. Si este 'chico' ha aparecido así por algo sera."
"¿Serio peligro? esta perra me ha atacado sin razón mientras yo realizaba mi patrulla por el subsuelo del depósito de agua."
Elissa sin pensárselo dos veces, decidida a dejar en evidencia a Gregor se defendió.
"¿Sabes cual es la diferencia entre creer que tienes razón y saber que tienes razón?"
Su padre, Gregor y el jefe se quedaron un poco ensimismados intentando asimilar lo que Elissa quiso decir con aquella pregunta. Sin más espera Elissa tecleó algo con su omniherramienta,
"Esta."
En una de las pantallas empezó a salir el video que ella grabó en cuanto se encontró con Gregor en el deposito. Y claro, se vio claramente que sus palabras no valían absolutamente nada. Gregor, fue amonestado y se le prohibió acercarse a Elissa a menos de 50 metros. Si desobedecía de algún modo se le expulsaría de la guardia, y se le encarcelaría con cargos de acoso y abuso de autoridad. Elissa por otro lado se sintió satisfecha a la vez que algo culpable. No esperaba que le reprendieran tan duramente, en esos casos su buen corazón hacía acto de presencia.
... ... ... ...
La jornada ya había terminado. Durante la misma su padre se disculpó por lo que había pensado de su joven hija.
"Elissa, perdoname. Gregor lo explicó con tanto detalle y tan seguro de si mismo que no parecía que estuviera mintiendo."
Elissa le dio un cálido beso en la mejilla a su padre.
"No te preocupes papá, creo que en tú situación yo habría hecho lo mismo."
Estaba a punto de entrar en casa cuando algo llamó su atención, pensando en lo ocurrido no cayó en la cuenta de que le faltaba algo, que había pasado algo por alto. Se fijó de nuevo y vio que algunas personas que le solían saludar al ir y venir no estaban donde solían estar. Pensó para si misma que quizás Gregor les había hablado mal de ella y eso la hizo entristecer. Cabizbaja entró en la sala de su módulo, y cuando encendió la luz...
"¡SORPRESA!"
"¡FELIZ CUMPLEAÑOS ELISSA!"
Allí estaban todos los desaparecidos. A pesar de su gran inteligencia, Elissa para algunas cosas era muy inocente aún. Todos sus amigos y familiares cercanos habían venido a su cumple, incluso sus abuelos vinieron desde la tierra para verla. Aquélla fue una gran noche que hizo que se olvidara del mal trago del día. ¿Mañana? mañana seria otro día.
