Dolor.
Duele… Esa era la respuesta automática de mi mente eran cerca de las 4.a.m. estaba en el piso de mi recamara donde minutos antes había llegado mi padre de otra de sus borracheras, últimamente no solo estando borracho me golpea pero ahora era diferente, hasta donde recordaba nunca había entrado en mi habitación o me había despertado para ponerme la golpiza de mi corta vida, corta ya que a los 17 años no se toma como una gran vida.
Una hora después sonó mi despertador y deje que siguiera sonando por un largo tiempo todavía me faltaba un año para entrar a la universidad, tal vez menos si no contamos las vacaciones, mi promedio era casi perfecto por no ser por el maldito idioma de francés, no se por que no escogí de nuevo ingles.
Después de una media hora decidí levantarme, en realidad a penas pude y con todo el dolor de mi alma fui al baño, me mire en el espejo tenia el labio partido pero solo eso, el mayor impacto fue la parte del tórax y mis brazos, no podía recordar cuantas patadas me había dado, me desvestí y me mire, cerré los ojos tenia toda una gama de colores y la mayoría eran obscuros, eso significa que tendré que cuidarme que a que la torpe de Ino no me abrasé.
Tome una ducha de 10 o 15 min máximos, salí y abrí mi espejo donde tenía algunas pastillas para el dolor y me tome dos de golpe, hice mi rutina diaria, me maquille un poco para que mi mejilla no se viera roja por la tremenda cachetada, me puse mi uniforme y cepille mi cabello junto con mis dientes, realmente no quería desayunar así que salí directamente de mi casa a la escuela.
Tome mi tiempo al caminar ya que un paso dolía demasiado, tiempo después las pastillas hicieron su efecto y me sentí un poco mas libre al caminar, realmente no quiero volver a casa pero tenia que.
-¡Sakura!- escuche mi nombre de los labios de mi mejor amiga, y después la peor sensación del mundo al ver que sus brazos se enredaron a mi alrededor y me dieron un apretón, creo que solté una lagrima pero no dije nada solo que ella me miro raro- ¿pasa algo?
-No, solo tengo un cólico- ella me sonrió dulcemente y saque mi cajita de tic-tacs donde guardo pequeñas pastillas para el dolor me tomo una- vamos al salón.
-Escuche que hoy llega un nuevo estudiante, espero que este guapo-dice emocionada Ino, la verdad no quiero saber mas de chicos, la ultima vez que tuve uno termino engañándome con karin la zorra número uno del instituto.
Llegamos al salón, me senté junto a la ventana en el segundo asiento e Ino se sentó atrás de mi, todos los demás empezaron a llegar sucesivamente, así quedando el asiento al lado mío vacío o y creo que el de la esquina hasta el fondo.
Volteo hacia la ventana, y veo que un Audi se estaciona en la entrada del instituto, volteo a ver el pisaron, el profesor de matemáticas ha llegado, saco mi libreta junto con mi libro y pongo la suficiente atención como para olvidarme del recuerdo de la madrugada.
Llevábamos un par de meses en clases así que no era común que hubiera alumnos nuevos, pero ahí estaba el hombre mas guapo que he visto en mi vida y casi inmediatamente me mordí el labio, voltee hacia la ventana para evitar verlo, pero algo llamo mi atención, en el jardín parado ahí observado los salones esta mi padre un escalofrió me recorre y me encojo en mi asiento.
-…puedes hacerlo, Haruno?- salgo de mi ensoñación y volteo a ver al profesor, y digo un mm- ¿puedes poner al corriente a tu nuevo compañero?
-Oh, claro.-mi voz casi no sale pero se escuchó calmada y no al punto del colapso.
El chico nuevo se sentó a mi lado y le pase mi cuaderno sin decir nada, él lo tomo y empezó a hojear el contenido.
-Calculo diferencial- digo, saco una hoja extra de mi carpeta y se la extiendo- este es un formulario que hice, te ayudara- él la tomo y dijo un hmp, no le tome mucha importancia y proseguí- si no entiendes algo, hay programas de asesoría que puedes solicitar en dirección.
-De acuerdo.
Fue lo último que me dijo, le tomo unas fotos a mi cuaderno y después me lo devolvió, no es que me gustara ser antipática o antisocial, pero no le dirigí la palabra o una mirada a mi nuevo compañero, mi padre me tenía demasiado intrigada con su visita a mi escuela.
"Frentona, sabía que eras una nerd pero no pensé que estuvieras ciega"
"No soy una nerd y ¿ciega? ¿Por qué?"
"oh vamos, tienes a un adonis sentado a un lado de ti y ni lo pelas"
Rodé los ojos y ya no le escribí de vuelta a Ino, de todos modos ya lo tendría apartado.
-Oh vamos Sakura, ¿no te gusta ni un poco? Por dios, míralo es perfecto- me decía Ino estábamos sentadas estratégicamente para verlo comer y pasar notas.
-Es guapo, pero no creo que sea mi tipo- mire a ino quien en realidad estaba suspirando y mordiendo su labio.
-El mío si- rodé los ojos y vi mi reloj, suspire y saque una cajita de tic-tacs.- tú tienes un severo problema con eso- me dijo, sin embargo, años atrás me di cuenta que mis pastillas para el dolor se parecían mucho a las tic tac entonces asi no levantaría sospechas.
-Lo sé.
-¿Crees que quiera salir conmigo?- asentí- ya quiero verlo en mi cama- me atragante con el agua que estaba tomando.
-Dios que cerda eres- dije.
-Y tu una mojigata, ¿Cuándo la perderás?- yo seguía siendo virgen, y no es por que quisiera pero con un padre golpeador, y un poco psicópata, no era fácil venir a la escuela, menos tener sexo.
-no es asunto tuyo.
Me levante mientras le sacaba la lengua y me dirigía a mi próxima clase: ciencias de la salud. Mi materia favorita, era como entrar a medicina, o al intro mínimo, después tuve más clases, química, ética, receso, el cual pase en la biblioteca, biología y otra materia que no recuerdo su nombre, ya, metodología.
Al salir, fui a la biblioteca, volví a tomar otra "tic-tac", salude a Marta: la encargada de la biblioteca y fui por un libro de biología, hice mi tarea de investigación. Tome mis cosas y me encamine al supermercado, tenía que hacer las compras de la semana.
Al tomar ir tomando los artículos me di cuenta que no podía cargar con tanto sin que me doliera, así que tome lo que iba a cocinar hoy y creo que toda la semana estaría viniendo por la comida de todos los días.
Llegue a la esquina y mire a mis nueva vecina, era una mujer demasiado bella, delgada, cabello negro y tenía una gracia natural, volteo a verme y sonrió, me llamo con una mano, voltee a ver a los dos lados y cruce.
-Hola, soy Mikoto, nos acabamos de mudar y ¿vives por aquí?- hasta su voz era hermosa, sonreí y asentí, busque mi casa con la mirada quedaba justo en diagonal a la suya.
-Vivo en esa casa blanca de ahí-señale y ella asintió- un gusto, soy Sakura, bienvenidos al vecindario- dije por cortesía y ella sonrió.
-Gracias, ¿sabes dónde hay una farmacia por aquí? Mi hijo le duele la cabeza y no encuentro la caja con el medicamento.- sonreí y saque mi caja de tic-tac.
-Tome- ella me miro sin entender- son pastillas para el dolor, que se tome dos, son muy buenas y dos calles abajo doblando a la derecha camina un poco, ahí hay una farmacia.
-¿Por qué tienes pastillas para el dolor en una caja de tic-tacs? Parece como si lo quisieras esconder- sude frio pero no mostré lo nerviosa que estaba.
-Lo sé, sin embargo sufro de migrañas y sin esas pastillas cerca de mí, moriría si tuviera un dolor.-bastante normal, a mi parecer, sonreí- bueno, nos veremos mas tarde señora…
-Uchiha pero dime Mikoto si quieres- me dio un beso en la mejilla y camine de nuevo a mi casa.
Mikoto Uchiha.
Me caía bien, era encantadora pero había algo en ella que sabía que me iba a perjudicar, su mirada en mi espalda no mejora mi preocupación, unos minutos y ya me está observando demasiado, saque mis llaves, me metí en mi casa y antes de cerrar la puerta la vi todavía observándome.
Preparando la cena me rondaba todavía la cara de Mikoto, se me hacía bastante familiar a alguien que había visto pero ¿a quién?
-Sakura- un escalofrió recorrió mi espalda, voltee a ver a mi padre, siempre con su porte de ser superior a todos- has la cena para tres personas, hoy va a venir un amigo- yo asentí y suspire, tenía que preparar un platillo más elaborado.
Los amigos de mi padre eran otra pesadilla, siempre manoseándome cuando mi padre no los veía, y sus miradas lujuriosas me ponían bastante nerviosa, pero nunca ha pasado de eso.
Siempre he cocinado bien, mi madre me enseño desde que era muy pequeña, sin embargo cuando tenía 7 mi madre murió, pero ese motivo hizo que fuera mejor en la cocina, a mi padre no le gustaban las personas husmeando por la casa, así que me tuve que madurar rápido.
Los cuentos de hadas donde el príncipe rescata a la princesa en apuros, es solo eso: un cuento, yo tengo problemas reales.
Puse la mesa perfectamente, todo en el lugar donde correspondía, hice filete de res con una salsa de vino, echallots y caldo de res, esto lo acompañaría con un vino, en mi caso agua.
Fui a mi habitación y me puse cambie, me puse un vestido informal y bastante bonito, y sobre todo tapaba mis moretones, me puse unos tacones no tan altos, y me maquille, a mi padre le gustaba presumir que tenía la hija perfecta.
Baje y cuando mi padre recibió a su amigo, y lo invito a pasar, lo ubique de inmediato: Kenji Harima. El año pasado trajo a mi padre a casa cayéndose de borracho y había intentado sobrepasarse conmigo tratando de hacer que metiera su asquerosa cosa en mi boca. Sonreí y todos pasamos al comedor, Kenji alago mi comida y coloco su mano en mi muslo, la subía lentamente hasta que me pare con la excusa de ir por mas vino.
Dios, era buena para fingir que nada pasaba, volví al comedor y serví el vino, todo termino maravillosamente y después de terminar de cenar mi padre se encerró en el estudio con su socio.
Subí a mi habitación, me puse mi piyama y me desmaquille, abrí mi espejo, fruncí el ceño ya casi no tenía pastillas para el dolor, suspire ya mañana iría por otras a la farmacia.
Baje a la cocina por mi bolsa de gel congelada que tenía para los moretones, y en la sala estaba mi padre.
-Hola pequeña- me saludo y al no sentir peligro me acerque a él con una sonrisa- ¿Cómo te fue en la escuela?
-Bien papa, aunque tenemos que escoger un taller este semestre y estaba pensando en meterme en primeros auxilios- le conté a mi padre mientras me sentaba frente a él, el cual se estaba tomando un wiski.
-Eso es bueno, ya que no vas a ir a la universidad, me alegro que busques hobbis- baje la mirada, mi padre me quería tener cautiva por el resto de sus días.
-Quería hablar de eso-susurre.- ¿no es posible que pueda ir a la universidad? Solo un par de años, si me lo permites.
-Sabes que no pequeña- acerco mi rostro al mío- no quiero que te alejes de casa.
-Pero volvería todos los días- insisti.
-No.
-Pero…
-¡Dije que no!- me hice pequeña en mi asiento- no me vas a abandonar como la zorra de tu madre- sentí como su mano apretaba mi brazo, emití un pequeño gemido de dolor.
-Lo lamento, no lo volveré a mencionar- dije y el apretó aún más mi brazo jalándome hasta las escaleras y soltándome en el inicio.
-Vete a dormir.
Subí lo más rápido que pude a mi habitación y le puse seguro, antes de que se enojara más y terminara golpeándome, aún tenía mi bolsa de hielo y me la puse en el estómago, respire largo y tendido, había acabado otro día y aún seguía ahí.
Tal vez mañana sería mejor.
Que tal, esta historia me salió de mi cabeza, no lo sé quería hacer algo dramático y que más que una chica que es maltratada por su padre.
Déjenme en los review que les ha parecido, si les gusto o no, mis errores, lo que ago bien, lo que se les ocurra.
Los personajes no son míos, ya lo saben.
