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HERMANOS
por Liluel Azul
Capítulo 1
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Los aviones vuelan por el despejado cielo azul y en tierra un hermoso peliverde camina contento por el aeropuerto. Como llegó demasiado temprano entra al casino y pide un jugo de naranja.
De pronto, el corazón de Shun se detiene por un instante, hay mucha gente, pero en medio de todos aquella etérea silueta lo ha dejado sin aliento. Se pierde contemplando a ese joven de rubios cabellos, su playera azul marino le queda justa, delineando su esbelto y atlético cuerpo; el pantalón negro cubre las largas piernas y contempla esa piel morena clara. Todo el rubio es bello, es tan perfecto y elegante, como un cisne.
Definitivamente la sangre se agolpa en las mejillas del peliverde cuando esos ojos azul cielo chocan con los suyos y lo observan fijamente, mas, Andrómeda se congela, pues los celestes lo miran con un inmenso odio.
Aquellos instantes le parecieron infinitos. ¿Por qué lo mira así? Aquel rubio se da media vuelta dispuesto a marcharse, y Shun desesperado se levanta tratando de alcanzarlo, alguien lo detiene pues no ha pagado el jugo, y Andrómeda prácticamente le avienta su cartera al tipo con tal de que lo deje ir.
Corre buscando al rubio, no pudo desaparecer en el aire. Se tropieza y choca varias veces, angustiado por no encontrarlo. Y mientras andaba en esas, alguien lo sujeta del brazo.
-¿Shun, qué te pasa?
-Seiya
-Tranquilo, parece que viste a un fantasma.
-Exactamente eso fue lo que vi.
-¿?
Momentos después, reunidos con Shiryu en el casino y tras recuperar su cartera, el caballero Andrómeda narra lo sucedido.
-No pudo haber sido Hyoga. El avión todavía no aterriza.- Dice Shiryu checando su reloj.
-Wow, Hyoga aprendió a hacer la bilocación (estar en dos lugares al mismo tiempo)- Dice Seiya emocionado.
-Claro que no. –Dice Shiryu. -Sólo era alguien muy parecido a Hyoga, lo que pasa es que no lo has visto en muchos días y ya te afecto Shun.
-Por supuesto que no era Hyoga. -Dice Shun. -Pero el parecido era extraordinario, como si fuera su hermano gemelo, sólo que este tenía el pelo corto y parecía ser tres años mayor.
-Entonces no era tan parecido. -Dijo Seiya.
-Te estoy diciendo que era idéntico, además, lo que me impacto fue que me miró con mucho odio.
-¿Estás seguro que te estaba mirando a ti? -Preguntó Shiryu.
-Sí, me estaba mirando a mí.
-Qué raro.
Momentos después, los ojos esmeraldas se posaron sobre un bello rubio que maleta en mano cruzaba el umbral. Aquel andaba contemplando un folleto, en el peligroso acto de leer y caminar al mismo tiempo.
El corazón de Shun late con miedo, al notar que aquel va a alzar la vista. Aquella mirada llena de odio lo lastimó mucho y ahora tiene miedo de volver a ser herido. Pero antes de poderse ver a los ojos, un castaño se le atraviesa y atrapa al rubio entre sus brazos. El cisne ha perdido totalmente el equilibrio y es que Seiya lo agarró desprevenido.
-Amor mío te he extrañado tanto.
-…¿ ¡ ! ? …
Con medio aeropuerto viéndolos, pues están posando cual película de amor, Shiryu se ha llevado una mano a la cara avergonzado.
Seiya se frustra, esperaba tener una batalla con Shun por el rubio, pero nada pasa.
-Si Shun no te pelea esto no es divertido. –Diciendo esto soltó al rubio, dejándolo caer al suelo.
-Típico en ti.- Dice Shiryu enfadado. -No puedes evitar llamar la atención.
Hyoga se iba a levantar pero la mirada inspeccionadora de Shun lo detuvo.
-¿Eres tú? -Preguntó el peliverde.
-Sí soy yo, a menos que esperaras a otro. -Dice con una sonrisa. Su mirada cariñosa está extrañada por ser observado con tanta atención.
-¡Hyoga!- Dice saltando a los brazos del cisne.
Cualquiera juraría que en ese momento salían corazoncitos del santo Andrómeda. Y que aquella escena estaba enmarcada con flores de cerezo, junto con un letrero en arco que decía "su amado hermano al fin ha vuelto a casa". Con triste música de violín como fondo Shun puede rememorar los 14 días que no lo vio.
-¡Sí eres tú, Hyoga, me daba miedo que fueras tu gemelo malvado!
-¿Mi gemelo malvado?
-Ya levántense. -Los regaña Shiryu.
-¡Que recibimiento tan raro! -Expresa Hyoga mientras Shiryu lo ayuda a levantarse. -No vuelvo a irme por tanto tiempo.
-Tus hermanos que no pueden vivir sin ti. –Dijo el dragón.
-Sí, ya me di cuenta. Yo también los extrañe mucho hermanitos. -Dice revolviéndoles el cabello a Seiya y a Shun. -Si me disculpan tengo que hablar por teléfono. Le tengo que avisar a Eri que ya llegue.
-¿Te tienes que reportar? -Pregunta Shun
-Sí, sino me regaña. Ya sabes que ella es mi ama y señora.
Y mientras Hyoga habla con Eri, sus hermanos no paran de hacerle burla. Después, Shun se pegó a Hyoga como lapa. Seiya tenía ganas de hacer lo mismo buscando pleito con el peliverde, pero la mirada regañona de Shiryu lo detuvo. Eso y que Shun va a morder a cualquiera que intente quitárselo.
Shiryu suspira, a Shun le afectó mucho que ese otro rubio idéntico a Hyoga lo mirara con odio.
Todos se encaminaron felices a la mansión. Seiya y Shun se hacían caras, Shiryu tomó las maletas del rubio aunque este protestó, y se subieron a un elegante auto que los esperaba.
Aquella escena es observada a lo lejos por un rubio.
-Maldito peliverde. Maldito él y todos los Kido.
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