Titulo:Entre el amor y los sueños.
Capítulo 1: Condiciones.
Autora: Hikari Mitsukit
Personajes: Kyouya y Haruhi (principales) además claro del resto de los personajes de Ouran Host Club.
Sumari: Llevado por su sueño de heredar la empresa de su padre, kyouya no se detendrá ante nada para conseguirlo, ¿seguirá adelante aún cuando el amor entre en el juego? Kyoharu
Advertencias: Ninguna, supongo. Intentare que no sea un OOC, aunque no aseguro nada.
Disclaimer: Juro por todo lo que me es sagrado (Kyouya!!) que Ouran Host Club no me pertenece, ni lo intento robar, solo lo tomo prestado para divagar un poco con mis historias.
Aclaraciones al final del capítulo. n.n por el momento, los dejo con la lectura :D
Capítulo 1
:Condiciones:
By: hikari-mitsukit
Ya era tarde, y él aun no salía. Últimamente su padre le hacía acudir con demasiada frecuencia a su oficina, para pedirle cosas que, seguramente, pensaría que estaban fuera de sus manos. Y eso le enfadaba. Después de todo, demasiadas veces había demostrado ser mucho mejor que sus hermanos mayores. No es que menospreciara a estos dos últimos. Si no que, él, sin tener el favor completo de su padre, había demostrado ser capas de quitarles las empresas Ootori si le daba la gana. Pero ellos seguían sin reconocerle.
Miró su reloj, y se llevó una gran sorpresa. Ya pasaba media hora de que había llegado, ¡Y su padre aún no salía a recibirle! Se pregunto que tanto estaba entreteniendo a su padre para que no le recibiera cuando debió hacerlo. Después de todo, el dueño de las empresas Ootori no era de los que dejaban esperando a las demás personas. Aún cuando fuera su propio hijo.
Arrugó el entrecejo y se acerco a preguntarle a la secretaria el porque del retraso. Normalmente habría preferido esperar, pero todavía le hacia falta terminar de hacer el reporte financiero del host club de la semana. Demonios. Ese Tamaki había sobrepasado el presupuesto, una vez mas, al salirse con la suya de construir una ruina maya en pleno salón de música. Intento negarse, incluso le amenazó, pero fue inútil. Ella había abogado por concederle su capricho y no había tenido otra opción que asentir.
Espera… ¿No había tenido otra opción? Bien, estaba claro que necesitaba dormir, ya comenzaba a imaginar cosas sin sentido. Él siempre tenía otra opción. No por nada era el Rey de las Sombras. El que controlaba el host club a su antojo, sin que el autoproclamado Rey se diera por enterado. Aunque esta vez, Tamaki de verdad estaba preparado para una negativa. Le había sorprendido mucho cuando le mostró una nota firmada por el mismo director de la escuela, aceptando la propuesta de la construcción de ese armatoste. Aún con la duda de cómo había logrado Tamaki tal hazaña, tubo que aceptarlo. Si. Esa había sido la razón. Él no se estaba volviendo mas dócil y manejable, simplemente había aceptado por los beneficios que le llevaría el no contradecir al director.
Suspiró. Un murmullo de impaciencia estuvo a punto de salir de sus labios. Pero lo detuvo justo a tiempo para ver abrirse la puerta de la oficina. Se puso de pie al tiempo en que la puerta se terminaba de abrir para darle paso a la figura amenazante de su padre. Lo miró de reojo y se acerco a su secretaria para dejarle unas cuatas indicaciones y acto seguido lo llamó para que pasara a su despacho.
Ya había estado ahí con anterioridad. Era una gran oficina circular en lo alto del edificio principal de la compañía. Desde uno de los ventanales se podía vislumbrar la ciudad de Tokio en todo su esplendor. Ése había sido uno de los lugares que mas frecuento durante su niñez. Siempre serio. Siempre observando. Recordaba haber presenciado numerosos trabajos en esa estancia. Había sido testigo de los mejores acuerdos a los que había llegado la compañía con otras del mismo ramo. Sonrió al recordar la imagen que se le venía a la mente, cuando pensaba en que su padre, sentado en esa silla de cuero importada, observando con curiosidad como las acciones de la empresa eran adquiridas por una persona sin nombre e identidad. Solo para venir a enterarse tiempo después que su propio hijo había sido el responsable de ello. Ésa era una de las imágenes más agradables que se le venían a la mente cuando pensaba en su padre. El momento en el que le demostró a su familia que era tan o más digno de heredar esa compañía, como sus hermanos mayores.
El hombre debía haber seguido el hilo de pensamientos que rondaban en la mente de su hijo, porque alzó la cabeza de los papeles que tenía ante él, para mirarlo atentamente. Era verdad que su hijo había cambiado mucho. Había madurado según sus expectativas, realmente un digno heredero de la compañía. Sus otros hijos también eran excelentes, pero con él era diferente. Tal vez, inconcientemente y sin que su hijo tuviera conocimiento de ello, había depositado toda su confianza en que Ootori Kyouya fuese el que se quedaría a cargo de la empresa. Por eso mismo le había exigido más de lo que creyó que su hijo fuera a poder lograr. Siempre presionándolo y encargándole proyectos mas halla de las posibilidades del muchacho. Lo desafiaba constantemente y al final, siempre quedaba satisfecho por los resultados de sus exigencias.
En aquella ocasión, cuando se entero de que sus sospechas eran ciertas, de que la verdadera identidad de aquel comprador anónimo no era otro que su hijo, y que habría podido tener el control completo de su propia empresa, no pudo mas que maravillarse de lo lejos que podía llegar éste para demostrarles a todos su valía. Por supuesto, nunca se lo reconocería. Al menos no actualmente. Kyouya aún debía madurar en diferentes aspectos para poder darle por su lado. Además, claro, de su orgullo como dirigente de aquel imperio.
Le miro una vez más, con severidad. Se irguió lo mas que pudo, y entrelazo sus dedos, dejando sus codos descansar con elegancia en su escritorio.
-Veo que volviste a terminar antes de tiempo los informes que te pedí. Y debo admitir que lo has hecho mejor de lo que esperaba. –hizo una pausa mientras su hijo dejaba ver la sombra de una sonrisa orgullosa que ansiaba salir de sus labios. Continuó –Pero, también tengo que agregar, que no estoy del todo conforme. Siento que te falta algo, pero, ¿Qué podrá ser? –pregunto con un pequeño atisbo de sarcasmo en su vos.
Se puso de pie y se dio la vuelta, dándole la espalda a su hijo y mirando fijamente hacia uno de los grandes ventanales. Kyouya se sentía morir por dentro. Había estado tan orgulloso y satisfecho de si mismo, que no esperaba ahora esto. ¿A que se refería su padre? Era claro que la ultima pregunta que había echo, no era una que necesitara que alguien mas le respondiera. Odiaba todo aquello. Había llevado todo como él se lo había pedido, pero aún no estaba conforme: le seguía encontrando peros a sus trabajos y aquello le cabreaba.
-¿Qué es lo que me hizo falta, padre? He anotado todos los números importantes del último trimestre, e incluso realice una minuciosa investigación del porqué de cada uno de ellos y agregué los nombres de las personas involucradas en los casos señalados. Todo como debería ser. No entiendo que es lo que podría hacerle falta.
El señor Ootori escucho con atención las palabras de su hijo. No le era difícil darse cuenta del cabreo que éste sacaba a relucir en cada una de sus palabras. Pero una vez más, kyouya había logrado encontrar las palabras adecuadas para que no se pudieran notar los matices que delataran su cabreo. Sonrió. Había estado imaginando como se tomaría su hijo las palabras que le dirigiría a continuación, y cada vez que lo imaginaba sonreía por dentro. Esta vez, los conocimientos que su hijo pudiera conseguir estudiando y razonando, no podrían ayudarle. Éste seria un verdadero reto. El más grande que pudiera pedirle. Y por supuesto, kyouya no se negaría a cumplirlo.
-Como tú mismo has hecho el favor de señalar, el proyecto que me has presentado, es digno de un verdadero dirigente, uno de los más completos de los que se me han presentado en los últimos días. –dio una pausa para tomar aliento, y prosiguió. –Sin embargo, no me parece que halla sido un gran reto para ti. Después de todo, incluso tus hermanos pudieron haberme hecho un reporte parecido. –kyouya guardaba silencio, y apretaba la quijada a cada palabra que mencionaba su padre. El señor Ootori continuó. –Como ves, el tiempo pasa, y tú eres cada vez más grande. El próximo año te graduaras y comenzaras a trabajar en la empresa. Es decir, claro, si es ese tu deseo aún. Quiero entender que eso del Host Club no es más que un pasatiempo en el que entrenarte para cuando salgas del instituto. –volvió a hacer una pausa para mirar por enzima de sus gafas a su hijo, que seguía inmóvil, con la mirada oculta en los cristales de sus lentes. Prosiguió. –pronto será hora de que anuncie al nuevo heredero de la compañía Ootori, y quiero estar seguro de tomar la decisión correcta. Tus dos hermanos mayores son perfectamente capaces de manejarla, como han demostrado en diversas ocasiones. Incluso tu hermana podría ser una digna heredera, pero como ella misma ha expresado, no desea quedarse a cargo de ésta.
Kyouya miraba a su padre sin perderse de sus palabras, con atención. Había mencionado al host club, y se había enfadado realmente por eso. Incluso menciono que hasta Fuyumi era una digna heredera de la empresa. Pero, ha todo esto, ¿él que tenía que ver? después de todo, al ser el tercer hijo varón era claro que no tenía oportunidad para competir por la presidencia de la compañía y que por mas que se esforzara, sus hermanos terminaban teniendo preferencia por su padre. Eso lo había notado desde muy pequeño, cuando llegaba a su casa con las mejores calificaciones y proyectos del colegio, y su padre ni siquiera se daba cuenta de ello. ¿Por qué ahora le decía todo aquello?
El señor Ootori no había notado que su hijo se había quedado sumido en sus pensamientos y continuó con su discurso, sacando a kyouya de estos, y devolviéndolo a la realidad.
-Por consiguiente, quiero decirte, que he decidido considerarte como posible candidato para heredar este edificio y todo lo que conlleva. Pero claro, -Prosiguió sin darle tiempo a Kyouya para digerir la última información recibida. –todo tiene sus reglas y condiciones. ¿Eres capas de aceptar el reto, hijo?
Kyouya se mantenía impasible por fuera, pero por dentro no sabía que decir. La garganta se le había quedado seca. En esta ocasión aprovechó para darle las gracias a su increíble capacidad de autocontrol para no demostrarle a su padre lo mucho que le interesaba la propuesta. Le dirigió una mirada cargada de interés a su padre. Éste parecía mantenerse impasible y continuó.
-Bien. Comenzaré con la primera condición que será que, a pesar de todo lo que te encargue, mantendrás el mismo ritmo que ahora. Y te advierto que no serán cosas fáciles, pues aún te falta abarcar mucho terreno para alcanzar a tus hermanos mayores, y no aceptaré una mala nota en el instituto.
Kyouya no se inmutó. Su padre asintió y continuó.
-La segunda condición que te doy, es que alcances en menos de 6 meses el ritmo de trabajo de tus hermanos. Por supuesto, sin quebrantar la primera condición. Tercero. Deberás relacionarte con el mayor número de personalidades influyentes en el negocio, y ganarte su favor. Eso contará mucho en mi decisión final. Y por último pero más importante que todo…
El señor Ootori sonrío dentro de sí, y se aseguró de mantener la mirada en el rostro de su hijo, cuando le diera la condición más importante para poder considerarlo un heredero de la compañía.
-Para antes de que anuncie mi decisión, que no te diré cuando será, deberás estar comprometido con una dama digna de ser la esposa del futuro dirigente de la compañía familiar.
Kyouya no pudo disimular su sorpresa. Había sido una condición que no se esperaba. Ridícula mejor dicho. Había pensado que tal vez su padre le pediría que debiera organizar los números de todos los edificios Ootori del estado, tal vez del país. Incluso más. Pero esto. Esto último verdaderamente no había entrado en sus planes. Era algo completamente ridículo lo vieras por donde lo vieras. Sus hermanos ya eran casados, ellos no tenían la necesidad de ello. Pero… ¿¡Él!?
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Corría para coger el tranvía y llegar a tiempo al instituto. Si su padre no hubiera comenzado a estrangularla en un intento de abrazo, tal vez hubiera llegado más temprano. Suspiro. Al menos agradecía que no tuviera que arreglarse más de lo necesario y pasar horas tras el espejo. No soportaba los pesados polvos y cremas de maquillaje que su padre tanto le exigía que usase: los hallaba molestos y al final le causaban comezón.
Estiró la mano y logro entrar a un vagón ligeramente lleno. Cuando por fin pudo ocupar un asiento, sacó sus apuntes y comenzó a repasar para el examen que tendría apenas llegara al colegio. Sabía perfectamente bien que apenas llegara, un par de gemelos comenzarían a atosigarla y no le dejarían terminar de repasar. Así que era ahora o nunca.
El transporte llegó a su destino y ella consiguió pasar entre las demás personas y salir del andén. Fuera el cielo estaba despejado, incluso hubiera jurado que escuchó el sonido de las aves cantar. Levanto los ojos al cielo y volvió a suspirar.
-Oka-san en el cielo…
La extrañaba. No lo podía negar. Pero no le gustaba que su padre se preocupara por ella, por eso nunca lo demostraba. Además, le gustaba ser libre, esa libertad que podía oler en el viento y en los árboles.
De pronto todo fue confuso. Sintió unas manos que tiraban de ella, alcanzó a ver unos mechones de cabellos pelirrojos y al final, se vio siendo transportada en una limusina, entre dos chicos completamente iguales que mostraban una amplia sonrisa.
-Buenos días Haruhi!! –dijeron al unísono. Mientras ella no pudo retener el suspiro de resignación que de pronto comenzaba a sentir en todo el cuerpo. Había sido raptada, una vez más, por los gemelos Hitación.
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Fin del primer capítulo.
Bien, éste es el primer capitulo de una idea que se me dio hace poco tiempo. Realmente aún no se el camino que seguirá n.n
Espero que les halla gustado, le pondré todas mis ganas para sacarlo a flote x3
Le doy las gracias y le dedico este fic a mi amiga y escritora Inuki16dore que me ha apoyado en todos los fics que he escrito. Te deseo lo mejor en los tuyos también, amiga!
A los demás, les agradecería mucho que me dejaran un pequeño comentario para ver si les gustó y si es necesario continuarlo. En éste primer capítulo no aparece mucho kyoharu pero advierto que será un fic SOLO de esta pareja. No es mi intención romperle el corazón a alguno de mis host preferidos, a menos, claro, que sea necesario para la trama Un.n
Ustedes deciden si debo continuarlo o no. U Babay!!
