Por las Calles de Valencia
"Valencia, España. Si, realmente es una ciudad hermosa pero no es mi ciudad. Estoy lejos de mi hogar, de mi familia, de mis amigos de la infancia, sin embargo es la decisión que yo tomé y no estoy arrepentida de eso. Bueno, esta noche será como todas la noches, yo, Hellen Kovalevskaya me preparo para trabajar. La rutina es la misma, primero me ducho bien casi siempre con escencias de flores, trato de que no sea rosas pues no soy de esas "finas meretrices" simplemente soy una estudiante de teatro, que se gana la vida haciendo "algo" que sea rentable. Mi aspecto personal es importante para esto, recuerdo los primeros consejos de Nadia, quien me apoyó en mi primera noche "El aseo es importante, es por eso que nos han quitado clientela las extrajeras que no son europeas", sabio consejo. Luego de ducharme, arreglo mi ropa, casi siempre es una falda corta, pero no pronunciada, de cuero que puede ir entre los colores rojo o negro; el top que trato que sea de encajes no muy pronunciado, mi estilo no es de esos pero si que sea insinuante. La chaqueta por si hace frío, es de lana natural a veces pienso que es mata pasiones pero estoy ahorrando para una mejor. El maquillaje, ya no compito con los travestis, trato de que sea algo natural que resalte mis ojos claros y mis labios carmecí. Y lo más importante: mi cabello unos días no utilizo peluca otros días si, creo que hoy no usaré. Me maquillo pero miro la fecha del calendario y recuerdo que es Martes, un día flojo para el trabajo en la calle, así que llamo a mi vieja amiga y protectora Nadia para comunicarle que pienso ir al local que ella tiene. Gracias a Dios (soy lo que soy, pero sigo confiando en él), ella que está retirada, ahora tiene un pequeño sitio que puede ser considerado un burdel en el cual vende licor y hay habitaciones, no es muy grande pero me siento segura trabajar ahí algunos días, pero lo más importante, trato de captar clientes para mi amiga, ya está algo entrada en edad y si yo puedo ayudar, sin la necesidad que me de un porcentaje muy grande, lo haré. Reviso todo, cartera, maquillaje, ropa, documentos ¡maldición! Olvidaba mi credencial de sanidad, es importante, pronto debo ir a hacerme la revisión; y lo más importante, preservativos yo no soy de las que lo hacen sin protección (¿llevo de sabores?, ah! Sip). Salgo, es una noche típica de mayo, hermosa. Las estrellas se ven preciosas en el cielo, me percino y parto a trabajar, espero que sea una buena noche"
-¿Tienes algo que hacer esta noche?
-No, ¿por qué?- pregunta un joven que después de la conferencia de prensa de su presentación en su nuevo club se cambia de ropa- quiero descanzar
-Conozco un lugar donde se puede pasar muy bien y se conoce a hermosas chicas, yo fui un día y aunque es pequeño, es bastante bueno ¿quieres ir?
-No
-No seas tonto, en una de esas, ves a la diosa de los ojos claros
-¿Cómo?- pregunta algo raro
-Es una joven muy linda, pero realmente difícil, no la encantas con nada, es muy exigente
-No me interesa
-Acompáñame, o nunca has incursionado con una mujer en su habitación-silencio del joven- vaya, pero si tú vienes de un país de hermosas mujeres ¿nunca has tenido novia?
-No
-Ah!, bueno, no es un lugar para encontrar una, pero si para divertirse con un buen trago ¡Vamos Santana, no te hagas de rogar!
Después de tanto insistir, terminan por convencer al extranjero para salir. Esta joven es Carlos Santana, un hombre que ha vivido para el fútbol y desde pequeño. Fue abandonado en una cancha de un estadio, cuidado por una pareja de ancianos, explotado por un desgraciado que hizo de carácter frío, pero se dio cuenta que tiene talento sin necesidad de ser un cybord. Darío, un jugador del equipo del Valencia y que siente gran admiración por Santana, lo invita a pasar un rato agradable y quien sabe, termina en los brazos de una hermosa musa del Tartaro, un local pequeño y discreto donde pueden divertise y algo más.
"Cuando llegué, Nadia me recibió con cariño, una de las chicas se iba Alanis, la diosa de los ojos claros, deja de trabajar en el Tartaro pues va a ser la amante de un millonario empresario. A mi en lo particular ella nunca me agradó, se vino a trabajar aquí porque todos la consideraron una diva, una mujer que vive de la adulación de sus pechos bien formados, de su cintura estrecha, de sus hermosas caderas, su blanca piel, su larga y hermosa cabellera. Baila bastante bien en la barra vertical, es sensual, pero simplemente para mi, es una patética mujer que con joyas y la atención las veinticuatro horas del hombre de turno. Lo importante es que se va a ser la amante de un tipo que ella ni quiere, solo quiere su dinero, pero eso no me interesa, si se va que se vaya. Hoy no quiero bailar, lo hara otra, yo solo quiero quedarme en la barra y ver si puedo hacer que alguien consuma lo suficiente para poder sacar un buen dinero hoy"
Dario entra al local y detrás de él, la nueva adquisición del Valencia FC, se sientan en una mesa para luego pedirle a uno de los mozos un trago, nada fuerte
-Este lugar es bueno y como no está en un sitio demasiado glamoroso, pasa desapercibido así que vale la pena venir para acá
-Ya veo- le responde a Dario
-No te pongas así, parece que no estás acostumbrado a venir a estos lugares
-No- responde fríamente
-Pues no tiene nada de malo, salvo que tengas alguna cosa que esconder como que eres casado, pero si eres soltero y no tenemos concentración mañana ¿qué más se le puede pedir?
-Quiero descanzar, no sé cómo me pude dejar convencer
-Porque te ganó la curiosidad- responde guiñándole el ojo.
Dos chicas conversan en la barra del bar, cuando uno de los barman le dicen que hay dos hombres bastante atractivos ahí, el hombre trata de reservarse la identidad de ambos, pues es un secreto profesional que exige la dueña en caso de que alguien famoso visitara el Tartaro
-Son bastante guapos ¿por qué no le hacen compañía? Hellen y Diana- le dice el hombre a las muchachas
-Bastante- responde Diana- ¿vamos Hellen?
-Ve tú primero, después me dices que tal es estar con ellos
-Está bien, no te vayas con otro hasta que te lo indique
Diana se dirige a la mesa donde se encuentran Dario y Santana, ella trata de reconocerlos pero no puede, y si hubiese sido así ella guarda el secreto, es la regla de oro del Tartaro. Ella se sienta al lado de Dario y conversan unos quince minutos, bajo la mirada distante de Hellen que está pendiente de su amiga se desarrolla un diálogo, Diana y Dario hicieron buenas migas, pero Santana no particpa, solo los observa
-No es bueno que estés solo- dice Diana a Santana que pide otro trago- te presentaré a una buena amiga- Diana le hace la seña correspondiente a Hellen para que se acerque a la mesa- Hellen, ellos son Dario y Carlos
-Mucho gusto- dicen los tres casi al mismo tiempo.
Santana y Hellen no encontraron de que hablar, nada absolutamente nada. Hasta que sus miradas se cruzaron y algo raro pasó. Carlos vio lo mismos ojos que él tuvo antes de conocer a Tsubasa y se asustó, esa chica tiene la misma mirada fría del otrora Hijo del Dios del Soccer
-¿Qué tanto me miras?- le pregunta mientras bebe de su vaso
-Nada, me llama la atención tus ojos
-¿En serio?- pregunta con ironía- casi siempre a los hombres le llaman la atención otras cosas, no precisamente mis ojos
-Hellen, no seas tan grosera con él- le dice Diana que está recargada ya en el hombro de Dario- él no tiene la culpa de tu mal humor
-Esta bién- le responde ella fríamente- disculpa, ella tiene razón no tienes nada que ver con mis problemas- luego trata de sonreír- cuéntame ¿de donde eres?
Santana habló con ella un buen tiempo, entre un nuevo trago y otro y otro. Están más en confianza, hasta que él comienza a jugar ensortijando uno de los mechones del cabella de la muchacha. Le dice que la encuentra muy bonita, que realmente no había conocido otra muchacha como ella en Brasil, con los ojos de un verde esmeralda realmente bello. Ella no se sintió muy alagada por algo así, en su oficio, conformarse con adulaciones provenientes de un desconocido ya no es algo de lo que se sienta orgullosa. Dario y Diana (DD, mmmm) ya están bastante entretenidos en la conversación, tan así que Diana lo invita a una de las habitaciones, por un rato. Dejan solos a Santana y Hellen, quienes no tienen intenciones por el momento de ir a ningún lado. Hellen saca un cigarrillo, le ofrece a Santana, pero éste se lo rechaza. Siguen la plática, hasta que él le confiesa que es la primera vez que está con una mujer así, en esas circunstacias
-No puedo creerlo, no eres un hombre feo. Eres joven, apuesto y aunque no lo creas, hasta simpático- le dice recargando su codo en la mesa y mirándolo provocativamente- es decir ue eres "virgen"- Santana mira hacia otro sitio y Hellen salta en carcajadas- Vaya, un hombre como tú, virgen, esto no suele pasar muy seguido- ella se le acerca quedando muy cerca de él- si quieres podemos resolver ese problema hoy, solo si lo deseas.
El no supo que decir o hacer, la joven se le estaba ofreciendo descaradamente, ya Dario no está con él, se fue con la otra chica que vino. Ella no le desagradaba, tiene bastantes atributos femeninos para que cualquier hombre la desease en ese mismo minuto. A lo mejor ya es tiempo de que deje de ser un hombre "virgen".
"Ese día conocí a Carlos, no debí haberle propuesto nada, nada. Solamente haberle escuchado, pese a lo poco que habla y lo que me desagrada el fútbol, pero algo vi en él que me gustó. Es un hombre muy atractivo, su color de piel, sus ojos frios y cálidos a la vez creo que me envolvieron. Pensé que él y yo eramos iguales, dos personas forjadas por las circunstancias de nuestras vidas. Así como existen algunos hombres que valoran el robarle la inocencia a una mujer, yo le agradecí mucho a Carlos ser su primera mujer, me sentí renovada y por primera vez, tocada con las manos dulces de la inexperiencia, pero fogosas de un hombre deseoso por saber lo que son los labios, pecho y sexo de una mujer"
Eduardo le pasa las llaves de la habitación a Hellen y le advierte que tiene una hora para estar con él. Hellen le advierte que no la moleste y que si quiere está toda la noche con el mismo sujeto, que ella siempre ha sido buena negociando la tarifa. Lo llevó a una habitación, ella bebía preferentemente vodka con jugo de naranja, recordando su tierra. Le invita a probar el trago que ella trajo para ellos, mientras bebe, ella se quita la parte de arriba de su vestimenta, quedando solamente con su sostén, Carlos impactado al ver esa piel tan blanca como la leche y esos senos bien formados. Pero Hellen es más fría, le habla sobre la tarifa que cobrará por la habitación y el licor que bebe, más el sexo y las posiciones que llegasen a tener, claro si él se atreve a estar con una mujer
-Espero que te haya quedado claro, no quiero sentimentalismos o arrepentimientos a última hora ¿entendido?
-Si- responde él
Carlos se le acerca y trata de besarla, pero ella retira el rostro y lo mira peor que al principio
-Yo no beso a los hombres, no me pidas eso, ya es bastante para mi estar con un novato- le reclama- ahora, ¡quítate la camisa!
Santana se la quita y ella lo recuesta en la cama, besando los pectorales del sudamericano que tenso, comienza a gemir levemente, ella le hace hincapié que nadie los escucha en las otras habitaciones, que puede dar rienda suelta a su excitación. Luego llega al pantalón, lo abre con cuidado, pero no se lo quita, luego el boxer (no quise ponerle zunga, las encuentro vulgar) y ve su miembro, pero ella no le hace caso al tamaño o proporción, ya esas cosas no le llaman la atención y comienza con su lengua a rozarlo. Santana se siente extraño, nunca ha experimentado algo así. Ella luego lo toma en su mano y comienza a acariciarlo tratando de exitarlo más y más. Pero termina por colocárselo por completo en la boca, practicando el sexo oral. Su lengua y su boca hacen que Santana comience a gemir con mayor intensidad y ella excitada por eso, con su otra mano comienza a acariciarse su vagina. Mientras ella sigue él le toma la cabeza para que no cese en lo suyo.
-Párate, para que yo pueda hacerlo mejor y yo también gozar de mi trabajo- dice ella
De pie, comienza nuevamente con su lengua a lamer su pene una y otra vez. El miembro de Santana ya está algo elevado pero no lo suficiente. Sigue en lo mismo él le sostiene la cabeza y ella, en vez de acariciarse ella misma ahora acaricia las piernas de Carlos
-No vas nada mal- ella se levanta mirándolo fíjamente- para ser primerizo, no has decaído en ningún momento- ella se saca la braga debajo de su falda de cuero y las botas que lleva quedando vestida únicamente con su sostén y la falda. Luego de recostar al jugador, le quita todo su pantalón. Ella se coloca sobre él. Tomando su mano le indica que acaricie lo que quiera de ella, que para eso está pagando, que disfrute de esto como todo hombre que va por ella. Santana toma sus senos y los masajea con timidez, pero luego con más fuerza hasta el punto de sentirlos bien proporcionados en su mano. Ella ahora, sin hincapié alguno, busca su pene erecto para que comience a penetrarla. Pues así es. Hellen ha comenzado manejar el ritmo primero con cautela, tratando de que él se acostubre. Primero va lento y pausado de arriba abajo, luego cuando siente mejor el miembro de Carlos, comienza a aumentar el ritmo. Carlos suelta los senos de Hellen y ahora va hacia las piernas acariciandolas y a manejar el ritmo de la mujer. La mujer con más fuerza, sigue siendo penetrada por el jugador que bastante energico no la suelta por nada. Sus manos ya estan bajo la falda y la levantan más. Ella gime al ritmo del baile de caderas que cada uno esta haciendo, luego hace su cabeza hacia atrás, lo que ella estuvo controlando ya no es tan así, el inexperto muchacho ha demostrado ser bastante enérgico y no se ha detenido, ha aguantado bastante tiempo el ritmo para ser su primera vez y su primara mujer. Hasta que al fin ella siente el orgasmo, hace su cabeza adelante y observa a Carlos que está en la cama, y siente sus manos recorrer sus piernas, sus caderas, luego sus brazos hasta el codo. Ella, por primera vez en mucho tiempo, le sonríe a un hombre con quien está, pero aún no se satisface, pero no son los deseos de ella lo que importan, son los de su cliente lo que interesan. Ella deja de estar a horcajadas sobre él y se recuerta a su lado unos minutos. Santana la observa encender un cigarro
-¿Esto es todo?- pregunta el muchacho al ver como ella aspira nicotina
-Si tienes más dinero, tendrás más, agradece que no te cobraré la habitación- le responde ella mirando hacia el techo- puedes venir los martes y solicitar mi servicios si quieres, o esta es la primera y última vez que me vez- le responde mirándolo cautivada por los ojos del hijo del Dios del Soccer
¿Continuará?
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