Hola aquí les dejo una historia corta que se me ocurrió tras leer a Levi Strauss en sociología mientras el olorcillo a porro entraba en clase.

-Cásate, cásate, cásate, cásate, cásate-decía la bielorrusa mientras perseguía a su hermano que corrí para salvar su vida o algo más.

Rusia corría como alma que lleva al diablo tratando de perder a su hermana, ¿Qué no podía dejarle en paz?. Al final tras recorrerse medio edificio Iván optó por lo simple, saltó por una de las ventanas del segundo piso y siguió corriendo por la calle pensando en donde podría esconderse hasta que la reunión se reanudase.

-Mierda- murmuró Natalia viendo correr a su hermano a través de la ventana rota- ya te atraparé ni-san

-Hola Natalia- saludó Antonio al verla parada ante la ventana rota.

-Hola España, Portugal- saludó también al mayor de los íberos.

-Hola Belarrus-saludó el portugués mirando la ventana rota- ¿Por qué está rota la ventana?

-Mi hermano saltó por ella.

-….- ambos íberos se miraron con una gotita escurriéndoles por la nuca viendo hasta que extremos había tenido que llegar el esclavo con tal de huir de su acosadora.

-Siempre huye de mi, no entiendo por qué-se quejó la rubia mientras volvían a la sala de reuniones, ambos hermanos se callaron aguantase el "por que le aterras" que quería salir de sus labios.

-Es normal, Natashia, cualquiera saldría corriendo si le persiguen obligándole a casarse- le dijo España abrazando a la muchacha.

-Estoy segura de que es por que soy yo.-dijo la muchacha triste.

-Que no, ya verás-dijo Antonio sonriéndole, tratando de que a la joven se le pasase la tristeza, ya le mostraría él que era norma que la gente huyese si les acosabas.

Iván llegó a la reunión agotado, se había ido tan lejos que cuando quiso echar cuenta tubo que volver a correr hacia el edificio para no llegar tarde. Entró algo apurado en la sala, sin esperarse lo que ocurrió a continuación.

España se levantó de su sitio sonriente y se acercó al ruso demasiado, haciendo que este se sonrojase por la cercanía del hispano.

-oye Iván-toda la sala estaba expectante ante lo que iba a hacer el hispano- bueno, tu sabes que tú y yo nos conocemos hace mucho-el eslavo asintió- y somos muy amigos, por eso me gustaría pedirte algo.

-¿el que Ispaniya?-inquirió el eslavo viendo el adorable sonrrojo que se había formado en le rostro hispano.

- cásate, cásate, cásate, cásate, cásate, cásate, cásate, cásate ,cásate, cásate-comenzó a decir Antonio al más puro estilo bielorruso haciendo que el ruso se quedase estático.

Antonio sonrió vencedor y se giró a mirar a la bielorrusa.

-Ves Bela, eso pasa con cualquiera.-entonces el hispano notó como unas manos fuertes le alzaban y en menos de lo que canta un gallo ya estaba entre los brazos del eslavo.- ¿Iván que..?

-Acepto-dijo con una sonrisa haciendo que el hispano se pusiese pálido.

-Sera broma-rogó

-Nyet, tu ahora eres mi esposa Ispaniya~~ -canturreó mientras se marchaba al juzgado con el hispano pidiendo ayuda.

Así España descubrió tres cosas, que solo Belarrus tenía ese efecto en Iván, que este le había estado amando desde hacía mucho tiempo y que debía tener paciencia con eso de no salir de la cama durante semanas por culpa de dolores en el trasero debido a su noche de bodas.

Diooooooooooooooooooos que fumada.

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