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Todos sabían que Haruka no era una persona habladora, era alguien que se expresaba mejor con gestos que usando cualquier palabra. Porque las palabras sobraban si seguías siendo capaz de dejar claro que era lo que querías decir.
Ni siquiera Makoto de quien nunca se había separado y que simplemente se había adaptado a él era capaz de sacarle más de dos frases seguidas.
Ni siquiera Nagisa y su energía y alegría eran capaces de mantener una conversación fluida con el chico delfín. Y él también se había limitado a adaptarse porque Haruka no iba a cambiar y no hacía falta.
Tal vez Rin fuera quien más lograba hacer hablar a su amigo, pero tampoco demasiado. Pero a Rin le daba igual, si Haruka hubiese sido mudo de nacimiento habría seguido tratándolo de la misma forma.
Y tampoco era que a Sousuke le importase el silencio del otro muchacho, tampoco tenía ningún interés en hablar con él, de hecho, cuanto menos ruido hiciera él mejor, no le caía bien y que abriese mucho la boca no haría más que agravarlo.
Por supuesto algo tenía que meterse en medio y arruinar la decisión que había tomado de evitar al chico de pelo oscuro lo que le quedaba de vida. Un fenómeno meteorológico, lluvia para ser más exactos. Porque este pueblo era una mierda y era pequeño se habían terminado quedando encerrados bajo un porche mientras el agua caía, lo suficiente como para que ni siquiera a ese maníaco se le ocurriese quitarse la ropa y corretear por allí (cosa que nunca le había visto a hacer, pero había oído rumores)
A pesar de que había decidido ignorarle, no podía evitar echarle una mirada de soslayo ¿Por qué estaba en silencio? Una persona normal haría un comentario estúpido como "Está lloviendo", pero él permanecía callado, mirando el infinito mientras esperaba a que escampase sin dignarse a dirigirle una simple mirada.
Había personas que simplemente tenían la habilidad de enfadar a otros sin proponérselo.
Tal vez sino hubiese estado tan ensimismado mirando a la joven promesa de la natación (perdón, al joven nadador de estilo libre) no se hubiera dado cuenta de que estaba empapado. Tal vez no se hubiese dado cuenta de que temblaba y de que, por supuesto, tenía frío. Su madre le había educado lo bastante bien como para saber lo que tenía que hacer.
Sin ninguna palabra, sacó uno de los brazos de la chaqueta y rodeó el cuerpo del otro con esta, atrayendolo lo más posible a él. Que él fuera una persona bien educada no quería decir que fuera a pasar frío, ser bueno y tonto no siempre iban de la mano.
Ninguno de los dos dijo nada, Haruka simplemente dejó que hiciera lo que quisiera y (probablemente) se lo agradeció de alguna forma que Sousuke no notó. Cuando dejó de llover cada uno se fue por su lado y no volviendo a hablar del tema, dejando como única prueba de que eso realmente había ocurrido un olor particular pegado a la chaqueta del nadador de Samezuka.
