Mucho tiempo había pasado, y muchos sucesos habían sido atestiguados por los ponis cristal. Pero nada podría haberlos hecho prever lo siguiente.
"Tu misión es simple, así como la amenaza que debes afrontar, no es comparación a los problemas que tú mismo habías causado en un momento, los Perros Diamante…, tras enterarse de la existencia del Imperio de Cristal, en su codicia por conseguir gemas, fueron a secuestrar ponis cristal.
Su trayecto los llevó lejos y llegaron al Imperio de Cristal. Su ambicion y codicia los había cegado, pensaban de una manera irracional pero seguían en camino. El plan era simple, el primero que hallasen sería la respuesta a su ridicula cuestión: ¿su misma piel, melena o incluso la crin estará hecha de gemas? No pensaban en nada mas que los diamantes, y claramente matar a un poni disiparía sus dudas.
En un momento de distracción, cuatro fueron victimas de este secuestro. Rodeados y capturados, 2 ponis y 2 potrancas fueron llevados a unas celdas improvisadas con madera. Ellos exigieron su libertad, mientras que ellas estaban muy calladas. Ante tanta queja, los perros solo dieron opción a que entre ellos decidan quién merecía seguir viviendo. Los potros dieron un paso al frente en clara señal que ellos serian el sacrificio, las ponis los veian con una mirada tal que les dio una paz interna a las victimas.
-Sean valientes –fue lo que ambos alcanzaron a decir antes de su final.
Al estar liberados, rápidamente uno golpeo la reja de madera donde se hallaban ambas ponis. De esta manera una logro huir y a toda velocidad corrió hacia el imperio.
Mientras que al mismo tiempo, los equinos tratarían de hacer lo mismo, los perros diamante no se lo permitieron y se lanzaron sobre ellos haciéndolos caer.
-No te burles de mi, tonto poni. Ahora veamos que tanto valen esos cristales de los que están hecho.
-¿Qué? No… espera…
-PENSANDO EN UN ASESINATO MUY CRUEL-(también muere el otro)
Rover no estaba nada contento. Furioso y enloquecido preguntó a la poni sobreviviente. Ella estaba aterrada veía ante sus ojos una horrible presencia maligna.
-¡No has respondido mi pregunta! ¡¿Qué diablos paso?!
Un nudo en la garganta de la poni se hacía presente y una sensación de lágrimas atravesaba su cabeza, pero también tenia en mente que no podía ser débil en ese momento.
-Ya callat. Estás llevando esto demasiado lejos. –intervino su hermano tratando de evitar que su líder lleve su locura a un extremo.
-¡Tú no eres nadie para darme órdenes! –echando las garras de su hermano fuera de su pecho.
Ambos perros estaban furiosos, pelearon entre si con uñas y dientes, pero claramente Rover no era un rival para su hermano.
-Soy mas fuerte que tu, yo debo liderar esto. Tu liderazgo solo nos lleva a perder y morir. Estamos aquí, para conseguir gemas, no para asesinar ponis. –al concluir, se acercó a la tímida poni cristal –Dime en este instante dónde hallo diamantes y tesoros en esta tierra.
-Nuestro imperio entero… esta hecho de cristal, pero… nos… nosotros no, -dijo aún asustada –nosotros reflejamos el amor y esperanza de toda Equestria… esparciéndola con el Corazón de Cristal –poco a poco ella se calmaba y empezaba a sonreír– hay eventos donde la alegría se hace mas presente y donde el resplandor se hace más grande en…
-¡No te pedimos una lección de historia! ¡Dinos dónde hallar gemas! –gritaba el debilitado Rover.
-Eh… bueno hay... muros enteramente hechas de cristal… rodean la ciudad.
-Tenemos lo que queríamos, ¡camina!
Ambos perros se pusieron en marcha, y la pequeña poni cristal también. Ella corrió con todas sus fuerzas para informarle de la amenaza a Shining Armor, como capitán de la guardia real, tendrían ventaja en la defensa. Al saberlo, tuvo la obligación de alertar a su esposa.
-Por eso quiero que no bajes la guardia, Cadence, tú eres sin duda, el objetivo de esos maleantes.
-Gracias por preocuparte, pero yo puedo cuidarme sola. No olvides quien supero a todos usando el escudo mágico.
-No me lo hagas recordar, ten mucho cuidado, te amo.
-Yo también te amo, y nuestro amor será el que nos dé fuerza.
Tras irse Shining Armor, y como era deber que la información se comparta entre princesas, Cadence dió la noticia a Celestia.
-No te preocupes, Twilight me habló de ellos, no son un problema mayor.
En Canterlot, Luna vigilaba a Discord, cuidando que sus poderes no sobrepasen las reglas dadas para controlarlo. Esto ya era una costumbre para ellos, incluso cuando se turnaba con Celestia, nunca hubo un momento de aburrimiento para ninguno, tal vez de risas o enojo, pero se podría decir que así entablaron una relación casi amistosa. Pero la verdadera amistad se gana con confianza, y pocas habían sido las tareas para que el draconequs demostrara que tan confiable podría ser. Para un dios del caos con poder a su antojo pero bajo la custodia de dos princesas alicornio, la libertad era un placer que pocas veces experimentaba en totalidad.
"… por eso te necesito en el Imperio de Cristal, lo más antes posible, usarás tu magia para detenerlos y regresarlos a su cueva, a las afueras de Poniville, tengo mi confianza puesta en ti, Discord."
