Todo iba de maravillas en el día de la familia, pero, si, debía haber un pero, Chad aprovecho el disgusto de la reina Leah para acribillar a los descendientes de los villanos más poderosos.
"¿Qué no ven la manera como fueron criados?", exclamo Chad tras empujar el avance de la chica de cabellos morados. "¡Tú le robaste a Audrey el novio!"; mirándola con odio. "Tú no sabes hacer nada más que golpear y lastimar gente"; mirando de reojo a Jay. Giro la cabeza para ver a Evie y decirle "Y tú, no eres más que un corazón hueco ansioso de poder". Miro con desprecio al pequeño Carlos, abriendo la boca justo cuando un humo verde envolvió a los 4 jóvenes, quienes estaban asustados y soltaron un leve grito hasta verse completamente rodeados.
"¿Qué rayos?", exclamaron las personas al verlos convertidos en niños, pero se espantaron al ver su físico.
Nadie entendía lo que estaba sucediendo, vieron como sus pequeños cuerpos estaban desnutridos (unos en mayor grado) y algunos tenían heridas; muchas de ellas ya cicatrizadas, otras frescas.
Las mujeres estaban espantadas al ver el estado de Jay y de Mal, podían ver como sus ropas rasgadas dejaban ver parte de la piel, donde veían sus huesos.
"¿Quiénes son esos degenerados?"; murmuro el mayor de ellos con desprecio. Sus amigos encogieron los hombros sin saber que decir.
"Chicos, tranquilos"; dijo Ben tratando de sonar firme y suave con ellos, alargando sus manos hacía Mal, pero siendo detenido por el hijo de Jafar. "Vamos Jay, solo quiero ayudarles, soy Ben", mirándolos con nerviosismo; "Yo los saque de la isla"
"¿Dónde estamos?", murmuro temeroso Carlos, aferrándose al brazo de Jay.
"No sé, pero vámonos", murmuro Mal haciéndoles una señal a sus amigos.
"¡No, esperen!", exclamo Ben pero no lo escucharon. Jay coloco al pequeñín sobre sus hombros antes de correr hacia el bosque, siendo seguido por Evie y por Mal, quien cojeaba levemente.
Mientras los niños corrían en el bosque, en donde estaban los invitados y alumnos estaban atónitos, aún más cuando ven en el piso sangre, se asustan y van a buscar a los niños. Ven como el rastro de sangre se separa, por lo que ellos también lo hacen.
Ben, sus padres y la familia de Audrey se topan con la pequeña de cabellos morados, quien jadeaba mientras se agarraba el estómago con ambas manos, Evie estaba a su lado tratando de parar el sangrado.
Ninguna se percató que fueron rodeadas por extraños hasta que el heredero al trono de Auradon la levanto con cuidado, sin hacer caso a las patadas de la chica. En cambio, la reina Bella tomo a la otra niña con cuidado pero evitando su escape.
A penas llegaron al castillo dejaron a Mal en la enfermería, donde la curaron y vieron con horror su piel lastimada; sus huesos sobresalían en su piel, las cicatrices en brazos y piernas, su tobillo lastimado y el moretón en la espalda.
¿Jay? Se le notaban algunos huesos pero principalmente las costillas, en menor cantidad que la pequeña Mal. El tobillo derecho tenía un moretón, su ojo derecho esta morado, sus pulmones dañados y varias heridas leves en la espalda.
¿Carlos?
Pesa poco, pero es menor comparado con los mayores. Tiene una cicatriz en el brazo derecho y unas pequeñas heridas en la espalda.
¿Evie? Solo tiene un poco de desnutrición.
"Sé que sus padres les causaron males terribles e irreparables" (viendo con ojos suplicantes a Aurora, Blancanieves, Aladdin y Rogers) "Pero estos chicos, que no entendemos como fueron hechizados, merecen un mejor trato." La reina Bella hablaba con un nudo en la garganta. "Les pido que los cuiden mientras encontramos una cura"
"Por mí no hay problema, mis hijos no están en casa y ya saben, con tantos cachorros sin tener con quien jugar es aburrido", dando una sonrisa encantadora mientras veía como el pequeño de cabellos blancos y negros se ocultaba tras sus amigos. "Le trataremos como uno de los nuestros. Además, Anita siempre quiso hacer algo por ella"
"Gracias Rogers", viendo al niño, "ven Carlos, dormirás con él y su esposa y sus perritos, que dices"; dijo la reina Bella con su dulce voz.
"¡Jay, no dejes que me coman, mama tenía razón!" abrazando los pies del mencionado que miraba con odio a los adultos.
"Ni se les ocurra", con una voz gruesa. Evie le sobaba la espalda y Mal, quien cojeaba del tobillo derecho levantaba los puños en alto.
"Yo cuidare a Evie, es como mi hermana", dijo Nieves para aligerar la tensión en el ambiente.
"No necesito una hermana", sin mirarla, "ellos son mis hermanos, nos cuidamos y alimentamos sin ayuda de nadie"
"Jay, ven amiguito", intervino Aladdin con su jubilosa voz, "Nos divertiremos, jugaras con Jedwin, tiene 12 y es muy parecido a ti; sus hermanos mayores están fuera de momento pero, te agradará y…", siendo cortado por las duras palabras del chico.
"¡Cállate pedazo de mierda!", exclamo con ojos vueltos furia. "¡Nadie nos pondrá una mano encima, no si puedo evitarlo!", poniendo ambos puños en alto, imitando a Mal, quien empezó a jadear.
"Mal, ¿te gustaría venir conmigo?", pregunto Aurora mirándola con ternura y tristeza. "Sera divertido, te leeré libros, haremos postres en la cocina y…"
"No necesito una madre", interrumpiéndola de golpe. De repente, empezó a respirar con dificultad hasta caer, siendo sostenida a tiempo por Jay. "Jay", su voz se escuchaba como un susurro.
"Ahora no, por favor", murmuro con dolor el mencionado. Evie escondió a Carlos bajo la cama antes de tratar de ayudar a su amiga.
De la nada, Aurora la tomo en brazos, ignorando sus puños y la reacción del resto de los niños. Se la llevo de nuevo a la enfermería, donde le dijeron que necesitaba reposo, tomar medicamento y tener una dieta saludable. Como vio que estaba agotada, ya ni mostraba resistencia, la llevo a su castillo, donde su esposo, sus padres y sus dos únicos y preciosos hijos la veían con tristeza y culpa.
"Hija, yo…", le decía su madre una y otra vez, a pesar de los intentos de ella por calmar su alma afligida.
Mientras, el resto de los adultos tenían problemas para llevarse al hijo de sus villanos.
Carlos estaba debajo de la cama donde le pusieron, no lograron sacarlo de ahí.
"Ven, Carlitos, te harás daño ahí", decía Roger, tratando inútilmente de alcanzar al niño, quien se aferraba al fondo de la cama y gruñía.
"No, aui es bonito"
Jay estaba dando vueltas en todo el lugar, siendo perseguido por jazmin y aladdin, "¡Jay, pequeño enano ven aquí!"
"¡No, no confío en ti patán, mentecato sucio…!" decía, sin dejar de correr y encaramarse a los muebles, donde les aventaba lo primero que tenía al alcance.
Evie no dejaba de verse en el espejo, pero cuando su hermanastra se acercaba a ella, solo corría a la otra esquina
Lo sé, corto pero espero les guste.
Esta historia se actualizara cada viernes, alrededor de las 11 de la noche. Gracias por leer y espero sus comentarios.
