Harry se encontraba subiendo por una montaña, el camino era traicionero y resbaladizo, y la tormenta sólo empeoraba las cosas. Pero aún así no iba a rendirse, había llegado tan lejos y no pensaba dar marcha atrás, no cuando tenía la meta tan cerca. Pocos magos se habrían arriesgado yendo a ese lugar, sólo se podía aparecerse al inicio del camino pero los senderos y la cima tenian fuertes protecciones que evitaban cualquier hechizo de aparición y Harry suponía que si convocaba su escoba también sería inútil.
Luego de varias horas de escaladas y pequeñas paradas para comer y beber, logró llegar a su objetivo, cuando entró a la cueva creyó que su investigación había sido en balde ya que no había indicios de que alguien haya estado allí nunca. Pero ya había aprendido que las apariencias engañan y luego de concentrarse y utilizar su magia, el interior cambió completamente. Seguía siendo el interior de la cueva pero con adornos y modificaciones como la sala de un palacio, en el medio se encontraba una figura sentado en lo que parecía un trono -Por un momento creí que no lo lograrías- dijo el hombre-

-No soy de los que se rinden con facilidad. He estudiado todos los libros de magia antigua, todas las leyendas y teorías acerca del tiempo-

-Sí, conozco tu historia Harry Potter. En realidad conozco la historia de todos, no puedo evitarlo-

-Entonces sabes por que estoy aquí. Solo tú tienes el poder de otorgarme aquello que quiero. Los giratiempos sólo permite retroceder algunas horas, un día como mucho. Yo necesito ir más lejos-

-Muchos han venido por la misma razón que tú, todos tenían su propia historia que contar, la cual deseaban cambiar. Historias interesantes e igual de trágicas-

-Si no lo fueran no hubieran tenido que venir aquí para cambiar su pasado-

-¿También quieres cambiar tu pasado Harry Potter? Hacer que las cosas hubieran sido diferentes para tí, mejores-

-No es sólo para mí, si logro llegar al momento exacto podría cambiarlo todo. No sólo mi pasado, sino el de cientos, incluso miles. Podría darles a todos la oportunidad que no tuvieron-

-¿Qué te hace pensar que puedes hacerlo? ¿Que podrías cargar con esa responsabilidad?-

-Yo...no lo sé. Pero debo intentarlo, nunca quise ser el que cargara con el peso del mundo. Pero lo hice, en más de una ocasión, creo poder hacerlo una vez más-

-¿Y si no lo logras? ¿Y si el resultado no es el que esperabas?-

-Cualquier cambio que haga será mucho mejor que lo quedó luego de la guerra. Haré lo que me pidas a cambio-

-¿Crees que necesito algo? He vivido durante milenios, he visto cosas con los que algunos sueñan y he aprendido más en un año de lo que tú aprenderías en una vida-

-No fue mi intención ofenderlo, sólo quería mostrarle que estoy dispuesto a lo que sea por su ayuda-

-Lo sé. Te ayudaré, todos tenemos un pasatiempo. El mío es coleccionar historias y tengo curiosidad por cómo acabará la tuya. Te enviaré al momento del tiempo en que todo empezó, pero una pequeña advertencia, cuando estés allí la ubicación de este lugar será borrada de tu memoria, volverás a estar como al principio. Bueno, será un principio diferente en realidad-

-Acepto. Y agradezco sinceramente su ayuda- le dijo haciendo una reverencia. El anciano se acercó y le estrechó su mano. Luego de unos segundos Harry fue envuelto en unas luces y desapareció del lugar dejando a la figura solo -No te precipites en darme las gracias, al menos no todavía. Parece que tendrás que aprender de la forma difícil-


Harry apareció en medio de una calle, era de madrugada y llovía bastante fuerte. Pensó que había fracasado, pero cuando vio un enorme cartel despintado en un gran y viejo edificio con un cartel luminoso en forma de cruz se dio cuenta que estaba donde quería. Luego vio que una mujer iba corriendo debajo de la lluvia, parecía que se iba a desmayar en medio de la calle, hasta que un grupo de personas del edificio fueron a socorrerla. Se colocó su capa para hacerse invisible y se metió al edificio, luego de esperar unas horas vio a los doctores y enfermeras llevar a un bebé a la sala de maternidad con los otros niños.
Cuando vio que dejaron al bebé con los otros recién nacidos se acercó para verlo de cerca, sacó su varita y antes de que pudiera hacer algo el niño abrió los ojos. Eran ojos normales, no había maldad alguna allí, sólo era un niño inocente, se maldijo a sí mismo por el sólo haber considerado esa idea -Yo no soy así, no soy un asesino- Envolvió al niño en una manta y lo sacó de allí antes de que volvieran las enfermeras.
Una vez fuera de allí no sabía que hacer con la criatura, no podía quedarse con ella, no estaba capacitado para cuidar de un bebé y fue en ese entonces que una idea le vino a a cabeza, el lugar perfecto para que el niño estuviera a salvo, un lugar mágico, sencillo y humilde pero acogedor y con amor. Con un movimiento de su varita desapareció de allí y terminó en uno de sus lugares preferidos. Una casa torpemente diseñada y que era obvio que era sostenida con magia, asumió que a esa hora de la noche los dueños estarían durmiendo. Se acercó a la puerta y dejó al bebe envuelto en varias mantas para que no sufriera el frío, al lado del bebé dejó una bolsa con muchos galleons y una nota que decía:

Su nombre es Tom Riddle, por favor cuiden bien de él
y denle todo el amor que sus padres no pudieron darle
Se los encargo profundamente

Antes de irse del lugar se volteó hacia el bebé que dormía plácidamente e hizo una mueca -Intenta hacerlo bien esta vez Tom o vendré por tí-


Harry despertó en su cama, por un momento creyó que nada había cambiado hasta que vio donde estaba. No era la casa de sus padres ni la casa de los Dursley, era Grimmauld Place. Luego de ver bien el lugar se dio cuenta que el lugar estaba decorado como si fuera suyo, había afiches de Quidditch en las paredes, fotografías suyas de bebé y otras con sus padres, se estaba preguntando cuánto había cambiado el mundo por lo que había hecho hasta que sintió un ardor en el brazo, como si le quemara -¿Qué demonios..?- y cuando se arremangó vio un tatuaje en su brazo, no era la marca tenebrosa en forma de serpiente, sino una en forma de Fénix, sea como sea le molestó esa sensación y en ese momento la puerta se abrió y apareció Sirius.

-¿Todavía no estás listo? Sabes que al señor Dumbledore no le gusta que lo hagan esperar demasiado a no ser que tengas una buena razón-

-¡Sirius!- y Harry instintivamente corrió a abrazarlo, olvidando la situación en la que estaba, el adulto lo miro sorprendido por su reacción -¿Qué diablos te sucede? ¿Has estado bebiendo?-

-No, yo...me alegra de verte- respondió recuperando la compostura.

-También me da gusto verte, pero no es como si hayan pasado años sin vernos. Apenas anoche cenamos juntos-

-Lo siento-

-Está bien, date prisa y cámbiate, no quiero ser el último en llegar a la reunión de la Orden-

-S-sí dame un minuto- y cuando el adulto se fue Harry se quedó pensativo "¿Cuanto habrán cambiado las cosas? ¿La Orden sigue peleando contra Voldemort? ¿Por qué mis padres no vinieron a despertarme?" se dijo a sí mismo y al momento una oleada de imágenes llegaron a su mente: Harry jugando con sus padres, tomando el tren a Hogwarts, Harry vistiendo una túnica de color verde con el emblema de una serpiente, derramando lágrimas en un funeral acompañado por Sirius. Las imágenes siguieron hasta que se cayó al piso y fue recuperando la consciencia -¡Dios Mío! ¿Qué he hecho?-


Holaaa, espero que les guste este fic, no será una historia muy larga. Es sobre Harry aprendiendo lo que sucede cuando intenta cambiar la historia. No olviden dejar reviews