Luego de clases, Alice llegó terriblemente cansada a su casa. Casa que compartía con cierta francesa. Realmente que no estaba de ningún humor para lidiar con ella,y parecía que la suerte estaba de su lado esta vez, pues la casa estaba completamente vacía. Al dirigirse a la cocina vio una nota en la mesa. Era de Françoise, en la nota decía que había salido a comer.

- Tch, seguro que tiene otra cita...- Alice estaba ligeramente molesta. ¿Celos? ¿De qué tendría celos? Pfft, que ridiculez. Bueno, Al menos ahora podría descansar tranquilamente.

Luego de encontrar comida en la nevera (que no era suya) se fue a su cuarto a dormir. Ya lista para descansar, se fija que por la ventana comienza a llover.

Un poco de lluvia no hace nada mal, ¿verdad? No, claro que no.

Se acuesta en su cama esperando conciliar el sueño rápidamente, pero cuando lo estaba consiguiendo escucha un trueno.

Un inmenso miedo le comenzó a invadir, incorporándose de inmediato en la cama.

- Ja...jajaja. Sólo es un trueno. No hay nada que temer, estoy siendo infantil.

Con ese pensamiento se volvió a acostar. No sin taparse los oídos con una almohada. Pero el sonido seguía llegando, sin dejarle dormir. Comienza a revolverse y se esconde debajo de las sábanas, con algunas lágrimas (aunque lo niegue) en sus ojos.

Continua así por ¿segundos? ¿minutos? ¿horas? No lo sabía, no tomaba en cuenta el tiempo. Pero si pudo escuchar el sonido de la puerta abrirse. Françoise había llegado a casa. Mierda, no podía saber que estuvo llorando. Se escondió aún más entre las sabanas y fingió que dormía.

-Alice~ Alice~ - Sin embargo, aunque realmente durmiera, eso no le salvaría de las charlas que le daba Françoise de sus citas. Françoise comenzó a sacudirla - Despierta, Alice. ¡Tengo mucho que-! ¿Estás bien? - Françoise había hecho que Alice se incorporara, Alice pensó que no se notaría que estuvo llorando pero aún tenía los ojos algo hinchados.

- Yes, frog. Estoy perfectamente bi-¡Eek! - Un trueno le interrumpió y se lanzó contra Françoise del miedo. Tumbando a ambas al suelo.

-E-eso dolió, Alice...¿le tienes miedo a las tormentas? - Alice se sonrojó de verguenza. Ahora pensaría que era una cobarde llorona. Pero no se espero para nada lo que pasó. Françoise le estaba abrazando - Eres una idiota, mon amour. ¿Quieres dormir conmigo por esta noche?

Alice asintió lentamente con la cabeza. Las dos se metieron en la misma cama.

-Ni una palabra de esto a nadie, frog.

-Honhonhon, no prometo nada~

Françoise podía ser amable. A veces, ¿no?