Vale, una nueva historia, y esta vez debo decir que la inspiración me llego después de leer los capítulos 43 y 44 del fic Fate-In time, del autor Parcasious, el cual considero mi fic favorito de Fate. Tras leer el 43 tenía varias ideas de cómo podría seguir, pero muchas de esas ideas se descartaron al leer el 44. Aunque hare un fic aclaro que Fate-In time me inspiro, no que vaya a copiarlo descaradamente.
Y tras revisar que no hubiera alguna historia similar decidí desarrollar la idea que más me gusto, una que tiene elementos de un libro llamado "El valle de los lobos" y de la película "La Princesa Prometida". El fic, si al final lo hago completo, puede separarse en tres arcos, siendo este el primero, llamado "Fairy Tail". Desde ya aviso que en este primer arco habría dos protagonistas, y la principal, hasta cierto punto, seria Mordred.
El viento azotaba sin piedad los fríos muros de la solitaria fortaleza, y eso no hacia ningún favor para calentar el interior de la fortaleza, la época del año era el frio invierno y este año había golpeado con más fuerza de la normal. Los campos se habían resentido mucho y los granjeros habían encontrado más animales muertos de lo normal. Pero eso no les importaba a los habitantes de la gran fortaleza, estos estaban ocupados en otros asuntos, y era una quien estaba más ocupada, una bruja que observaba a una niña de cinco años con una mirada indescifrable. La bruja llevaba un largo vestido negro y un velo negro que ocultaba su rostro, pero sus rasgos eran fácilmente notables, siendo el más importante un largo cabello rubio dorado.
Por su parte la niña tenía corto cabello rubio sucio que enmarcaba su rostro, ahora estaba jugando con una espada de madera balaceándola de arriba abajo contra un enemigo ilusorio, todo ello bajo la supervisión de la bruja y un soldado cerca de ella.
Esta escena, la niña entrenando, era una que siempre habían visto, una que sucedía muchas veces en esa fortaleza, y la bruja nunca parecía contenta, ni alegre, siempre tenía el ceño fruncido y una expresión de disgusto en el rostro. La niña quería cambiar esa expresión desde que tenía memoria, pero sin importar que hiciera nunca lo había conseguido.
El soldado era diferente, él usualmente tenía una expresión calculadora, como si estuviera considerando opciones, muchas opciones. La niña solo les prestó atención un breve instante antes de volver a su actual actividad, balancear la espada.
-Con calma Mordred, no hay prisa, tienes que levantar más los hombros- su boca se estiro en una fina línea cuando escucho al joven ante ella, él siempre le daba consejos cuando entrenaba.
Era algo curioso, pues desde que tenía memoria podía verlo, siendo la única en la fortaleza que podía. Tenía cabello castaño rojizo y unos ojos de color marrón casi dorado. Su vestimenta consistía en una túnica marrón raída y bajo esta la ropa que podías ver en los granjeros. Era alguien cuya presencia iba y venía en la fortaleza, nunca aparecía de forma regular. Podía estar una semana entera con ella y después desaparecer durante días. Nunca le había explicado adónde iba, o porque solo ella podía verlo. Pero a ella no le importaba, era la única persona que no la miraba como si fuera una pérdida de espacio, una molestia. No pensaba arriesgarse a que no quisiera volver a venir.
-Intenta balancear la espada con la cintura, no solo con el brazo, así podrás hacer más fuerza cuando ataques- la niña hizo un gesto afirmativo que pasó inadvertido para los demás. Ya en el pasado se había metido en problemas por hablar con él, muchos tendían a creer que estaba loca si lo hacía, y a decir algo de que era defectuosa, por lo que ahora siempre intentaba que no notaran cuando estaban hablando.
Algo que era difícil pues Mordred siempre quería hablar con él, pues Shirou, así se llamaba, Emiya Shirou, era la única persona que le prestaba realmente atención, que se preocupaba por ella más allá de si podía o no seguir entrenando, que siempre intentaba alegrarla cuando tenía un mal día, ¡si hasta se preocupaba por su "alimentación! Fuera lo que fuera eso insistía en que comiera muchas verduras, algo que nunca la había hecho gracia, ¡las verduras sabían muy mal!
Mordred siguió balanceando la espada de madera intentando seguir algunas indicaciones de Shirou hasta que un aviso de la bruja causo que soltara la espada y corriera hacia ella -¿Cómo lo he hecho?-
-Tch- la bruja no respondió, solo se dio la vuelta marchándose en silencio. El soldado no hizo nada, solo la miro y se retiró tras ella.
-Morgan, maldita- a su lado Shirou la miro con puro odio, uno al que con el paso de los años se había acostumbrado, pero nunca fue capaz de entender de donde venía. Desde que tenía memoria Shirou odiaba a Morgan, no había razón o explicación, solo odio y rabia cuando hablaba de ella.
Al principio Mordred sabiendo esto pensaba que también la odiaría a ella, pero pronto quedo claro que Shirou era incapaz de odiarla, siempre preocupándose por ella, cuidándola. Él parecía odiar a todo el mundo en la fortaleza, o por lo menos tener malos sentimientos por ellos, pero cuando hablaba con ella parecía olvidar todo y solo poder mostrarse amable. La única persona que estaba segura que Shirou realmente odiaba era Morgan.
Era una de las principales razones de que el desagrado de Morgan ya no le importara mucho, dado que por lo menos tenía a Shirou. Y siempre podía contar con él, se lo había prometido.
-Venga Mordred, vámonos de aquí- la pequeña lo miro, pero con un asentimiento de cabeza le siguió al lugar de siempre, uno tranquilo y donde podría hablar con él. Shirou siempre era muy obsesivo con el lugar donde hablaban, cambiándolo cada pocos días y no diciéndoselo hasta que llegaran, como si quiera evitar que los vieran, pero Mordred no era capaz de entenderlo, si no había nadie alrededor ¿de qué estaba preocupado Shirou?
-Deja de pensar tanto o te harás daño-
-Eres malo- Mordred lo miro haciendo un puchero mientras se sentaba en el suelo, ¿por qué siempre se metía con ella?
-Jeje- Shirou solo soltó una pequeña risa, Mordred aparto la mirada sin quitar el puchero, perdiéndose el destello de dolor que cruzo el rostro de Shirou por un instante –Simplemente no pienses demasiado las cosas-
-Hai, hai- Shirou rodo los ojos recordando que aprendió a responder así por él, ¿eso significaba que era una mala influencia? Desde luego era algo por lo que preocuparse.
-Acho- Mordred se inclinó estornudando con fuerza, Shirou la miro. Mordred estaba con la ropa de siempre, unos pantalones rojos y una camisa roja. Nada más.
-Eso te pasa por no abrigarte cuando duermes-
Mordred bufo, Shirou era muy pesado con ese tema en particular –Pero tenía calo…. ¡Acho!-
Shirou suspiro –Límpiate la cara anda-
Mordred lo miro confusa, antes de sentir que tenía algo cayendo por la nariz. Se limpió con la manga aun para el desagrado de Shirou.
-Y al final has enfermado, que bien- la pequeña rubia le mando una mirada exasperada, le gustaba que se preocupara por ella, pero a veces exageraba.
-¿Qué es enfermado?-
-¿Morgan ni siquiera te ha explicado eso?- Shirou apretó los puños sintiendo como su desagrado por Morgan aumentaba aún más –Ya podría preocuparse por ti un poco más-
Pero Mordred no parecía molesta -¿Para qué si ya te tengo a ti para eso?-
-¡Que engreída!- soltó Shirou, pasmado.
Mordred lo observo por entre su cabello, sabiendo que no estaba enfadado -¿Y, a que te refieres con enfermado?-
-Que no estás bien, que te encuentras mal, más débil de lo normal- Mordred le vio acariciarla la cabeza, pero como siempre no sentido ningún contacto físico. Él era como aire coloreado, podía verle y hablar con él, estaría siempre con ella, pero nunca podría tocarlo. Eso no quería decir que no pudiera sentirlo, era similar al roce de la brisa, a la calidez de un rayo de sol, a la frescura de un día de lluvia. Que no fuera corpóreo no significaba que no estuviese con ella.
-¿Y qué hago?-
Shirou la contemplo, habia varias cosas que hacer, siendo la principal tomar medicina, pero considerando en la época en que se encontraban solo se le ocurría una cosa –Bueno, mi padre solía contarme historias cuando estaba enfermo-
-A mi Morgan nunca me ha contado una- revelo con voz triste.
-Pues eso va a cambiar- Mordred levanto la cabeza para mirarlo –Yo te contare una historia-
-¿Me contaras una historia? ¿Y de qué tratara?- pregunto Mordred mirándolo con curiosidad.
Shirou le mostro una sonrisa –Esgrima, combates, milagros, batallas, fugas, amor verdadero-
Mordred se animó –Quizá no me duerma-
Shirou sonrió burlón –Vaya, muchas gracias, muy amable por tu parte. Siento que tanta confianza me abruma-
-¿Cómo se llama la historia?- pregunto Mordred rodando los ojos
-La historia…- Shirou pensó en silencio –Bueno, es la historia de una princesa que quería ser rey y de un caballero que solo deseaba volver a verla, podríamos llamarla… Fairy Tail-
-¿Fairy Tail?- cuestiono Mordred -¿Qué significa?-
Shirou rio –La eterna aventura para descubrir si las hadas tienen cola- Mordred se mostró confusa, como si no viera el sentido detrás de ello, si las hadas no existían, ¿qué importaba si tenían cola o no?
-¿Y cómo empieza?-
-Bueno, la historia comienza una noche como esta, una noche estrellada-
Y este es el prólogo, como habréis leído la historia del arco se divide en dos rutas, "presente de Mordred" y "pasado de Shirou" siendo el segundo un cuento que este le cuenta a Mordred, similar a lo que ocurre en la película de la Princesa Prometida, con el abuelo contándole un cuento a su nieto enfermo. Lo de que nadie salvo ella le vea es algo que proviene del libro El Valle de los Lobos, más específicamente de uno de sus protagonistas, Kai, a quien solo la protagonista puede ver. Aclaro que estas dos rutas, presente Mordred pasado Shirou se mantendrían hasta el segundo arco, si es que llego tan lejos.
Espero que el principio de la historia os haya gustado, dado que hacía tiempo que quería escribir algo de Shirou x Arturia pero no sabía cómo, dado que no quería escribir la guerra del grial. La historia se irá descubriendo según Shirou se la vaya contando a Mordred, aunque habrá fragmentos con Shirou como protagonista en su presente, y en ellos se relatara como llego al pasado y algunos otros detalles. No tengo que decir que este fic no tiene nada que ver con el otro que escribo, salvo tal vez la insinuación de otros homúnculos. Por lo demás nada que ver, como Fate Stay night y Kaleid liner.
Por ahora me despido, un saludo.
