Que tal a todos mis queridos lectores, hoy vengo con este el primer capítulo de mi nuevo fic, el cual espero sea de su agrado
Un nuevo día comenzaba en la selva amazónica, Blu y Perla junto con sus hijos Bia, Tiago y Carla habían hecho el más grande viaje de sus vidas, motivado por el rumor de una tribu de guacamayos Spix azules en las profundidades de la selva amazónica. La llegada estuvo llena de sorpresas junto con un reencuentro entre Perla y su Padre Eduardo al igual que Roberto su mejor amigo de la infancia, eso último no le agrado mucho a Blu, pues desde que se reencontraron, el guacamayo azul llamado Roberto no lequitaba a Perla los ojos de encima. Durante todo ese día fue una gran celebración por el regreso de Perla, y sus hijos aunque dejando a Blu un tanto excluido, al final del día y para disgusto de Blu Roberto ofreció su árbol para que toda la familia durmiera ese día, tanto Perla como los niños estaban felices de estar ahí y de haber encontrado a más guacamayos azules, pero algo no dejaba de rondar la cabeza de Blu ¿Qué pasa si Perla quiere quedarse? Eso es algo que descubrirá muy pronto.
Los rayos del sol comenzaban a bañar la selva amazónica, toda la tribu despertaba con el amanecer, todos los guacamayos azules comenzaban a despertar excepto una, Blu como era de esperarse, no estaba acostumbrado a levantarse tan temprano, a diferencia de Perla y sus hijos quienes ya habían comenzado su día, tuvo que avanzar más la mañana para que Blu comenzara a despertar.
-No… No quiero ir…- Balbuceaba Blu dormido sin darse cuenta de que otra ave estaba frente a él.
-Buenas tardes- Dijo Eduardo con un tono militar haciendo que Blu despertase.
-¿Qué? ¿Dónde?...- Despertó Blu confundido.
-La vida aquí en la tribu empieza temprano- Explicaba Eduardo caminando fuera del nido mientras Blu lo seguía algo temeroso –Eso es algo a lo que te debes acostumbrar, ¿Quedó claro?- Preguntó Eduardo dándose vuelta, solo para ver a Blu completamente distraído -¿Se te perdió algo?- Cuestionó Eduardo un tanto molesto.
-¿Eh? No, no… Solo que no veo a Perla en ninguna parte…- Explicó Blu algo confundido.
-Ella despertó temprano junto con mis nietos, los 4 fueron a ver el lugar, tú deberías estar con ellos ahora- Explicó Eduardo aún con su tono de molestia.
-Oh… Bien entonces los alcanzaré y…- Decía Blu pero fue interrumpido por Eduardo.
-No- Dijo Eduardo fríamente.
-¿Qué?- Cuestionó Blu confundido.
-Ellos están con Roberto, él los está guiando por la selva, y ya que descansaste más de la cuenta, me parece que estás listo para la capacitación – Explicó Eduardo con una sonrisa en su rostro, Blu no entendía del todo qué estaba pasando, sin mencionar la idea de que Roberto estuviera con Perla y sus hijos no le agradaba mucho, pero cómo decirle que no al padre de Perla, no tenía de otra más que acceder a lo que sea que tuviera en mente.
-Y… ¿Qué clase de capacitación?- Preguntó Blu temeroso y a la vez algo decaído, Eduardo solo sonrió y le indicó que lo siguiera. Ambos volaron hacia la selva aunque Blu tenía problemas para volar a la misma velocidad que Eduardo, habiendo volado cierta distancia se detuvieron sobre la rama de un árbol, mientras Eduardo observaba su entorno Blu trataba de recuperar el aliento, definitivamente no estaba acostumbrado a volar a esa velocidad.
-¿Estás listo?- Preguntó Eduardo mirando a Blu.
-Listo… ¿Listo para qué?- Cuestionó Blu confundido.
-La vida en la selva puede llegar a ser muy fácil si sabes cómo vivirla, pensaba mostrarle esto a toda la familia mañana, pero ya que te quedaste dormido tú lo harás primero- Explicó Eduardo.
-¿Qué haré?- Preguntó Blu incrédulo, Eduardo sonrió de una manera un tanto maliciosa para luego empujarlo a un charco de lodo.
-Primero a lo primero camuflaje, nuestro color azul es muy llamativo para varios depredadores, debes saber cuándo y cómo ocultarlo en los momentos adecuados- Explicaba Eduardo con mucha dureza, todo un general militar, Blu estaba de cierta manera aterrado por el repentino cambio de actitud en Eduardo, sin estar muy seguro del porque comenzó a cubrir sus plumas con lodo hasta que el azul se perdiera por completo, habiendo terminado esa parte, comenzó la verdadera capacitación.
Eduardo llevaba a Blu de un lugar para otro, lo estaba forzando al máximo, ya fueran ejercicios para volar, enseñándolo a usar su pico y garras, cómo encontrar comida, e incluso con ejercicio casi al estilo humano, el punto es que al terminar esta "Capacitación" era prácticamente un milagro que Blu pudiera mantenerse volando, al regresar a la tribu ya bastante tarde Blu tenía varias ideas en la cabeza, estaba cansado por el entrenamiento de Eduardo, incómodo de estar en la selva y el sentimiento que más imperaba era el hecho de que durante todo ese día Roberto había estado con Perla.
A duras penas Blu llegó al nido de Roberto, donde después de un largo y fatigoso día pudo reconfortarse al finalmente ver a Perla, aunque su regocijo no duró mucho pues para su disgusto Roberto estaba en el lugar riendo felizmente junto con Perla. La idea de Blu de pasar un rato agradable a solas con Perla se desvaneció al instante, tanto que de hecho intentó entrar al nido sin que Perla o Roberto se percataran de ello, aterrizó en una rama apartada de ellos y sigilosamente comenzó a acercarse al nido, estaba a punto de entrar pero los celos de ver a Perla con Roberto lo llenaron de pies a cabeza haciendo que Blu se distrajera, por consecuencia terminó tropezando con una rama.
-¿Blu?- Preguntó Perla alegremente dándose vuelta, pero su sonrisa fue reemplazada por una mueca de preocupación al ver a Blu cubierto de lodo, y varios raspones -¡Blu!- Repitió Perla esta vez de una manera un poco alterada -¿Estás bien? ¿Qué te pasó?- Cuestionaba Perla mientras ayudaba a Blu a ponerse en pie.
-Bueno… Tu padre y yo tuvimos un pequeño paseo…- Dijo Blu temeroso de que Perla no le fuera a creer.
-¿Hablas del viaje de capacitación?- Se entrometió Roberto.
-Sí… De ese mismo…- Respondió Blu un tanto indiferente.
-¿De qué hablas?- Preguntó Perla con curiosidad.
-Oh nada grave Perliux, es un pequeño viaje que los nuevos o más jóvenes hacen con el viejo Ed para adaptarse a la selva... Aunque- Dijo Roberto desviando su mirada hacia Blu –A algunos no les va tan bien…- Dijo Roberto con cierto aire de grandeza, está de más decir que esto a Blu no le hizo gracia alguna.
-Ya veo pero… Aún así estás muy lastimado- Dijo Perla dándole una mayor importancia al estado en el que Blu se encontraba -¿Cómo te sientes?- Preguntó Perla examinando los raspones de Blu.
-Bueno algo adolorido…- Respondió Blu pasando un ala por su cuello.
-Ven, vamos a limpiarte… Me tengo que ir Beto, nos vemos mañana- Se despidió Perla de Roberto para luego irse volando junto con Blu rumbo a un estanque cercano, aunque durante la conversación Blu pudo notar un par de cosas.
-¿Qué es eso de Beto?- Preguntó Blu con curiosidad y a la vez levemente molesto.
-Eso, solo es un juego, solíamos ponernos apodos cuando éramos niños- Explicó Perla sonriendo.
-¿Por eso él te llama como te llama? – Volvió a cuestionar Blu con la misma actitud.
-Sí Blu, solo es un juego, no te pongas celoso por eso- Dijo Perla riendo, aunque a Blu no le hacía tanta gracia como a ella.
Una vez en el estanque, Perla ayudó a Blu a limpiarse para después tratar sus heridas, las cuales no eran la gran cosa. Durante todo ese tiempo en el estanque Blu pudo olvidarse del día que había pasado, pues más allá de haberse aseado, Blu y Perla pudieron conversar e incluso jugar un poco, pasaron en ese lugar un largo y muy agradable rato hasta que llega la hora de regresar. Al regresar al nido Blu y Perla se topan con sus hijos quienes parecían muy felices de estar en el lugar.
-Papá aquí estás- Saludo Bia junto con Carla al ver a Blu.
-Hola Bia, ¿Y tu hermano?- Preguntó Blu mirando alrededor.
-¡Aquí!- Dijo Tiago abalanzándose sobre Blu quién obviamente se quejó al resentir los golpes que llevaba en el cuerpo, Perla inmediatamente quitó a Tiago de encima de Blu, y después de una breve explicación de lo que pasó, los 4 se fueron a dormir, en cuanto a Blu, tenía la esperanza de que el siguiente día fuera mejor.
A la mañana siguiente irónicamente por el resentimiento de la actividad del día anterior, Blu se levantó temprano esta vez, justo a tiempo para ver cómo Perla, Bia, Carla y Tiago se preparaban para salir, curiosamente parecían estar teniendo un perfecto cuidado en no hacer ruido.
-¿A dónde tan callados?- Preguntó Blu confundido mientras se espabilaba.
-Oh Blu…- Dijo Perla sorprendida –No… No creí que fueras a despertar…- Respondió Perla levemente apenada.
-¿Pero a dónde van?- Cuestionó Blu aún confundido.
-Bueno, hoy nos toca a nosotros lo que tú hiciste con papá ayer…- Explicó Perla.
-¿Y por qué no me despertaste?- Cuestionó Blu nuevamente.
-Bueno… Creí que estarías muy cansado como para acompañarnos… Así que no quería molestarte con eso- Dijo Perla acercándose a Blu.
-¿Qué? Claro que no me molestas, y mírame, estoy en perfectas condiciones- Dijo Blu extendiendo las alas, cosa que no pudo hacer por completo pues como era de esperarse aún resentía lo del día anterior.
-Au, au, au…- Se quejó Blu replegando las alas.
-Lo ves- Dijo Perla juntando su pico con el de Blu –Tú descansa, volveremos pronto- Agregó Perla mirando a Blu a los ojos.
-Bien…- Dijo Blu entre suspiros, para luego despedirse de Perla y de sus hijos, acto seguido, Blu decidió dormir un poco más, al despertar Perla aún no estaba de regreso pero Blu nuevamente podía extender bien las alas e incluso ya podía volar, no exactamente rápido, pero podía hacerlo por lo que decidió salir a dar un pequeño paseo durante el cual se dedicó a observar toda la tribu, por alguna razón Blu no podía entender lo que Perla veía en la selva, era de esperarse claro está, después de todo, Blu fue un ave de ciudad la mayor parte de su vida, y la verdad es que no estaba muy cómodo con el radical cambio de estilo de vida que tuvo al haber llegado al Amazonas, aunque Blu amaba a Perla y estaba dispuesto a hacer todo por ella, anhelaba su vieja vida, y era algo de lo que aún no se sentía preparado para olvidar.
La mañana pasó junto con una parte de la tarde y no había rastro alguno de Pera o de los niños, Blu comenzaba a sentir cierta preocupación como es digno de él, pero después de un tiempo más, por fin Perla regresó al nido donde Blu se había decidido por esperarla. Blu esperaba que los 3 llegaran casi igual que él, pero para su sorpresa regresaron frescos como lechugas (Por decir algo) según parecía, no habían tenido ningún problema en la "Capacitación".
-Hola cariño- Llegó saludando Perla.
-Ho… Hola…- Respondió Blu un tanto sorprendido –Y ¿Qué tal estuvo?- Preguntó Blu incrédulo.
-Estuvo genial papá… El abuelo nos enseño a usar lodo para escondernos- Respondió Tiago emocionado.
-Además nos enseño qué hierbas se pueden usar para tratar las heridas- Agregó Bia con una sonrisa en el rostro.
-Fue bastante divertido, eso lo debo admitir- Finalizó Carla igualmente feliz.
-Se adaptan fácilmente y muy bien… No todos lo hacen tan rápido- Dijo Eduardo dirigiéndole una pequeña mirada de indiferencia a Blu.
-Parece que se la pasaron bien… Debí haber estado ahí…- Dijo Blu un tanto decaído.
-Descuida Blu, Roberto estuvo con nosotros, ya será para otra- Dijo Perla sonriente, aunque escuchar eso, sacó a Blu completamente de sus pensamientos, durante toda la mañana Roberto no se había separado de Perla, eso era algo que Blu simplemente no podía aceptar, realmente los celos lo invadían de pies a cabeza.
-Oh… Ya veo…- Dijo Blu tratando de disimular sus celos y depresión aunque Perla se pudo percatar de eso último.
-Bueno papá, ahora quiero estar con Blu, se lo debo, de no ser por él, yo no estaría aquí- Dijo Perla abrazando a Eduardo -¿Por qué no llevas a los niños contigo? Seguramente se divertirán- Agregó Perla, a lo que Eduardo asintió para luego llevarse a los 3 pequeños guacamayos a explorar la selva, dejando a Perla a solas con Blu.
-Oye… ¿Pasa algo?- Preguntó Perla con curiosidad.
-¿Eh? No nada…- Respondió Blu forzando una sonrisa.
-Vamos Blu ¿Qué tienes?- Insistió Perla con una sonrisa a la cual Blu simplemente no se podía resistir, por más que lo intentó terminó derritiéndose ante la mirada de Perla.
-Es solo que…- Decía Blu entre suspiros –Bueno… Desde que llegamos tú y yo… No hemos estado mucho tiempo juntos y… Bueno la verdad también me he sentido un poco apartado de los demás…- Explicó Blu algo apenado.
-Hay Blu…- Dijo Pera abrazándolo –Lamento si te hice sentir así…- Dijo Perla con una voz humilde.
-No es tu culpa… Es que… No me puedo acostumbrar a todo esto… Y estando lejos de ti me siento perdido…- Explicó Blu correspondiendo el abrazo.
-¿Por qué no lo dijiste antes?- Cuestionó Perla con curiosidad.
-No quería molestarte con eso… Quería que tuvieras un buen rato mientras estábamos aquí… Tú sabes, antes de regresar a Río- Dijo Blu, Perla al escuchar esto realmente se aturdió, había estado tan centrada en el hecho de haberse reunido con su padre, que había olvidado por completo que solo se quedarían ahí un par de semanas.
-¿Perla?- Dijo Blu algo confundido pues no escuchó nada de ella en un rato.
-¿Eh? No… No te preocupes por eso Blu… De hecho… Papá me pidió que… Que le ayudara a construir un nido… Para algunos guacamayos nuevos que llegaron…- Dijo Perla algo nerviosa.
-Pero… Somos los únicos que han llegado- Dijo Blu un tanto asustado.
-No, recientemente llegaron más… Antes que nosotros obviamente y no tienen donde quedarse así que… Para eso es el nido- Explico Perla con el mismo tono nervioso –Además… Si quieres puedes ayudarme… Solo tú y yo ¿Qué dices?- Blu meditó un poco lo que Perla acababa de decirle, era una oportunidad perfecta para poder estar con ella sin que Roberto se entrometiera aunque había algo que no cuadraba bien en todo el asunto, aunque al final Blu no le dio mucha importancia, en ese momento realmente anhelaba la compañía de Perla.
Ambos salieron del nido de Roberto para comenzar a trabajar en lo que Eduardo le había pedido a Perla.
-Bien, lo primero es encontrar un árbol- Dijo Perla mientras volaba junto con Blu.
-¿Qué te parece ese?- Preguntó Blu señalando un árbol.
-No, es demasiado pequeño- Respondió Perla mirando el árbol.
-¿Y ese?- Volvió a preguntar Blu.
-No está hueco-
-¿Y qué tal ese?- Señaló Blu nuevamente a otro árbol bastante grande y con un hueco perfecto.
-Ese está bien- dijo Perla, acto seguido ambos volaron hacia el árbol para examinarlo más de cerca, se veía muy bien, solo hacía falta arreglarlo por dentro, pero tomaría su tiempo ya que era un hueco bastante grande.
-¿Segura que este está bien?- Preguntó Blu mirando el tamaño del árbol.
-Sí ¿Por qué?- Preguntó Perla.
-Bueno es algo grande, tardaremos mucho si solo lo hacemos nosotros dos- Explicó Blu.
-Bueno sí nos tomará tiempo pero… Sé que quedará perfecto ¿Qué dices?- Preguntó Perla finalmente, Blu no tardó nada en asentir para ponerse a trabajar.
Durante los días siguientes Blu y Perla trabajaron para convertir el interior del árbol en un perfecto y bien arreglado nido para guacamayos, pero tal y como dijo Blu, el tiempo pasó en todo el arreglo, ya casi era tiempo de regresar a Río, o al menos eso era lo que él esperaba, aunque no podía negar que estaba disfrutando al máximo de la compañía de Perla. Los días siguieron pasando, hasta que por fin su trabajo estaba terminado, el nido por fin estaba completo, bien adornado, recogido y apropiado para cualquier guacamayo o guacamayos que decidieran vivir ahí.
-Bien, ya está…- Decía Blu jadeante.
-Sí… Nos tomó mucho tiempo- Dijo perla mirando el interior del lugar.
"Hasta yo debo admitir que para ser un árbol en medio de la selva… Está muy bien hecho, me pregunto quién será el afortunado que vivirá aquí" Pensaba Blu orgulloso de su trabajo.
-Hay Blu quedó hermoso… Perfecto para nosotros…- Dijo Perla instintivamente sin controlar sus palabras.
-¿Espera qué?- Dijo Blu totalmente confundido, Perla, al darse cuenta de lo que acababa de decir, no tuvo de otra más que de decirle la verdad.
-Oh… Lo dije en voz alta cierto…- Dijo perla apenada mirando a Blu.
-¿De qué hablas?- Cuestionó Blu confundido.
-Este… Este nido no fue hecho para nadie más Blu… De hecho papá no me lo pidió…- Explicaba Perla entre suspiros –Esperaba que mientras lo hacíamos te decidieras por quedarnos aquí…- Dijo Perla, cosa que aturdió por completo a Blu –Sé que no te gusta nada de esto… Y que estás muy acostumbrado a tu vida en la ciudad pero… Los niños adoran estar aquí… Y por fin pude reencontrarme con mi padre y… Blu voy a ser sincera contigo… No quiero…-
-Está bien- Dijo Blu repentinamente, interrumpiendo a Perla.
-A… ¿A qué te refieres?- Preguntó Perla confundida y también algo temerosa.
-A que… Si tú realmente quieres estar aquí… Nos… Nos quedaremos…- Dijo Blu con una pequeña sonrisa.
-¡Gracias Blu!- Dijo Perla abrazando al guacamayo fuertemente –Enserio Blu muchas gracias- Dijo Perla casi derramando una lágrima por la alegría.
-Daría todo por ti…- Dijo Blu casi susurrando aunque levemente decaído y al mismo tiempo preocupado.
"¿Por qué dije eso? ¿En qué estaba pensando?... Realmente la amo y la quiero ver feliz… Pero… Estoy realmente dispuesto a abandonarlo todo por ella… Espero que sí… Espero que esto no sea un error" Pensó Blu.
El día llegó a su fin, Blu, Perla, Carla, Bia y Tiago se encontraban en su nuevo nido, los niños no paraban de jugar, viendo todo el lugar, realmente les fascinaba, Perla estaba igualmente feliz, más que nada por la noticia de que se quedarían en el Amazonas, Blu por otra parte, aunque feliz por su familia también estaba preocupado pues ahora tenía otro obstáculo para superar, la selva, sería realmente capaz de adaptarse a ella, o terminaría en una tragedia, eso es algo que Blu tendrá que descubrir por su cuenta.
Bueno este fue mi primer capítulo espero les haya gustado y como sé que se habrán dado cuenta usé algunas de las cosas de la película para el principio pero la historia es lo que más importa ¿No?. Logrará Blu adaptarse a su nueva vida o tirará la toalla esta vez, dejen sus reviews y hasta el proximo capítulo
