Disclaimer : Escuchad atentamente porque solo lo dire una vez... y vale para todos los capitulos siguientes. Supernatural no me pertenece, ni nada relacionado con la serie ni los personajes, mas quisiera yo... habria mas wincest en la serie y menos ropa... Todo lo relacionado con la serie le pertenece a su creador y los chicos a sus madres. Este fic no se hace con animo de lucro ni de coña. Que lo disfruteis!!

Capitulo 1.

- ¿Qué vamos a donde? – Dean bufo y se reacomodo en el asiento del Impala, sin dejar de mirar hacia la carretera mientras conducia.

- Ya te lo he dicho. A Claredon, Texas. Vamos a echar una mano a un amigo de Bobby. – Sam parpadeo, confuso.

- ¿Y cual es exactamente su problema? Porque si me dices que vamos a empezar a manejar ganado, me bajo del coche en marcha… - Dean rio.

- Hombre… ahora que lo mencionas… Jeff, el amigo de Bobby, esta perdiendo muchas cabezas de ganado. Al menos una veintena en los dos ultimos meses. Aparecen totalmente destrozadas. Al principio pensaban que era un oso o una manada de lobos, pero las huellas que encontraron no son de ningun animal normal. O eso dicen. Asi que llamo a Bobby y el a nosotros. – el pequeño abrio el diario de su padre y empezo a hojearlo.

- Podria ser un perro negro, un chupacabras… un wendigo, no. Comen humanos, no carne de vaca. ¿Un hombre lobo, tal vez? O un vampiro… ¿recuerdas aquellos que solo se alimentaban de vacas?

- Yeah… por eso vamos a ir a investigar. Y de camino, tambien le echaremos una mano. Con este asunto ha perdido a varios de sus vaqueros. La mayoria se ha largado, acojonados. Dos han muerto por la dichosa criatura, sea lo que sea.

- Tio… no lo diras en serio… - Dean arqueo una ceja y el pequeño bufo. – Lo dices en serio. ¡No puedo creermelo!

- ¿Qué? ¿Siempre te estas quejando de mi manera de conseguir pasta y ahora que digo de hacerlo de una manera honesta te pones quejoso? ¡Aclarate, Sam!

- ¡Pero si no tenemos ni puta idea de ganado, Dean! – el otro se encogio de hombros.

- ¿Y? Ya aprenderemos. Ademas, lo de las tarjetas esta jodido desde que Henriksen nos sigue la pista. ¡Venga, sera divertido! Seremos como John Wayne.

- Tu flipas. – rio Sam.

- Bueno… yo solo espero que recuerdes como se monta a caballo, hermanito.

- Er… tio, no me acerco a un caballo desde aquella vez que acompañamos a papa a esa caceria en Colorado, cuando tenia diez años.

- Tranquilo, Sam. Eso es como montar en bicicleta. No se olvida. – Dean cogio un desvio a la derecha, metiendo el Impala por un camino de tierra. – Ya casi llegamos.

- ¿Tu has vuelto a montar desde aquella vez? – pregunto curioso el pequeño.

- Un par de veces, si. – detuvo el coche frente a la entrada de una enorme casa. Apago el motor y se volvio hacia Sam, que le miraba arqueando las cejas. – Fue despues de irte a la universidad, por eso no lo sabias, ¿contento?

- Uhm… - un hombre mayor, de unos cincuenta y tantos, con el pelo canoso, bigote y vestido como el tipico vaquero, sombrero incluido, salio de la casa y se acerco a ellos, sonriendo.

- ¡Ey! ¡Vosotros debeis ser los chicos de Bobby Singer! Los Winchester, ¿verdad? – Dean sonrio divertido, colgandose su mochila en el hombro y se acerco al hombre, tendiendole la mano.

- Y usted debe de ser Jeff.

- El mismo. Me alegra que hayais podido venir tan pronto. – Jeff le dio un fuerte apreton de mano a ambos chicos. – Cuando Bobby me dijo que el no podia venir, se me vino el mundo encima. Pero me aseguro que enviaria a los mejores. – los tres empezaron a andar hacia la casa.

- Bobby exagera. – repuso Sam riendo. – Es que nos tiene demasiado aprecio.

- Creeme, hijo. Conozco a Bobby y no es de los que exagera. – entraron a la casa y Jeff les guio hasta su despacho. – Sentaos. Os explicare porque le llame tan preocupado. – les pidio, señalando dos sillas que habia frente a su escritorio. El se sento en su sillon. – Antes de nada… ¿Quién es Sam y quien Dean? – los chicos rieron.

- Yo soy Dean. – contesto el mayor. Sam se limito a sonreir. – Ahora cuentenos que ha ocurrido.

- Esta bien. Como os habra dicho Bobby, hemos estado perdiendo varias reses desde hace un par de meses. Al principio, no me preocupe demasiado. Es normal que, con un invierno duro como el que ha habido este año, los lobos o los chacales ataquen alguna res que otra. Pero en el ultimo recuento faltaban veinticinco. Hace tres semanas salimos en una batida por el bosque, a ver si encontrabamos a lo que fuera que atacaba a mis vacas y encontramos varios cadaveres de animales. Estaban completamente destrozados. Llevo toda mi vida aquí y jamas he visto hacer semejante destrozo a ningun animal. – los chicos intercambiaron una mirada.

- ¿Qué paso con los hombres que perdio? Bobby menciono algo sobre eso…

- Fue en esa misma batida. Dos de mis hombres, Henry y Alex, cabalgaron adentrandose en el bosque, siguiendo un rastro, mientras el resto haciamos el campamento. Iban armados con rifles. A los quince minutos se empezaron a oir disparos, gritos pidiendo auxilio y los relinchos asustados de los caballos. Corrimos todo lo que pudimos, pero fue inutil. Los dos habian desaparecido y solo quedaban los caballos y una mancha enorme de sangre. Uno de los caballos aun vivia cuando llegamos. Tuvimos que rematar al pobre animal. Estaba destrozado.

- Uhm… necesitaremos ver el lugar e inspeccionar la zona, para ver si encontramos huellas o algo que nos diga que puede ser. – murmuro pensativo Sam. Dean asintio.

- ¿Teneis alguna idea de que puede ser?

- Demasiadas, me temo. – Jeff se levanto y los chicos le imitaron.

- Bueno, mañana os llevare alli, despues de las tareas. Os enseñare donde dormireis. Estareis cansados despues del viaje. – le siguieron hasta salir de la casa principal y llegar a otra casa, mas pequeña que estaba un poco mas alejada. – Os he alojado con los vaqueros. Les he dicho que sois los nuevos peones, para que no desconfien de vosotros. Son buena gente, pero no hablan mas que con los que sean de su clase. Manias de vaqueros. Y si alguien puede saber algo sobre ese bicho, lo que sea, seran ellos. – Jeff se volvio, sonriendo, en la puerta y les miro de arriba abajo. – Espero que no os pillen, porque mucha pinta de vaqueros no teneis, que digamos. – los chicos se miraron la ropa. Iban mas o menos como siempre. Camisa y camiseta, vaqueros rotos, Dean con sus botas de trabajo y Sam con tennis. No, mucha pinta de vaqueros no tenian…

- Ya inventaremos algo, no se preocupe. – los chicos entraron tras el dueño del rancho que les presento al capataz, David. Este a su vez, se hizo cargo de ellos, les presento al resto de los vaqueros, cinco hombres mas y luego les enseño su habitacion. Los dos se dejaron caer sobre la cama, agotados.

- Tio… y mañana hay que madrugar un monton… voy a odiar este trabajo… - Sam se rio por el refunfuño de su hermano.

- Pues fue idea tuya aceptarlo. Ahora te jodes.

- ¿Y que iba a hacer? Me lo pidio Bobby. Con la de veces que nos ha salvado el culo, lo menos que podemos hacer es esto. Pero lo de madrugar… joder… ¡es que han dicho que a las cinco de pie! – Sam cogio su mochila y empezo a desvestirse.

- Anda… vamos a dormir ya… asi sera mas facil levantarse mañana… que tenemos que ir a ver el sitio ese y tratar de sacarle algo de informacion a los vaqueros… aunque lo veo crudo. ¿Tu has visto como nos han mirado? – el mayor gruño y se quito las botas.

- Yeah… como si fueramos unos bisoños que no han trabajado en su vida… ¡sabran ellos!

- Nos va a costar que confien en nosotros.

- Bueno… esperemos que no tanto.

Continuara...