Disclaimer: Lo que reconozcan pertenece a JKR.
Este fic participa en el minireto de junio para "La Copa de las Casas" del foro La Noble y Ancestral Casa de los Black.
Por culpa del Quidditch
Tracey siempre le ha tenido un poco de resentimiento al Quidditch. No es que no le guste el deporte en sí, pero lo que menos soporta en este mundo es escuchar las charlas banales de sus compañeras de trabajo sobre lo ardientes que están los jugadores de tal o cual equipo. Y no sabe muy bien porqué, pero cada vez que alguna de ellas menciona a su amigo Adrian, tiene ganas de cerrarle la boca de un puñetazo.
A Morag siempre le gusta pincharla con que son los celos. Ella, simplemente se justifica que ha tenido suficiente con Parkinson y Greengrass sus siete años de escuela para que, ahora que se suponen que son grandes y maduras, tenga que aguantar a un grupito de periodistas cotillas que se tirarían a cualquiera que use pantalones.
Pero, a pesar de vivir maldiciendo al Quidditch y a todos sus seguidores, una sonrisa de Adrian Pucey, cazador de los Puddlemere United, le basta para asistir a cada uno de sus partidos. Y las burlas de Morag y Terence desaparecen cada vez que Adrian anota un tanto para luego dedicarle un discreto guiño y seguir jugando como si nada hubiera pasado.
Es esa la verdadera razón para que Tracey maldiga al Quidditch como lo hace: porque sin este, posiblemente nunca hubiera conocido al idiota de Adrian ni se hubiera enamorado de él. Porque sin este, tal vez el chico no sería tan despistado y notara lo mucho que ella lo quiere.
Pero llega un día en el que Tracey no odia al Quidditch. Llega un día en el que hasta agradece su existencia. Porque llega un día en el que Adrian levanta la copa del campeonato en sus manos antes de buscarla entre la multitud y besarla frente a todos. Porque llega un día en el que el Quidditch es una de las tantas razones que los unen y no la que los separa.
¿Reviews?
