"El amor dubitativo, que en el fondo es un desamor que no se decide, es agotador" .-Walter Riso

"Feliz cumpleaños Doctora Isles.

Me he tomado el atrevimiento de mandarle sus flores favoritas, no podría haber dejado tan importante evento pasar.
Usted no me conoce realmente, pero he estado muy cerca de averiguarlo; por tal motivo, y con la idea de tener a los enemigos aún más cerca que a los amigos, el porqué de este detalle.

Tengo una gran admiración por esa tan enigmática inteligencia que posee Doctora. Razón por la que usted ha sido seleccionada como la primer y última persona que estará tan cerca de mi (y con temor a que me denomine egocéntrico), de la verdad de los más grandes retos jamás ingeniados, los míos.

Al parecer me he desviado del tema.

Felicidades Doctora, un año más de vida - un día más cerca del descubrimiento

Con Admiración y devoción
D.D.R"

Desde la llegada de aquel arreglo floral. Algo en la mente de la forense había hecho una sinapsis, no podría decir que los instintos, la lógica médica no contemplaba dichos impulsos y sin embargo, describían perfectamente lo que iniciaba a suceder.

D.D.R. Un acrónimo para Doménico Russini, le indicaba que había estado en lo correcto, durante toda la mañana y lo que restaba de la tarde. Alguien la vigilaba.

Russini indicaba con aquella nota que Maura estaba día a día cerca de él, cerca de descubrir al culpable de los asesinatos que habían surgido en los últimos Diez años.

La doctora miró el cristal de su oficina, aquel que se utilizaba para colocar las pruebas, testigos y demás indicios del criminal denominado, El Padre. Sin foto aún, sin ubicación, sin subordinados ni posible móvil.

Doménico Russini con su alias de Padre, era el líder del clan italiano, la familia Russini.

-¿Doctora Isles?- La pregunta del joven oficial la traía de vuelta del mundo de ideas. Francesco Rizzoli se movía nervioso en la entra de la oficina de la forense. La punta de su pie derecho se movía de arriba abajo, mientras el pie izquierdo yacía sobre su costado externo. -Toqué pero no respondió- excuso su actitud de haber entrado sin permiso, ante la mirada interrogante de Maura. -Se me ha pedido que venga por usted. El comandante pide su presencia inmediata. Tenemos otro 10'20-

Ella no creía en las conjeturas, pero como al principio del día y después de aquellas flores de género Tulipa de coloración violacia, podía decir que había un 97% de probabilidad de que el Padre estuviera involucrado en este homicidio.

Sin pronunciar palabras tomo su maletín de emergencias, y mirando una última vez a las flores que yacían sobre su escritorio, sintiendo la nota quemar en el bolsillo de su bata, siguió al oficial Rizzoli.