ONLY ONE
CAPÍTULO I – NUESTRA HISTORIA
"Siempre hay un mañana y la vida nos da otra oportunidad para hacer las cosas bien, pero por si me equivoco y hoy es todo lo que nos queda, me gustaría decirte cuanto te quiero, que nunca te olvidaré"
Gabriel García Márquez.
- POV MIKU -
Hoy se cumplen 10 años desde la muerte de mis padres, ese fue el día más trágico en la vida de toda mi familia, el día en que todo lo que yo amaba me fuese arrebatado y todo lo que yo conocía hasta ese entonces se desmoronara, a pesar de que ya ha pasado mucho tiempo nadie me ha podido quitar el dolor y llenar el sentimiento de vacío que siente mi corazón el que aún sigue muy latente dentro de mí, con tan solo cerrar mis ojos revivo cada momento de ese fatídico día, recuerdo muchas lágrimas, dolor, sufrimiento, mis gritos de desesperación por que los salvaran, pero lamentablemente todo lo que los médicos hicieron para revivirlos no dio resultado alguno.
Cada año en nuestras vacaciones de verano e invierno, siempre voy junto con mi gemelo al cementerio ubicado donde alguna vez fue nuestro antiguo hogar, a pesar de que nacimos en Japón gran parte de nuestra infancia la vivimos en nuestra amada Londres, Inglaterra, siempre vamos a dejarles un pequeño arreglo floral o a limpiar sus tumbas de la maleza, y junto con mi gemelo Mikuo pasamos com horas contándoles lo que nos sucede día con día, como si ellos nos escuchasen y estuviesen allí junto a nosotros eso es lo que a mí me gusta creer puesto que cada vez que nos despedimos una suave brisa se hace presente, como un pequeño susurro asegurándonos que siempre están cuidando de nosotros, la verdad al hacer esto nos transmiten mucha paz y tranquilidad, y no es para menos pues ellos nos hacen mucha falta aunque ya no podemos cambiar el pasado, solo nos toca vivir nuestro presente pese a todas las dificultades. Fue entonces que desde ese fatídico día Mikuo y yo estamos bajo el cuidado de nuestra tía su nombre Miku Zatsune, ella es una mujer muy talentosa, bella y famosa sin olvidar que es muy reconocida por su trabajo como fotógrafa y diseñadora de modas.
Con el paso de los años han sucedido muchas cosas que me han ido marcando un poco y una de ellas fue el haberme enamorado del chico más dulce, inteligente y el más guapo de todos, en otras palabras todo un caballero. Fue él quien inocentemente me enseño el significado de la palabra amor y al mismo tiempo me hizo comprender que yo no era del todo correspondida, irónico no, pero hay sentimientos que cambian a las personas y yo no fui la excepción en verdad que "el amor duele", y ese mismo dolor me transformo en lo que soy ahora… Quieren saber de quién les hablo, bien esta es nuestra historia…
- POV MIKUO -
El día en que la conocí, mis ojos se posaron en tan bello ser, un ángel caído del cielo y desde ese entonces, sin duda alguna fue el mejor día de mi vida porque me enamore a primera vista de tan hermosa criatura. Ella es la chica de mis sueños, por quien mi corazón late desenfrenadamente, es la más dulce, tierna, simpática, inteligente y sin dudar extremadamente bella, la verdad exagero pero cuando se está enamorado el corazón es quien habla.
A pesar de todo el dolor y sufrimiento en el que tanto Miku y yo nos encontrábamos sumergidos, una luz de esperanza comenzó a alumbrar nuestros caminos aunque no todo era color de rosa, nunca me imaginé que aun más allá de la muerte nuestros padres hayan dejado tan meticulosamente planeada nuestras vidas, seguramente se estarán preguntando a que es lo que me estoy refiriendo bueno eso lo sabrán muy pronto, pues lo que para mí comenzó a ser mi salvación luego se convirtió en amargura y dolor, ahora sé lo que el amor duele, mi amada se fue con otro, mi amor no fue correspondido o eso es lo que ella me hizo pensar, y yo, yo no puedo hacer nada para cambiar su decisión más que olvidándola con otra, dejando que ella sea feliz al lado de su amado y yo tratare de dejar todo en el olvido, empezare desde cero cumpliendo la voluntad de mis padres tal y como debió haber sido desde el principio.
- HACE APROXIMADAMENTE 10 AÑOS ATRÁS -
Se encontraban dos gemelos huérfanos de tan solo 7 años de edad, sus nombres eran Miku y Mikuo Hatsune, ellos habían perdido a sus padres en un fatal accidente automovilístico de la cual ellos milagrosamente salieron ilesos, hace unos 5 meses atrás. Ahora vivían junto con su tía Miku Zatsune prima de su difunta madre, una famosa y muy reconocida fotógrafa y diseñadora de modas a nivel mundial. Recién unos días habían llegado de un largo viaje de negocios de Corea y ahora se dirigían a su nuevo hogar, un complejo de lujosos y enormes apartamentos en una de las zonas más exclusivas de todo Tokyo.
Una tarde ya instalados en su nuevo hogar, los gemelos se encontraban viendo televisión para entretenerse un poco, aunque Miku no le prestaba mucha atención a la TV, ella solo se dedicaba a componer y escribir su propia música con el nuevo piano que tía Zatsune le había llevado de regalo ese día, talento que le fue otorgado por su madre, Miku desde los 4 años mostro una gran destreza para la música y el baile tanto que no le era difícil crear tan bellas melodías, todo lo contrario a su gemelo Mikuo quien parecía totalmente hipnotizado frente a aquel aparato, aunque también mostraba la misma inclinación que su hermana tanto en música como en el baile, aunque lo suyo fuese la creación de poesía talento que le fue otorgado por su padre.
De la nada se escuchó desde el estudio que su tía los llamaba con urgencia a lo que los gemelos fueron enseguida algo sorprendidos pues nunca habían escuchado gritar a la bella mujer en todo lo que llevaban conviviendo con ella en su hogar, sin dudarlo dejaron todo lo que estaban haciendo y se dirigieron en seguida al estudio a ver qué era lo que su querida tía necesitaba de ellos.
-Niños quiero que vayan a sus recamaras y se arreglen, acabo de recibir una llamada de una gran amiga mía y nos ha invitado a un picnic este día- Los gemelos solo se le quedaron viendo con cara de ¿En verdad tenemos que ir? a lo que ella asintió - Pero que es lo que les sucede, que esperan vayan a vestirse que en sus recamaras he dejado la ropa que lucirán este día, además es una gran ocasión para que luzcan espectaculares, y no quiero ningún tipo de reclamos.- Dando por terminada aquella conversación y saliendo del estudio rumbo a su recamara para comenzar a arreglarse dejando a sus sobrinos sin opción alguna.
Miku tan solo dio un suspiro y de mala gana se dio la vuelta junto con un muy malhumorado Mikuo quien se lamentaba por no seguir viendo la TV, ambos salieron del estudio de su tía con destino a sus recamaras.
Cuando Zatsune termino de arreglarse con un hermoso diseño creado por ella, que constaba de un vestido blanco floreado, no muy escotado pero sexy y primaveral a la vez que llegaban hasta las piernas, zapatos rojos tipo cuña alta, un collar y una pulsera que hacían juego con su vestido y sin olvidar que llevaba su largo y sedoso cabello negro suelto, se miraba totalmente sacada de una portada de las revistas de moda que ella misma se encargaba de crear.
Luego fue a verificar si sus sobrinos ya habían acabado de arreglarse. Primero fue a ver a Miku quien ya estaba lista con su vestidito muy parecido al de su tía con la única diferencia que lo adornaban flores de color aqua resaltando más los bellos ojos de la pequeña, sus sandalitas a juego y un collar que le habían regalado sus padres en su último cumpleaños, solo le hacía falta peinarse, y para no complicarse más la vida Zatsune le hizo un par de coletas que le daban un toque muy tierno, aunque a Miku no le agradaban las coletas, le gustaba más andar su cabello suelto. Luego fue directo a la recamara de Mikuo quien ya tenía puesto su camisa blanca claro está que sin las flores pero si con unos detalles que lo hacían ver más lindo, iba con unos shorts justo a su medida y unos tenis por si le daban ganas de correr, al igual que su gemela tenía puesto un collar mismo que le regalasen en su último cumpleaños, su tía le dio unos últimos retoques a su cabello que lo llevaba un poco desordenado claro sin perder su estilo. Tanto Miku y Mikuo parecían un par de angelitos con sus trajes a la moda a lo que su tía Zatsune se mostraba totalmente orgullosa.
Salieron del apartamento y se fueron directamente a la limosina junto al chofer que los estaba esperando, entraron y ya estando adentro se fueron rumbo al picnic. Pasaron 20 minutos en los cuales Zatsune hablaba por teléfono con un cliente muy importante y los gemelos Hatsune conversaban entre sí.
-¿Por qué aceptamos acompañar a tía Zatsune a esa tonta fiesta?, ¿Qué hicimos para merecer esto?, se aprovecha de que aun somos niños, a esta hora yo estuviera terminando mí canción aun no estreno del todo mi piano nuevo- Decía una pequeña aburrida por el viaje -Ya cállate Miku y tú que crees, que yo también quería venir, el programa que estaba viendo realmente estaba interesante ahora ya no sabré cómo terminara gracias a las ocurrencias de tía Zatsune- Termino por decir su gemelo algo enojado, pues a ambos les parecía absurdo acompañar a su tía y ellos sin conocer a nadie, se sentían incomodos pero sabían que llevaban todas las de perder si de enfrentarse a su tía se trataba.
Era oficial ya estaban más que aburridos del viaje hasta que a lo lejos divisaron un vecindario lleno de mansiones y edificios gigantes, los niños miraban por la ventana muy curiosos hasta que sintieron que la limosina se detuvo frente a un enorme y lujoso parque, con un hermoso jardín, muchos juegos para los niños y era adornado con una fuente muy fina en el centro. El chofer en seguida ya tenía abierta la puerta para que ellos bajaran y se dirigieran al centro del lugar.
Cuando los niños salieron junto a su tía lo único que observaban eran a personas hablando y bebiendo entre ellos, uno de los típicos encuentros de la alta sociedad, a las que Zatsune ya estaba acostumbrada a asistir y a las que sus sobrinos no toleraban. No pasó mucho tiempo cuando una mujer de cabello castaño se les acercara junto con una copa de sake, su nombre era Mei Sakine quien junto a su esposo eran dueños de una de las distribuidoras de sake más grande de todo Japón.
-Zatsune, querida eres tú, que bueno que ya llegaste, mírate que hermosa estas, hace tiempo que no nos veíamos querida, y dime ¿Cómo has estado?, vi que publicaste un nuevo artículo en tu revista, déjame decirte que es simplemente divino- Comentaba emocionada la mujer aunque ya comenzaba a notársele un poco el efecto del sake.
-Mei te ves divina, te agradezco mucho por haberme invitado querida, no sabes la falta que me hacía ya despejarme un poco de tanto trabajo- A lo que Zatsune respondió de una forma educada y dulce.
-No tienes nada que agradecer Zatsu, sabes que siempre eres bienvenida en mi hogar, pero dime una cosa de donde salieron este par de preciosuras, son tus hijos porque déjame decirte que son idénticamente a ti- Miraba a los gemelos quienes desde que se bajaron de la limosina no se habían soltado de las manos para nada, clara señal de nerviosismo.
-Jajajajajajaja no querida ellos no son mis hijos, son mis sobrinos, ellos son hijos de mi hermana que en paz descanse, pero los cuido como si fuesen mis hijos. Sus nombres son Miku y Mikuo ahora viven conmigo.- Colocando a los pequeños frente a ella.
-Lo siento tanto Zatsu no fue mi intención incomodarte, pero en verdad estos niños son hermosos, porque no los llevas a los juegos, allí se encuentran mis hijos disfrutando de la velada junto a los demás hijos de mis invitados. Permíteme le pediré a un empleado que te haga el favor de llevarlos para que no se aburran sí- Haciendo un ademan para que uno de los empleados llegase a donde ellas se encontraban.
-Muchas gracias Mei no quería causarte problemas en serio, pero ya que tú insistes- Mirando a los gemelos -Niños el señor los llevara a un salón de juegos, espero no tener queja alguna de ustedes estamos claros- A lo que los niños asintieron y se fueron al lugar donde se encontraban los juegos.
Al momento en que los gemelos Hatsune se retiraban, de la nada todos los presentes se encontraban mirando a un punto en especial, era una nueva invitada muy distinguida y muy reconocida. Se trataba de una hermosa joven de cabello rubio largo y unos ojos azules como el cielo, quien lucía un hermoso vestido azul cielo complementándolo con unas hermosas sandalias blancas de cuña alta, un hermoso y delicado sombrero y unos lentes oscuros para protegerse del sol, simplemente era una diva de la la observaban hasta que Zatsune la reconoció al instante.
-No, no puede ser, es Lily Kagamine la famosa supermodelo… Es para mí un honor conocerla, admiro mucho su trabajo en la pasarela, y mi sueño más grande es que algún día usted pueda modelar para mi revista junto a mis diseños- Decía una muy emocionada Zatsune quien luego de alagar a la joven modelo poso su mirada en los pequeños que esta traía consigo -Pero que bellos gemelitos, no parece que usted haya tenido hijos. Ser madre le sienta muy bien si me lo permite- Continuaba alagando la tía de los gemelos Hatsune.
-Muchas gracias por el alago señorita Zatsune usted tampoco se queda atrás, déjeme decirle que es una de mi diseñadoras favoritas, no se preocupe que en un futuro no muy lejano tendré el honor de modelar su próxima colección- Decía muy cortésmente la joven modelo.
-Lily querida, cuanto tiempo, pero que hermosa estas mira y trajiste contigo a los pequeños, le pediré a un empleado que los lleve con los demás- Sugería una ya muy ebria señora Sakine.
-Muchas gracias Mei ahora si me disculpan tú y Zatsune iré con los demás con permiso- Se retiraba elegantemente la joven modelo, no por descortesía simplemente no toleraba a las personas que se excedían con la bebida, por no decir a la señora Sakine y su familia, por eso prefería retirarse antes de decir o hacer cosas que la harían arrepentirse y desde luego quedar mal ante todos los invitados incluyendo la prensa. A lo que la señora Sakine y Zatsune atinaron a decir un adelante al momento en que se retiraba Lily.
Ya un poco más seria la señora Sakine aun con unas copas de más atrajo la atención de la tía de los gemelos Hatsune indicándole que se acercara un poco más y casi susurrándole le comentaba -Oye Zatsu supiste lo que le sucedió a su esposo el famoso futbolista, León Kagamine, sino sabias te cuento- Comentaba la señora Sakine con un aire misterioso -Un día venia en compañía de todo el equipo para el que trabajaba de un campeonato a nivel internacional que se llevaba a cabo en los Estados Unidos, él y el equipo acababan de terminar con una conferencia de prensa y una firma de autógrafos, se dirigían rumbo al hotel donde se hospedaban para así al siguiente día regresar al país, pero debido a un fallo eléctrico en el cableado eléctrico del hotel, el edificio prendió en llamas, hubieron algunos lesionados, unos de gravedad y otros con simples rasguños, lamentablemente el joven León junto a 5 personas más fallecieron antes de que los bomberos lograsen rescatarlos. Y lo más triste es que Lily tenía apenas un mes y medio de haber dado a luz a los pequeñitos. Desde entonces los ha criado y educado ella sola.
A lo que Zatsune totalmente asombrada de lo que escuchaba comentaba -Me parece que algo había escuchado, pero nunca me imaginé que su historia fuera tan trágica, pobres pequeños- Dirigiendo su mirada a donde estaban sus pequeños sobrinos, pues esa historia le recordaba un poco lo que ellos habían vivido hace unos 5 meses atrás, con la única diferencia que ellos no perdieron a uno si no a ambos padres y eso crease o no la lastimaba de sobremanera pues era su hermana y su cuñado quienes habían arriesgado su vida por salvar la de sus pequeños. Dejando de lado la tristeza siguieron hablando durante el transcurso de la tarde con los demás invitados.
Mientras que por otro lado en los juegos, se encontraban los gemelos Hatsune quienes no conocían a absolutamente nadie, hasta que un niño de cabellos azules se les acerco para saber si querían jugar con él.
-Hola, mi nombre es Kaito Shion, y me gusta el helado, es un placer conocerlos ¿Cómo se llaman?- Preguntaba curioso el pequeño de cabellos azules y ojos del mismo color quien saboreaba un delicioso helado de chocolate.
-Mi nombreesMikuo Hatsune y ella es mi hermana gemela Miku, un gusto en conocerte- Hablaba el pequeño mientras tomaba de la mano a su gemela quien estaba un poco nerviosa.
- Saben algo, ustedes me caen muy bien, me recuerdan a ciertos gemelos que son casi como ustedes- Les comentaba el pequeño Shion con pose pensativa claro sin soltar su preciado helado -Vengan conmigo los llevare a donde se encuentran los demás, les apuesto mi helado a que estarán muy contentos en conocerlos como yo –Corría feliz rumbo a los toboganes que se encontraban un poco alejados de donde ellos se encontraban.
Ambos gemelos siguieron al pequeño Shion rumbo a los toboganes quienes al llegar a su destino los demás pequeños que allí se encontraban los observaban detalladamente. Los pequeños Hatsune se sentían totalmente incomodos nunca les había gustado ser el centro de atención, mientras los gemelos se encontraban en un gran dilema, una linda niña de cabellos castaños y vestido rojo se les acerco muy alegre abrazando al pequeño Shion quien se encontraba totalmente concentrado en saborear su ya casi extinto helado de chocolate.
-Hola, me llamo Meiko Sakine- Mientras hacia una pequeña reverencia y señalaba en un punto específico no muy lejos de allí -Y el tarado que esta por allá, es mi hermano Meito mucho gusto- Se presentaba con una sonrisa de oreja a oreja, mientras que a lo lejos se escuchaba como un pequeño un año mayor le reprochaba a su hermanita por el apodo con el que lo había presentado a los gemelos Hatsune -Oye te escuche Meiko, no le crean yo no soy ningún tarado- Decía el niño un poco apenado, mientras todos reían al ver la escena de los hermanos Sakine.
Hasta que de la nada una niña de cabellos azulados al igual que Kaito apareció abrazando por detrás a Meito quien del impulso con el que venía la pequeña lo había tirado al suelo cayendo con este. Ella solo se levantó, miro a los gemelos y se presentó un poco sonrojada por la escena que acababa de protagonizar.
-Emmmm Hola, yo bueno, disculpen mi grosería, mi nombre es Kaiko Shion, eh disculpen no quiero ser descortés ni nada pero que hacían con mi hermano- Hablaba la pequeña con una mirada entre pícara y graciosa.
-No nada, él solo nos guio hasta este lado del parque, que por cierto es hermoso- Decía una muy fascinada y al mismo tiempo sonrojada Miku, pues era verdad que le había encantado esa parte del parque pero también había captado la indirecta en las palabras de la chica Shion.
-Ok, tranquila solo lo dije por molestar- Aclaraba la pequeña Shion al notar el sonrojo de Miku y con una sonrisita nerviosa al verse descubierta del doble sentido en sus palabras -Eh Kaito pero que haces con ese helado, era mío yo lo deje en la nevera para comérmelo en unos momentos, eres un tonto- Reclamaba la pequeña de cabellos azulados a su hermano quien ya había terminado de saborear su helado y miraba a su hermana menor con una sonrisita nerviosa al verse descubierto.
-Emmmm etto bueno yo lo siento pero no me pude resistir, además era un helado de chocolate, sabes muy bien que es mi sabor favorito, además tú lo acabas de decir, ahora paso a mejor vida en mi pancita- Respondía el pequeño Shion con aire victorioso, mientras se sobaba su estómago y miraba a su hermana menor hacer unos adorables pucheros de lo enojada que estaba al verse privada de su postre favorito.
-Eso no es justo, ya veras, le diré a mami que no te compre helado por una semana o mejor aún por un mes para que sientas el mismo dolor que yo ya verás jum- Termino diciendo la pequeña aun con sus adorables pucheros y con el intento de amenaza dirigida a su hermano mayor.
Mientras todos se reían de la escena que estaban protagonizando los hermanos Shion, se les acercaron también un niño de cabellos morados, muy largo, quien vestía un kimono tradicional y a su lado estaba una linda niña de cabellos verdes muy corto quien también vestía un kimono acompañados de una niña de cabellos rosa que a diferencia de la otra niña ella lo traía mucho más largo con un vestidito lila y zapatillas del mismo color. Los tres se dirigieron a saludar a los hermanos Hatsune.
-Hola me llamo Gakupo Kamui y ella es mi hermanita menor Gumi- Es un placer conocerlos- Decían ambos hermanos haciendo una reverencia a lo que los hermanos Hatsune respondieron con otra reverencia en respuesta a su saludo. -Y yo soy Luka Megurine, les presentara a mi hermano Luky pero él está de viaje con mi padre, pero igualmente me da mucho gusto conocerlos- Se presentaba la pequeña de cabellos rosa, aunque luego tomo una actitud seria y mirando fijamente a los gemelos Hatsune al terminar de observarlos cayo en cuenta que le recordaban a ciertos gemelos que ella conocía a la perfección. -Disculpen pero ustedes se parecen mucho a Rin y a Len- Comentaba la pequeña Megurine a lo cual todos asintieron menos los gemelos Hatsune que no sabía de quienes estaban hablando sus nuevos amigos.
-Es un placer conocerlos a todos, nosotros somos Miku y Mikuo Hatsune, esperamos llevarnos muy bien con ustedes- Respondieron al unísono los gemelos entrando al fin en un ambiente de confianza. De la nada observaron en un rincón a unos gemelos de cabellos y ojos dorados, parecía que los hubiesen bañado en oro en el momento en que ellos nacieran, todos los demás los observaban pues no se separaban de sus celulares, ellos eran los famosos Neru y Nero Akita, hijos de Sweet Ann y Big AI, unos de los empresarios más importantes en todo Japón y Asia, quienes eran encargados de distribuir teléfonos celulares de última generación y querían expandir su mercado al continente americano. Pero a diferencia de sus padres los gemelos Akita no se llevaban con absolutamente nadie sino estaban los Kagamine cerca, de lo contrario ignoraban o menospreciaban a todo aquel que se les colocara enfrente. Todos hicieron caso omiso de su existencia y siguieron con lo suyo, se encontraban hablando e intercambiando risas con sus nuevos amigos, hasta que de repente escucharon que dos personitas corrían hasta donde ellos se encontraban, también eran gemelos con cabellos dorados y ojos tan azules como el mismísimo cielo, al ver al grupito de sus amigos estos no dudaron en acercárseles a saludar.
-Rin, Len pero que bueno que ya están aquí- Era Meiko quien se acercaba a abrazarlos luego se quedó un momento observándolos de pies a cabeza y con una sonrisa aprobatoria volvió a abrazarlos -Rin te ves muy linda con ese vestido y tú no te quedas atrás Len. Pero porque tardaron tanto, hasta pensamos que ya no vendrían al picnic que mi mamá había organizado.- Les reprochaba la pequeña Sakine mientras que los gemelos Kagamine la miraban con una sonrisita nerviosa.
-Lo lamento mucho Meiko, pero el tonto de mi hermano no se apuraba- Se excusaba la pequeña Kagamine quien de la nada comenzó a reírse- Jajajajajajaja el muy tonto no encontraba sus shorts jajajajajajajajaja- Relataba mientras se limpiaba las pequeñas lágrimas que salían de sus pequeños ojitos azules- Hubieran visto se miraba tan gracioso buscándolos por toda la casa- Terminaba con la explicación la pequeña Kagamine.
-Hubiéramos llegado más temprano si alguien por no decir Rin no me hubiese escondido mis shorts favoritos debajo del sofá- Relataba el pequeño Len y mientras hablaba su cara cambiaba a un tono carmín, pues a leguas se notaba que le daba pena seguir con su relato -Y porque también la muy inteligente había colocado en el pasillo una cascara de banana, todavía me duele el golpe que me di- Con lágrimas en sus pequeños ojos azules y sobándose el lugar afectado –Y lo que es peor aún mami no le dijo nada, se nota que les encanta verme sufrir moriré joven a causa de la loca que tengo por hermana- Exageraba el pequeño Kagamine.
Todos se reían por las ocurrencias de ambos Kagamine. Miku no podía dejar de observar a Len, él era un niño hermoso a lo que la pequeña Hatsune aún no entendía que con solo verlo su corazón latía a mil por hora. Mientras que Mikuo no se quedaba atrás, quedo totalmente hipnotizado viendo lo hermosa que era Rin, ella al igual que su hermano gemelo parecían un par de ángeles caídos del cielo. Ambos sentían sus mejillas arder debido al sonrojo que en ellos se reflejaba, y así quedaron viendo el mundo girar alrededor de los Kagamine. Luego de unos momentos de hablar con sus amigos Rin y Len se fijaron en los nuevos invitados y decidieron acercarse.
-Hola yo soy Rin Kagamine- Les dijo ella amistosamente, mientras que su hermano se acercaba y se colocaba a un lado de ella- Y yo soy Len, su gemelo- Rin y Len cortésmente les saludaron y preguntaron al mismo tiempo- Mucho gusto y ¿Cómo se llaman ustedes?
-Eh bueno yo soy Mikuo Hatsune y ella es mi linda hermanita Miku, el placer es nuestro- Se presentaban un muy sonrojado Mikuo ni hablar de su gemela Miku que de la emoción, sentía que se desmallaba en esos momentos, de la nada Rin y Len se abalanzaron a ellos diciendo al unísono -Nos agradan mucho, ¿Quieren ser nuestros amigos?, en verdad sería un gusto para nosotros- Los miraban con ojos de cachorritos a los cuales los Hatsunes no pusieron resistencia.
-Por mí no hay ningún problema, claro que sí- Respondía con una sonrisa Miku mirando al suelo para que no notaran el leve sonrojo que se había formado en su pequeño rostro. Mikuo al igual que su hermana evitaba mirar a los gemelos a los ojos, viendo un punto en específico -Si me encantaría ser su amigo- Respondía apenado y levemente sonrojado.
Luego de las presentaciones Rin tomo de las manos a Miku y a Mikuo, y los llevaron hacia donde se encontraban los demás, al llegar comenzaron a ponerse de acuerdo con los juegos, pero antes de comenzar a jugar alguien tapo los ojos de Rin, ella al quitar las manos de la persona que la había cubierto se sorprendió mucho de ver que se trataba de Nero a lo que ella felizmente lo abrazo, lo mismo sucedía con Len con la única diferencia que era Neru quien lo abrazaba. Los Akitas se habían acercado por razones más que obvias, se sentían amenazados al ver que sus queridos Kagamine les prestaban más atención a los Hatsune y no a ellos como siempre lo hacían.
Mientras tanto Meiko ya se les había adelantado y les hacia una propuesta que quien ganara obtendría un juguete gratis a lo que todos asintieron felices. Los niños se divertían jugando a las escondidas, Gumi era quien se encontraba contando y todos los demás se habían ido a buscar un lugar para esconderse de ella. Sin dudarlo Rin y Len tomaron a Miku y a Mikuo y se los llevaron a un lugar apartado de los juegos del lujoso parque, anduvieron buscando y buscando un lugar perfecto para los cuatro hasta que llegaron a un puente que adornaba al parque con un hermoso lago, tras esconderse debajo del puente y cubrirse con unos arbustos que crecían cerca de allí notaron que este daba una vista más que perfecta al picnic que se estaba llevando a cabo no muy lejos de allí.
Los cuatro se acomodaron y sin dudarlo iniciaron a conversar -Disculpa Miku, pero me gustan tus coletas, te hacen lucir muy linda- Decía un sonrojado Len tocando las coletas de la pequeña Hatsune quien al igual que él se encontraba sonrojada de la pena -Muchas gracias- Fue lo único que atino la pequeña Hatsune en decir, sentía que en cualquier momento le faltaría la voz para responderle.
-Len porque tú nunca me dices cosas así ¿eh?- Reprochaba una enojada Rin haciendo un puchero que la hacía ver más que adorable, con sus manitas cruzadas -Eso es fácil, tú no tienes coletas además me debes una lo olvidas- Le recordaba su gemelo con una sonrisita más que burlona.
-Jum, no es justo, a veces me pregunto por qué no fui hija única, pero no, algo hice en mi vida pasada y me pago con un molesto clon mío versión niño, en fin que le voy a hacer más que soportarte y tratar de hacerte la vida imposible mi querido gemelo- Le respondía con una sonrisa macabra a su gemelo quien al verla de esa manera solo atino a mirar a otro lado pues ese aura maligno que se formaba en Rin le daba mucho miedo. –Bueno cambiando de tema oye Mikuo que lindos ojos tienes, disculpa pero nadie te ha dicho que son muy expresivos- Mientras se acercaba a Mikuo y le tocaba la cara como si estuviese pintándolo.
Mikuo al igual que Miku totalmente sonrojado, viendo a otro punto como si fuera lo más interesante del universo sintió que le faltaba el aire para responderle a la pequeña Rin -Bueno etto, yo no, tú eres la primera persona que me lo dice, gracias, aunque tú no te quedas atrás con coletas o sin ellas tú eres muy linda y muy simpática- Le dedicaba una sonrisa a la pequeña Kagamine. -Awwwww que lindo muchas gracias Mikuo, eres muy dulce- Respondía la pequeña Rin dándole un abrazo.
Mientras tanto Len quien se encontraba totalmente hipnotizado viendo tras los arbustos, observaba a lo lejos a dos mujeres quienes eran el centro de atención.
-Oye Rin ven aquí- Llamaba a su gemela y con el ademán de que se colocara a su lado continuo diciéndole -Mira es mami, de nuevo es la estrella del lugar y a la par de ella hay una señorita de cabello negro muy bonita ¿Será amiga de mami?- Le preguntaba a su gemela pues era ella quien sabía de todas las amistades de su hermosa madre.
-Es cierto mami se ve muy linda y la verdad no recuerdo que esa señorita sea amiga de mami- Le respondía la pequeña Kagamine a su gemelo con pose pensativa.
Miku y Mikuo al escuchar las descripciones de sus amigos se asomaron a donde ellos se encontraban claro tratando de no ser vistos por nadie para no ser atrapados, se acomodaron bien y al ver de quien hablaban gritaron al unísono -TÍA ZATSUNEEEEEEEEEEEE- A lo que Rin y Len asombrados por la actitud de Miku y Mikuo solo atinaron a preguntarles -¿Ustedes la conocen?- Fue Len quien se había atrevido a hacerles la pregunta a lo que Miku solo se levantaba de su lugar y mirándolos a ambos respondió -Si ella es nuestra tía, y no me digan que la que esta con ella es- Miku la señalaba desde su lugar con un aire nervioso pues cuando sus padres estaban vivos recordaba haberla visto en un par de ocasiones en el estudio de la compañía que sus padres dirigían y de la cual ahora era su tía quien llevaba el control, hasta que ella y su gemelo fuesen mayores de edad y pudieran asumir sus cargos sin problema alguno.
-Si ella es nuestra madre- Respondía algo seria Rin al ver la actitud de Miku y ver como Mikuo palidecía ante el comentario -¿QUEEEEEÉ SU MAMAÁ?- Gritaba la pequeña Hatsune a lo que los gemelos Kagamine asintieron.
Mientras los gemelos Hatsune salían de su gran asombro y comenzaban a preguntarles a los Kagamine sobre su vida y ellos sobre la suya, Mikuo sintió que algo vibraba en su bolsillo, lo saco y vio que era un mensaje de su tía Zatsune, para ser tan pequeño era un genio cuando de tecnología se trataba.
Tía Zatsune msj: "Mikuo dile a Miku que ya es hora de irnos, los estaré esperando en la entrada ok no tarden."
-Oye Miku, es un msj de la tía Zatsune es hora de irnos- Le susurraba Mikuo a su gemela para que solo ella escuchara a lo que la pequeña asintió.
-Ok, chicos nos disculpan pero ya es hora de irnos- Mirando a Rin y a Len quienes se entristecieron al escuchar que se iban. -No es justo, apenas y comenzábamos a divertirnos, en fin, disculpen pero ¿A qué academia irán?, digo ustedes son nuevos en la ciudad y no se bueno Len y yo queremos saber claro si se puede. –Decía una muy apenada Rin.
-Jajajaja bueno es cierto acabamos de llegar a la ciudad y según escuche a nuestra tía iremos a la Academia Crypton. ST. Vocaloid ¿Por qué la pregunta Rin?- Preguntaba una curiosa Miku -Porque nosotros y nuestros demás amigos vamos a esa academia también- Le respondía un sonriente Len -Genial, nos veremos todos los días… Bueno es una lástima que se tengan que ir, nos veremos muy pronto y fue un gusto conocerlos- Se despedían Len de sus nuevos amigos.
-Sí, Miku espero nos veamos muy pronto siento que seremos las mejores amigas del mundo, a ti también Mikuo fue un placer conocerte, que les vaya bien- También se despedía de ellos la pequeña Rin.
Tanto Miku como Mikuo se despidieron y salieron sigilosamente del puente para no ser atrapados por Gumi, Rin les explicaría después a los demás el porqué de su ausencia. Llegaron al lugar donde los estaba esperando su tía Zatsune, al reunirse fueron directo a la limosina donde el chofer ya se encontraba el chofer.
Entraron a la limosina junto a su tía y esta les pregunto muy sonriente. -¿Y bien cómo les fue?, que por sus caras logro ver que no se les dificulto para nada hacer nuevas amistades, o me equivoco- Aseguraba la bella mujer, a lo que los gemelos asintieron felizmente.
-Si muchos tía, nos hubieras visto jugar, a mí me cayeron muy bien. Ha y por cierto tía quiero pedirte un pequeño favor- Mientras la pequeña Hatsune jugaba con sus deditos mientras se debatía entre decirle o no a su tía.
-Siempre y cuando este a mi alcance te poder ayudar, ¿Qué necesitas pequeña?- La incentivaba a continuar su querida tía.
-Que me enseñes a hacerme las coletas, quiero usarlas siempre así- Al fin lo había soltado, desde que Len le comentó que le gustaba como se veía con las coletas había surgido la idea de pedirle ayuda a su tía para que le enseñara a como hacérselas por si sola.
Tía Zatsune con una sonrisa pícara adivinando el porqué del favor de la pequeña Miku la observo un momento y acariciándole la cabeza le respondió -Ok con mucho gusto Miku, y a ti Mikuo ¿Cómo te fue?- Le preguntaba al pequeño que durante todo el camino no había hecho comentario alguno.
-Eh a mí me fue bien, Miku y yo hicimos muchos amigos pero conocimos a un par de gemelos en especial- Le respondía Mikuo aún embobado -Tía creo que me he enamorado, y Miku no se queda atrás por eso te pide que le enseñes a hacerse las coletas- Le comentaba mientras observaba por la ventana el paisaje de regreso a su hogar.
Tía Zatsune quien al escuchar la ocurrencia de su sobrino, con una sonrisa le comento -Pero Mikuo aun estas muy pequeño para saber si estás enamorado, veras como se te pasa con el tiempo- Mientras le guiñaba un ojo a su pequeño sobrino -Todo a su debido momento cariño, no hay prisa, eres igual que tu padre, enamoradizo a primera vista. A lo que los gemelos solo atinaron a dar un leve suspiro con mil y un pensamientos rondando su pequeña cabecita.
Ese fue el inicio de una dulce amistad, llena de aventuras y sorpresas, que a medida que pasaban los años como ellos bien le habían comentado a su tía se convirtió en un tierno y a la vez no correspondido amor…
