Disclaimer: Zankyou no Terror no me pertenece


Este fic está dedicado a Misila, porque ella fue la que me recomendó ver Zankyou no Terror y digamos que por su culpa no puedo ver ni pintados algunos números.


Amarillo pálido

Lisa cogió el pincel, los trazos aleatorios no ayudaban a que sus lágrimas parasen de salir de sus ojos, pero al menos conseguían sacar lo que llevaba dentro. Ni siquiera sabía lo que estaba pintando, solo quería escapar, quería que Twelve llegase con su moto y la rescatase de lo que se había convertido su vida.

La monotonía la inundaba, se levantaba temprano, iba a la universidad, cogía una flor de su maceta y la colocaba entre la lápida de Nine y la de Twelve; nunca les dejaba una a cada uno, porque ellos eran uno solo, indivisibles, irrompibles, solo la muerte fue capaz de separarlos unos segundos. No tenía amigos, no hablaba, solo con el detective Shibazaki y a veces con Haruka, pero aún así no era lo mismo.

Se separó del lienzo, y abrió ligeramente la boca al ver que entre todos los trazos se podía diferenciar una sonrisa pintada de amarillo pálido.


Nota de autora: duele ¿verdad? Lo sé. La verdad es que necesitaba desahogarme con algo y me acordé de la pobre Lisa y bueno, no esperaríais que su vida fuese un camino de flores, ¿verdad?