Amor sobre hielo
Capitulo 1
Serena Tsukino es una estrella del patinaje artistico sobre hielo, su madre Serenity le puso una entrenadora desde los tres años; Ikuko que es como se llamaba ella le inculcó siempre que jamás debía cometer un error, lo que hizo que Serena creciera con la mentalidad de que todos sus movimientos debían ser perfectos, esto la obsesionaba sobre manera, trabajaba día y noche para ser la mejor, y lo había logrado pero a la vez se había convertido en una chica dura y prepotente que se creía la reina del mundo, con razón era conocida como la "Princesa de hielo".
Darién Chiba en cambio era el típico playboy, jugador profesional de Hockey, capitán de su equipo al que denominaron "Las Águilas doradas", un equipo fuerte y bien constituido, el chico de ojos azules era muy bueno en este deporte pero a pesar de eso llevaba una vida desordenada y faltaba mucho a los entrenamientos.
Eran las olimpiadas Japón del 2007 y ambos debían presentarse a la competición en sus diferentes categorías.
Un día antes de la presentación Darién pasó la noche con una linda chica llamada Mina y se había quedado dormido. El despertador sonó y el brincó de la cama.
-¿Qué te pasa?
-Me quedé dormido, son las 9 y a esta hora debía estar en la pista
-¡Lo siento Darién!
-No importa Tina, me iré corriendo -Dijo mientras se ponía la camiseta-
-Me llamo Mina no Tina
-Perdón, por favor cuando salgas deja cerrando bien la puerta, no quiero que se meta algún ladrón. ¡Nos vemos Gina!
-¿Tina? ¿Gina? me llamo Mina, eres un idiota ¿Lo sabías?
-¡Adiós!
Darién corrió, estaba sumamente retrasado pero no podía hacer quedar mal al equipo, por lo menos llegaría para el segundo tiempo.
Serena en cambio practicaba sobre la pista, en ella estaban otros competidores en la categoría de patinaje artistico en pareja pero ella criticaba al chico que la acompañaba, Serenity observaba desde su asiento.
-Es un inútil, no puede conmigo -Expresó la rubia- es por eso que quería seguir patinando sola, no me gusta trabajar con mediocres
-Tienes que hacerlo -Dijo Ikuko- Quiero ver volar tu trasero por los aires ¿Me has escuchado?
-Mientras este -Dijo despectivamente del chico- no pueda sujetarme bien confórmate con esto Ikuko
Serena se fue patinando y mostrándole su trasero a la entrenadora que echaba chispas, Serenity se molestó mucho por la actitud de su hija, esta roja del coraje y los demás competidores se quedaron sorprendidos, la prensa había ido a cubrir los ensayos y tomaron fotos y filmaron todo lo que había hecho la rubia.
Serena se quitó los patines y los puso sobre su hombro mientras su madre llegó a reclamarle.
-¿Cómo pudiste comportarte así con Ikuko? Regresa ahora mismo y discúlpate con ella, has sido sumamente grosera, ella solo hace su trabajo
-No me disculparé, en todo caso ella es la culpable por buscar a gente incompetente como ese Alan -Dijo y pasó de largo-
-¿A dónde vas niña malcriada?
-A los vestidores, ¿No pensarás que voy a salir así a la pista?
-¡Serena! debes practicar un poco más
-La competencia está a punto de empezar madre, ya déjame tranquila
Serena se fue rumbo a los vestidores mientras tanto Darién iba llegando y a la entrada le pidieron su credencial.
-¿Categoría por favor? -Preguntó el encargado-
-Hockey sobre hielo, representante de Japón
-Llegas tarde faltan pocos minutos para que se acabe el partido, corre por el pasillo a la derecha
-Gracias
Darién corrió y corrió, Serena venía caminando en sentido contrario y al dar la vuelta en una esquina se estrelló con él, cayeron al piso, algo desorientados, él se levantó enseguida pero ella quedó sentada. Darién le entregó sus patines.
-Dime ¿Por dónde llego a la pista de Hockey?
-¿Esa es tu manera de disculparte? -Le gritó ella- ¿Acaso te criaste en un establo?
En ese momento se empieza a escuchar el Himno del Japón porque las olimpiadas acababan de comenzar.
-Eres un mal educado -Continuó ella, aun el piso- Eres un animal
-Al menos soy respetuoso, he aprendido que mientras se escucha el himno se debe permanecer de pie. Adiós no tengo tiempo para perderlo contigo preciosa
Darién se fue y ella se tuvo que levantar por si misma y también corrió a cambiarse a los vestidores.
El chico llegó a presentarse ante su entrenador.
-¡Darién! ¿Dónde estabas? ¿Por qué llegas tarde?
-Tuve un inconveniente
-la misma historia de siempre, rápido no hay tiempo que perder, estamos empatados con Corea, ve a buscar esa medalla
Darién entró y se puso a jugar como solo él sabía, era rudo, y se abría camino hacia el arco, la gente lo ovacionaba y gritaba su nombre, obtuvo algunos puntos para su equipo y la ansiada medalla olímpica, pero mientras celebraba sobre la pista, miembros del equipo contrario enfurecidos por haber perdido lo empujaron contra la pared de vidrio varias veces hasta que perdió el equilibrio y cayó pesadamente sobre el pavimento de hielo, el casco de protección voló por los aires mientras los fanáticos estaban estupefactos viendo aquella escena. En aquel mismo instante Serena y su compañero estaban danzando sobre la pista, hacían piruetas al ritmo de Morning Papers. Alan recordó las palabras de Serena y se llenó de mucha rabia.
"Es un inútil, no puede conmigo, es por eso que quería seguir patinando sola, no me gusta trabajar con mediocres"
-¿Inútil? ¿Mediocre? -Pensó él- pues ahora lo seré porque en la siguiente cargada me vengaré de ti, pobre Princesa de Hielo, lamentablemente te harás trizas porque nadie se burla de mí y esa humillación que me hiciste no la voy a dejar pasar, voy a vengarme y de paso vengaré a todos los que han sido tu pareja, a todos los que has humillado
Serena se acercó con un movimiento muy elegante y Alan la elevó, luego ella pudo sentir como él la aflojaba.
-¿Qué haces? -Él no respondió y la dejó caer, el golpe fue muy doloroso, ella casi y pierde el conocimiento-
La gente exclamó y gritó asustada, ella trató de incorporarse pero estaba muy mareada, alzó la mirada y vio la sonrisa llena de maldad de Alan, después sintió los flashes de las cámaras fotografiándola ahí tirada en la pista, ella se sintió una perdedora, su madre e Ikuko fueron a levantarla.
Al cabo de un par de semanas Darién estaba en el consultorio de un médico Oftalmólogo hablando sobre el fuerte golpe que recibió en su cabeza el día de la competencia.
-Tienes una pérdida de 18 grados de campo visual en el ojo izquierdo -Dijo el doctor-
-¿Eso que quiere decir?
-Que has recibido un daño irreparable en el lóbulo occipital
-Hoy en día la ciencia está muy avanzada podría hacerme una cirugía
-Lo lamento pero no, lamentablemente no puedes operarte, deberás de olvidarte del Hockey para siempre
Darién se levantó sorprendido, eso no podía ser posible, el Hockey era su vida, su pasión, eso debía tratarse de una pesadilla.
-No, no es cierto, tal vez en otro país tengan la solución
-Si quieres ve y busca la opinión de otros médicos pero el resultado que tendrás será el mismo, lo que tienes no es algo grave Darién, puedes tener una vida normal, elegir cualquier actividad menos el Hockey, lo lamento
Darién estaba apesadumbrado pero pensó en que no debía rendirse así que decidió no abandonar lo que le gustaba.
Dos años después, Darién trabajaba como auxiliar de albañil y ayudaba a construir casas y edificios, en ningún equipo de Hockey del país lo aceptaban debido al accidente que tuvo y el daño en su ojo izquierdo pero el no se rendía, enviaba cartas a los entrenadores con la esperanza de que lo aceptaran, por las tardes iba a jugar Hockey con sus amigos del barrio pero antes pasaba por un refrigerio al pequeño restaurante de su hermano Nicolás.
-¡Darién que bueno que llegas! Hoy no vendrá Hotaru a trabajar ¿Podrías quedarte ayudándonos?
-Lo siento, tengo un partido, por favor prepárame un sándwich para llevar
-¿Estás loco? si quieres comer tendrás que quedarte a trabajar
-Tengo un partido
-No es ningún campeonato -Dijo Nicolás siguiéndolo hasta el patio- ya esos tiempos pasaron, un partido con los chicos del barrio no es más importante que el trabajo
-No soy tu empleado
-¡Darién! Comes de lo que te doy no seas malagradecido, además no te estoy pidiendo de favor, te lo estoy ordenando
-Peor todavía
-¡Darién! no seas un chiquillo iluso, tus días de gloria se esfumaron con ese terrible accidente -Sacó de un bolsillo una carta- esta es la carta de respuesta número 36 que te llega, igual que las otras dice lo mismo
-¿Me llegó esa carta? Dámela
-¿Para qué? dice lo mismo que las anteriores: "Lamentamos lo ocurrido con su ojo y no podemos incluirlo en nuestro equipo"
-Dame esa carta -Exigió molesto-
-Ten, desilusiónate de una vez y acepta tu condición
Darién se quedó con el pedazo de papel, sintió que las esperanzas de volver a estar sobre una pista de hielo se habían terminado.
En Londres Serena practicaba junto a su nueva pareja, Ikuko le dijo que se tomara un descanso.
-Por favor Serena ya detente -Pidió la entrenadora-
-Aún nos quedan 8 minutos -Se quejó-
El chico estaba sentado en el piso y al parecer le faltaba el aire.
-No tengo la culpa -Continuó hablando ella- de que él no tenga suficiente resistencia física, necesito a alguien mejor, ¿ya llamaste a Motoki Onisan?
-Este,...tu madre está encargándose de eso
-Está bien -Y se fue a la pista-
El joven se puso de pie y se fue patinando despacio hasta la salida mientras Serena seguía haciendo piruetas. Serenity llegó y conversó con Ikuko.
-¿Cómo va el entrenamiento? -Preguntó-
-Igual que los anteriores, no hay nadie que se ajuste a ella, todos tienen un defecto según Serena, que si uno es muy lento, que si el otro transpira demasiado, que si es muy bajo o muy alto que no la sujetan bien, te juro que estoy por perder la paciencia, ella es muy buena, demasiado buena, es toda una estrella pero tiene un carácter insoportable, extraño los tiempos en que era más dócil, ahora todos los chicos que vienen terminan odiándola ¿Sabes como le dicen?
-¿Cómo?
-La bruja de Hielo
-¡Oh!
-Nadie quiere patinar con ella...y... ¿Y cómo te fue con Motoki Onisan? ¿Lo llamaste?
-Sí, pude comunicarme con él finalmente
-¿y qué te dijo?
-Que ni loco patinaría con ella, que para hacerlo tendría que ponerse un collar de ajos y dormir con un crucifijo
-Esa era nuestra última opción
-Ikuko busca otra, tiene que haber alguien que quiera patinar con ella, el próximo año son las olimpiadas y no nos queda mucho tiempo
Ikuko se puso a pensar en la solución, parecía difícil, muy difícil encontrar a ese personaje que estuviera dispuesto a aguantar el carácter y las ínfulas de grandeza de Serena.
Darién estaba en una construcción, serruchando un trozo de madera cuando aparece Ikuko por ahí.
-¿Señor Darién Chiba?
-Sí, ¿Qué se le ofrece?
-¿Usted es el famoso jugador de Hockey verdad?
-Creo que no está enterada amiga, era el famoso jugador, ya no lo soy
-¡Oh! sí escuché algo
-¿Usted quien es?
-Soy Ikuko
-Su nombre me suena
-Soy entrenadora, estuve en las olimpiadas 2007 en Tokio Japón
-¿De verdad? No puedo creerlo, al fin Dios escuchó mis oraciones, gracias por tomarme en cuenta -Dijo muy emocionado-
-Señor Chiba quiero que se pruebe estos -Sacó de la mochila que llevaba un par de patines negros-
-¡Un momento! Esos son para patinaje artistico
-¡Ajá!
-¿Entonces...?
-No soy entrenadora de Hockey sino de patinaje artístico
-No entiendo
-Necesito un patinador y sé que usted es muy bueno
-Lo siento pero soy jugador de Hockey, eso del patinaje artistico se lo dejo a las mujeres y a los hombres medio raros
-No es así señor Chiba, el patinaje artistico no es cosa fácil, le pagaremos bien, mejor de lo que podrían haberle pagado siendo jugador de Hockey
Ikuko estuvo insistiéndole por horas hasta que el aceptó y finalmente terminó convenciéndolo de ir hasta Londres a la mansión Tsukino.
Llegaron en una gran limusina, él quedó impresionado con la grandeza de aquel lugar, todo era muy elegante.
-Debí resistirme un poco más -Dijo él-
-Ven Darién, sígueme
Entraron a donde estaba la pista, Serena estaba dando vueltas y vueltas y se detuvo en cuanto los vio llegar.
-Serena ¿Cómo estás?
-¿Qué significa esto? -Preguntó ella- ¿Dónde está Motoki Onisan?
-No puede venir, pero he traído al señor Darién Chiba
Darién se acercó para estrechar su mano pero ella solo lo miró dejándolo con la mano extendida.
-Darién Chiba, nunca he oído hablar de ti -él bajó su mano, ya empezaba a caerle mal la rubia-
-Patina aunque no profesionalmente -Dijo Ikuko- estaba en otra categoría
-¿Jugador de Hockey? -Preguntó ella-
-Sí, exactamente
Serena levantó su mano y se la extendió, él tenía la intención de hacerle lo mismo que le había hecho ella hace unos instantes pero no quería darle una mala impresión a Ikuko.
-Ya recuerdo -Dijo ella- tú eres el maleducado que se estrelló conmigo, aquel que llegó tarde al partido, no eres muy responsable que digamos
Darién le da la mano y ella hizo una expresión de desagrado, soltándolo casi de inmediato.
-¿Con qué te lavas las manos? ¿Con ácido sulfúrico? -Preguntó medio molesta-
-¡Oh! cierto es que mis manos están algo ásperas, pero a nadie le había molestado antes, están así porque he estado trabajando en una obra
-No me interesa saberlo -Dijo ella estirando su cuello como una garza real-
-El señor Darién será tu pareja
-Dudo que pueda superar a los demás, no tiene nociones de lo que es patinaje artistico, debe ser torpe como todos, si no triunfó en Hockey peor en esto, sería una pérdida de tiempo, no lo quiero aquí, que se vaya, que se vaya de mi casa -Dijo dándole la espalda al chico-
-Pues yo tampoco quiero quedarme, no trabajo con serpientes -Dijo Darién y ella volteó a mirarlo y le torció la cara-
-¡Basta! -Gritó Ikuko- estoy harta de tus caprichos Serena Tsukino, tú vas a trabajar con él porque no tienes pareja, se acabaron las posibilidades y las olimpiadas Vancouver 2010 se aproximan, ya no voy a buscar a nadie más, él es el mejor y punto...
-Ikuko, perdone usted pero ya dije que no trabajaré con esa bruja
-Tú Darién, no tienes a dónde ir, ningún equipo te tomará en cuenta nunca más, debes ser realista, soy la única que se ha interesado en ti y en tu potencial, te quedarás y trabajarás con la bruja...
-¿Bruja? -Dijo Serena roja del coraje-
-Sí, así te llaman todas tus parejas
-Me importa un pepino lo que piensen los demás, yo sé que dicen eso porque me tienen envidia -Expresó orgullosa-
-Da igual, Darién va a quedarse le haremos una prueba igual que a todos para ver como está, Ponte los patines Darién
El chico se puso los patines y salió a la pista donde estaba ella muy enojada.
-Darién, por favor coloca tu mano izquierda en su cintura y con la otra toma su mano derecha, estirando el brazo.
-Ikuko, una pregunta -Dijo él antes de seguir con sus instrucciones- ¿Para que sirven los pequeños dientes en la punta de los patines?
-Yo le digo -Habló Serena- esos no son dientes, se llaman punteras y sirven para mantener el equilibrio
-¡Ah! yo pensé que eran para rascar a la pareja
-Tonto, ni se te ocurra, si quieres puedes rascarte donde quieras pero a mi no me toques
-Tranquila, ni que estuviera desesperado
-Bueno, se acabó la charla, entremos en acción -Dijo Ikuko- ¡Posiciones!...Serena y Darién patinen al mismo ritmo, mirando hacia adelante con la cabeza hacia arriba
Serena empezó a patinar muy rápido, tan rápido que Darién no pudo mantenerse a su lado y se le fue de las manos, él trató de alcanzarla pero cayó de frente.
-Jajaja -Se escuchó la risa de la rubia- ¡Punteras Darién! ¡Punteras! ¡úsalas!
Darién se puso de pie y quiso seguirla pero volvió a caer.
-Bien, dejémoslo ahí -Dijo Ikuko- Ahora quiero que alces a Serena. Serena por favor abre los brazos y tú Darién levántala
-¿De los brazos? ¡Hum! ¡Bueno! -Dijo y la elevó- ¿Qué tal lo hago?
-Ya aprenderás -Dijo Ikuko-
-¡Bájame ya! -Exigió Serena-
-De acuerdo
Darién la dejó caer a propósito y ella se golpeó muy duro en el trasero.
-¡Idiota!
-¡Lo lamento! creo que en eso debo practicar.
-Mañana continuaremos -Dijo ella- Darién está cansado por el viaje
-Yo insisto en que esto no funcionará, es solo una pérdida de tiempo
Ikuko se llevó a Darién a almorzar y Serena se quedó practicando en la pista.
-No le hagas caso, es solo una chiquilla malcriada, solo tiene 17 -Explicó Ikuko-
-Voy a probar hasta donde llega mi paciencia
Al día siguiente Serena estaba lista para el entrenamiento, Darién no podía controlar sus patines y caía una y otra y otra vez mientras la chica se reía maquiavélicamente.
-Te lo dije Ikuko- él no podrá conmigo- nadie puede, tráeme a Motoki Onisan
-¿Estás obsesionada con él o qué? -Preguntó Darién- Seguro que estás enamorada de él y por eso rechazas a los demás
Serena se puso roja y evitó mirarlo.
-No es cierto, solo que he visto como patina y creo que él y yo seríamos la pareja perfecta, no hay ningún interés sentimental en esto, solo quiero ganar la medalla olímpica -Dijo y se fue-
Darién siguió en la pista, escuchando las instrucciones de la mujer. La ama de llaves llegó a decirle a Ikuko que Serenity quería hablar con Darién.
El joven pasó al despacho de Serenity, ella estaba sentada detrás de su escritorio con un montón de curriculums.
-Toma asiento por favor -Le dijo ella-
-gracias
-Lamento haberte causado tantas molestias, venir hasta acá tan lejos, dejando a un lado tus compromisos
-No es problema
-Me he convencido de que la pareja perfecta para Serena no existe, aun si decidieras quedarte sería engorroso para ti, tiene un carácter de los mil demonios, es grosera, engreída y prepotente, es mi hija pero debo admitir que con ella no se puede, terminarás cansándote como los demás, es por eso que te evitaré la pena, aquí tienes -Le dio un sobre-
-¿Qué es esto?
-Es un cheque por las molestias causadas, es una cantidad muy fuerte, además de un pasaje de regreso al Japón en primera clase. Lamento haberte hecho perder tu tiempo de esta manera.
Afuera estaba Serena tratando de escuchar la conversación detrás de la puerta pero por más que lo intentaba no lograba oir nada.
-No funcionó con Alan, no funcionó con Malacaite, Ziocite, Jedaite y con ningún otro, todos tienen un defecto y los que no, terminan cansándose de ella, gracias por venir -Le dijo a Darién-
Serenity empezó a hacer bolitas con los curriculums de los patinadores que habían desertado y los lanzó tratando de que cayeran dentro del cesto de basura pero su puntería era mala e iban a dar afuera.
Darién tomó uno de aquellos papeles e hizo una bola también, la arrojó de espaldas y cayó justo dentro del cesto.
-Pura suerte -Dijo Serenity-
-El doble de esta cifra -Dijo sacando el cheque del sobre y rompiéndolo- y le juro que no se arrepentirá
Serenity sonrió, al fin había encontrado a alguien dispuesto a enfrentarse a Serena, él sabría como tratar con ella, tal vez esa experiencia le ayudaría a su hija a madurar y a ver las cosas desde otra perspectiva.
-Gracias Darién, entonces...bienvenido a la casa del terror
-No se preocupe, Serena no podrá hacerme nada, aterrorizará a otros pero conmigo se topó con la horma de su zapato
Estrecharon las manos y luego se levantaron para dirigirse a la salida, Serena seguía pegada a la puerta cuando la abrieron ella cayó al suelo.
-¡Hija! ¿Qué pasa?
-Iba a tocar la puerta cuando se abrió y caí
-No sabía que se podía tocar con el oído -Dijo Darién-
-Yo toco como a mí me da la gana -Expresó poniéndose de pie-
-No te sulfures Serena -Dijo él-
-Está bien -Y sonrió-
Era la primera vez que él la veía sonreír y le pareció muy linda.
-No me enojaré contigo, ya que es la última vez que te veo, solo vine a despedirme
-¿Qué? ¿Acaso te vas? -Preguntó él-
-No, el que se va eres tú -Creyendo que al igual que todos, desistiría de ser su pareja-
-Cariño, Darién no se va, al contrario, aceptó quedarse
Serena cambió de expresión, miró con mucho coraje a su madre y salió de ahí sin decir nada.
