*Capitulo 1*

No estaba seguro, no había razón alguna por la que el debía de pensar así. ¿Por que siempre pensar en los peores escenarios posibles? Si salía mejor de lo que pensaba se sentiría como un idiota. Pero no podía evitarlo, esa sensación de falta de aire, ese presentimiento inevitable de que todo va a salir mal. Tenia miedo, bastante miedo de lo que la confesión podría traer. ¿Seria mejor escapar acaso? Desaparecer de sus vidas sin decir por que, sin advertencia alguna, mostrarse como el idiota que se sentía

No. La ultima imagen que dejaría no seria la de un cobarde, si lo recordarían seria por los momentos juntos que pasaron. "Si tan solo fuera tan fácil" pensó Fuji, elevando la mirada al cielo gris que amenazaba con lagrimas de lamento, solamente pudiendo consolarse con su misma fría brisa. El silencio los dominaba, un silencio firme pero compasivo, dejando espacio para que ambos pudieran respirar. Sin embargo ya había sido bastante tiempo. El cómodo silencio ya había partido para así dejar a su caprichoso e indolente amigo.

"Tarde o temprano tendrás que decírselo" interrumpió Eiji quien estaba algo incomodo por el silencio después de un rato. Sentía que debía de decir algo, pero no sabia que decir, no quería herir los sentimientos del otro pero tampoco se quería quedar callado por miedo a decir algo que sabia que era verdad. Tenia que sobrepasar ese sentimiento de desconforme. El nunca se considero bueno para dar consejos, y jamás se habría imaginado estar en donde ahora se sentaba. A lado de el, de la persona que el tanto respetaba y amaba, ¿Como amigo? Y esa duda que lo había estado molestando había vuelto a la superficie. Lo quería, lo respetaba, siempre lo había visto hacia arriba con admiración. ¿Pero acaso esos sentimientos eran síntomas de amor? De amor verdadero- no como amigo, no como familia pero ¿como alguien más? Pero este no era momento para jugar con pensamientos locos e inexplicables, su amigo lo necesitaba.

El pelicafe suspiro y sonrío con amargura, lo sabia. Sabía que alguna vez se lo tenía que decir. Miro a su amigo y con la misma sonrisa repitió las palabras que se habían transformado en su escusa. "No tuve corazón para decírselo"

Cobarde.

Pero era verdad y el pelirrojo entendía muy bien. Era el mas chico de sus familia, sin embrago el siempre había podido sentir y presenciar esa necesidad de proteger a los hermanos. Ese trabajo voluntario que tenían los mayores, esa necesidad de protegerlos del mal de los demás. No importaba cuanto dijeran que se odiaban, cuantos sentimientos de celos sintieran, no importaba nada de eso por que los hermanos siempre se iban a querer en su propia forma. Tenían un lazo de sangre que no podría ser destruido ni por voluntad propia.

"Estaré a tu lado si me prometes comprarme un helado después" propuso con una esperanzada sonrisa, una seña de paz y un ojo cerrado a modo de guiño. " Conmigo ahí no debería ser tan difícil, eh?"

A quien engañaba, se sentía tonto y por primera vez deseaba pensar antes de hablar. ¿Que le hacia pensar que el solo el estar ahí a su lado en momentos de increíble intimidad familiar haría todo mejor? Un intento fallido de animar a su amigo. Quería retirar lo dicho, estaba humillado de su propio comentario y quería decirle que estaba diciendo puras tonterías que no le hiciera caso. Sin embargo por fin la vio.

¡Esa sonrisa! Esa sonrisa perdida había vuelto a las facciones del llamado tensai, provocando que el mismo sonriera. "Trato. ¿Entonces me acompañas a mi casa? Yuuta no fue a la escuela ya que se resfrío. Probablemente falte a las lecciones de tenis y piano también." Explico para después susurrar lo último, "al igual que yo"

"No sabia que tenias clases de tenis aparte. ¡Quizá por eso eres tan bueno!" sonrío Eiji, "Y piano…"

"Es un secreto. Empecé por que así me lo ordenaron pero eso ya no importa. No se lo dirás a nadie"

Un comando que seguiría, nada más por ser Fuji. Quizá en cualquier otro día este se sentiría intimidado por el comando del mayor pero hoy no, al contrario, se sentía feliz ya que Fuji le confiaba un secreto y sabia que el lo guardaría. El pelirrojo sonrio felizmente. Todo un personaje había resultado ser su querido amigo, sin embargo, el ya lo sabia, muy adentro el ya sabia que Fuji era especial. Fuji era perfecto. Fuji era el tensai. Fuji era Fuji y tan solo eso lo hacia una persona increíble.

Eiji volteo a ver al otro, la sonrisa que alguna vez estuvo ahí se había vuelto a hundir, dejando atrás unos ojos melancólicos junto con facciones serias. "Ya nos saltamos las practicas de la mañana, y pronto van a empezar las clases, deberíamos volver" pronuncio su gatuno amigo. Usualmente este se sentía asustado de saltarse las prácticas. Después de todo, Tezuka sabia muy bien que hacer con aquellas personas. Pero a Fuji no parecía importarle en lo más mínimo, parecía que nunca iba a volver y eso le asustaba, al igual que a los demás. Ya hacia tiempo, bastante tiempo que el mayor no atendía las practicas, tanto tiempo que había perdido su lugar como titular, tanto tiempo que estaba en riesgo de que lo corrieran del club y probablemente reprobara al no tener los créditos. ¿Pero le importaba? No.

Y Eiji se había convencido de que no lo podía dejar solo y que el de alguna manera lo ayudaría. Este lo necesitaba, podía ver el dolor que su amigo estaba sintiendo y como poco a poco lo comía con intención de no dejar nada. Eiji siempre se había preguntado por que nadie hacia nada, no había visto a nadie extender la mano y se preguntaba el por que. ¿Acaso nadie entendía que este no era solo un capricho, recelos por haber perdido en algún partido, tan solo una escusa boba? Esto era algo más, lo sabia. Pero todo ocurrió en tan solo unos días, era tan impredecible, tan repentino que había dejado paralizados a todos. Después de todo, quien habría pensado que el famoso y sonriente tensai del equipo desapareciera y dejara de tener contacto alguno con todas las personas que alguna vez conoció, dejando atrás nada con que explicar su comportamiento.

"No. Dijiste que me ibas a acompañar a decirle a mi hermano, ¿no?"

"Si, pero pensé que eso iba a ser después…"

"Ahora es el tiempo perfecto. Vamos" sonrío Fuji.

Pero ese no era la sonrisa de Fuji.

Así pasaron dos clases, Eiji y Fuji permanecían en el techo, hablando de tonterías, llenando el silencio del que Eiji tenía miedo. Era incomodo, largo y deprimente pero mas que nada le recordaba que las cosas no estaban bien.

"Vamos" Fuji se levanto y ágilmente salto del techo para aterrizar en la terraza que los llevaría hacia las escaleras. Eiji dudo pero Fuji lo apuro sin mucha paciencia. Fuji había perdido ya esa infinita paciencia para ser remplazada por una muy corta y brusca. Ambos salieron del edificio cautelosamente para después correr hacia unos árboles, voltear a los lados para después correr detrás de otros árboles. Así se fueron, poco a poco, de un escondite a otro para así llegar a la entrada de la escuela.

"Ya casi…"susurro Eiji ansioso por al fin encontrarse cerca de las afueras del colegio. Libertad estaba a tan solo unos pasos, tan cerca…

"Boo"

Un grito ahogado de parte del llamado gato y ambos voltearon a ver el portador de la voz de hace unos segundos.

"Que haces aquí Echizen?" cuestiono Fuji, desafiante y sin intención de ser amable con el pequeño.

"Hmp, Aquí caminando en un hermoso día, persiguiendo a personas que parecen sospechosas" explico en un tono casual pero desafiante.

"Es mejor que te vayas"

"Pero-"

"Vete."

"¿Que harás si no lo hago?"

Y tan solo esa pregunta giro la situación a una violenta.

Ryoma se encontraba tirado a unos cuantos centímetros de los otros, parte de su cara enrojecida por el golpe. Este aun no se levantaba, se encontraba sentado con la mano en la parte donde había sido golpeado, mirando al mayor con una formidable furia.

"Enano. Deberías de obedecer a tus mayores" Fuji comenzó a caminar hacia la salida, dejando atrás a un rabioso Ryoma y a un Eiji confundido y asustado.

Eiji acelero el paso hasta que alcanzo al mayor, este parecía enojado aun y el se encontraba en conmoción, no sabía si estaba enojado, asustado o deprimido. Sin embargo, la cara de enojo de Fuji pronto se esfumo dejando atrás una de arrepentimiento. Se sentía tan salvaje, no se sentía el mismo. El no era violento, nunca le importaban los comentarios insolentes de Ryoma, le divertían a ser verdad, la arrogancia y soberbia del pequeño eran bastante entretenidas pero no pudo evitarlo, tenía esa necesidad de darle un golpe que lo sacara volando y había dejado que sus instintos reaccionaran primero que su cabeza.

"No quería causarle daño, yo…"

Eiji volteo a ver al otro y con una mueca de dolor y un puñalada en el corazón le contesto con la verdad por que la tenia que escuchar no importara cuanto le doliera a ambos. Por que era su amigo se lo tenía decir, por que lo quería tenia que decirle lo que realmente pensaba y sentía. "Pero lo hiciste, Fuji. El no merecía ese golpe, fuiste demasiado brusco. Fuji, tu ya no eres el mismo y me asusta pensar que perdí a mi amigo"

Toda la verdad. Había perdido la mascara que el había moldado durante los años en tan solo unos días, se había descuidado y ahora se encontraba exponiendo al verdadero Fuji, el Fuji que el mismo detestaba y le tenia miedo, la parte repugnante y maliciosa de el. El ya no era perfecto como todo mundo pensaba que era- como todo mundo esperaba que fuera- ahora simplemente era humano. ¿Que había de interesante en eso?

El teléfono de Fuji sonó, cortando así la pelea interior de ambos. "¿Bueno?" saludo cortes al que lo llamaba. "Si, aja, aja, si no te preocupes. Ahora mismo, okay. Bye" termino, cerrando su celular y volteando hacia su confundido amigo." Yuuta necesita unos medicamentos. Hay que ir de pasada." Termino con una sonrisa. El menor asintió y siguió a su amigo hacia la tienda para después ir a la casa de los Fuji's.

Ambos llegaron a la casa del prodigio, Eiji la sentía propia ya que había pasado bastante tiempo en esta. Se quitaron los zapatos para remplazarlos con cómodas pantuflas. "Ya llegamos Yuuta" grito Fuji mientras que se quitaba la chaqueta de la escuela y Eiji lo imitaba. Fuji miro al lado como si estuviera buscando algo o alguien o mas bien asegurándose de que no hubiera nadie en la casa mas que su hermano, Eiji y el para después correr hacia las escaleras mientras que Eiji tímidamente las subía detrás.

Yuuta yacía dormido, su cara usualmente seria se encontraba relajada con una cómoda mueca. Fuji río ligeramente mientras lo acomodaba y le apagaba la tele que el otro había dejado prendida. "Como te gusta quedarte dormido con la tele. Eres un bebe" río el mayor para si mismo. El cuarto se sentía frío así que opto por apagar el ventilador que estaba en lo más fuerte- a Yuuta siempre le había gustado dormir con aire no importara el clima que había. Listo para continuar hacia su cuarto camino hacia la puerta que los unía sin embargo, paro para así agarrar una misteriosa hoja de papel. Eiji estaba en la puerta mirando nada más, esperando a que el inexplicable sentimiento de celos descendiera. Yuuta podía hacerlo reír y el no, Yuuta podía aliviar tan siquiera un tanto el dolor de Fuji y el no podía hacer nada.

"Maldito hijo de…"

Eiji lo miro intrigado al mayor, este aun sostenía la hoja-ahora, con mas fuerza- y trato de descifrar la razón que había hecho a Fuji maldecir, no obstante su celular sonó en ese entonces. Eiji brinco y lo contesto rápidamente antes de que despertara al menor o Fuji lo regañara. Con la vista puesta en el tensai, saludo al de la otra línea, deseando que lo que fuera que este quisiera no fuera importante y el pudiera averiguar la razón del enojo del tensai. Resulto ser Oishi preguntándole en donde se encontraba. Malició su suerte y apenado Eiji salio del cuarto para responder.

"Ya veniste…"

Fuji volteo rápidamente escondiendo la hoja de papel atrás de su espalda, Yuuta era muy quisquilloso con sus cosas, si averiguaba que había leído una carta como esta iba a enfurecer. Este sonrío y se acerco a la cama de su hermano menor, dejando la hoja de papel en la mesa a lado de su cama sin que el otro se diera cuenta. "¿Como te sientes? Te traje las medicinas para tu garganta" sonrío Fuji.

El otro le devolvió la sonrisa, para después sufrir de una serie de tos violenta y persistente. Con una mueca de dolor, Fuji lo sentó rápidamente y le empezó a sobar la espalda en círculos para después ofrecerle un vaso de agua, pero el menor se negó con la cabeza y pronto la tos se fue. Yuuta sonrio victorioso pero se veía bastante cansado y debilitado y eso le dolía al mayor. ¿Seria capas de decirle en estas circunstancias?

"Yuuta, tengo algo que decirte"

"Dime entonces"

"Pero..."

"Nada de peros, solo dime ya" respondió Yuuta un poco desesperado.

El tensai espero un tiempo para quizás pensar en lo que le iba a decir; como empezar y como poco a poco decirle la verdad de la mentira de su vida. Y así empezó, esperanzado de que todo saliera bien. "Yuuta tu siempre serás mi hermano menor. Se que no he sido el mejor de lo hermanos del mundo pero tu eres muy importante para mi…"

"Que demonios…"

"Yuuta, yo…yo ya no-"

La puerta se abrió con un fuerte golpe, Eiji entro apurado, buscando algo. "Fuji, Oishi dice que nos cacharon" paro y vio a los hermanos por un segundo y con un tono de vergüenza pregunto que si había interrumpido algo. Fuji movió la cabeza en un no, 'llegaste en un momento perfecto, Eiji. Te quería preguntar algo" sonrío Fuji. Pero Eiji sabia que los había interrumpido, estaba apunto de decírselo pero el entro y los interrumpió y se sentía como un idiota. Ambos salieron del cuarto dejando atrás a un confundido niño.

"Fuji, lo siento…"

"¿Que? Ah, no. Te quería preguntar que si podrías quedarte con Yuuta ya que tengo que salir por un rato. Pero Oishi había dicho que nos habían cachado ¿verdad? Eso es un problema…Entonces-"

"Si claro, no hay problema" sonrío Eiji para luego continuar, "Pero, ¿a donde vas?"

Fuji sonrío y movió el dedo índice de un lado a otro por unos breves momentos. "La curiosidad mato al gato Eiji"

"Si pero-"exclamo enrojecido de tal comentario.

"Bueno, cuento contigo" sonrio para así entrar a su cuarto, sacar su bolsa de tenis y darle un amable gesto de adiós a Eiji.

El cielo amenazaba con lluvia, las nubes grises impedía la luz del sol asomarse, y había un viento que era imposible de ignorar. Aun así, ahí se encontraba, en ese pequeño lugar exclusivo para los niños con dinero, en donde tenia que ser alguien para estar ahí. ¿El era alguien? El sabia que era conocido como el tensai y a la gente le parecía suficiente para tener el privilegio de ser reconocido en este mundo, pero para el, el no era nadie. No era más importante que cualquiera de sus amigos de Seigaku, que igualmente era buenos en el deporte, quizá aun más buenos que el mismo. Pero el era el tensai, y eso parecía ser mas importante.

Llego a las canchas para contemplarlas por un momento ¿que había encontrado en este deporte? ¿Que era lo que lo había atraído a jugar por primera vez? Lo había olvidado. La adrenalina, la alegría de ganar, de ser mejor que alguien más, de demostrar tu esfuerzo y tiempo puesto en prácticas. Todo eso ya no le interesaba. Ya se había aburrido de siempre el mismo juego. ¿Mandar la pelota de un lado al otro? ¡Que absurdo! Los desafíos que no venían los había dejado de esperar y el nunca fue en busca de ellos. Ganar o perder, al final era lo mismo para el, nadie podía sacar ese entusiasmo por jugar tenis otra vez, ya hasta lo creía extinguido. Sin embargo, estaba ahí, en las canchas de tenis, buscando alivio alguno.

¿Por que tenis?

Vio su celular para descifrar la hora, era temprano tan solo las diez de la mañana. Lo dejo en la bolsa para así empezar a jugar, pero tan pronto como lo dejo este sonó anunciando la llamada de alguien. Jugo con la idea de ignorar la llamada totalmente, pero tenia curiosidad. ¿Quien lo estaba llamando? Tezuka. Lo dejo sonar, esperando que ni se molestara en dejar un correo de voz, sabía que le iba a decir y no se encontraba en el humor para aguantarlo. Agarro las pelotas de su bolsa de tenis y se las guardo en las bolsas del short, se fue a la línea de saque para sacar una de las pelotas, botarla brevemente, lanzarla al aire y pegarle mientras seguía ahí.

Out.

Sonrío sin gracia alguna, saco otra pelota para así repetir el movimiento. ¿Acaso faltar a esas practicas de tenis podían tener ese efecto en el? ¿Tan rápido?

Out.

Un tanto alterado camino hacia el otro extremo de la cancha, quizá podría tener mejor suerte en ese lado de la cancha. Repitió el movimiento para después voltear a ver la trayectoria de la pelota sigilosamente.

Red.

Se sintió desesperado en ese momento, nunca había hecho tantos outs tan seguidos, y las que iban a la red eran aun menos frecuentes. En ese momento deseo haber ido a las practicas- la verdad era que una parte de el aun quería ser reconocido como el tensai por que en cierta forma lo disfrutaba, quería seguir siendo bueno en el deporte por motivos egoístas, pero había otra parte que quería olvidarse completamente del tenis, dejarlo en el pasado. Miro la pelota son desaire, estaba empezando a odiar el deporte por razones injustas.

"La estas lanzando muy delante de ti"

Fuji volteo sobresaltado al hallar que no se encontraba solo como lo pensaba. Sonrío resentido, de todas las personas tenia que ser nada menos que Tezuka el que tenia que hallarlo ahí, cometiendo uno de los errores mas torpes y corregirlo. Pero claro, quien más que Tezuka para ayudarlo, después de todo el era el capitán, un líder nato y una persona que era de respetar.

Boto la pelota brevemente, "Que haces aquí, bouchou?" cuestiono antes de elevar la pelota al aire para después proseguir a sacar.

Red.

"Te estas apurando demasiado"

Fuji se quedo viendo la red por unos breves momentos, sentía resentimiento al ser corregido, no quería escuchar sus sabias palabras-el era el tensai, Tezuka era simplemente el capitán. Paro sus pensamientos ahí, culpa pronto lleno su cuerpo. Nunca antes había tomado su titulo para compararse con otra persona, nunca antes le había dado importancia al titilo, pero ahora lo quería, quería seguir siendo reconocido como el tensai de Seigaku. "Enséñame" Una parte de el quería que este se equivocara para así aliviar su propio rencor. Pero sabía mejor que eso, por que Tezuka nunca cometía esa clase de errores.

Tezuka quedo en silencio para después asentir, había notado el cambio en Fuji y aunque no le podía poner nombre, sabía que el menor estaba pasando por momentos difíciles y el no quería causarle aun mas problemas. Camino hacia la línea en donde se encontraba el menor con la mano extendida ofreciéndole su raqueta. "Iré por una pelota" dijo Fuji antes de correr por la pelota que se encontraba cerca de la red. La aventó hacia Tezuka y después se retiro de la cancha mirando al capital detenidamente con una sonrisa pequeña. El mayor se puso en posición para sacar, con un movimiento elevo la pelota para después pegarle.

In. Y para variar, en la mera línea-un lugar difícil en donde si no estabas en la posición perfecta seria difícil de regresar.

El tensai sonrío mas fuerte y aplaudió, 'por algo eres el bouchou, eh?" río.

"Sin tan solo fueras a practicas…"

"Ah, pero a Momo le encanta ser titular. Como quitarle eso"

"Pero-"

"Ah, Tezuka, ¡esta lloviendo!"

Ambos corrieron a las bancas para resguardarse de las feroces gotas, pero ya era demasiado tarde ya que ambos ya estaban empapados de pies a cabeza. Se miraron el uno al otro, Tezuka no había cambiado su gesto-su siempre seria cara seguía ahí intacta- y Fuji simplemente río al ver al otro, "Nada mas mírate Tezuka. ¡Eres un desastre!"

"Ya es tiempo de que dejes de actuar"

Fuji volteo a ver al mayor y río aun mas, su sonrisa era grande y maliciosa, como si el menor estuviera planeando alguna locura. "Tezuka, que-"

"Ya basta de estas tonterías" grito Tezuka desesperado, su paciencia era poca y aunque usualmente los comentarios extremos de Fuji no le molestaban en lo absoluto, el también tenia un limite.

"Ah, pero que malhumorado" reprimió Fuji con una pequeña sonrisa. Camino hacia su bolsa de tenis para sacar una toalla blanca, "te resfriaras" explico mientras se la aventaba al mayor. Tezuka le dio las gracias y se seco, el otro simplemente asintió con la misma sonrisa para después voltear a ver a la lluvia caer en las canchas. Ambos se sentaron en la banca esperando a que la lluvia cesara en un amistoso silencio.

"Regresa"

"Tezuka…"

"Ya es tiempo de que todo vuelva a la normalidad Fuji"

Todo quedo en silencio, Tezuka no lo presiono y Fuji tomo el tiempo dado para pensar en lo que Tezuka había dicho, se lo había dicho tan cual pero era justamente eso lo que lo había sorprendido. ¿Que era normal? No lo sabía con certeza. "Es mejor así" finalmente contesto el tensai, "Es mejor…escuche que llegaron a las finales del torneo Kantou sin ninguna derrota. Me alegra, Seigaku es bastante fuerte." Era cierto que estaba feliz por su equipo-si aun seguía siendo su equipo- pero Fuji quería volver, quería que todo volviera a la normalidad, quería estar en los titulares junto con los demás, quería ser visto hacia arriba-por primera vez, Fuji quería tener atención. Pero no le podía decir eso a Tezuka.

Se miraron a los ojos y Fuji sonrío de nuevo para después voltear la mirada a las canchas inundadas. Era increíble esa necesidad de sonreír y reír cuando cerca de Tezuka, no podía evitarlo y eso le molestaba un tanto sin embargo no le dio mayor importancia. "Me colmas la paciencia" declaro Tezuka mientras sobaba la tensión de su frente. El menor río brevemente para después sonreír maliciosamente, "Seamos francos, no es como si tuvieras mucha".

Solo Fuji, solo el podía salirse con la suya después de decir semejante cosa, solo el podría librarse de la furia de el capitán. Ya que Fuji era especial, Fuji era Fuji y tan solo eso lo hacia una persona increíble.

"Sabes que no soy solo tu capitán" susurro Tezuka un tanto incomodo, pero lo tenia que decir por que Fuji parecía haber olvidado que el también era su amigo. "Fuji, estoy aquí esperando a que vengas"

"Te cansaras de esperar y finalmente me olvidaras"

Hubo un silencio y Fuji sentía como si hubiera ganado una pequeña guerra, le había probado un punto a Tezuka y este no había podido crear un contraataque. Pero eso no era la razón del silencio del mayor. "Fuji, tu hermano" exclamo el mayor señalando a un pelicafe corriendo hacia ellos.

"Yuuta!" Corrió hacia el dicho que estaba enrojecido con fiebre y corría con un torpe paso. "Que haces Yuuta? ¡Esta lloviendo!" exclamo preocupado Fuji

"Tenia que saber….tenia curiosidad…no te encontraba..." explico el menor de los Fuji's entre jadeos.

Para ese entonces Tezuka ya estaba a lado de los otros dos esperando a que fuera necesitado. No quería molestarlos ni entrometerse en cosas familiares así que mantuvo su distancia.

"Hermano, yo…yo…"

El pequeño cuerpo de Yuuta se desplomo, su cuerpo ahora iba en caída libre hacia el cemento mojado, sin embargo Fuji lo había detenido justo a tiempo. Maldijo en un suspiro y se lo levo cargando a las bancas y fuera de la lluvia. Tezuka quiso ayudar pero iba a estorbar más que ayudar así que se limito a mantener una distancia cercana para ayudar si lo necesitaban.

Fuji saco su teléfono y llamo a un taxi, era imposible tan solo pensar en caminar en esta lluvia cargando a su hermano menor sin paraguas y tan solo eran las 11, sus padres y hermana no estarían disponibles y lo regañarían de haber faltado a la escuela. Se sentía entupido por no haber traído un paraguas aun sabiendo que iba a llover. Se maldijo a si mismo otra vez y espero a que legara el taxi.

"No tienes que regresar a la escuela Tezuka?"

"No."

"Si tu lo dices"

El silencio no duro mucho antes de ser roto otra vez por Tezuka. El otro sabia muy bien lo que le iba a decir y no se sentía apto para contestarle adecuadamente.

"Fuji…"

"Ahora no"

"Ryoma…"

"Por favor, ahora no Tezuka"

"En que estabas pensando"

El silencio los reino otra vez, sin embargo esta vez Tezuka no iba a dejar que los dominara, quería una respuesta esta vez, demandaba saber que le había pasado por la mente a Fuji para que le diera semejante golpe. Fuji nunca había sido violento y a menos que otros estuvieran en peligro el siempre había sido bastante amistoso. Aunque Ryoma era conocido por constantemente desafiar a sus mayores el sabia que no iría a extremos con alguien de su equipo y por razón que no tenían que ver con tenis-cosas triviales para el pequeño Ryoma. Como capitán del equipo y como amigo necesitaba saber. Al ser presionado, Fuji no tuvo otra alternativa que decirle, era entupido, se sentía como un idiota, pero era la verdad. No estaba pensando, esa era la razón.

No le parecía escusa suficiente para darle de golpes a alguien, sin embargo era suficiente por ahora. Fuji no era alguien quien accedía tan fácilmente, y era algo que le daba un tanto de satisfacción al mayor. Aunque no era orgullos, el tensai era muy caprichoso-era como un niño y Tezuka a veces se encontraba cuidándolo como una niñera junto con Eiji. Pero era imposible no hacerlo, por que Tezuka lo quería proteger, lo quería cuidar del mal de los demás, cuidar la inocencia que el sabia que tenia. No le importaba en lo absoluto cuidarlo como un bebe si se trataba de Fuji.

El taxi sonó su bocina anunciando su llegada y así interrumpiendo los pensamientos de ambos. Fuji se encargo de llevar a Yuuta al carro y dejarlo sentado en el asiento de atrás, Tezuka se encargo de llevarse la bolsa de tenis y dado que Fuji se había sentado junto a su hermano el se sentó adelante. El taxista miro de reojo a los menores y con una gran sonrisa y un pequeño golpe en el hombro de Tezuka le dijo "Se escaparon de la escuela, eh sensei?" con una sonrisa para así arrancar el coche y llevarlos a su destino.

Fuji sonrio ligeramente mientras que imploraba la vista de regreso, a Tezuka siempre lo confundían con alguien mayor-las serias facciones que el siempre portaba exponían la madurez del joven. Pronto, este dejo de escuchar la amistosa conversación entre Tezuka y el conductor para así volver a contemplar el paisaje que se mostraba en frente de el. Todo se veía extrañamente hermoso, siempre le había gustado los días lluviosos. La lluvia seguía cayendo fuertemente y no parecía parar pronto.

Tezuka le pago al señor y le despejo el paso a Fuji mientras que el llevaba a Yuuta a su recamara. Ya puesto ahí, Fuji lo acomodo para después agradecer a Tezuka por su ayuda, el otro menciono que se tenía que ir, pero que si necesitaba algo le llamara. Se despidieron y pronto los hermanos Fuji estaban solos en la casa.

Unos anuncios y programas después Yuuta recobro el conocimiento para así ver a su hermano mayor dormido en una silla cerca de su cama. El menor sonrio ligeramente para susurrar un gracias que jamás seria escuchado.