Chicos hola mucho gusto, este es un fic que debo desde el 2009 y es hora de cumplirlo. Dedicado especialmente a Chiie Taruma de Uchiha (que no tengo su nombre real) y a Angelica, líder indiscutible de un clan de metroflog's dedicados a Naruto (si aún uso el mf)
Disclamer: Ningún personaje me pertenece, todos son de Kishimoto~sama, a excepción de Chiie Taruma, que es propiedad de Chiie Taruma (chica necesito tu nombre, es complicado dedicarte esto así) y Amelia Samake es propiedad de Angelica
Advertencias: Si eres fan del Yaoi, aquí no lo vas a encontrar, dirígete a otro de mis fanfics, exceso de miel, y creo que es todo
Diálogos
Pensamientos
GRITOS
I x C Momentos ItaChiie
N x A Momentos NejiAmy
Capitulo I. Reencuentro. Conviviendo con los engreídos
Una chica alta, de ojos y cabello del color de la media noche caminaba tranquilamente por un hermoso parque a las afueras de la pacifica ciudad de Konoha. Esa chica se llamaba Chiie Taruma. Su padre la había llamado para "charlar", pero ella sabía que cuando su padre usaba el verbo "charlar" eso significaba restregarle en la cara lo perfecto que era el hijo mayor de uno de sus socios. Y eso a ella le molestaba más que saber que tarde o temprano tendría que encargarse de unas empresas de las cuales no sabía nada. Y no le molestaba por el hecho de sentirse menos, ella no era tan infantil como para eso, lo que le molestaba a la azabache, era el hecho de que cada vez que tanto su padre como Namikaze Minato y Uchiha Fugaku alababan las habilidades del hijo mayor del ultimo, ella podía notar como Uchiha Itachi le dedicaba una mirada que estaba segura decía: "hasta tu padre me admira así que debes besar el suelo que yo piso" y eso a ella la ponía de nervios. Pero debía relajarse, aún faltaba una hora para ir a la reunión con su padre y si seguía pensando en esa arrogante comadreja entonces llegaría de mal humor y eso no sería bueno para nadie en la empresa
− ¡CHIIE! – La morena solo tuvo tiempo de girarse para ver como una mancha naranja se dirigía hacia ella y la derribaba sobre el suave pasto – que gusto encontrarte aquí
− ¿Amy? – preguntó con duda la chica en el suelo − ¿Qué haces aquí? – preguntó tomándola de los hombros para levantarla y así poder ponerse de pie
− Que recibimiento hermanita – reclamó la Amy con un puchero− pareciera que no quieres verme más
Ambas chicas rieron y empezaron a caminar en dirección al centro, contándose las cosas que no habían podido contarse por el hecho de que Amelia Samake (Amy si no querías ser golpeado) se encontraba lejos por sus estudios. Amy era una chica que contrastaba físicamente con su mejor amiga Chiie, porque mientras que los rasgos de esta se regían por los tonos oscuros, los de Amy eran tan coloridos como su personalidad, teniendo ojos del color del jade y un inusual cabello naranja, ambas eran distintas pero demasiado similares a la vez. A pesar de no ser hermanas de sangre ambas se trataban como si lo fueran, ya que desde pequeñas se habían unido en la lucha contra dos chicos arrogantes (y lindos)
− Pensé que estarías en Francia – Ambas chicas se encontraban en un pequeño restaurante bastante alegre, el favorito de la ojiverde
− Padre me llamó – contestó antes de meterse en la boca 3 bolitas de dango y tragándolas de prisa − dice que quiere hablar de algo de la empresa
− ¿A ti también? – preguntó alarmada dejando en la mesa el té que tomaba – sin ofender pero… ¿sabes algo de administrar empresas?
− Descuida – dijo con calma – no sé nada pero eso mi padre ya lo sabía – comió otra bolita de dango – así que si llevo la a la ruina a la empresa, él no podrá reclamar – terminó con una sonrisa y comiendo, sí otro dango
− Pero, ¿Qué hiciste en Francia? Te veo cambiada – preguntó Chiie con una sonrisa
− Solo estudiar – contestó tomando té – pero lo mejor ocurrió ayer ¡conocí a un chico lindísimo! – casi gritó Amy, lo que hizo que todos las miraran con una mirada reprobatoria, que logró sacar los colores a ambas chicas
− ¿Tu? ¡Qué raro! – dijo con sarcasmo
− Calla – pidió sonrojada − ¿quieres que te cuento o no? – preguntó levemente enojada a lo que la morena asintió. Amy no se preocupó debido a que estaba acostumbrada al seco carácter de su amiga – Se llama Sabaku no Kankuro, lo conocí en el Pont du Gard* y me enteré que…
− ¿Sabaku no? – Interrumpió Taruma sorprendida – ¿el heredero de las empresas Sabaku?
− Supongo que sí porque no es un apellido muy común – contestó encogiéndose de hombros – no sabía que lo conocieras
− No lo conozco – admitió Chiie – pero he escuchado mucho de él – la morena no quería decir que los comentarios que había escuchado no eran favorables porque no quería que su amiga se desilusionara, probablemente el chico había cambiado y lo que ella había escuchado era agua pasada – es el mayor de tres y solo he tratado con su hermana y su hermano pequeño
− Me gustaría…
Amy fue interrumpida por el sonido del celular de Chiie, ésta, disculpándose con su amiga lo contestó rápidamente
− ¿Diga? – Chiie escuchó todo atentamente − ¡LO OLVIDÉ! – Gritó alarmada – entretén a mi padre en lo que llego, estoy cerca – guardó silencio para escuchar la respuesta – Gracias TenTen ¡adiós! – La morena colgó y se dirigió a su compañera – lo siento Amy debo irme
− ¿Pasa algo? – preguntó preocupada la chica − ¿estás en problemas?
− Probablemente – contestó pagando la cuenta y sonriendo – olvidé que tenía una reunión con mi padre a las tres – miró su reloj − ¡y son casi las cuatro!
− ¡Oh por Dios es cierto! – Recordó Amy – yo también debía ver al mío
Ambas chicas salieron corriendo y tomaron un taxi cada una con rumbo a las empresas de sus respectivos padres, no sin antes prometerse que se volverían a ver
I x C
Chiie corría como nunca había corrido, parecía que ese sería la antítesis de su día netamente perfecto, el tráfico la había hecho perder cerca de cincuenta minutos en las calles de Konoha. Ahora recordaba porque había salido a pasear a pie. Se había desesperado tanto que pago al taxista y corrió las diez calles que quedaban hasta la empresa y al llegar ¡para colmo! El elevador no servía así que tuvo que subir por las escaleras los veintitrés pisos hasta la oficina de su padre. Y para empeorar las cosas (sí, tenían que empeorar) al salir al pasillo tropezó con sus propios pies y hubiese caído de no ser porque unos fuertes y masculinos brazos la atraparon. A Chiie se le hacía ligeramente familiar el olor, pero lo ignoró porque tenía que llegar con su padre o la matarían. Se separó lentamente del desconocido para darle las gracias, pero para su (aun) peor suerte, se topó con unos ojos azabaches enmarcados por unas pronunciadas ojeras.
− Cuidado – dijo el Itachi con voz suave y una sonrisa ligera, sosteniendo a Chiie por si perdía el equilibrio de nuevo, se veía cansada − ¿te sientes bien?
− Sí – contestó bruscamente – gracias – dijo sinceramente en voz baja
− Azano~san te espera – le informó
− Gracias – repitió y pasó de largo a Itachi, pero antes de alejarse mucho éste la llamó
− Chiie~chan – la chica volteó ligeramente molesta con el sufijo, como si aún fuera una niña. Pero todo reclamo se esfumó al sentir los labios del Uchiha en su mejilla – Buenas tardes – le dijo éste
Chiie iba a reclamar pero le era más urgente llegar con su padre, además de que si se quedaba el Uchiha vería el sonrojo que asonaba a sus mejillas.
Itachi solo veía alejarse a Chiie, vaya que la chica había crecido y cambiado. Aunque seguía igual de gruñona con él, pero para Itachi eso sólo le aumentaba el atractivo.
-.-.-.-. En la Oficina de Azano Taruma -.-.-.-.
− Llegas tarde – fue lo primero que le dijo al entrar a la oficina – son más de las cinco
− Lo siento – se disculpó Chiie – pero me encontré con Amy y…
− ¿Amelia Samake? ¿La hija de Takeshi Samake? – Chiie rodó los ojos. Amy era muy amable (rayando en lo ingenua), pero si escuchaba que su padre le llamaba Amelia era seguro que respondería con un ataque físico
− Si – respondió – su padre la llamó y tuvo que regresar de Francia
− Supongo que es para lo mismo de lo que yo quiero hablar – Chiie se puso tensa, sabía que su padre hablaría sobre quién se encargaría de dirigir la empresa – Siéntate – invitó y Chiie lo agradeció mucho – como sabrás, tanto Fugaku Uchiha como Minato Namikaze cedieron la dirección de sus empresas a sus hijos mayores Itachi y Deidara – Chiie asintió y su padre lo tomó como una invitación para continuar – y Hizashi y Hiashi Hyuga han decidido que Neji se encargue de las empresas Hyuga – Chiie sólo quería que su padre fuera la grano, no le gustaban los rodeos, aunque tampoco le gustaba el rumbo que tomaba la conversación – y he decidido que tú te encargues de las empresas Taruma
¡Ya está! Chiie sabía que eso era lo que diría, entonces ella se negaría cortésmente y su padre le gritaría unos minutos, empezarían a discutir y al final ella terminaría accediendo
− Padre, me halaga que me hayas elegido – Chiie intentaba elegir las palabras correctas, sabia la salud de su padre no era la de antes y decidió no ser brusca – pero no se manejar muy bien la empresa y…
− Sabia que dirías eso – contrario a lo que Chiie pensaba, su padre esbozó una sonrisa amable – así que le pedí a Itachi que te ayudara – y de nuevo los halagos a Itachi – tengo entendido que Amy será ayudada por Neji – oh no, Neji y Amy eran como el agua y el aceite y Chiie no sabía cómo le harían para hablar de un tema en común. Dudaba que esos dos hubieran pasado de un "hola" – y para llevarse bien, los cuatro se irán a una cabaña en las afueras
− ¿qué?
− Solo serán unos días Chiie – Azano puso las manos en su escritorio y se apoyó en la silla, signo inequívoco de que daba la conversación por terminada – solo convivan y no se maten – terminó con una sonrisa. Chiie pensó que si tenía que convivir con el Uchiha esa petición sería difícil de cumplir
− Claro – Chiie se levantó y se dirigió a la puerta – te veo luego padre – y salió
N x A
Amy corría como jamás lo había hecho, ella detestaba correr. Al bajar del taxi ocho calles antes de llegar a la empresa debido al tráfico (rogaba porque a Chiie le hubiera ido mejor), se tropezó con una señora y su hijo tirando el helado de éste (en su blusa preferida) y haciendo que el pequeño soltara el globo rojo que éste tenía en las manos, haciéndolo llorar. Amy conmovida y con una enorme culpa se ofreció a comprarle otro, tuvo que salir corriendo a la esquina y comprar el globo (aun manchada de helado). Después de entregarle dicho objeto al niño y pedir mil disculpas, ella echó a correr en dirección a la oficina de su padre. Al llegar a los elevadores, todos estaban llenos y no tuvo otra opción que correr hacia las escaleras. Treinta pisos sin descansar. Llegó al pasillo y tropezó con alguien cayendo ambos en el proceso. También manchó al desconocido por la exclamación que éste dejó salir en voz baja
− ¡Lo siento! ¡Lo siento! ¡Lo siento! – se disculpó Amy con unas ligeras reverencias sin mirar a la persona con quien chocó, sabía que se retrasaba pero no quería que el chico (porque notó el ligero y rico olor de una suave colonia masculina) se llevara una mala impresión de ella
− Parece que no has dejado de ser torpe − ¡Oh no! Ella conocía esa voz. La voz de… él
− Hyuga Neji – dijo Amy al levantarse y confirmar sus sospechas al observar el cabello largo castaño y los ojos de un inquietante gris perla del chico
− Samake Amelia – contestó él en un tono huraño – llegas tarde y arruinaste mi camisa preferida
− ¿eh? – la ojiverde miró la camisa que el Hyuga llevaba, era de un inmaculado blanco (aunque ahora tenía una gran mancha de helado de fresa con jarabe de chocolate y nueces) – ya me disculpé – contestó recordando su penosa disculpa – con permiso – la chica se apartó y comenzó a caminar hacia la oficina de su padre intentando conservar el poco orgullo que le quedaba
− Tonta – susurró Neji lo suficientemente bajo como para que nadie lo escuchara – y adorable
-.-.-.-. En la oficina de Takeshi Samake -.-.-.-.
− Hija pasa – le indicó su padre al ver su cabecita naranja asomarse por una abertura en la puerta – siéntate – Amy obedeció y le agradeció a su padre no mencionar su retraso ni su blusa – he decidido que dirijas la empresa – Amy no se esperaba que su padre fuera directo al grano, pero sabía que no era como Azano~san – y antes de que pongas las objeciones que se ya has pensado – continuó – Azano y Yo decidimos que a Chiie y a ti las asesoraran dos personas de nuestra entera confianza – la peli naranja empezaba a desconfiar, y también sospechaba que el chico con el que acababa d tropezar estaba implicado en lo que su padre le diría – Hizashi nos ha prestado una cabaña en las afueras de Konoha donde Chiie y tu aprenderán cómo funcionan las empresas – Amy se relajó, todo sería fácil si iba a estar con Chiie y no con… − y las acompañaran Itachi y Neji – Amy sabía que no podía tener tanta suerte, y también estaba más que segura de que negarse no iba a servir
− ¿Cuánto tiempo? – pregunto sorprendiendo a su padre. Para ser sinceros, Takeshi se esperaba una rabieta de su hija, tal vez estar solo en Francia había servido para que madurara
− Solo unos días, tal vez unas semanas – Amy se mordió el labio inferior, jamás había convivido tanto con Neji desde que eran niños y estaba segura de que Chiie tampoco lo había hecho con Itachi, pero no se quejó – Se irán en dos días
− Esta bien – contestó la chica − ¿puedo irme? – preguntó con calma
− Claro nena – contesto su padre con una sonrisa − ¿iras a casa? – Amy sabía que se refería a la mansión Samake, así que asintió. De hecho sus maletas ya estaban ahí – dile a la cocinera que prepare una cena especial para darte la bienvenida
− Esta bien – Amy rodeó el escritorio de su padre para darle un beso en la mejilla y después se dirigió a la puerta – adiós – y salió
Tanto Chiie como Amy sabían que serían los peores días que tendrían
* El Puente del Gard es un puente del sur de Francia construido por el Imperio romano que se encuentra junto a Remoulins, en el departamento de Gard. Tiene la doble función de puente para el acueducto del Gard y puente carretero
Terminé el primer capítulo… ahora díganme que tal les parece, espero que a Chiie y a Angy les guste. Si les gusta sigan la flechita, y si no les gusta… también sigan la flechita
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