Solo había que andar dos pasos para ver que San Valentín había llegado muy fuerte. No había tienda que no intentase dar el pego de su interés por San Valentín pegando corazoncitos y poniendo falsas ofertas. A Zakuro no le gustaban esas cosas, para nada, pero sabía que Mint ansiaba algo especial. Las indirectas, que estuviera tan sentimental y otros varios gestos delataban su ansia de algo por San Valentín. En cierto modo, no le gustaba la idea de comprarle algo, pero sabía que si no lo hacía, si no buscaba algo romántico, su relación estaría en problemas durante mínimo un mes.

Tenía que matizar en que no sabía con exactitud que quería Mint, pues prácticamente tenía todo a su alcance y eso no hacia mas que dificultarlo todo.

Entro en una tienda y se decanto por grabar algo. Iba a ser personal, no muy complejo ni costoso, pero con el que la gente supiera que estaba con ella y no por casualidad.

Solo le faltaba encontrar un momento en el día de san Valentín para dárselo. Por lo que tenia entendido, habían quedado las cinco, por lo que realmente necesitaba apartarla para darle el regalo. Siempre que estaban las cinco juntas, no había un momento privado, Pudding parecía la hija revoltosa e Ichigo a veces conseguía meterse en unos problemas realmente únicos. Podía dárselo mientras estuvieran las otras distraídas, pero lo veía algo realmente imposible. Había una posibilidad, quedar antes con ella, pero luego tendría que aguantar a todas mirando el regalo que le había hecho. No era algo que terminase de convencerla.

Cuando llego el día, se sentía un tanto estúpida. Llego entre las primeras, y supo que no iban a hacer gran cosa, por lo que se sintió un poco más tranquila, aunque vio a su chica un tanto nerviosa, mirando en todo momento el reloj. Para cuando llegaron todas, noto que algo no iba realmente bien. Intentaba encontrar el momento justo para entregarle el regalo a Mint, pero siempre había algo por lo que la chica se distraía: ya podía ser Pudding engancha a algo o Lettuce con algún detalle, pero no encontraba el momento.

Entraron en un café, donde pensó que era el momento perfecto, pero una vez más, sus ideas se fueron a pique cuando se quedaron ahí hasta que llegó la hora de marcharse. Se despidió de las chicas y decidió acompañar por el camino largo. Su novia se veía nerviosa, como si toda esa euforia y las indirectas se hubieran esfumado.

-Feliz San Valentín- le dijo de pronto, en mitad de la calle. Las mejillas de Mint se pusieron coloradas y cogió la pequeña bolsita del regalo. Nada más abrirlo, de la sorpresa, su sonrisa era de pura satisfacción a la par de alegría. Se puso de puntillas y Zakuro se agacho para que pudiera darle un beso corto pero lleno de significado

-Es la cosa más bonita que podías regalarme, muchas gracias. Toma. ¡Los hice yo!

Agarró la caja rosa y vio que eran bombones. Quizás le había costado mucho hacerlos, no sabía, pero era algo que realmente le agrada. Siguieron caminando

-Tengo que buscarte un regalo por el día blanco.

-Sabes que no tienes porque. Si a mi me ha costado encontrarte algo y sobre todo dártelo, no quiero saber cuanto a ti


NO pensé en hacerle un fanfic a esta pareja en un principio, pero no me he resistido.