.:Una semana:.
¿Cómo es que habían llegado a eso? A estar a un par de centímetros el uno del otro. ¡Ah! Claro, Ron. Jamáspensó que su pelirrojo amigo le pudiera dar la felicidad más grande y al mismo tiempo la peor de las maldiciones. Gracias a la estúpida pelea que inició con Hermione, ella se encontraba ahí con él. A una mísera distancia el uno del otro. La semana fue rápida y alucinante, que todo parecía salido de un sueño.
Todo había comenzado una noche, cuando él se encontraba recostado sobre su sofá, viendo un partido de futbol, extrañamente siempre le gusto ese deporte muggle. Justo en el minuto cincuenta del partido, su castaña amiga apareció frente a él.
–Ese idiota, cómo se le ocurre decir esas tonterías- los gritos de Hermione resonaban en el apartamento del moreno.
Años atrás, el moreno se hubiera apresurado al encuentro con la Gryffindor, pero ahora él podía imaginarse el por qué de su ira y sabía el causante de la misma. El ojiverde aún recordaba que durante las primeras discusiones entre Ron y Hermione, ella lograba encontrarlo, ya fuera en su apartamento o donde quiera que él estuviese y en aquellos días la castaña era un mar de lágrimas y balbuceos indescifrables, a los cuales Harry intentaba buscar explicación y consuelo. Pero años después él aún no sabía quién se había acostumbrado mejor a aquella situación; si Hermione con su problemática relación o Harry con las formas de consolarla.
Durante todas aquellas reuniones Granger-Potter de emergencia, el moreno había descubierto que a su mejor amiga nada le caía mejor para calmar su ánimo que una taza de canela con poca azúcar, así que ignorando, los reclamos que Hermione profesaba al aire, se dirigió hacia su cocina a preparar la roja bebida.
–De verdad Harry, no sé cuan estúpido puede llegar a ser Ron. De verdad esta vez sí que se pasó, no sé si reírme o enojarme.
–Pues creo que ahora sólo te queda reírte, más furiosa lo veo difícil- el ojiverde le contestó, extendiéndole una taza naranja para que ella la tomara.
– ¿Sabes con lo que salió esta vez?- preguntó al tiempo que tomaba la taza.
–Mione, mi oclumancia está un poco oxidada.
–Dijo que si él no es tan bueno como tú, entonces deberías ser mi novio.
El ojiverde se sobresalto ante la oración de Hermione, ¿había escuchado bien? Hermione también cayó en cuenta de su error.
–Harry…No es…no es lo que piensas. Ya sabes cómo es Ron y sus bobos celos- Dijo la castaña tratando de componer su idea, tratando de justificar los incongruentes sentimientos de su pelirrojo novio.
–Lo sé- dijo con desanimo-. Aún recuerdo cuando yo era el principal blanco de ellos.
A Harry siempre le causaba cierta decepción que cuando alguna persona mencionaba si existía algún tipo de relación, más allá de la amistad, entre él y Hermione, ésta siempre negara velozmente, es qué a caso había algo malo con él, a caso no era buen material para ser su novio.
–Exactamente y que ahora salga con la misma cosa, me hartó- la voz de la inteligente mujer sacó de sus cavilaciones a Harry, qué no supo con certeza cuanto tiempo tardó ella en responder.
–Entonces, ¿Cuánto tiempo estarás aquí?-el chico de gafas pregunto en tono serio.
A Hermione, más que el tono de su respuesta, fue ésta misma la que le sorprendió. Harry nunca le había hablado de esa forma y mucho menos cuando de problemas con el menor de los varones Weasley se trataba, ¿A caso su mejor amigo estaba comenzando hartarse de ella?
–Vaya…No pensé que estuvieras ocupado, tal vez no fue un buen momento para venir- dijo apenada.
– ¿Ah?- el moreno reaccionó y corrigió su error-. No lo preguntaba por eso Hermione. Te tengo una propuesta-sonrió.
– ¿Propuesta? Quiero escucharlo señor Potter.
–Tú, yo y el bosque de Dean.
La ex-prefecta sabía a lo que se refería Harry, pero ¿era una buena solución a su problema? Generalmente la ayuda del ojiverde sólo iba de abrazos y palabras de consuelo, hasta consejos y regaños para Ron. De cierta forma se sentía nerviosa ante la proposición del moreno. Eran amigos de toda la vida ¿no?, entonces porque sentía miedo de pasar tiempo a solas con él.
–Sí Mione, piénsalo, qué mejor forma que relajarte y evitar que mates a Ron, además ¿cuándo fue la última vez que fuiste de campamento?
Lo cierto era que desde su temporada como fugitivos, durante su constante casería por parte de los carroñeros, no volvió a usar una tienda de campaña y no es que aquella experiencia pudiera ser considerada placentera. Quizá la última vez que había disfrutado de la belleza de aquel bosque fuera con sus padres, antes de la guerra mágica. Y como siempre Harry supo leer en su rostro lo que acongojaba su mente, sabiendo cuando necesitaba su amiga un viaje fuera de Londres, lejos de los problemas.
–Todo está dicho, nos vamos mañana- sonrió feliz.
– ¿¡Mañana!? Estás loco, ni siquiera he dicho sí o no.
–Comprendo- haciendo una falsa mueca meditabunda-. Te pregunto ¿Hermione vendrías de campamento con tu encantador mejor amigo?
Y la castaña, ante tal pregunta, no pudo negarse, así como el moreno no pudo evitar mostrarse satisfecho al haber doblegado, una vez más, la voluntad de la hechicera. Pero aún con su propuesta aceptada, Hermione no quedaba convencida con la loca idea de irse al día siguiente.
–Ya en serio Harry ¿mañana?
–Tienes razón, mejor hoy.
La chica no pudo decir palabra alguna que evitara que su amigo saliera a toda prisa hacia su habitación. Para cuando reaccionó él ya estaba empacando.
– ¿Hermione aún recuerdas el hechizo que usaste para agrandar tu bolso?
– ¡Harry estás demente!- Hermione gritó, ignorando olímpicamente lo dicho por Harry.
–Vamos Mione, ¿qué puedes perder? Es la mejor opción para tranquilizarte y poder pensar que harás con tus constantes peleas con Ron. Esto del tira y afloja debe terminar. Ya no son unos adolescentes, que un día se odian a muerte y al siguiente son la pareja más feliz de Londres.
Harry: dos, Hermione: cero.
La chica de ojos castaños sabía que cuando Harry se ponía serio y hablaba con tal determinación era más que necesario hacer caso a sus palabras, además tenía razón, esta vez debería buscar una forma de terminar con tajo con sus peleas absurdas, si quería que su relación funcionara.
–Déjame a mí hacerlo, quizá conviertas la casa de campaña en una alfombra voladora o algo por el estilo.
No tardaron mucho en aparecer en el mítico bosque, aquel que les traía tantos recuerdos, tristes pero al fin de cuentas recuerdos. El viento soplando y desacomodando ambas indomables cabelleras, fue la señal para comenzar a moverse.
Como años atrás, decidieron montar la casa y todo el campamento cerca del lago, así sería más fácil conseguir agua y alimentos, además de que la primavera creaba una temperatura algo calurosa, para el tipo de clima de Inglaterra.
En cosa de minutos todo estaba listo, el sol se había ocultado, cambio que ninguno de los dos magos notó. Sus estómagos comenzaron a gruñir, reflejando todo lo vivido en ese día.
–Bueno es hora de conseguir la comida, iré a pescar- dijo el ojiverde.
– ¿Pescar, a estas horas de la noche? Harry lo único que atraparás será un resfriado.
–Hermione no seas tan exagerada, estamos en primavera, el clima es muy bueno.
–Pero que pasa si caes al lago y te enfermas, terminaré cuidándote y se supone que estamos aquí por mí.
–Muy bien, Srta. Granger, entonces ¿usted qué sugiere para la cena de hoy?
–Por suerte para usted joven Potter, su amiga es siempre está para salvarle el día- la castaña siguió el juego que impuso el ojiverde.
Hermione se introdujo a la tienda, dejando a un desconcertado Harry. Minutos después la Gryffindor reapareció con unos emparedados y una tetera.
– ¿Sándwiches y té?- incrédulo, Harry señaló a las manos de Hermione.
– ¿A qué viene eso?-preguntó algo indignada-. Hace unos instantes querías pescar.
–Touché. Pero la comida de mañana corre por mi cuenta.
Los primeros dos días del campamento de los gryffindors, lucían normal, como cualquier otro viaje que hubieran hecho en el pasado. Pero algo inquietaba al moreno y eso fue la actitud de Hermione. El ojiverde notaba que la mirada de su mejor amiga, se perdía entre las líneas de los libros de leía. Harry aprendió a lo largo de los años que sólo algo realmente importante podría alejarla de su pasión por la lectura.
Pero él no mencionó nada, él pretendía pescar e ignorarla cuando leía, pero estaba al pendiente de cada suspiro y mirada pérdida por parte de ella. ¿Era por Ron? Extrañamente, Harry no podía descifrar los muy bien encriptados pensamientos de Hermione.
– ¿Hermione?- la llamó, decidido a descubrir lo que ella escondía.
–Sí.
Harry no supo que más decir, no esperaba que ella lo mirara con una sonrisa radiante, llena de gentileza y ternura. ¿Ella siempre sonreía así? La duda surgió en el moreno. Quizá sí, pero ahora con su pequeña preocupación por ella, lograba notarlo, se hizo una nota mental para que de ahora en adelante pudiera estar más atento y no perderse de nuevo aquella bella sonrisa.
– ¿Harry?- la hechicera movió su mano para llamar la atención del moreno.
–Dime Mione- respondió distraídamente.
Confundida y un poco resignada, ladeó suavemente su cabeza, ante la distracción del ojiverde.
– ¿Para qué me llamaste?
– ¿Yo?- inquirió dudoso, sólo para recordar que él inició aquella serie de preguntas-. ¡Ah!...pues…me estaba preguntando… ¿por qué soy el único que hace las tareas difíciles?
–Si con tareas difíciles te refieres a estar sentado y esperar que la comida llegue a ti, entonces, le pido disculpas por hacerlo trabajar como un burro.
–Aunque te burles, es un trabajo difícil, el cual por cierto deberías aprender, uno nunca sabe con lo que se encuentra en la vida silvestre.
–No me preocupo mucho por ello, tengo mi varita y con eso me basta.
– ¿Pero que tal que llega un oso gigante o un nargle y te la roban?
–Ok, creo que estar demasiado tiempo lejos de la civilización te ha afectado, ahora suenas como Luna.
–Ven, te enseñaré.
¿Cuál era el plan de Harry? Ni él lo sabía. Ya habría tiempo de pensar en uno, mientras se preocuparía por mostrarle a su castaña amiga como atrapar un pez.
Los días seguían su curso, el tiempo no parecía parar y Harry no podía importarle menos. El moreno seguía sin conseguir penetrar la barrera que Hermione había colocado en su mente. Harry se obsesionó con saber el por qué del triste ánimo de la chica. Todo parecía repetirse: él y Hermione solos, todo debido a Ron; Harry sin saber qué hacer para animarla; Hermione cerrada como un libro de la sección prohibida.
Prohibida, aquella palabra que durante una de las primeras peleas entre Ron y Hermione, el pelirrojo uso en su contra. Cuando el ex-buscador fue a reclamarle por el pésimo trato que tenía con la bruja.
–Harry esto a ti no te concierne, las cosas son entre Hermione y yo- dijo Ron en aquella ocasión.
–Claro que me involucran, Ron. Por si los has olvidado ambos son mis mejores amigos y me entrometo cuando sé uno de los dos está actuando como idiota- mirando al ojiazul significativamente.
– ¿Ahora el idiota soy yo?- Ron espetó furioso -. ¡Ah! Claro, no importa quién cometa el error, nunca desconfiarás de Hermione, siempre estarás de su lado.
– ¿Qué?- fue lo primero que vino a la mente del niño que vivió.
–Sólo te diré, que ella no es para ti- respondió rudamente.
– ¡Qué demonios estás diciendo!- el que ahora estaba furioso era Harry-. Ella es mi mejor amiga, es más, es como mi…
–No uses la excusa de la hermana, sólo te repito, ella es una mujer prohibida para ti.
Dicho esto, aquella noche el distraído pelirrojo desapareció, sólo para horas después regresar arrepentido, pidiendo disculpas a su mejor amigo y su novia. Y fueron las disculpas, las que hicieron que Harry olvidara dicho incidente.
Pero ahora con años de peleas, las cosas parecían más calmadas, el moreno pensaba que con el tiempo sus amigos habían logrado madurar y poder conllevar una relación adulta o al menos eso quería creer. En algún momento el ojiverde se planteó la idea de que quizá era tanta la costumbre y tan poco el amor entre ambos gryffindors, que su relación parecía ser cosa de segundo plano. En aquella relación, eran más importantes las cenas con los amigos, que las que podían compartir uno con el otro; dónde las peleas no traían consigo románticas reconciliaciones; dónde Ron trataba a la castaña con el mismo cariño con el que trataba a su pelirroja hermana menor. Con un suspiro alejó los recuerdos de su mente.
–Oye Mione ¿qué haremos esta noche?
– ¿Tratar de conquistar al mundo?- respondió inocentemente, mientras Harry fruncía su ceño.
– ¿Pinky y Cerebro?- preguntó incrédula-. Ratones blancos, uno cabezón y listo, y otro delgado y torpe- el chico de la cicatriz sólo negó.
– ¡Por favor Harry! Hasta Ronald sabe quiénes son.
Extrañamente molesto por la mención de su amigo, Harry se mostró algo indignado porque su amiga haya hecho la comparación con el ojiazul.
–Disculpe mi falta de cultura Srta. Granger. Ilústreme.
–Es una famosa serie muggle, sobre un par de ratones que buscan la dominación del mundo, mediante extraños planes.
–Pues no me suena, mejor ayúdame con la fogata en lugar de hablar cosas sin sentido. Ratones conquistadores, que tontería- susurrando la última oración.
Hermione intentó responderle pero prefirió callar y ayudarle con lo que pidió. Una, poco frecuente tensión se generó, ambos jóvenes detestaban cuando caían en esa situación, así que el primero en recomponer la situación fue el único heredero Potter.
–Me refería a qué podemos hacer algo diferente esta noche. Debemos combatir la rutina.
– ¿Rutina?
Lo cierto era que Hermione no comprendía del todo la intención de Harry e inclusive no había pensado en las actividades desarrolladas en los días pasados, nunca sabía por qué el tiempo con el moreno no era aburrido o tedioso, ni decir que fuera rutinario. La castaña decidió hacer su parte y terminar con la pequeña 'discusión' anterior.
–Podemos contar historias de terror, ya sabes como en los campamentos muggles.
–Olvídalo. Tú me llevas una infinita ventaja, te has leído cada libro en Reino Unido relacionado con ese género.
–No exageres. ¿No será que le temes a las historias sobre fantasmas y monstruos?
–Eso es más ridículo que los ratones psicópatas. Soy un Gryffindor y por si lo has olvidado he enfrentado dragones, arañas gigantes, perros de tres cabezas, basiliscos y al 'señor tenebroso'- el hechicero se burló.
Por su parte Hermione perdió su sonrisa ante la mención de Voldemort, cosa que no pasó desapercibida por Harry, que de nueva cuenta intentó corregir su error.
–Está bien, tú ganas, contemos historias de espantos- la chica de cabello crespo recobró su sonrisa y asintió.
Y así pasaron parte de la noche, entre relatos aburridos y graciosos por parte de Harry; cerrando con las historias espeluznantes por parte de Hermione, la cual tenía que aguantar la risa, que las muecas de Harry le provocaban. Tal fue el efecto de las palabras de la bruja que Harry se negaba a regresar a la tienda, el chico deseaba permanecer fuera, en campo abierto por si se necesitaba emplear una huida, además de que la luz del fuego le daba seguridad.
–Por actitudes como esta, a veces creo que el sobrero seleccionador se equivocó al colocarte en Gryffindor. No seas miedoso y entra, ya es tarde- habló fuertemente la castaña, de tal forma que sus palabras llegaran a Harry.
–No es eso, es sólo que tengo insomnio- el chico de gafas intentó justificarse, sin éxito.
Resignada Hermione salió de la tienda para hacer compañía a su amigo. Caminando lentamente se acercó a él y con su mirada le dijo que le hiciera un espació a su lado. Algunas veces no entendía como aquel joven, que fue capaz de enfrentar a su propia muerte, pudiera estar temeroso de un par de historias. Pero entonces recordó lo que siempre supo, ser valiente no significa vivir sin miedos, sino aceptarlos y aún así continuar con tu vida. Así que como siempre lo hizo, ayudaría a su amigo con este pequeño inconveniente. Hermione no notó el cambio de su expresión, por su parte Harry sí lo hizo. Ahí estaba de nuevo esa mirada triste y compasiva, pero ahora el ojiverde sabía que esa castaña mirada era para él.
Con la desesperación a flor de piel, Harry llegó a su límite, tendría que confesar a su mejor amiga, que era incapaz de descifrar lo que le aquejaba.
–Hermione.
– ¿Sí?- de nuevo esa sonrisa y esa mirada.
– ¿Qué ocurre?- soltó el moreno, incorporándose para quedar de frente a su compañera, la cual por su parte no evitó mostrar su incertidumbre ante la pregunta-. Es que desde que llegamos, he notado que por momentos tu mente se aleja, se va a lugares y momentos a los que no puedo llegar.
Hermione se sorprendió ante la respuesta de Harry, ¿tan obvia había sido?
–Harry- después de pensar que palabras usaría comenzó-, no te negaré que este bosque logra sacar viejas memorias, que desearía enterrar, pero el tiempo aquí, contigo, ha sido mágico.
–Entonces dime qué pasa, no sólo quiero que sea una buena experiencia quiero que elimines todo rastro de dolor, déjame ayudarte- el ojiverde tomó las manos de la castaña entre las suyas, apretándolas con determinación.
–Harry, los recuerdos son parte de la esencia de la vida, no podemos eliminarlos así como si nada.
–Es por Ron, ¿cierto?- ignorando las palabras de Hermione, soltó sus manos.
–No te voy a negar que algunos de los recuerdos tienen que ver con él, pero si he de confesarte, lo primero que me viene a la mente, cuando pienso en el Bosque de Dean, es lo que pasó en Godric's Hollow.
El chico de mirada esmeralda forzó a su mente en recordar dicho evento. Una vez que lo hizo, trató de buscar el por qué aquel evento mortificaba a Hermione, pero no lo logró y ella al percatarse de esto, continuó con su relato.
–La primera vez que te traje aquí, fue porque fuimos atacados por Nagini.
–Ajá.
–A veces, cuando veo el lago, recuerdo cuando cargaba cubos de agua para lavar tus heridas o cambiar el paño de tu frente. Cuando escucho a los animales pasar, recuerdo el miedo que tenía al pensar que eran carroñeros. Cuando el viento sopla, recuerdo cuando temía que tu fiebre no bajara. Cuando…
La castaña no pudo terminar su oración, debido a que Harry se levantó y la abrazó con fuerza. Él se sentía como una rata, todo ese tiempo ella había estado triste por su culpa, ahora más que nunca lamentaba sus decisiones temperamentales. Y ella ante el gesto de él, se puso de pie, para facilitarle su labor, no sin antes corresponder al abrazo.
–Lo lamento tanto Mione- dijo, odiándose a sí mismo.
–Tranquilo Harry eso ya pasó, además con lo que hemos pasado aquí en esta semana, ahora este bosque sólo me traerá recuerdos felices- Hermione intentó consolar al moreno.
Pero sin importar que dijera la hechicera, él deseaba borrar cada mala experiencia vivida. Con esa convicción decidió darle un recuerdo más, algo que ella no olvidara. Con ritmo lento y movimientos torpes, comenzó a menearse de un lado a otro, sin soltar a Hermione de su agarre.
– ¿Qué haces?- preguntó la castaña. Siguiendo, inconscientemente, a Harry.
– Shh.
Y con esto último, Harry afianzó sus manos alrededor de la cintura de Hermione y las manos de ella sobre la espalda de él; por su parte, la barbilla de la chica se postró sobre el hombro de él y Harry al sentir el aliento de ella, rosándole su oreja, sólo se limitaba a dar esporádicos besos en la coronilla y en la sien de la castaña. A cada movimiento los besos eran más recurrentes y a cada beso, éstos se quedaban más tiempo sobre el rostro de Hermione.
La chica de mirada castaña fue la primera en detener el espontaneo baile. Aún con los labios de Harry sobre su mejilla, giró su rostro para mirarlo de frente y él, quizá por cobardía, se retiró a escasos milímetros.
–Ron estaba furioso, porque preferí acompañarte a comprar cortinas nuevas, que ir con él a una reunión con sus compañeros del trabajo- susurró contra los labios de Harry-. Dijo que siempre estabas tú antes que él.
Harry no quería comprender las palabras de Hermione, sólo quería acortar las distancias. Quién diría que en una semana todo el esquema de una vida puede cambiar. Quién diría que en ese tiempo desearas hacer lo prohibido, desearas besar a tu mejor amiga.
– ¿Y tú qué le dijiste?- preguntó el ojiverde, frotando su nariz contra los delicados labios de ella. Él mantuvo sus ojos cerrados desde el inicio del baile, temía que al abrirlos todo se esfumara.
–Nada, sólo salí de la habitación y me aparecí en tu apartamento.
Harry seguía con la danza, pero ahora ésta era representada con sus labios, éstos se acercaban y alejaban de los de Hermione, había algo que le impedía concretar la acción, era ¿miedo?
La castaña también se preguntaba, conociendo el carácter del moreno, por qué no actuaba, por qué no simplemente la besaba y rompían el tortuoso deseo que acogía a ambos. Entonces un flash rojo la invadió, él era la razón. Y entonces la vocecilla, que solía aconsejarla en los años como estudiante, regresó y le decía que se alejara, que evitara el contacto a toda costa. Pero el cuerpo de Hermione deseaba todo lo contrario, además no siempre escuchaba y jactaba las ordenes que su conciencia le dijera, no siempre se puede hacer lo correcto. Pero de nueva cuenta la voz le dijo que las consecuencias no serían un simple castigo o la pérdida de puntos, los resultados serían peores, involucrarían una amistad de años, el corazón de alguien más.
Y para cuando Harry venció sus miedos y decidió cortar la distancia, fue demasiado tarde.
–Lo siento.
Fueron las últimas palabras de Hermione antes de desaparecer y dejarlo solo, en medio del bosque. Fue la primera vez que se arrepintió de no seguir a sus instintos. Fue la última vez que la vio, antes de que se convirtiera en la prometida de Ronald Weasley. Fue la primera vez que no pudo contarle a su mejor amiga sobre su penar. Fue, quizá, la única oportunidad que tuvo de besarla.
:::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::: :::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::: ::::::::::::::::::::::::::::::
Disclaimer: Todos los personajes pertenecen a J.K. Rowling y a los correspondientes.
El link de la imagen de portada pueden encontrarlo en mi perfil.
Hola a todos, antes que nada si están aquí porque leyeron el fic anterior (Runa) pues sabrán de que va esto y les agradezco que le hayan dado una oportunidad a esta versión de los hechos. Y sino saben de que va esto explicó:
Hace poco participé en el segundo reto del foro 'Harmony hasta la muerte' en donde, de manera genera, se trataba de duelos, en los cuales se tenían que escribir dos fics, con una temática específica, y se competía con otro, se votaba para elegir un ganador del respectivo duelo y así se iba avanzado. Bueno para el primer duelo hice un Runa, el cuál llamé 'Siete días' pero la primera versión sólo constaba de 1000 palabras y ya para su publicación en FF decidí hacerlo más largo (me encanta parafrasear) y para el segundo duelo (me traumó el no poder extenderme en el primer duelo xD) decidí hacer como una continuación, por llamarlo de una forma, ya que esta es la versión o lo que pasaba paralelamente en el otro fic.
Entonces tenía otro par de ideas para one-shots, nada que ver con estos, bueno al menos al inicio, pero después en mi mente se empezaron a juntar y pues de un par de one-shots (uno Runa y uno Harmony) pasaron a ser un par de three-shots, así que si desean leer el fic Runa pueden buscarlo con el nombre de 'Siete días, 1440 min, una canción' el otro fic, no afexcta la historia y desarrollo de este, así que los pueden leer por separado, pero pues si quieren algo Runa conocer ciertos aspectos (no tan relevantes) pueden leerlo.
Y bueno, cada semana subiré un capítulo ya sea de este fic o del Runa, quizá con suerte de ambos, de pendiendo el tiempo que me tomé y que tan inspirada esté para mis otros fics. Y finalmente se me han terminado las palabras xDD
Sólo espero que hayan disfrutado y esperen lo que vendrá. También pueden ver la portada directamente en mi twitter y verla (sin tener que pasar por mi perfil). Ya saben comentarios, sugerencias o dudas por review
:)
