Disclaimer: Ningún personaje me pertenece. Loki, Sigyn, Asgard y sus habitantes son propiedad de Marvel (o la mitología nórdica, es de suponerse). No obtengo otro beneficio con este escrito que el de agradar un poco a quien quiera leerlo.


Late dawns and early sunsets

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Prólogo.

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Ya muy cerca del final, se le ocurre que el problema ha sido el tiempo. Un desajuste en las líneas temporales. El mundo cae sobre ellos luego de una desconcertante racha de triunfos. Si el tiempo ha sido en verdad el problema, ya no debería importar tanto.

—Lo harás de cualquier forma, ¿verdad?

Loki le sonríe melancólicamente.

—No puedes negar que lo intenté.

Sigyn aprieta los labios. Gira el cuerpo y desvía la mirada hacia el Bifrost abierto. La fuerte ráfaga de aire le ayuda a mantener algo de claridad en su mente.

—Es como la última vez —dice ella, como si la amargura tuviera intenciones de dulce nostalgia—. Tal vez incluso logre regresar. —Alza las cejas y en la comisura de su boca se asoma una raquítica sonrisa. El casi inocente gesto de la esperanza.

—Sinceramente, espero que no —replica Loki, bajando la escalinata.

Sigyn, de espalda al príncipe, siente de pronto el peso de su mano en el hombro derecho y el tranquilo pero firme empuje que la aproxima más al portal.

—Triunfaré —le asegura el príncipe de repente. Ambos saben que hay mínimas oportunidades de que así sea. No obstante, Loki desea creerlo.

Sus miradas se encuentran y el beso del adiós se prolonga tanto que Loki la aleja con algo de brusquedad para no caer en la inconveniente tentación de permitirle quedarse.

—Entonces volveré.

—Lo intentarás —corrige él, tranquilo.

Sigyn sacude la cabeza, mirando muy de cerca los verdes ojos de Loki. Siente algo de compasión por él. Ahora "gana", pero en el pasado perdió, y a decir verdad, el futuro no pinta para cubrirlo de triunfo. Perderá.

Oh dioses, que pierda, por favor.

Un empujoncito más y está tan cerca de la oscuridad… otra vez.

—Date prisa, el Bifrost no puede estar abierto por tanto tiempo.

Sigyn ríe sin ganas, alzando un poco los hombros. Sabe lo que le espera del otro lado, ha estado ahí antes.

—No es como si hubiera mucho por destruir al otro lado. —Está a punto de dar, por voluntad propia, el próximo y último paso. Sin embargo, la pregunta lleva mucho tiempo quemándole la garganta. Se detiene y levanta el rostro hacia él—. ¿Me quisiste alguna vez, Loki?

Él frunce el ceño, no tan afligido como incómodo.

—Te quise un tiempo.

—Era una niña; no me refiero a ese tipo de amor, lo sabes.

El silencio es pesado, triste, decepcionante para Sigyn, que vuelve a darse cuenta de cuánto apostó. Loki parece leerle el pensamiento.

—Diste tanto y te estás yendo con las manos vacías.

La nota de enfado enredada en las palabras de Loki no pasa desapercibido para Sigyn.

— ¿Me quisiste? —insiste ella, desesperada. El terror ante su situación está haciendo su camino, y una vez iniciado no habrá manera de decirle que no.

—No sé —contesta, y si Sigyn no es tonta, hay aparte de rabia, culpa. Se siente mejor. Un poco de remordimiento por parte del él puede hacerle muy bien ahora a la antigua princesa vanir. Luego, él ríe entre dientes—. Tú me sigues queriendo —apunta, a modo de quien ha notado algo demasiado obvio luego de mucho tiempo—. El problema es que yo sólo supongo. Nunca estaré seguro de quererte. Tal vez si, tal vez no; probablemente nunca lo suficiente.

Sigyn aparta la mirada de Loki y es consiente nuevamente del Bifrost. Suspira resignada y vuelve a enfocarse en el asgardiano.

—Siempre te vuelves ambiguo en los momentos finales… Nunca me quisiste.

Loki continúa presa de la desatinada furia surgida de algún roto sitio en su interior, se amontona dentro de su pecho.

—Ya te dije que no lo sé, ¿qué te hace pensar que tú podrías saberlo mejor que yo?

Sigyn responde con un gesto vago, acaso resignada a la duda eterna.

Loki la sujeta por los hombros, mirándola de frente. Es el final, están parados peligrosamente cerca del abismo. Grandes reyes, llegaron tan alto. La caída será más dura. No era los más cuerdos, pero esto será diferente. Loki lo siente en los huesos.

—El problema es que no importa cuánto te quiera o crea quererte, siempre existirán cosas o personas más importantes. Nunca dejarás de ser el número dos en mi lista.

Los ojos de Sigyn no arden por algún afán rabioso de llorar. Ha derramado lágrimas en nombre de cosas más importantes en el pasado cercano, dejarlas correr ahora por las crueles verdades de Loki ni siquiera es procesado por su cerebro. Es triste pero no habrá lágrimas al respecto.

—Como ahora —asevera Sigyn.

—Como siempre.

Sigyn escucha sus últimas palabras, aterrada por la vieja y conocida prisión en la perdida grieta del universo, la fosa del olvido. Porque Loki ya la ha olvidado antes, y lo haría de nuevo si tiene la oportunidad o el recuerdo es demasiado insoportable.

No le temé a la oscuridad, como la primera vez. Le teme a la soledad. Teme el olvido.

Sí, está aterrada y desilusionada, porque la esperanza muere al último, desafortunadamente, y Sigyn había tenido una muy grande de que Loki la quisiera total y sinceramente, verla morir hoy le ha arrebatado su última ilusión.

Vuelve a pensar en que todo lo que ha estado mal desde el principio es el tiempo. Un traicionero y retorcido al que incluso Loki debería tenerle envidia. Pero eso sigue sin importar ahora, el tiempo se equivocó, las cosas salieron mal.

Sigyn deja de oír su voz y en cambio siente el empujón de Loki, que la hace trastabillar hacia atrás. En seguida el empuje se transforma en una inexorable fuerza de atracción. El Bifrost se la traga, como la primera vez. Era una niña y lloró de frustración y de miedo. Pero ya no es la chiquilla tonta de antaño, sabe cosas. Cosas que a ella misma le asombra conocer. La verdad es cruel. Loki es consciente de ello y Sigyn no lo ignora, ambos están al tanto de las mil formas en que una verdad destruye más que diez mentiras. Saben: la verdad es horrible, a veces hiere, es difusa. Las mentiras son fáciles.

Y así construyeron su mundo: de oscuridad y engaños. Aquel que se derrumba ahora; la catástrofe final. Loki intenta mantenerlo en pie, pero llegará el momento en que nada pueda hacer por ello, llegará el momento de retroceder y ese será el final, el de verdad, el más doloroso, el más inaguantable. Loki no lo sabe, pero lo siente en los huesos.

Se ha quedado solo… Otra vez.

La misma oscuridad de siempre en el cielo nocturno que compartieron durante un tiempo. Loki tiene esperanzas, una cierta convicción: ganará, ha de lograrlo. Y si no, quemarlo todo antes de irse.

Y luego, solo.

El Bifrost se cierra y a ella se la tragará otra vez, muy pronto, el olvido. Con algo de suerte encontrará la forma de volver; con algo más de esa suerte, no lo hará.


N/A: Este fic fue publicado hace tiempo, dos años o cosa así. Había ido a la bóveda de los fics eliminados por ser un proyecto demasiado complicado, sobrecargado y con aires de película de Michael Bay.

Hoy lo encontré tristeando en mi laptop y decidí darle otra oportunidad (?). Ando de un ánimo para la fantasía y los temas oscurosos (?) bastante fuerte como para intentar editarlo, eliminar lo innecesario, deshacerme de las subtramas y otros detalles que estaban muy de más.

Eso y el Logyn siempre será parte de mi corazón :3

Eh, ¿qué más? Oh, claro, inicio con un prólogo sobre el final, como dicta mi desorden a la hora de hacer longfics xv

Ése rectángulo de allá abajo es mágico, pastelitos.