The Nanny.
Autor: nellie12
Resumen: Kurt está desesperado por tener un empleo. Nadie está dispuesto a contratarlo. Después de semanas siendo pobre, está convencido de unirse a una agencia que le ayudará a encontrar un trabajo como niñera. Pero cuando el estudiante universitario de segundo año, Kurt, aparece en la residencia Anderson, se entera de que están buscando una niñera que viva con ellos. Los Anderson son adinerados. ¿Qué tan malo podría ser? Nerd!Kurt. Diferencia de edad!Klaine. Mini-Fic. AU.
Disclaimer: Bueno, ya lo saben, nada me pertenece. Glee es de Ryan Murphy, Brad Falchuk y la FOX. La historia original es de la fantástica y genial Janelle a.k.a nellie12, quien muy amablemente me permitió realizar la traducción. Kurt es de Blaine y viceversa. Y como siempre, lo único mío es la traducción y los errores.
N/A: El siguiente mini-fic también está basado en un prompt de tumblr, justo igual que lo fue Stepbrothers. Éste promopt combina diferencia de edad!Klaine y nerd!Kurt. Espero que no les importe que no incluyera badboy!Blaine, pero tengo más que suficiente del badboy!Blaine. No quiero que se cansen de mí. Lol.
Disfruten del capítulo. Por favor.
N/T: Traducción autorizada.
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Capítulo 1.
Kurt necesitaba desesperadamente un trabajo. En este punto, haría cualquier cosa menos quitarse la ropa y vender drogas. El estudiante de segundo año de la NYU había estado en la ciudad de Nueva York por más de un año, y lo había estado costeando sin un trabajo de medio tiempo. Su papá le enviaba dinero cuando era capaz de hacerlo, y además Kurt tenía un poco ahorrado de todos los veranos que había trabajado como esclavo en el Lima Bean en Ohio. Pero ahora, las cosas estaban cambiando. Apenas y estaba colgando de un hilo, y ganar algo de dinero por su cuenta sería necesario.
Desafortunadamente, su padre hizo un poco de demasiado dinero como para que él fuera elegible para recibir ayuda financiera, pero no lo suficiente para ser realmente capaz de cubrir su matrícula, el alojamiento conjunto y el costo de los libros de texto, por no hablar de tener que pagar para alimentarse a sí mismo. Nueva York, -tan hermosa como era, y tan en casa como se sentía- era cara como la mierda. La beca que Kurt había recibido no ayudaba tanto como él hubiera esperado.
El mes pasado, hubo una feria del empleo a la que el amigo de Kurt, Sebastian, lo arrastró. Los amigos eran difíciles de conseguir para Kurt, y también necesitando el dinero, decidió asistir. Tan genial como pareciera que un tipo como Sebastian asistiera a una feria del empleo con él, probablemente no fue la mejor idea que Kurt hubiese tenido. Eran completamente opuestos; mientras que Kurt era el chico nerd, una persona aburrida y socialmente inepta que apenas hablaba en susurros y tendía a mantener su cabeza resguardada entre las páginas de un libro, Sebastián era el tipo que dominaba una habitación. Tenía personalidad y se llevaba bien con casi todo el mundo. Nadie atropellaba a Sebastian. Kurt dejó la feria sintiéndose extremadamente pequeño ese día. A pesar de que repartió su currículum a un montón de sitios, sabía que ninguno de ellos lo llamaría. Incluso no recordarían quién era. Sebastian, por otro lado, lo hizo increíble. Pasaba sus tardes y los fines de semana trabajando en una compañía de grabación.
Esa era sólo la manera en que las cosas iban en la vida de Kurt Hummel.
Había muy pocos lugares contratando. Todos los trabajos en los que Kurt pensaba que sería exitoso fueron tomados. Barnes & Nobles no estaba contratando. Starbucks no estaba contratando. Su período como trabajador de servicio al cliente en Macy's no duró mucho. Sólo había estado una semana, antes de que los cabrones de los clientes lo estuvieran denigrando y diciéndole cosas horribles sin siquiera pensarlo dos veces. Y su supervisor no era amable en absoluto. Sólo hacía 15 horas a la semana. No valía la pena el estrés.
En realidad, fue cuando Kurt se había ido a una pequeña librería Indie, escondida en algún lugar en el centro de Manhattan, que el adolescente recibió algunos consejos útiles. Aunque la gerente del negocio familiar no estaba en posición de contratar a nadie por el momento, ella le entregó a Kurt una pequeña tarjeta y le sonrió dulcemente mientras hablaba.
"Esta es la agencia que utilicé cuando estuve buscando una niñera. También están buscando niñeras. No sé si alguna vez has trabajado con niños, Kurt, pero creo que lo disfrutarías".
Kurt estaba inseguro. Había cuidado a niños antes, pero fue por una hora o dos cada vez, dándoles a sus vecinos, de vuelta en Lima, una oportunidad de salir en una cita por la noche. La experiencia no fue la mejor porque el pequeño George era un imbécil, pero tenía que admitir que lo había pagado.
"Es una de las agencias más solicitadas en la ciudad", continuó. "E incluso si esto no es lo que quieres hacer, al menos, dale una oportunidad hasta que algo más salga, ¿sabes?".
Kurt miró la tarjeta de presentación de Absolutamente el Mejor Cuidado. No le haría daño el intentarlo. "Gracias", le dijo con una sonrisa, asintiendo hacia la mujer. Haciendo malabares con sus libros de texto y la tarjeta que le había dado, Kurt se giró lentamente para salir de la tienda. Decidió que si el Museo de Ciencias en el que solicitó no lo llamaba, entonces le daría a la agencia una oportunidad.
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El Museo de Ciencias lo llamó de vuelta, pero sólo para decir que querían agradecerle por la solicitud, pero que otro candidato fue el elegido. Kurt no sabía qué esperaba. Apestó en las entrevistas. Era demasiado tímido, demasiado como un ratón de biblioteca y no tenía exactamente la extrovertida personalidad que muchas compañías buscaban.
Sin embargo, la Agencia de Absolutamente el Mejor Cuidado pareció gustarle. La mujer que lo entrevistó se llamaba señora Copper, y admiró cuán inteligente era Kurt. No hacía falta decir que tenía una buena cabeza sobre sus hombros. Discutieron la 'etiqueta' de niñera y lo que los padres estaban buscando, y antes de que Kurt supiera lo que estaba pasando, estaba en la orientación con un montón de mujeres de entre 25 a 55 años. No era exactamente en lo que pensaba que se convertiría Kurt Hummel en la ciudad de Nueva York, pero el dinero era dinero.
Unos días más tarde, la señora Copper lo llamó para hacerle saber que había sido colocado. Una familia en la zona residencial de Manhattan necesitaba una niñera de lunes a viernes, y era perfecto porque no interferiría con las clases de Kurt en la NYU. Él le dijo que estaba interesado. Al igual que la gerente de la tienda de libros le dijo, tienes que empezar por alguna parte. Este pequeño trabajo temporal no podría lastimarlo gravemente, ¿verdad?
La entrevista fue para la mañana del lunes. Kurt fijó sus gafas mientras corría por la Quinta Avenida. El sol estaba escondido detrás de las nubes mientras la lluvia amenazaba con caer sobre el ventoso día de abril. Después de comprobar su reloj de banda de cuero, Kurt se dio cuenta de que tenía dos minutos para estar en la residencia Anderson para su entrevista, y mientras permanecía de pie en la esquina de la Calle 100 y la Quinta Avenida esperando a que el semáforo cambiara a su favor, el adolescente admitió que ya había fracasado en la parte puntual de la entrevista.
Esta era simplemente su suerte.
Para el momento en que llegó a la Calle 102, la lluvia empezó a caer. Kurt no había comprado un paraguas nuevo después de que el último fuera destruido por el viento y abandonado en Broadway, así que no hacía falta decir que llegó un poco empapado. Mientras entraba en el edificio, consiguió una extraña y desagradable mirada del portero.
"¿Puedo ayudarlo?", le preguntó. El portero era un hombre grande y corpulento que parecía no querer estar allí.
Kurt gimió ante lo mojado que estaba, bajando su chaqueta desde encima de su cabello en donde había estado utilizándola como escudo contra la lluvia. Llegó tarde. Probablemente ahora no tenía sentido ir al condominio de la familia. Kurt inspeccionó el vestíbulo del edificio. Eran adinerados. No tendrían la paciencia para alguien que no se presentaba a tiempo para una entrevista de trabajo.
"¿Puedo ayudarlo?", le repitió. Esta vez, había un toque de molestia en la voz del hombre mayor. Kurt le dio una pequeña sonrisa antes de responder.
"Lo siento. Estoy aquí para ver a Sarah Anderson. Tengo una entrevista".
El portero lo miró por un momento antes de levantar el teléfono sobre su escritorio. Tuvo una conversación en voz baja antes de colgar y gesticular hacia el ascensor. "El piso es el quince. Será el único condominio en ese piso".
Kurt asintió hacia él y caminó hacia los ascensores. Lo hizo tan lentamente para observar los sofás de cuero y el suelo de mármol en el vestíbulo del lujoso edificio. Todo le decía que se fuera, que no pertenecía a este lugar. Simplemente no podía ver a una rica y más que probablemente estirada familia contratando a alguien como él.
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"Está retrasada. Voy a llamar a la agencia".
Difícilmente Blaine tuvo la oportunidad de entrar en la habitación antes de que su esposa comenzara. Rara vez conseguía un 'buenos días' de ella hoy en día. "Cualquier cosa pudo haberle pasado, Sarah. Dale la oportunidad de que llegue hasta aquí".
"¡Papi!", una cabeza llena de oscuros rizos rebotó mientras la hija de Blaine saltaba sobre el sofá. Blaine le sonrió, autorizando que la pequeña niña saltara entre sus brazos.
"Bueno, si esta niñera no conoce nada, era mejor que saliera un poco temprano en caso de que algo fuera a suceder, por lo que ella claramente carece de sentido común. No sé si será la mejor opción para cuidar de nuestra hija, Blaine, o incluso confiarle nuestra casa".
Blaine no sabía si debía responderle a su esposa o dejarla continuar hablando por él. No era como si ella fuera a dejarlo ganar de todos modos, incluso si estaba equivocada y le faltaba un poco de compasión por el momento. Un par de minutos tarde no eran el fin del mundo.
El teléfono sonó y Sarah caminó para contestarlo. Mientras sostenía el auricular en su oreja, jugaba con las costosas perlas alrededor de su cuello. "Sí, estamos esperando a alguien. Envíala directo hacia arriba. Gracias, Pernell".
Madison jugaba con la corbata de su padre como de costumbre. A los seis años, era sin duda la niñita de papá, y la forma en que él la mecía en sus brazos y soplaba frambuesas sobre sus mejillas era un testimonio de ello. Después de escuchar sus risas, Blaine se apartó para mirar sus hermosos ojos azules.
"¿Estás lista para conocer a tu nueva niñera?".
Madison se encogió de hombros ante eso, y su padre podía entenderla. La última que la agencia envió tenía aproximadamente cincuenta años y no era nada divertida.
Sarah colgó el teléfono y miró a su esposo. "¿No vas a llegar tarde al trabajo?".
"Estaré bien", le respondió Blaine. Bajó a Madison y la sentó sobre el sofá, y ella recogió el libro que había estado leyendo. "Si está bien contigo, me gustaría quedarme alrededor para ver a la persona que la agencia envió. Estará pasando mucho tiempo aquí con Maddie, después de todo".
El timbre sonó y Sarah tomó una respiración profunda, ajustándose su blusa Armani. Blaine apartó la mirada de la mujer mientras ella se echaba hacia atrás su larga cabellera rubia, sacudiendo su cabeza y yendo a abrir la puerta. Blaine estaba a punto de saludar y presentarse a sí mismo cuando la persona parada allí no era la persona que esperaba en absoluto que estuviese allí. "Um... ¿puedo ayudarte?".
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Kurt salió del ascensor una vez que llegó al piso quince. No tenía nada de dinero para darle de propina al encargado que presionó el botón por él, así que le sonrió tímidamente y salió sin decir una palabra. Empujando sus anchas gafas de montura hasta el puente de su nariz, miró los bellos pasillos a su alrededor y se acercó a la puerta principal de la residencia Anderson, presionando el timbre de la puerta dos veces.
Adentro estaba silencioso, y esperó pacientemente a que la puerta fuera atendida. La parte superior de su camisa Henley estaba húmeda y la parte inferior de sus pantalones también, y no sabía si quería entrar en su apartamento con sus zapatos mojados. Esto se estaba perfilando para ser un día difícil. Debería de haberse quedado en su dormitorio y fingido gripe.
Después de un momento, un hombre vestido en lo que sin duda alguna era un traje de diseñador abrió la puerta. Parecía estar en los finales de sus 20's o principios de los 30's, mientras Kurt conseguía echarle un buen vistazo. Pero cuando Kurt consiguió echarle un buen vistazo, estuvo malditamente cerca de desmayarse.
Era bien parecido más allá de las palabras.
El hombre con el cabello rizado se le quedó mirando dudosamente al principio. Los rizos oscuros cubriendo su cabeza pero encontrándose perfectamente estilizados en su lugar con un poco de gel. Su camisa le sentaba perfectamente; sólo lo suficiente como para distinguir las líneas de sus músculos pectorales por debajo de la verde y suave tela, y a Kurt realmente le gustaba la delgada corbata negra. Antes de que pudiera examinar más allá al hombre, él habló.
"Um... ¿puedo ayudarte?".
Kurt se quedó allí con sus labios entreabiertos. ¡Respóndele, idiota!
Una mujer rubia con ojos azules y un hermoso vestido de flores salió detrás de él. Ella era un poco más baja, pero su presencia definitivamente dominaba la habitación. "¿Te podemos ayudar?", le repitió.
"Uh, yo...", Kurt sacudió su cabeza para ordenar sus pensamientos. "L-lo siento. Mi nombre es Kurt. Kurt Hummel", se apresuró a decir. "Estoy con Absolutamente el Mejor Cuidado y, ¿me enviaron aquí para una entrevista con los Anderson?".
El hombre lo miró de arriba a abajo y a continuación una sonrisa se dibujó en su rostro. Esa fue la última cosa que Kurt esperaba que ocurriera. La mujer sin embargo, sólo rodó sus ojos.
"¿Enviaron a un chico? ¿Qué edad tienes? ¿Quince? Pensé que la agencia era más confiable que eso-".
Kurt observó mientras el hombre, que asumió era su esposo, la hizo callar. "Por favor, entra... era Kurt, ¿verdad?".
Kurt asintió, de modo silencioso. "Yo, um, está lloviendo allá afuera".
El hombre con el cabello oscuro y rizado le sonrió, y Kurt se sintió débil. Alojarse en el dormitorio hubiera sido una decisión genial. "Puedo ver eso. Puedes dejar tus zapatos aquí si quieres", le dijo el hombre, haciendo un gesto hacia el tapete en el interior. "Tomaré tu chaqueta por ti".
Así que Kurt hizo lo que le dijo. Le entregó su chaqueta al hombre del traje y sonrió hacia la pequeña niña que curiosamente lo miraba desde la sala de estar.
Este lugar era enorme.
La sala de estar en sí misma era como cuatro de los dormitorios de la NYU. La cocina era enorme, y cubierta de mármol y acero inoxidable y belleza pura. Kurt no podía imaginar el resto del lugar.
"Mi nombre es Sarah Anderson y este es mi esposo, Blaine", le dijo la mujer. Preciosa no era una palabra lo suficientemente buena para describirla. Kurt forzó una sonrisa mientras le ofrecía su mano. Necesitaría tomar una clase sobre cómo ser sociable porque nunca dominó eso. Kurt no dominaba un montón de cosas. Después de que la intimidante Sarah estrechara su mano, haciendo que Kurt estuviera seguro de que ella estaba encubriendo su desdén, Kurt se giró hacia Blaine y le estrechó la mano. Se sonrojó por la forma en que Blaine lo miró y luego se volvió de frente hacia la mujer otra vez.
"Ellos no me dijeron que enviaban a un chico. Nunca he oído hablar de un chico-niñera para vivir en casa y no sé qué tan buena idea sea".
Kurt tenía sus manos a su costado mientras una ceja se elevaba por encima de las gafas del adolescente. "¿V-vivir en casa? La agencia dijo que sólo necesitaban una niñera".
Sarah se rió. "¿Sólo una niñera? Soy editora de una revista de moda, casada con el socio de un bufete de abogados. Tenemos una niña de seis años. Una niñera no es suficiente. ¿Es que no pueden hacer nada bien?".
Kurt no supo qué decir a eso. En su lugar, cerró su boca y nerviosamente jugó con sus tirantes. ¿Una niñera para vivir en casa? De ninguna manera. No con esta dama.
"¿Qué tal si tomamos asiento?", preguntó el esposo. Le sonrió a Kurt, colocando una mano sobre la parte baja de su espalda, instándolo en dirección de la sala de estar. "Te traeré algo de café para que puedas entrar en calor. Querida", se volvió hacia su esposa y le dio esa sonrisa que cubría una expresión que Kurt no pudo descifrar. "¿Te gustaría algo?".
Sarah sacudió su cabeza mientras lo fulminaba con la mirada. "Estoy bien, cariño. Simplemente no sé si Keith sería la mejor opción para lo que necesitamos y no me gustaría que perdiera su tiempo como la agencia de Absolutamente el Mejor Cuidado ha desperdiciado el mío".
Kurt tomó una respiración profunda. "S-si usted está desinteresada puedo decirle a mi jefe y ella puede conseguirle a alguien mejor que-".
"Por favor, toma asiento, Kurt. Sarah", dijo Blaine, "no podemos permitir que Kurt viajara todo el camino hasta aquí bajo la lluvia y luego cancelarle antes de que tenga una oportunidad".
Kurt miró entre los dos antes de bajar su mirada hacia sus pies.
"Quítate esos zapatos y te traeré algo de café", le dijo Blaine. El hombre se marchó; con sus costosos Salvatore Ferragamo sonando contra el hermoso suelo de parqué mientras lo hacía.
Sarah le sonrió a Kurt, aunque fue increíblemente forzado. El adolescente de ojos azules se agachó y desató sus cordones antes quitarse los zapatos. Enrolló la parte inferior de sus pantalones marrones de pana y se levantó, forzando una sonrisa de vuelta.
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Blaine se asomó en la sala de estar mientras servía una taza de café para su invitado. Escuchó la conversación entre su esposa y Kurt, la cual parecía ser un poco unilateral. La mayoría de las conversaciones que involucraban a Sarah tendían a ser unilaterales.
Fue un poco impactante que su agencia enviara a un hombre para ser su potencial niñera, pero si ellos lo enviaron, debieron de haber pensado que era adecuado para el trabajo. Blaine observó mientras el joven asentía ante lo que fuera que su esposa estaba diciendo, y observó cómo su hija miraba a Kurt con curiosidad. Sonrió, agarrando unos cuantos sobres de azúcares y la crema y se dirigió dentro de la sala de estar.
"Es por eso que le expliqué a la agencia que estábamos buscando a alguien que pudiera trabajar de lunes a viernes y vivir en nuestra casa. Los fines de semana serían tuyos. Blaine y yo tenemos algunos días atrasados en el trabajo, e incluso traemos el trabajo a casa. Necesitamos a alguien que tenga lista a Madison para la escuela y la lleve a sus clases de danza y le ayude con las tareas, que ayude ligeramente en la limpieza del hogar cuando la sirvienta no está. Cosas como esas".
Blaine asintió hacia Kurt cuando le dio las gracias y aceptó el café. Entonces levantó a su hija y se sentó en el sofá junto a Sarah.
"¿A dónde vas a la escuela, Kurt?".
"Voy a la Universidad de Nueva York", le dijo, jugando con sus gafas. Parecía nervioso y como si quisiera estar en cualquier otro lugar menos allí. "Mi especialidad es el periodismo y usualmente estoy en clases entre las 9:30 y las 2 de lunes a jueves".
Blaine asintió y miró a su hija, quien tiraba de su corbata. "¿Alguna vez has cuidado niños antes?".
Sarah miró a Kurt, curiosa por saber su experiencia. Él sacudió su cabeza un poco, toqueteando el borde de la taza.
"Sólo lo he hecho alrededor del vecindario cuando estaba en la secundaria, pero con las responsabilidades que todos necesitamos", le dijo Kurt y después se calló. "Su hija es hermosa y puedo decir que es una prioridad para ustedes. No quiero que tengan que conformarse con alguien como yo".
Sarah vio a su hija ruborizarse en la parte de 'hermosa'. "¿Alguien como tú? ¿Lo qué significa?".
Kurt tragó con dificultad y suspiró. "Tengo 19 años. El único trabajo de tiempo completo que he tenido fue en una cafetería en Ohio. No tengo hermanos, así que todo el asunto de ser responsable de la hija de alguien durante toda la semana es definitivamente un concepto extraño para mí". Jugueteó con su taza. "No estoy diciendo que no podría hacerlo si ustedes me quisieran. Haría un trabajo increíble. Pero solamente estoy buscando algo porque necesito un trabajo. Probablemente ambos están buscando a alguien que haya estado en el campo desde siempre y sea un apasionado de ello".
Sarah se volvió hacia su esposo. Blaine levantó sus cejas y sonrió un poco. Le gustaba el chico, y supo que a Madison también le agradaba.
"Esto es probablemente lo más que he hablado desde el jueves", les dijo Kurt con un sonrojo, mirando hacia abajo a sus manos.
Blaine le sonrió. Kurt parecía del tipo de ratón de biblioteca, pero no había nada de malo con eso. Un ratón de biblioteca era un buen tipo para estar alrededor de su hija. "¿Eres de Ohio? Yo soy de Westerville".
Eso consiguió que el tímido adolescente sonriera un poco. "De Lima. A un par de horas de distancia".
"Ah". Blaine asintió. Luego miró a su esposa. "Sé que no es exactamente lo que esperábamos...".
"No lo es", le dijo Sarah rápidamente. "Sin ofender, Kurt. Pero tengo una hija de seis años. No creo que podría confiar en que un chico esté a su alrededor".
Kurt asintió en acuerdo. "Lo entiendo completamente".
"Yo confío en él", dijo Madison. Blaine la miró y Kurt sonrió un poco. "Y me gustan sus tirantes".
"Me gustan tus zapatos. También solía tener zapatos que se encendieran".
Madison le sonrió mientras se movía hacia el lado de su padre.
Sarah continuó. "Alguien de tu edad... no quiero parecer como que estoy siendo discriminatoria, pero sólo puedo imaginar a un muchacho adolescente trayendo chicas a mi casa y no puedo permitir eso. No con Maddie alrededor".
Blaine miró a Kurt tragar el café y sacudir su cabeza, mirando al alrededor del condominio por enésima vez. "Supongo que eso también es cierto. Si yo estuviera en su lugar, haría la misma suposición. Pero, no estoy interesado en las chicas en absoluto, señora Anderson. Si lo estuviera, dudo que un tipo como yo pudiera conseguir una novia".
"¿Así que eres gay?", le preguntó.
"Querida", le dijo Blaine.
"Lo soy", les dijo Kurt. "Incluso si no lo fuera, no le faltaría el respeto a su casa trayendo a otras personas aquí mientras estuviera cuidando de Madison. Sé que soy joven, pero no soy irresponsable".
Sarah lo miró fijamente. "¿Así que no tienes ningún interés en vivir aquí?".
Kurt casi dejó caer la taza y se maldijo en silencio. Ni siquiera podía sostener una taza correctamente. "Si-, ¿realmente están interesados en que yo trabaje para ustedes?".
Blaine todavía estaba atascado en la parte gay. Miró por encima de Kurt una vez más antes de oír la parte final de lo que su esposa estaba diciendo.
"...la agencia. Estás especializándote en periodismo. Yo trabajo en el campo del periodismo. Puedo conseguirte por lo menos un trabajo de escritorio en una empresa de revista si trabajas para nosotros las siguientes dos semanas. No tienes que vivir aquí, pero Blaine y yo necesitamos ayuda para llevar a Maddie a la escuela y traerla de regreso a casa y también que la ayudes con la tarea. Estarás libre para irte tan pronto como uno de nosotros llegue del trabajo".
Kurt se veía como si estuviera pensando en ello, y parecía estar muy inseguro.
"Dos semanas es el máximo. Tal vez esa lentitud de agencia pueda encontrarnos a alguien para que viva aquí antes de esa fecha".
Kurt miró hacia Blaine y el hombre le sonrió, aunque Blaine no estaba seguro de si su esposa hablaba en serio. Tal vez Kurt siendo gay hizo que todo estuviera bien. Ella era extremadamente estereotipada acerca de la gente gay. Pensaba que eran fabulosos amigos y que eran geniales en la decoración. Definitivamente ahora había una razón por la que repentinamente estuviera interesada en contratarlo.
"Yo... creo que puedo ayudar. Realmente necesito esto".
"Excelente", Sarah juntó sus manos y luego miró a Madison. "Puedes comenzar hoy. Nuestro chofer te dejará en la NYU después de llevar a Maddie a la escuela. También he preparado este sobre para ti con su horario, alergias, pasatiempos, información para la hora de dormir, todo. También tiene información de contacto mío y de Blaine".
A medida que la mujer seguía y seguía, Kurt asentía, asimilándolo todo. Miró a través de la libreta y luego de nuevo hacia Sarah, y después, eventualmente hacia Madison mientras le sonreía y estrechaba su mano. Blaine miró a los tres antes de admitir que necesitaba irse a trabajar. Se puso de pie y besó a su hija despidiéndose, seguido de su esposa y después estrechó la mano de Kurt.
"Fue encantador conocerte. Gracias por ayudarnos con esto, Kurt. Hoy estaré en casa a las cinco". Le entregó una copia de las llaves y un par de cientos de dólares. "Llama si necesitas algo".
Los ojos de Kurt se abrieron y asintió. "Lo haré. Puedo darle a ambos mi número de celular ahora".
Blaine asintió, sacando su teléfono. El grupo intercambió números.
"Ahora", le dijo Sarah, sonriendo ante la forma en que Madison tomaba la mano de Kurt. "Vamos a hacer un rápido recorrido por el lugar. Empezaremos con la habitación de Maddie".
Blaine les sonrió a todos antes de salir. Asintió hacia Kurt mientras el adolescente cerraba la puerta detrás de él y después siguió su camino. Le sorprendió que su esposa pareciera estar bien con semejante chico joven tomando las responsabilidades de una niñera. La última que tuvieron era sustancialmente mayor que ambos, y ella pasaba más tiempo con Madison de lo que ellos lo hacían. Era lamentable. Y Blaine juró que eso cambiaría.
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Kurt tuvo un infierno de mañana. Por un lado, pasó una hora con Sarah Anderson. Hablaron sobre prácticamente todo lo que había debajo del sol. Kurt estaba nervioso, pero creía que podía hacer el trabajo. Ella incluso le mostró su dormitorio por si llegaba a decidirse a mudarse y tomar el trabajo permanentemente. Kurt no sabía qué hacer con eso.
Pero después consiguió pasar el rato con Madison mientras el chofer de los Anderson los llevaba a su escuela. Madison era brillante. Ella sólo tenía seis, pero juraba que era más inteligente que él. Después de hacerle prometer el leerle sus cinco historias cuando llegara a casa de la escuela y ver programas de Nickelodeon juntos, la niña se unió a su clase en la fila de la escuela. Kurt sonrió y le dio instrucciones al chofer de a dónde iba, dándole las gracias al hombre de edad avanzada cuando lo dejó afuera del campus de la NYU media hora después.
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"Así que, ¿te gusta?".
"Es demasiado pronto para decirlo", le susurró Kurt a Sebastian mientras estaban sentados en clase. "La familia parece agradable... bueno, pensé que la mamá me odiaba, pero no lo sé. Ella parece estar de acuerdo".
Sebastian garabateó en su cuaderno. "Bueno esos condominios en la Quinta Avenida valen millones, así que supongo que son jodidamente adinerados. Es mejor que conserves este trabajo temporal. Y si ellos quieren que te mudes, estoy seguro que vivir en un condominio de la Quinta Avenida es mejor que vivir en un dormitorio de la NYU con Jesse".
"Jesse es un gran compañero de cuarto. Puede ser un poco ruidoso, pero es genial. Me agrada".
Sebastian asintió. "Uh huh. Ese es el problema. Te gusta verlo tirándose a otros chicos cuando piensa que estás dormido".
Kurt revisó su teléfono y leyó el mensaje que causó que vibrara.
Del Sr. Anderson:
Hey, Kurt. ¿Cómo fue todo esta mañana? ¿Encontraste tu camino bien?
"¿Quién es?".
"El señor Anderson", le dijo Kurt. Y tecleó una respuesta. "Debería de haberle pedido al chofer que me recogiera después de clases hoy, pero no quería presionar mi suerte".
Sebastian se burló. "Eres un idiota".
Kurt limpió sus gafas, encogiéndose de hombros. "Esto paga quinientos dólares a la semana. No quiero meter la pata".
Su amigo tarareó en confirmación.
Para el Sr. Anderson:
Todo salió genial. Gracias.
Del Sr. Anderson:
Llevaré la cena a casa, así que no tienes que preocuparte de cocinar esta noche. ¿Qué te gustaría?
Kurt sonrió ante el mensaje. El papá de Madison parecía realmente genial.
Para el Sr. Anderson:
Cualquier cosa que a Madison le guste está bien para mí. :)
Del Sr. Anderson:
¿Así que quieres una comida feliz? Cualquier cosa que flote en un barco. :P
Sebastián trató de echar un vistazo al teléfono cuando Kurt empezó a sonreír. "¿Estás tirándote al papá, Kurt? Ha pasado un día. Te respeto, hermano".
Kurt rodó sus ojos. "No voy a dignificar eso con una respuesta".
Para el Sr. Anderson:
Pensándolo bien, tomaré una ensalada. De chipotle si no es demasiado inconveniente.
Del Sr. Anderson:
Eso me gusta más.
"Estás tirándotelo totalmente".
Kurt recogió sus cosas mientras terminaba la clase. No sabía qué hacía con Sebastian algunas veces.
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Cuando Blaine llegó a casa esa tarde, forcejeó a través de la puerta con la cena y su maletín. Odiaba trabajar desde casa porque Sarah lo hacía a menudo tan difícil, al igual que lo hacía Madison con su constante deseo de jugar. Blaine realmente no podía decirle que no a su pequeña niña. Pero parecía que esta noche, decirle que no, ni siquiera sería necesario.
Kurt estaba en la mesa del comedor, con un ordenador portátil abierto y libros de texto rodeándolo. Fijó sus gafas sobre su rostro y sonrió hacia Madison; la niña de cabello rizado estaba cantando conjunta y apasionadamente la canción del tema de Bob Esponja Pantalones Cuadrados. Blaine sonrió, cerrando la puerta detrás de él.
Kurt miró hacia él y se apresuró a ayudarlo. Blaine asintió, permitiéndole al chico tomar las bolsas de comida. "Gracias".
"Sí", le dijo Kurt, llevando todo a la mesa. Sonrió cuando Maddie se dio cuenta de que su papá estaba en casa y corrió al ataque, consiguiendo ser besada decenas de veces por el hombre.
"¿Cómo lo está haciendo la Princesa de papá?".
"¡Genial! Kurt me ayudó con mi tarea y leímos un montón de historias. También le ayudé con su ensayo".
Blaine le sonrió. "¿Lo hiciste?".
Kurt se dio la vuelta después de despejar sus cosas de la mesa. "Mi profesor la amaría. Ella debería solicitar un puesto de Asistencia Técnica".
Blaine se echó a reír, pasando sus manos por el largo cabello de la niña. "Ve a lavarte para la cena".
"¡Está bien!".
Ella salió corriendo, y Kurt estaba a punto de ir a seguirla cuando Blaine lo llamó. Kurt se detuvo y cambio su postura, observando mientras el hombre se quitaba su abrigo. El señor Anderson era demasiado guapo. Incluso quitándose su abrigo era sexy. "¿Sí, señor?".
"Sin señor", le dijo Blaine con una sonrisa. "Soy Blaine. ¿De acuerdo?".
Kurt asintió, agachando su cabeza un poco. "Blaine. Lo tengo".
Blaine lo miró por un rato, sólo apartando la mirada cuando el adolescente aclaró su garganta. "Me estaba preguntando si consideraste todo el asunto de vivir aquí. Sé que no estabas buscando ser una niñera, pero yo estaría dispuesto a darte el trabajo, y sé que Sarah también lo haría. Tienes una buena cabeza sobre tus hombros y puedo decir que mi niña ya está unida a ti. No creo que Maddie alguna vez haya sido tan cálida con alguien tan rápidamente".
Kurt levantó la mirada hacia él y luego sonrió, apartando la vista. "Para ser honesto, no estaba planeándolo, pero no lo sé. Usted y su esposa son realmente amables y Madison es increíble. Creo que sería un poco estúpido al rechazar un puesto tan dulce como este".
Blaine asintió. "Sí, lo serías".
Kurt se rió y Blaine lo vio sonrojarse, sonriendo ante la vista de ello. Levantó una ceja cuando Kurt tomó su abrigo y gesticuló hacia el gancho, yendo a colgarlo por él.
"Gracias".
Kurt asintió. "No hay problema".
"Así que", Blaine cruzó sus brazos sobre su pecho mientras escuchaba a su hija cantando en voz alta. "¿No tienes un novio?".
Kurt fue tomado por sorpresa ante la pregunta, pero sólo sacudió su cabeza mientras jugueteaba nerviosamente con sus gafas. "No. Y no estoy buscándolo exactamente en este momento".
"Oh", le dijo Blaine. Y luego sonrió. "Puedes ir también a lavarte tus manos. Voy a preparar la comida".
Kurt le sonrió también, pero se marchó sin mirar el rostro de su jefe. Se dirigió de nuevo al cuarto de baño y le sonrió a Madison mientras ella venía brincando, sacando sus lenguas el uno al otro. Blaine les sonrió mientras desabrochaba su corbata.
Después de comer la cena, Kurt limpió un poco y se fue a la sala de estar con su nueva amiga para que pudieran ver la televisión juntos. Blaine se centró en el caso en el que estaba trabajando. Tenía que estar temprano en la corte a la mañana siguiente, así que conseguir hacer esto temprano sería genial. Sin embargo, no podía dejar de ver a Kurt; el adolescente que sonreía mientras Maddie hacía correr su boca, los dos discutiendo sus programas favoritos. Blaine sonrió y volvió a su trabajo. La agencia hizo una muy buena elección.
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N/T: ¡Que tengan un excelente casi finde!
Gracias por tomarte unos minutos para leer.
