Juro solemnemente que mis intenciones no son buenas...
¡Hola, hola!
Sí, lo se, debería dejar de subir fanfics sin haberlos terminado... Pero a la mierda, este esta casi terminado y quise compartirlo ❤
Prometo actualizar en estos días mis otras historias...
Bueno, en fin, esta vez nuestro protagonista será el hermoso Draco Malfoy❤ Se me ocurrió hacer un DrcoxOC, no hay muchos que estén terminados o bien escritos, así que decidí intentarlo jeje
¡Ojalá les guste!
Capitulo 1
23 de marzo.
Londres Mágico.
Sentía su corazón oprimirse con cada lágrima que caía de esos ojos. Los únicos ojos que le transmitían amor, seguridad. Ver llorar a su mamá era algo que lograba destruirlo.
–Sh, ya, tranquila —Susurraba en su oído, acariciando su largo y fino cabello.
Ella sollozaba en sus brazos.
Su madre era hermosa. Una mujer con todas las letras.
Sus ojos azules hipnotizantes, su piel de porcelana, su largo pelo rubio, su sonrisa blanca, sincera. Su delgado y frágil cuerpo, Draco sentía que con un solo golpe podría romperse.
Definitivamente su madre era la mujer más hermosa que había visto. Era su luz, su razón para seguir con esa vida asquerosa que llevaba. La única razón por la que aceptó tener esa mierda en su antebrazo.
¿Qué había visto en Lucius?
Si, ese hombre ni siquiera merecía ser llamado padre. No después de todo lo que hizo. Todo lo que les hizo.
–Familia Malfoy.
Su madre y él levantaron la vista.
Lucius los imitó desde la otra punta de la celda.
–Llegó el momento.
Tragó saliva.
–¡Avril McFly! ¡¿Qué te he dicho sobre dejar todas tus cosas en la sala?!
La nombrada suspiró pesadamente.
–Ya voy, tía —Dijo en tono cansado yendo hasta la sala.
–¿Estás nerviosa por hoy? —Preguntó su primito desde el sofá.
Ella soltó una risita divertida.
–Claro que no, estoy ansiosa —Sonrió alegremente.
–Seguro ganarás querida —Dijo su tío entrando a la sala—, después de todo eres la mejor.
Ella rodó los ojos— Ojalá fuera así, de todas formas yo voy a divertirme.
–¿A qué hora es? —Preguntó tía Marie. Avril tomó una manzana de la mesada y masticó un pedazo.
–A las 9 —Dijo con la manzana aún en la boca.
Ese día iba a competir con Magic, en "Las Calles". Una competencia en la que participaban distintos grupos callejeros con demasiado talento. Era una vez al año y Avril estaba segura que ese año ganarían.
–Ve a prepararte entonces, linda —Su tía la arrastró hasta su habitación—, yo me encargo de la sala, anda ¡ve!
Apretaba su mano en un intento de calmarla.
–Todo estará bien —Le dijo dándole un beso en la frente. Ella le sonrió. Mas esa sonrisa no llegó a sus ojos. Y Draco lo notó.
Lucius mantenía su semblante frío, sin expresión.
Siguieron caminando hasta la sala donde se llevaría a cabo el juicio.
Un señor alejó a su madre. Draco se alteró intentando tomar su mano.
–Ella irá primero —Dijo el hombre que los había llevado.
Narcissa le lanzó una última mirada, antes de ingresar.
Minutos más tarde fue el turno de Lucius. Nada, ni una mirada, ni un gesto, ni un adiós.
Luego llegó su turno. Al entrar su vista se dificultó por la claridad. Ellos estaban ahí, observándolo con lástima.
Nadie observa de esa forma a un Malfoy.
Con semblante inexpresivo se sentó donde le indicaron.
Y el Ministro de Magia comenzó a hablar.
–Draco Lucius Malfoy, hijo de Narcissa y Lucius Malfoy. Acusado de seguir órdenes de quien-ustedes-saben. La marca en su brazo lo demuestra. —Lo miró— Levanta tu manga.
Lo hizo con aburrimiento. Un sonido de "sorpresa" salió de la boca de varias personas. Imbéciles.
–Acusado por realizar maldiciones imperdonables, permitir el acceso a Hogwarts para los Mortífagos, y por intentar asesinar al director Albus Dumbledore. —Terminó para luego observarlo severamente— ¿Qué tienes para decir en tu defensa?
–Nada, soy un asqueroso Mortífago que intentó asesinar a Albus Dumbledore. —Dijo devolviéndole la mirada.
–Bien, solicito el testimonio del testigo, Harry Potter.
¿El cara rajada? ¿Es en serio?
Al pasar por su lado le lanzó una mirada. Draco no podía identificar qué quería decir.
–Draco Malfoy es un idiota —Quiso reír—, pero lo que hizo no fue por voluntad propia.
Draco frunció el ceño confundido.
–Su padre lo obligó a unirse a Voldemort, Draco luchó de nuestro lado en la guerra, él no quería matar a Dumbledore, si así hubiese sido, él lo habría hecho. Por esto yo opino que es inocente.
–Muy bien, dado que es el único testigo para este caso, y por sus declaraciones dadas, he de declarar a Draco Lucius Malfoy, inocente.
¿Qué mierda acababa de pasar?
El olor a cigarrillo y la música a todo volumen te envolvía al ingresar.
Era un callejón cerrado y grande. Ahí solían realizarse las competencias. Los tipos de "Las Calles" ahí se encontraban.
Avril junto con su grupo se dirigieron a una punta.
La gente bailaba la música puesta. Hip hop, freestyle, era impresionante como se movían, las vueltas que daban, los saltos y las mortales.
Algunos fumaban, tomaban, o simplemente besaban con pasión a otras.
–¡Avi! —Escuchó como la llamaban.
–¡Mika! —Abrazó a su amigo. Él estaba vendiendo tragos.
–¿Vienes a dar clases? —Bromeó y ella le sacó la lengua.
–Lo dudo, gratis nunca —Mika rió.
Mika Adams era un joven alto, de ojos marrones y piel oscura. Su cuerpo formado y sus pasos a la hora de bailar podían enamorar a cualquiera. Sin mencionar su gruesa voz y sentido del humor.
La música les dificultaba el escucharse. Pronto "Las Calles" comenzó.
Los grupos eran uno mejor que el otro. Avril no podía creer como todos esos bailarines no eran famosos ya.
Y llegó su turno.
–Muy bien, chicos —Comenzó a decir Mitchie, habían formado un círculo como siempre antes de competir—, den lo mejor de ustedes, los amo y vamos a ganar esto —Sonrió ansiosa.
Juntaron las manos y luego de contar hasta diez gritaron al unísono "Magic".
Bailaron una mezcla hecha por ellos mismos, todo hip hop.
Al terminar todos aplaudían y gritaban, el lugar era un descontrol total.
–¡Eso fue estupendo! —Gritaba con el micrófono en la mano, el tipo que organizaba la competencia.
Avril no podía borrar la gran sonrisa en su rostro. El truco final era muy difícil y le quitó gran parte de su energía.
Los gritos y aplausos seguían, eso en estas competencias solo significaba una cosa.
¡Habían ganado!
–Felicitaciones niña —Mike apareció tras suyo con un vaso de vodka.
–No soy una niña —Gritó para que la escuche, y divertida le arrebató el vaso de sus manos, para luego beberlo de un trago.
Potty lo había salvado.
Eso es lo único que pasaba por la cabeza del rubio.
Era inocente.
Sonrió de costado pero pronto recordó lo más importante.
–¿Y mi madre? —Le preguntó a un guardia que se encontraba cerca suyo.
–Sígame —Él obedeció y llegaron una puerta, el guardia la abrió y pudo a ver a su amada madre.
–¡Draco! —Ella corrió preocupada hacia él, por supuesto que la recibió con los brazos abiertos— ¿Estás bien? ¿No irás a Azkaban, cierto?
–No, no iré —Le sonrió ampliamente y ella lloró. Lloró de alegría, al fin.
Draco recorrió la habitación con la vista. Él no estaba ahí.
Narcissa se dio cuenta– Lo condenaron al beso.
Draco sintió como algo se quebraba. Después de todo, él es su padre, intente negarlo o no, siempre lo iba a ser.
Su padre fue condenado al beso del dementor.
Su padre iba a morir.
–¿Dónde está? —Preguntó con un nudo en la garganta. Su madre lloraba aún más. Draco sabía que ella todavía lo quería.
–Se lo llevaron otra vez, ya pedí para ir a verlo, no me lo permitieron hijo —Ambos se abrazaron, compartiendo su dolor. El dolor en sus corazones.
Pronto llegó un guardia, quien los llevó hasta la salida.
Vaya, esto no se lo esperaban.
Una gran multitud esperaba afuera, gritando barbaridades, insultos, maldiciendo a la familia Malfoy.
A Draco no le importó pero su madre era otro caso.
–¡Puta!
Oh no, eso sí que no lo iba a permitir.
Furioso se acercó hasta el mago que había gritado eso a su madre y estrelló su puño contra la nariz de este. Tan solo si tuviera su varita. Le habría lanzado mil Crucios.
Su madre gritó y los guardias lo tomaron a la fuerza, separándolo del idiota.
–Váyanse de aquí, no más problemas Malfoy —Dijo Potter y le entregó un maletín donde suponía que estaban sus varitas.
¿Cuándo apareció?
Draco lo observó– Está bien —Harry se volteó para volver al edificio—, Potter —Lo llamó ignorando los gritos del idiota al que golpeó. Harry volteó—, gracias.
Harry le sonrió y asintió para luego irse.
Draco tomó de la mano a su mamá, y juntos se desaparecieron.
Aparecieron en su Mansión.
El lugar parecía diez veces más triste, más vacío, más frío.
–Draco, no quiero estar aquí —Dijo Narcissa luego de un rato.
–¿Dónde quieres ir? —Preguntó confundido.
–Lejos, no podemos seguir aquí, no es bueno para ti —Draco seguía sin entender—, no quiero que mi hijo viva en un mundo lleno de personas que le recuerden su pasado, sus errores, quiero que seas feliz.
Él la miró unos segundos.
–Bien, iremos a donde tú quieras, solo dilo y vamos.
3:57 a.m.
Avril se encontraba ebria, luego de festejar con todos sus amigos.
Estaban en un club. Habían bebido y bailado desde las 12:30.
Su celular sonó interrumpiendo una charla llena de risas.
–¿Hola? —Dijo hipando. Luego soltó una carcajada.
–¿Avril? ¿Estás borracha? —Ella volvió a reír.
–¡Claro que no, Julie! ¡Qué cosas dices!
–¡Soy la tía Marie, nena! —Gritó su tía— Necesito que vengas, es un ratito, luego puedes volver.
Avril bufó– Bien, ya estoy yendo _Y luego cortó. Se levantó tambaleándose y tomó su bolso—, ya vengo.
–¿A dónde vas? —Preguntó un chico llamado Eric. Él también estaba ebrio.
–Tía Marie necesita algo, en un rato estoy de vuelta perras —Les lanzó un beso para irse riendo.
Londres Muggle.
Habían armado unas valijas con magia, y se desaparecieron. Aparecieron en una cuadra algo oscura, excepto por los faros que iluminaban la calle. Podían escuchar música un tanto lejos de ahí.
–Bien, ¿y ahora?
Ellos no sabían NADA de los muggles. Mucho menos Draco.
Debería haber tomado "Estudios Muggles" en Hogwarts.
–Caminemos, tal vez acá existan los hoteles —Dijo algo dudosa Narcissa.
Al llegar a la esquina, fueron sorprendidos por una chica. Mas bien, Draco fue sorprendido por una chica.
Ésta venía corriendo, estrellándose contra el rubio, quien vestía un elegante traje negro.
–¡Ups! Debo dejar de chocarme con las cosas —Soltó una risa recordando las diez personas con las que había chocado dentro del club para salir.
¿Quién carajos se ríe así?
Draco no podía creer la facha que llevaba esa chica.
Unos pantalones grandes de hip hop, negros y algo sucios, un top blanco que dejaba a la vista un lindo piercing en su ombligo y un tatuaje al costado de su cadera.
Ambos Malfoy la miraron de arriba abajo, mas la joven apenas y se dio cuenta ya que estaba concentrada riéndose como foca con estado de ebriedad.
–Ay, qué divertido —Dijo secándose una lágrima—, bueno adiós —Y siguió corriendo a toda velocidad.
La observaron caerse llegando a la esquina. Se levantó torpemente y siguió.
Draco estaba estupefacto.
¡Ni siquiera se disculpo! ¡Él era un Malfoy!
Ya sabía que los muggles eran algo idiotas. Esa chica es la prueba. Una total irrespetuosa, vulgar, ebria, apesto-
La risa angelical de su madre interrumpió sus pensamientos. Así se ríe una persona normal.
–Eso fue divertido —Seguía riéndose.
¿Divertido? ¡Era una desubicada!
–Sigamos caminando —Tomó su mano y su maleta y siguieron.
El resto del camino siguió pensando en esa chica y en su poca educación y clase.
Y ella...
Solo llegó a su casa y cayó rendida junto a una muy molesta tía Marie quien gritaba pese a los ronquidos de la castaña.
Una nueva vida, en un nuevo mundo.
Y quién sabe, tal vez también nuevos amores.
Lumos•
¡Espero que les haya gustado!
Les deseo un feliz año nuevo❤
Nox•
