Good evening, my dear ladies. (and lords)
En fin, algo raro no. Pero este es un proyecto que se me acaba de ocurrir. Hay veces que, a pesar de que odio es una palabra muy fuerte, es la única que se nos ocurre para describir lo que sentimos. Mientras veía el anime (que acabo de ver la primera temporada otra vez) sentí que a Sebastián le fastidiaban cantidad de personas. O no sé. Sebastián odia a todo el mundo. xD Lo que pasa es que los humanos le causan curiosidad
El orden no importa, me hubiera gustado que fuera progresivo, pero para eso no hay chance, porque del primero que quiero hacerlo es de Abberline. Puede pasar que, por ejemplo, diga que odia a Alois, y despues diga que odia a Lau. Y si, generalmente hablara desde la primera vez que vió al personaje. Por lo que podemos ir de adelante hacia atrás, hablar de la segunda temporada y luego de la primera. Pero el final si será el final. Ya lo verán. Bueno, más notas de autor abajo, porque ya las estoy aburriendo.
Disclaimer: Es obvio que nada de esto me pertenece. Si me perteneciera, al momento de hacer el contrato para el musical de Kuroshitsuji, hubiera puesto una claúsula secreta, donde dijera que Yuya Matsushita y Yukito Nishii serían mis esclavos sexuales. :3
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Sebastián odiaba a Abberline
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Y no le importaba dedicarle una miraba llena de odio y de fastidio, porque eso era lo que le producía.
Al principio fue por esa aura de blancura que despedía... Era asqueroso. Esa alma tan blanca y pura. De él, le desagradaba. Curioso, porque esa clase de almas eran sus favoritas.
Llegó a pensar que simplemente sus gustos habían cambiado, porque Ciel era puro, sí, pero también estaba algo manchado. Sí, probablemente fuera eso, sus gustos habían cambiado.
Pero después de lo que pasó para encontrar ese dichoso anillo, se dio cuenta que no era que sus gustos hubiesen cambiado. Era que odiaba que a Ciel también le gustara e interesara ese personaje. Se dio cuenta de que lo que le desagradaba no era su alma, sino su persona.
Y eso no era normal, porque él juzgaba a los humanos según sus almas, no según su personalidad.
Pero al verlo, sentía que su nivel de demonio bajaba tres estratos, porque las mismas preguntas de siempre azotaban su mente. Sin piedad, sin misericordia, con rencor. Al punto en que era difícil no entrecerrar sus ojos cada que lo veía.
¿Qué se creía él? ¿Qué podía venir y cambiar la manera en que su adorado Bochan veía el mundo? ¿Qué podía llegar y ofrecerle a su amo nuevas alternativas de vida?
¿Qué podía hacer que su joven amo dejará de prestarle atención?
Sebastián sabía que era egoísta, pero no le importaba. Era un demonio después de todo. Y aunque nunca lo admitiría, adoraba que Ciel solo pusiera su atención en él. Adoraba ser su ancla, adoraba ser lo que lo mantenía cuerdo.
Por eso odiaba a Abberline.
Mientras que a él tenía que ponerse a recordar toda su extensa vida, y concentrarse en idear una situación graciosa; para conseguir la información que su amo necesitaba, el solo entraba y hacía que la consiguiera. Haciendo que Ciel lo mirará con intéres y curiosidad, haciendo que Ciel dejará de mirarlo a él.
Las almas son curiosas.
Mientras que él detenía balas y le salvaba de los criminales que lo secuestraban cada dos por tres, Abberline solo tenía que salvar a unas cuantas personas de ser ahogadas, y decir que quería un mundo mejor, y ya la percepción de su amo flaqueaba.
Percepción que él ayudó a construir, que si bien no era la mejor, era de él y Ciel, de ellos dos, de nadie más, y él no tenía derecho a inmiscuirse.
Por eso, cuando llegó la hora de la batalla, y su maestro peligraba, se alegró de saber que ese idiota se interpondría entre esa espada y su amo. Qué idiota. Y sabía,ohh, cuánto lo sabía, que Ciel no estaría feliz por ello.
Pero no le importó. Decidió ser egoísta, y dejar que el hombre muriera.
Porque le molestaba que Ciel estuviera tan afectado por ese hecho.
Las almas son curiosas, porque puedes jugar con ellas antes de consumirlas, porque hay almas, que te embriagan y quieres llevar la situación hasta el límite, porque quieres pasar más tiempo con ellas.
Porque, sencillamente, Sebastián odiaba a Abberline.
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N/A: Woah! Yo misma me soprendo, me quedo mejor de lo que esperaba :3 Ya entenderán de que va. El yaoi/shota no será explícito, quizás al final. Por los momentos, sólo es la enfermiza relación de dependencia que tienen Ciel y Sebastián. La razón por la que al intercala el joven amo (Bochan, maestro y similares xD) y el Ciel, no fue por descuido. Quería eso, porque, Sebastián sabe que al final del día, ambos son iguales. O incluso, Sebastián es quien lleva la batuta.
Hay veces que la personalidad de Sebastián estará de volada, lo siento mucho, saben que es complicado. Pero yo tengo una visión muy clara de como es él.
A él le da igual todo. Le gusta vivir en el mundo de los humanos, pero no los comprende del todo. Es sarcástico y malgeniado, pero tiene que fingir perfección, por su estética y por su trabajo.
Ël se ha llegado a encariñar con todos. Eso no significa que dejaría de comerse el alma de Ciel, pero si creo pausible un universo donde Sebastián le diga a Ciel que quiere que sea feliz y que se comerá su alma en el lecho de muerte.
Sebas está aburrido de tanta eternidad.
En cuanto a Ciel, se puede ver de manera romántica o no, pero a Sebas le cae bien Ciel, porque es igual de cínico que él, y a veces le enternece su actitud arisca. (Si los demonios sufren de cualquier cosa parecida a "enternecerse")
En fin, la mitad de está página es N/A y la otra es el fic, que triste. XD Ya saben, un review me dará fuerzas e inspiración para escribir ;) Criticas, alabanzas, nutella y tomatazos son bienvenidos (?)
