En Hannibal aún conservaba algo de lo que alguna vez fue un corazón idealizado con sentimientos y afecciones, al principio solo se sintió curioso por un ser tan peculiar como lo era Will Graham. Con su extravagante forma de atrapar criminales, esa manera de empatizar y su vivaz imaginación que lo ponía en la misma piel del asesino, lo hacía un hombre digno de ser estudiado por lo mejores psicoanalistas de todo el condado de Virginia, se podría presumir ̶̶ Si es que fuera una razón para hacerlo ̶ Que podría ser estudiado y a tendido por todos los psicólogos y analistas de los cincuenta estados que conforman los Estados unidos de América, y ningún podría rondar tan adentro de Will Graham como lo hizo Hannibal Lecter.

Incluso el, sorprendido por tal avance en el cerebro lleno de espejos y sin definición de su persona en la mente de su paciente, logro algo que jamás diría a sus colegas ni a la prensa que se encontraba hambrienta por la información después que todos los periódicos anunciaran el arresto de Will como el asesino imitador, información que guardaba recelosamente del mundo. Y esa era la verdadera relación que tenían, mas haya de la formalidad Doctor/Paciente, mas haya del sentimiento de una amistad y de los oscuros avances que había hecho el doctor Lecter para deformar la cordura de Will.

Muy lejos de todo eso se encontraba una acción que fue repetida más de una vez gracias a la práctica que hacían en sus sesiones, la hipnosis, un estado especial de conciencia en la que Will sería capaz de encontrar las respuestas que buscaba, o al menos, eso creía…