Disclaimer: Fire Emblem & Pokémon no me Pertenecen

Nota de autor: No, no estan alucinando, estoy volviendo a subir esto, porque el concurso terminó (gané segundo lugar, yai) y quiero hacerlo un longfic para mejorar todos esos huecos que me quedaron en la trama y para hacerlo más fabuloso uvu. Mis dos OTP lo merecen.

Si deciden acompañarme en mi aventura, sean bienvenidos :3

Advertencias: Posible OOC.


Lazos invisibles

"Si de verdad existen esos lazos invisibles… me alegro de que tú y yo compartamos uno"

Chrom a Robin, en el capítulo 14 "Mar en llamas".

ツワブキ・ダイゴ

El grito perforó con ansia el silencio de la noche, el adolescente se tomó el pecho con la mano en un intento inútil de frenar el golpeteó acelerado de su corazón; en tanto su respiración expandía sus costillas hasta el dolor. Ruby sintió el terror embargarlo mientras se abrazaba las rodillas y las lágrimas salían desde sus ojos en un afán por tranquilizarse; sin éxito.

¿Qué era aquella extraña criatura que atormentaba sus sueños desde ya hacía varios días? No encontraba una descripción que le hiciera justicia a su tétrico ser, ni a los seis pares de ojos carmesí que lo observaban relamiéndose los labios ante la presa que sostenía entre sus garras y que a pesar de los gritos que profería su garganta, no había otra respuesta más que el ver a la persona que amaba perecer entre sus fauces.

El adolescente de quince años se estremeció, la visión de Steven siendo devorado por aquella criatura que sólo Arceus sabía de donde procedía aún estaba en sus pupilas y sin importar cuando cerrase los ojos, persistía como un cruel recordatorio de su sueño; que podía perder al hombre que amaba en cuestión de segundos y sin que fuera capaz de poder hacer algo para evitarlo, como cuatro años antes, aunque esta vez; estaba seguro que Celebi poco podría hacer para reparar tal daño.

Cuando la calma regresó a su cuerpo, Ruby fue consciente de dos cosas: la primera, estaba completamente sólo en la habitación de su novio; y segundo, no parecía estar en algún lado de la casa.

— ¿Steven? —preguntó con voz temblorosa recogiendo la camisa de la pijama del campeón para cubrir su cuerpo, se levantó de la cama andando con pasos dudosos hasta llegar al umbral de la puerta y revisar la pequeña sala y cocina, más sólo el brillo de las piedras de las regiones le saludaba aumentando su miedo—, ¿dónde estás?

Regresó a la habitación como una flecha para tomar su pokénav y llamarlo, más se detuvo al ver un papel con una letra pulcra y casi cursiva. Ruby suspiró aliviado cuando la leyó, Steven estaba bien, sólo había ido por una llamada de su padre y le aseguraba volver antes de que despertara; aunque rió tontamente cuando se dio cuenta que había sobreactuado por no encontrarlo como si de verdad existiera aquel extraño monstruo, no podía ser real algo tan enorme que casi era del tamaño de Ciudad Portual.

—Bien, momento de recuperar mi sueño de belleza. —murmuró para sí mismo mientras abrazaba la almohada de Steven, sonriendo cuando su característico perfume inundó sus fosas nasales inyectándolo de una apacible calma.

Lástima que no duró demasiado.

Su cerebro apenas había caído en la inconsciencia, se encontró rodeado por penumbra, en tanto una voz masculina resonaba en las paredes del lugar atormentando su cerebro. Ruby sabía que era un sueño, pero se sentía tan real que sus oídos palpitaban ante la atronadora risa que le hablaba en un idioma que no lograba reconocer; casi parecía estar conjurando algún hechizo.

— ¡Ruby! Despierta.

Ante su nombre, el adolescente dejó de lado el dolor levantando la mirada: Steven estaba frente a él. Y sin embargo, no se parecía del todo al peliplateado con aquella ropa sacada de alguna película medieval.

— ¿Steven? —preguntó intentado extender su mano hacia él, pero el mayor negó.

— ¡Despierta ahora!—Ordenó con voz fuerte—, va a arrastrarte también, despierta.

— ¡¿De que estas hablando?!—Ruby gritó, al fin logrando mover sus extremidades para acercarse a su novio, cuando una sombra se posicionó tras Steven y a pesar de no ver su rostro, podía sentir la sonrisa que adornaba sus facciones.

—El principito tiene miedo. —ronroneó la voz, delineando cada palabra como si disfrutara él atormentar a Ruby—, si tanto quieres a tu amado, ven a Plegia y recupéralo.

La imagen de Steven se desvaneció justo en el momento en que un pequeño canto vivaz se escuchó, no era algo que el coordinador hubiera escuchado de algún pokémon con anterioridad, pero la figura era casi igual; más de un tamaño más pequeño.

—Es un ave —la voz de una mujer se escuchó como si se tratara de una sinfonía, Ruby volteó sólo para ver a una chica con la mirada más allá de él—, en tu mundo ellos han cambiado, ahora tienen otro nombre, ¿me equivoco?

— ¿Quién eres tú? —Ruby le frunció el ceño mirando a todos lados y encontrándose con un manto de verde y flores, no había más en aquel lugar.

—Incluso tú, pequeño niño; has cambiado —la extraña se aproximó con pasos lentos, casi parecía el andar de una gacela que se sabe lejos de las garras del depredador—. Pero no estoy aquí para hablar del pasado, un mal se cierne sobre aquel que amas y aunque no me parece lo mejor, para asegurar su supervivencia y de aquellos que están bajo mi protección he de mandarte hacia tu destino usando mi poder.

—Espera, vas muy rápido— Ruby levantó las manos en señal de tiempo—, me estas pidiendo que vaya hacia un lugar del cual no sé nada, para salvar a Steven y a un montón de extraños que lo han llevado a no sé dónde.

—Sí.

—Última vez que dejo a Steven cocinar, mis sueños son raros. —el adolescente dijo, aunque la mujer aún lo veía de forma seria y tuvo que imitarla a regañadientes.

—Abriré un portal que te conducirá...

—Sin portales, esas cosas no están permitidas —Ruby se opuso casi de inmediato, pero la otra no parecía afectada.

—Entonces sólo cierra los ojos, cuando despiertes estarás ahí.


A favor de la Campaña "Con voz y voto", porque agregar a favoritos y no dejar un comentario es, como han dicho otras autoras:"como manosearme la teta y salir corriendo."

Hayden