Mariposas lunares.
~Miica.
Hey! Aquí vuelvo yo con otro fanfic. Pero es que la idea me ha estado rondando un par de semanas, y a pesar de que no tiene toooda la forma que me gustaría, está bien por ahora.
Les dejo el prólogo, y si les gusta, agradecería que dejaran un review.
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Ese día de invierno la lluvia caía torrencialmente en la aldea oculta de la Hoja, dejando mojado todo a su paso. Las mujeres, con las bolsas de las compras en la mano, corrían para refugiarse en su casa y los niños simplemente disfrutaban el mojarse antes de salir disparados con algún grito proveniente de un padre molesto.
Pero no es aquí donde ocurre todo, no, no en Konoha, si no en sus mismas proximidades.
El bosque, vía entre Konoha y Suna, era sumamente oscuro. Los árboles, torcidos, siempre dirigidos hacia el camino, hacían muy difícil ver el sol, incluso en los días de verano, donde el calor se hacía insoportable.
El camino se encontraba totalmente desolado, salvo por una chica que parecía no tener más de dieciséis años. Su cabello, de un raro celeste, largo y ondulado, se encontraba pegado a su espalda y rostro, ya que no tenía nada con que protegerse de las crueles gotas.
Y tampoco es que quisiera, por que el cielo lloraba con ella.
Sus ojos, de un color morado clarísimo, demostraban profunda tristeza, como si su alma se estuviera reflejando allí. Su vestimenta consistía en un vestido, que le llegaba a medio muslo, de color blanco intenso. Una cinta, del mismo color, estaba atada a su cabello, como una diadema.
Al llegar a las puertas de Konoha, la chica apretó los labios y los puños en señal de desición. No podía echarse atrás, no ahora, no había recorrido todo ese camino para nada.
'Madre' Pensó mirando el cielo. 'Juro… que no te decepcionaré.' Al instante bajó la mirada, y uno de los guardias de Konoha la miró suspicaz.
- Vengo… a pedir asilo en Konoha, me gustaría vivir aquí. – Explicó ella, su tono de voz era suave y dulce.
- ¿Nombre? – Preguntó este en respuesta, sin dejar su mirada.
- Sora. – Respondió ella, y se dirigió hasta las puertas tranquilamente.
El guardia, pensando que diría algo más, se quedo callado unos segundos, pero cuando vio que la chica no tenía intenciones de seguir hablando, la paro. Ella se volteó y el frunció el ceño; juraba que los ojos de la chica eran rosas, o morados, pero ella ahora tenía un azul oscurísimo pintado en los ojos, y lo miraba medio nerviosa.
- ¿Sora y qué más? -
Sora tembló. Esa era la pregunta que no quería oír, pero no le quedaba más que responder, solo esperar que el guardia no conociera a…
- Sora… Haruno. -
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¡CHAN CHAN! Sí, yo sé que deben de tener demasiadas dudas, pero todo se ira aclarando. Y espero que Sora les caiga bien, es una de mis OOCs ;) Lamento que el capítulo haya sido tan corto, pero tengan en cuenta que es solo el prólogo. Ah! Y el nombre será explicado después ;D
¿Reviews?
~Miica.
