Los personajes de HTTYD no me pertenecen, éstos son propiedad de Cressida Cowell y Dreamworks.


Inmarcesible.

— ¿Dónde estuviste? Gobber te estuvo esperando todo el día, y Astrid...

Sus pasos se detuvieron al quedar frente a la mesa en el gran salón con la mirada fija en aquel mapa que su hijo observaba maravillado. Valka sonrió, sabía lo que pasaba y es que esa sonrisa la conocía bastante bien, en ella. Hiccup comenzó a contar lo que había ocurrido y sobre la extraña isla a la que fue. La mujer se acercó a él y posó una de sus manos en el hombro de su vástago mirando aquel mapa y la nueva hoja pegada en él, era sorprendente. Sin embargo, no escuchó nada. Todo lo que su hijo le decía tan entusiasmado de lo que había pasado nada pudo entender. La voz parecía desvanecerse lentamente al estar observando aquella pequeña isla tan perfectamente dibujada en aquel trozo de papel, su sonrisa se había esfumado mostrando ahora un rostro inexpresivo, hundido en pensamientos varios y recuerdos.

Hiccup notó como la mano de Valka acariciaba el trazo con la yema de los dedos lenta y delicadamente como si tuviera miedo a destrozarla. Él, rodó los ojos dirigiendo su verde mirar al rostro de su madre.

Ípsilon...

— ¿Pasa algo? –se preocupó.

La mujer guardó silencio. Dedo tras dedo fue curveando hasta formar el puño escondiendo la isla bajo él.

— ¿Cómo la encontraste?

Etéreo.

Llegó un momento en el que todo se miraba de un mismo color, donde se fundía el cielo y el mar en uno solo borrando esa línea en el horizonte y creando un aparentemente interminable azul en tonos monocromáticos. Los vientos atravesaban y golpeaban cada escama visible del reptil y danzaban con fluidez entre los cabellos de su jinete hasta despedirse de ambos cuerpos que surcaban el cielo como aves en migración.

Hiccup pensaba lo que había ocurrido con su madre la noche anterior, esa reacción que había tenido tras ver aquella isla recién dibujaba en el mapa y que había nombrado como Ípsilon, pero la prohibición sin dar explicación alguna.

"— ¡Lo que tú buscas son dragones y ahí no los hay! Créeme, he ido a ese lugar por las mismas razones que tú y no hay NADA."

Más que esa. ¿Qué era lo que había ahí como para llegar a ser prohibido? ¿Qué había de malo? Y lo más importante ¿En realidad no había dragones? ¿Ni uno solo por más pequeño que este fuera? Bien dicen que la curiosidad mató al gato pero sabemos que murió sabiendo sin importar lo redundante que pueda sonar, y no es que Hiccup estuviera dispuesto a morir por cada que quisiera aplacar a ese gusanito que se retorcía dentro de sí por saber pero ¿por qué no averiguarlo? ¿Qué cosa mala podría ocurrir más grande de lo que ya había vivido? y dos veces, por decir algo.

Suspiró al divisar tierra, la tierra "prohibida".

No es necesario decir con demasiado detalle lo que sucedió después. Sin embargo, al instante de posar sus pies sobre esa húmeda superficie terrestre un escalofrío le recorrió el cuerpo solamente al recordar aquella frase en la que venía pensando gran parte del camino.

Topando con un bosque en tonos otoñales, profundo y a la vez con un aura lúgubre. Árboles altos y delgados que impedían a la luz del sol tocar el suelo en su totalidad sólo rayos diminutos rozaban las abundantes raíces que se paseaban por el suelo como cabellos por los dedos, entrelazadas unas de otras con temor a soltarse. Césped alto y espeso que cubría hasta los tobillos en colores amarillentos y terrosos. Entre más se adentraban a él más seco se volvía más inclinado, más oscuro…

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Y suspiró. Un suspiro lleno de pesadez, de cansancio, de molestia, de pesar. Dio unos pequeños pasos hacia atrás y al tanteo con las manos buscó el asiento más cercano a la mesa que se encontraba frente a ella dejándose caer en él. Recargó sus codos sobre la plana superficie.

Ellos no son como nosotros Hiccup, son distintos. ¿Por qué crees que no hay dragones ahí? Te prohíbo ir. ¡No te acerques!

A quién engañaba, ni siquiera podía negar que sentía curiosidad por volver, pero algo le decía que no debía y más que algo era alguien en realidad y es que después de un tiempo frecuentando el lugar Cloudjumper comenzó a actuar distinto, a ser extraño, incluso hostil y eso bastó para no querer volver más.

Valka bajó la mirada llevándose una mano a la frente y tocando la misma con sus dedos.

—Ellos son distintos a nosotros. –pausó un momento su murmullo y cerró los parpados.

Tras unos segundos sin ruido humano alguno, alzó la vista a la nada mientras se llevaba ahora la mano a la altura de la mejilla sin tocarla, continuo.

—Ellos son distintos... como nosotros...

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Subían y bajaban entre colinas, árboles caídos y raíces levantadas. Parecía no tener un fin aquel bosque, y volaría sobre Toothless si no fuera porque creía que no debía hacerlo ¿acaso las palabras de su madre habían afectado en su visita? Claramente sí. Prefería que nadie le notara por ahora. Un fuerte crujido se escuchó nuevamente pero esta vez más fuerte que los anteriores y diferente, Hiccup miro al suelo sin ver ninguna rama que hubiera podido pisar para provocar tal sonido, volteo a ver a su dragón y nuevamente al suelo al sentirlo extraño. Un perfecto circulo en el suelo se creaba a su alrededor lo suficientemente grande como para tragar a Hiccup sin poder siquiera reaccionar.

Sí, el suelo bajo sus pies colapsó y lo único que pudo hacer fue gritar.


Lamento si no llego a respetar la personalidad y/o carácter de los personajes utilizados.