¿Qué pasaría si por un error del destino la popular Lucy Heartfilia fuera internada en un instituto para chicos? ¿Y si su compañero de habitación fuera el temido pirómano Salamander?
Ni hao minna-san~!
Vengo para presentaros mi primer fic~! La historia principal es NaLu y los personajes son de Fairy Tail pero tiene personajes de Naruto infiltrados xD
La idea es que mi hermana está haciendo una historia NaruSasu y se nos ocurrió la genial idea de mezclarlas~! Esto quiere decir que aunque mi historia esté centrada en Fairy Tail los personajes de Naruto apareceran y se veran algunos momentos de la pareja NaruSasu... Pocos pero alguno se verá, creo... O.o
En los primeros capitulos no se verá mucho... Pero es que lo decidimos después de que los tubiera escritos y no me apetecía cambiar -.-''
En fin~!
Ni los persojes de Fairy Tail ni los de Naruto son mios~!
Sin más dejo el primer cap ^^
~Nuevos comienzos~
Lucy Heartfilia es la hija del dueño de una famosa franquicia tecnológica. Desde la muerte de su madre, cuando ella aun era pequeña, Lucy ha podido notar como su padre se alejaba cada vez más de ella hasta el punto de ignorarla por completo Debido a esto nuestra protagonista lleva años esperando a cumplir la mayoría de edad para abandonar su casa, sin embargo, a los 17 años, fue imposible que aguantara el penetrante odio de su padre y escapó con algo de dinero que tenía ahorrado.
Lucy encontró trabajo a las pocas horas de su huida, debido a su espectacular físico que deja embobado a todo hombre que lo mire. Sin embargo tuvo problemas al buscar un lugar donde vivir. Debido a que aun era menor de edad nadie quiso alquilarle o venderle un apartamento, de la misma manera ningún hotel la aceptaría en una habitación de por vida.
Estuvo durmiendo en casa de una amiga suya durante varias semanas pero Lucy sabía que no podía permanecer allí para siempre por ello pensó en buscar un internado, de esta manera no tendría que volver a su instituto y su padre no la encontraría fácilmente, y ganaría un hogar en el que le proporcionarían comida y techo por el precio del instituto.
Una vez más su edad fue un problema y la madre de su amiga tuvo que llamar al instituto para pedir una plaza, en la misma llamada, al decir las notas de la muchacha, aceptaron a Lucy en sus habitaciones.
A las dos semanas Lucy estaba de camino a su nuevo hogar.
El autobús la había recogido hacia a penas una hora, la chica no podía creer lo que estaba haciendo, realmente entraría a un internado para alejarse de su padre.
Suspiró levemente empañando el cristal en el que tenía apoyada la cabeza. Le costaba hacerse a la idea, a pesar de llevar varias semanas haciéndolo, de vivir sin nadie que le siguiera a todas partes, que le preguntara si necesitaba algo, el tener la comida hecha siempre a la misma hora y sin mover un dedo. Aquella vida sacaba de quicio a la joven sin embargo era difícil vivir sin las comodidades que has tenido durante toda la vida.
El autobús paró, aunque había frenado lentamente, al estar metida en sus pensamientos, la rubia casi cae de su asiento. Miró por la ventana, aun no habían llegado a su parada, podía continuar sin prestar atención a su alrededor, cosa que resultó imposible al ver subir al autobús a un chico de pelo rosado. Lucy lo miró durante unos segundos, el chico no tenía una vestimenta especialmente arreglada, su pelo tampoco ayudaba a verlo con buenos ojos, pero a ella le había llamado la atención notablemente.
El joven la miró y ella no pudo evitar sonrojarse. Empezó a hacia ella, lo que hizo acelerarse el corazón de la muchacha, y se sentó en un lugar libre que había al lado de la aun sonrojada chica.
-¿Qué miras? ¿Eh?- Su tono fue brusco y enfadado. Lo que más sorprendió a Lucy es que aquellas preguntas, o la pregunta y la insistencia, iban dirigidas a ella, que aun seguía asombrada por él.
-¿Ah? Na…Nada. Perdón- Atinó a decir torpemente mientras giraba la cara y volvía a mirar por la ventana- Claramente me he equivocado…- Pensó- Es un idiota- Se dijo a si misma antes de seguir fantaseando con su nuevo hogar.
Después de dos paradas, que para la chica fueron interminables debido a cierto chico sentado a su lado que se la comía con los ojos, llegaron a Konoha Tail, el nuevo instituto de aquella chica.
Bajó del autobús y sacó sus enormes maletas del maletero. Debido a su emoción no notó que el peli rosado había bajado en la misma parada que ella.
Con una mochila a la espalda y una maleta con ruedas a cada mano Lucy entró en la recepción del instituto y se acercó a un pequeño mostrador en el que daban la bienvenida a los nuevos estudiantes.
-Buenos días, me llamo Lucy Heartfilia… Hace una semana mi tía llamó para pedir una plaza- Dijo con una gran sonrisa.
La recepcionista, una mujer joven de pelo blanco y una pequeña coleta retirándole el flequillo de la cara (Mirajane) sonrió amablemente.
-Déjame comprobarlo- Comenzó a teclear en el ordenador e hizo muecas raras que preocuparon a la joven- Disculpa, ¿tu apellido era Heartfilia?
-Así es… ¿Hay algún problema?- La chica se apoyó sobre el mostrador e intento ojear el ordenador mientras la recepcionista seguía buscando.
-Según esto… Ninguna chica apellidada Heartfilia a pedido plaza en nuestro instituto… Y tampoco en los dormitorios…
-No puede ser- Los ojos de Lucy se pusieron blancos- Debe ser un error, yo misma estaba delante cuando mi tía llamó…
-Heartfilia-san… Puede que haya habido un error pero… ¿Cómo decirlo? El error ha sido de su tía…
La joven cada vez entendía menos.
-Veras… No hay plaza para ninguna Lucy Heartfilia pero si para un Loke Heartfilia…
¿Loke? ¿Quién diablos era Loke y por qué había reservado una plaza con su apellido? En ese momento Lucy entendió la situación, al pronunciar su nombre el imbécil que hablaba con la madre de su amiga debió entender mal y apuntó a Loke Heartfilia en vez de a Lucy.
¿Cómo era posible eso? Normalmente la duda surgía sobre su apellido pero ¿sobre su nombre? Jamás. Lucy no era un nombre que pudiera ser confundido, y mucho menos con un nombre de chico.
Miró a la recepcionista.
-¿Es posible cambiarlo?
-No, las plazas de chicas y las habitaciones están al completo…- A pesar de dar una mala noticia su cara parecía feliz, ¿se estaba divirtiendo con su situación? ¿A caso era divertido ver como sufría?
-Veras… Mirajane- Dijo mirando una pequeña chapita que la mujer llevaba con su nombre- Es que mi tía ha inscrito a mi hermano… Pero seguramente él no venga… Y yo si… ¿No hay posibilidad de cambiarlo?
-Lo siento…
La joven abandonó el lugar derrotada tras varios intentos más, si el recepcionista hubiera sido un hombre podría haber usado sus armas de mujer pero en esa situación era un poco difícil. Estaba claro que no podía convencer a aquella mujer.
Se sentó a la sombra de un árbol. ¿Qué podía hacer ahora? Estaba claro que no podía regresar con su amiga… Había causado ya demasiados problemas. Tampoco podía regresar a su casa, no después de haber estado desaparecid semanas, ya había perdido la cuenta.
-¡Agg!- No pudo evitar soltar un pequeño grito mientras se tumbaba en el césped- Tengo que pensar en una solución… Tengo dinero pero en una tarjeta… No puedo usarlo para volver a ninguna parte… Tampoco puedo llamar a Juvia… Prometí no molestarla más.
Después de estar un rato pensando en que hacer su cabeza se había llenado de problemas, no solo del que suponía estar abandonada Dios sabe dónde, si no que también se acordaba de muchas cosas de su pasado que había dejado sin resolver y de las que ahora se arrepentía.
Sacó un libro de su mochila, aunque fuera durante unos minutos, tenía que desestresarse y la única manera que ella conocía de hacerlo era leyendo un buen libro o, en ese caso, el que tuviera más a mano.
Comenzó a leer un manga que su amiga le había dejado, trataba de una chica que se infiltraba en un instituto de chicos porque su hermano se había escapado de casa.
-¿Una chica en un internado masculino? Que tontería- Lucy pensó en ello durante unos segundos- Espera- Dijo apartando el libro de su cara y mirando hacia delante con los ojos abiertos como platos- Debo estar loca pero… Es una buena idea…
Se levantó lo más rápido que pudo y, arrastrando las maletas tras de si, entró a los baños. Atascó la puerta y se puso delante del espejo. Sacó unas tijeras y se miró como mira un niño a su madre cuando pide permiso para comprarse una chuche.
-Debo hacerlo…- Se miró de arriba a bajo y cogió un mechón de su cabello- Ahora o nunca- Sin pensarlo pasó las tijeras dejando el mechón entre las afiladas cuchillas, cerró los ojos y juntó los dedos haciendo que las tijeras se cerraran y que su pelo callera al suelo. Repitió la acción varias veces hasta que todo su pelo estuvo igualado.
Estuvo inmóvil durante varios segundos hasta que abrió los ojos lentamente y se miró al espejo. Ahora su larga melena rubia era el cabello de un chico, un chico con cuerpo de chica… Aun había algo que la hacia demasiado femenina.
Sacó toallitas de su maleta y se quitó el maquillaje.
-Aun no…- Se dijo mirándose- ¿Qué es lo que me hace tan femenina?- Al decir esta frase movió todo su cuerpo haciendo temblar débilmente su pecho. ¡Eso era! Su pecho seguía siendo el pecho de una chica de 17 años.
Abrió todas sus maletas y sacó casi todo lo que había en su interior.
-Creo recordar que metí… -Se dijo mientras rebuscaba sacando todo lo que le estorbaba- ¡Aquí!- Su admiración fue consecuencia de haber encontrado unas vendas que había metido por si se torcía el tobillo haciendo gimnasia o para emergencias pero ¿había una emergencia mayor a que no la dejaran entrar al instituto por su pecho? Yo creo que no.
Se quitó la camiseta y empezó a vendar su pecho hasta dejarlo reducido a nada o casi nada, era muy difícil esconderlo por completo.
Después buscó la ropa más masculina que pudiera encontrar y se miró al espejo.
-Aun hay algo… ¡Ya se!- Lucy metió la cabeza bajo el grifo y después la sacudió como si de un perro se tratase.
Nuevamente se miró al espejo.
-Ahora si- Sonrió satisfactoriamente, ahora era un chico casi perfecto. Debía cambiar el tono de su voz y, tras varios intentos, logró encontrar el tono ideal- Soy tan guapa como chica que como chico- Bromeó mientras se admiraba en el espejo.
Recogió todas sus cosas y las metió, a duras penas, en las maletas, después se dispuso a salir del baño, no sin antes preguntarse si realmente estaba dispuesta a hacer aquello.
Se dirigió a la recepción y vio que la joven Mirajane había sido sustituida por un hombre alto, del mismo color de pelo y con una musculatura que jamás hubiera imaginado ver.
-Hola, buenos días…- Dijo apoyándose en la recepción con su nueva voz masculina.
-Dime- Contestó el chico que, según la chapa donde aparecía un nombre, se llamaba Elfman.
-Me llamo…- Lucy se quedó en blanco, ¿cómo era el nombre por el que la habían confundido? No había tiempo, tuvo que improvisar- L**** Heartfilia- Pronunció el nombre de forma inentendible.
-¿Perdona?
-L**** Heartfilia- Repitió nerviosa, estaba segura de que el hombre podría preguntar de nuevo pero no preguntaría más de 4 veces, el honor de un hombre no dejaba que admitiera que no entendía lo que decía.
-Ah, Loke Heartfilia- Asintió al leer el nombre en la pantalla del ordenador.
-Si, exacto- Loke, Loke, debía apuntarlo antes de que se le olvidara.
-Si, tu habitación es la 533, ten la llave- Sacó una pequeña llave de debajo de la mesa y la dejó sobre esta- Debes firmar aquí.
Tercer problema con el que Lucy no había contado, la firma. Agarró el bolígrafo y escribió Heartfilia, seguidamente Escribió una L encima e hizo algunos remolinos. Tercer problema resuelto, apenas había tenido que hacer variaciones en su propia firma.
Se despidió de Elfman, guardó la llave en el bolsillo del pantalón y se dispuso a buscar su habitación.
Por ahora su día había sido horrible, solo esperaba no tener más problemas, ella solo quería estudiar tranquila en un lugar sin su padre…
Y eso ha sido todo por ahora~!
Cuando pueda subiré el siguiente (Si la historia gusta, claro)
Acepto dudas, sugerencias y quejas~! ºWº
Nos leemos~!
