En una noche oscura, en una celda pequeña de una prisión en Ponyville se encontraba Time Paradox jugando con las sábanas de la cama, haciendo nudos en estas mientras recordaba lo que la había llevado hasta ese lugar. Todo comenzó hace mucho tiempo atrás, conoció a un chico que le parecía atractivo, fuerte, buenmozo y que ella sabía en el fondo que era buen equino, sin embargo, tenía un problema, no tenía sentimientos.

"No hay problema, yo lo arreglo" Se decía Paradox, por lo cual, hizo un trato con los demonios, donde trabajó para ellos y a cambio estos le regresarían los sentimientos al poni que amaba. No fue fácil, casi muere varias veces en esas misiones, incluso, en un momento dado, ocasionó el apocalipsis y tuvo que detenerlo. Una vez logró todo eso, regresó a casa con el pony que amaba, pero...pasó algo que nunca consideró, a pesar de todo lo que hizo por este poni, el mismo no sentía nada por ella, si bien la quería como amiga, nunca se interesó por ella como pareja.

"No hay problema, yo lo arreglo"Se decía Paradox, la cual comenzó a hacer lo imposible por enamorarlo, pero finalmente lo único que hizo fue estresarlo y alejarlo aún más. Se sentía miserable, el amor no correspondido era algo que no se esperaba y que por dentro la dejó muy frágil, pero entonces...una luz en la oscuridad se encendió. Una yegua hermosa apareció en su vida, si bien tenía ideas radicales sobre la igualdad y tenía problemas para socializar a Paradox le llamaba la atención.

"No hay problema, yo lo arreglo"Se decía Paradox y poco a poco, fue ayudando a esta yegua con sus habilidades sociales hasta finalmente lograr que se llevara bien con los ponis. Un día, Paradox fue a invitarla a salir, pero entonces, ese mismo día, su amiga le comentó que estaba viendo a alguien, un pony que le llamaba la atención, la sorpresa de Paradox fue enorme al descubrir que la yegua de la que se había enamorado, estaba saliendo con el semental que antes amaba y que la había rechazado.

"No hay problema, yo lo arreglo" Se decía Paradox, comenzando a pelear por su amor, sin embargo, solo logró hacer molestar a los dos y que la alejaran. La relación entre los dos ponis se hacía más y más fuerte, hasta que llegó el momento en que el semental le pidió matrimonio a la yegua, esta aceptó. alegremente y en ese momento, Paradox no pudo sino sentirse conflictuada, los ponis que amaba eran felices el uno con el otro, no con ella. El día antes de la boda, Paradox se embriagó y terminó peleando con los dos ponis, estos llamaron a la policia y la hicieron encerrar en aquella prisión donde estaba ahora mismo jugando con las sábanas, haciendo un nudo con ella y guindándola del techo, Paradox insertó su cabeza en el nudo y miró al cielo nocturno una última vez.

-No hay problema, yo lo arreglo.