Bueno.. pues esto es un one-shot bastante corto (no llega a drabble) que me salio en clase y a la vez de que tenia una canción(o varias...) rondando por la cabeza, así que aquí tenéis, solo espero que os guste ^^

PD: si recibo algún que otro review de esos que me alegran el día para toda la semana, a lo mejor publico una segunda parte que seria "la carta" xDD bueno, vosotros leer y ya entenderéis y si merece el fic vuestros maravillosos reviews, entonces ya veremos ;) (soy una chantajista! Lo sé MUAJAJAJ XD)


Noche cerrada, donde lees. Lees sus palabras a bolígrafo, a medida que gotas que se cuelan, deslizan la tinta por el papel, borrando parte de aquella carta.

Él espera, fuera, sentado en las escaleras de tu entrada de espaldas a ti. A la vez que su ropa se pega a su cuerpo inevitablemente. Imaginando su cuerpo cubierto con su seductora chaqueta de cuero.

Terminas. Doblas el papel impidiendo que mas gotas borren su caligrafía y te acercas. Te sientas, a su lado. Sin importarte demasiado la situación de empaparte con él. Silencio.

-Llueve. –dice el rubio al fin.

-¿Si? –contestas.

-¿Acaso no te importa?

-¿Debería importarme?

Otro silencio, aquellas palabras convertidas en metáfora daban a ambos en qué pensar…

-No importa que llueva –dices al cielo-. Si estoy cerca de ti…

-Per…

-No he terminado, tú ya has "hablado". Ahora me toca a mí.

-Si, pe…

-Me paso el día molestándote, con escondites y travesuras… Me encanta verte enfadarte y reírme y aunque lo intentes no puedes dejarme, ni un segundo, de quererme y te mortifica que lo sepa, pero no ves que lo que te doy, es todo lo que sé. Es todo lo que soy.

Aunque tú no lo sepas, me he inventado tu nombre. Me drogué con promesas y he dormido en los coches. Aunque tú no lo entiendas, nunca escribo el remite en el sobre. Por no dejar mis huellas.

Aunque tú no lo sepas, me he acostado a tu espalda y mi cama se queja. Fría cuando te marchas. He blindado mi puerta y al llegar la mañana, no me di ni cuenta, de que ya nunca estabas.

Aunque tú no lo sepas, nos decíamos tanto… con las manos tan llenas, cada día más flacos.

Inventábamos mareas, tripulábamos barcos y yo encendía con besos, el mar de tus labios.

Pero escúchame, no tengo mucho que ofrecerte, pero no importa que llueva. Si estoy cerca de ti, la vida se convierte en un juego de niños ¿Que más dará si hay lluvia, nieve o truenos? La inundación sería terrible, sí, e indudablemente me ahogaré con tanta agua.

-Te enseñaré a nadar.