Harry Potter la siguiente generación.
James Potter y el Círculo Escarlata.
Escrito por LoveKP
PROLOGO
Era una noche con demasiado viento, las calles estaban vacías y ni un alma se encontraba alrededor, hasta que apareció una mujer con botas bajas y abrigo negro. Ella caminaba por las calles de Londres, y sus pasos resonaban en la desolada ciudad, llevaba sus manos ocultas en los bolsillos y sostenía con fuerza su varita mágica que oculta.
Llego a la altura de un callejón sucio lleno de cajas de cartón y bolsas negras que contenían basura. Camino hasta la puerta trasera de un negocio y toco dos veces, espero a que abrieran. Quien abrió fue un hombre grande corpulento y tenía tatuados ambos brazos, los tatuajes eran varios, pero la mujer se fijó exactamente en uno solo, este decía "mata muggles", tenía una cara malhumorada y mirada de asesino.
-Traigo un paquete para Yovani -hablo la mujer con tono de voz italiana.
La mujer saco de su otro bolsillo izquierdo una caja de cartón pequeña y sonó algo en su interior.
El hombre tomo el paquete.
-¡Petrificus totalum! -grito la voz de un hombre quien apareció de la nada.
El corpulento guardia de la puerta quedo paralizado y cayó de espaldas haciendo vibrar el suelo.
La mujer comenzó a cambiar de forma hasta convertirse en un hombre un poco gordinflón y pelirrojo.
-Harry la próxima vez tú serás la mujer -se quejó Ron quien le molestaba traer vestido debajo del abrigo-. Odio usar vestido, no sé cómo las mujeres lo soportan -continúo quejándose y su compañero auror se limitó a reír-. No es gracioso.
-Bueno Ron, yo jamás te pedí que usaras vestido, las mujeres también usan pantalones-no pudo evitar reír más fuerte al ver la cara de su amigo.
-Espero que este muchachote sepa algo más porque estamos llegando a un callejón sin salida, -Ron miro a su alrededor- literalmente.
Harry tomo la capa de invisibilidad del suelo y la sacudió para quitarle el polvo que podía habérsele pegado por estar en el suelo. Esa capa la había recibido en su primer año de escuela en Hogwarts como regalo de navidad con una nota donde le pedían que la usara bien. La capa había pertenecido a su padre y le había sido de mucha utilidad a lo largo de su vida.
Harry miro con nostalgia la capa y su amigo lo noto.
-Harry, yo sé que es tu hijo, pero piénsalo, la capa nos ha salvado el pellejo una infinidad de veces -argumento Ron.
-No Ron, la capa es un legado y debo dársela a mi hijo -Harry sonrió.
-¡Tonterías dale el mapa del merodeador y con eso le bastara! -argumento Ron.
-No, ese será para Albus cuando llegue su tiempo -sonrió Harry.
Tras terminar su misión nocturna ambos amigos regresaron a su casa con su respectiva familia.
Ambas familias vivían en el valle de Godric Gryffindor, Ron vivía a unas calles de la casa de Harry así que en cuanto aparecieron se despidieron y Ron emprendió su caminata a casa.
Ron entro de puntillas, para así no despertar a Hermione pues sabía que de ser así le esperaba un gran regaño. Sus esfuerzos se vieron frustrados cuando la habitación se ilumino.
-Ronald Weasley -llamo su esposa con tono de regaño- ¿Sabes acaso que hora es? -pregunto enojada.
Hermione se encontraba sentada en un escalón de las escaleras frente a la puerta de entrada y la luz que iluminaba el lugar provenía de su varita.
-Bueno yo...-quiso explicar que había salido en una misión de auror, pero estaba demasiado nervioso.
Hermione lo observo de pies a cabeza y arqueo la ceja.
-¿Acaso ese es mi vestido? -le pregunto sorprendida.
-Yo te lo explico...salí con Harry y... -comenzó a tartamudear.
-Sabes que, no quiero saber -su esposa se levantó y subió las escaleras mientras contenía la risa.
-Uff me he librado de una buena -se dijo a si mismo suspirando de alivio y subió las escaleras.
Capítulo 1
El inicio de una aventura.
Ya había pasado 18 años desde la pelea con Voldemort, Harry y sus amigos habían hecho sus vidas lo más normal posible e incluso ahora tenían hijos.
Fleur Delacour y Bill tuvieron tres hijos, Victory de penúltimo año en Hogwarts casa Gryffindor, Louis de quinto año igualmente Gryffindor y Dominique estudiaba en Beauxbatons.
Charly no había tenido hijos, pues sus hijos eran sus dragones.
Percy tuvo dos hijas, Molly y Lucy, de nueve y cuatro años respectivamente.
Jorge tuvo también dos hijos, un niño de once llamado Fred en honor a su hermano y Roxana que tenía la misma edad que Molly, ellas dos eran uña y mugre.
Ron con Hermione habían tenido también dos hijos Rose de diez y Hugo de ocho años.
Harry y Ginny tenían tres hijos o más bien cuatro pues Teddy Lupin era como un hijo para Harry. Ted estaba cursando su último año de Hogwarts en casa Gryffindor, James Sirius iniciaría este año y Albus Severus junto con Lily Luna empezarían años después.
La familia un día antes había ido a comprar los útiles de su hijo mayor James quien era idéntico a su padre, tenía el cabello negro, era delgado y usaba lentes, lo único que había sacado de su madre eran los ojos azules.
La alarma sonó y Harry se levantó con demasiado sueño arrastrando los pies rumbo al baño para alistarse, Ginny como siempre se levantó con mucha energía, salió al pasillo y se encargó de entrar a despertar a cada uno de sus hijos.
El cuarto de Lili estaba tapizado por todos lados de color rosa, Harry decía que atravesaba su etapa de querer ser una princesa, Albus tenía todo ordenado y acomodado a la perfección, él era un entusiasta del orden y control, se podía decir que su cuarto relucía de limpio, por otro lado, el cuarto de James era un caos terrible, ropa tirada por todas partes, envolturas de golosinas dispersas y los cajones abiertos quizás porque nada más entraba en ellos.
-¡James Sirius Potter será mejor que te levantes en este instante! -le grito su madre, pero el único movimiento que hizo fue para cubrirse la cara con su almohada.
Cuando Harry salía del cuarto se topó en el pasillo con su hijo Albus quien tenía ojeras y caminaba con pereza rumbo al baño que compartía con sus hermanos, más sin embargo Lili corrió y cerró la puerta en su cara.
-Papa exijo tener un baño para mí -se quejó Albus soltando un gran bostezo.
-Lo siento hijo, pero no se puede, además vete acostumbrando, en Hogwarts tendrás que compartir baño con muchas más personas.
-¡Harry quiero que despiertes a tu hijo enseguida o llegaremos tarde! -le grito a su esposo y bajo a preparar el desayuno para su familia.
-Sera mejor que despierte a James -dijo Harry y se encamino al cuarto de su primogénito-Muy bien, arriba hijo -dijo Harry destapándolo, pero James se limitó a hacerse bolita-. Hijo no estoy bromeando, tu madre subirá y te ira peor -dijo Harry jalando a James de los pies dispuesto a sacar a su hijo de la cama, pero él se agarró de la cabecera- Vamos James copera conmigo. -Harry paso a suplicar y jalar más fuerte pues sabía que en cualquier momento llegaría una Ginny enfadada. Harry decidió acudir a su aliado, Albus. -Hijo ayúdame a levantar a tu hermano o tu madre se pondrá furiosa -pidió Harry.
-Está bien papa.
Harry sabía que, de sus hijos, con el que siempre contaba era con Albus, el siempre ayudaba sin esperar nada a cambio, claro que Harry siempre buscaba la forma de recompensarlo.
-Quizás sea tiempo de una remodelación en la casa, un nuevo baño no vendría mal -pensó en voz alta.
Albus entro al baño de sus padres y luego se dirigió al cuarto de su hermano, le vacío una jarra llena de agua y James se levantó rápidamente.
-¡Eres hombre muerto Albus! -grito al instante en que se levantó y Albus salió corriendo a refugiarse atrás de su padre.
-Sera mejor que ya estés despierto James -dijo Ginny mientras subía.
-Por supuesto, mira ya hasta me bañe -dijo con una sonrisa fingida.
Ahora se encontraban en el andén 9 y 3/4 para ir a dejar a su hijo mayor. La hija menor Lily caminaba tomada de la mano de su madre y pegada a su lado izquierdo y caminando junto a ella del lado derecho estaba su hijo de en medio Albus. Harry caminaba con James empujando el carrito que cargaba el baúl y una lechuza gris llamada Héroe.
James había decidido llamar así a su lechuza debido a su fascinación por los comics.
La locomotora de color escarlata, esperaba en el andén lleno de gente. El humo de la locomotora se elevaba sobre las cabezas de la ruidosa multitud, mientras los gatos de todos los colores iban y venían de entre las piernas de la gente. Las lechuzas se llamaban unas a otras, con un malhumorado ulular, por encima del ruido de las charlas y el movimiento de los pesados baúles. Los estudiantes estaban asomados por las ventanillas para hablar con sus familiares.
-Seré Gryffindor yo lo se papa -decía entusiasmado el pelinegro mientras caminaban por la estación.
-Solo recuerda que no importa la casa en la que estés...-su padre no termino de hablar pues James lo interrumpió.
-Tedd está en Gryffindor, tu estuviste en Gryffindor, mama, los abuelos, ¡Es la mejor casa! -él parecía emocionado, Harry estaba por darle un discurso de las casas cuando James salió corriendo a saludar a Fred y a Lorcan Scamander.
Lorcan era hijo de Luna y Rolf Scamander, era muy parecido en cuanto a rasgos faciales a su madre, era delgado, muy alto para su edad y rubio.
Fred era de tez obscura y de cabello rizado negro, era justo idéntico a su madre Angelina.
-Bueno cariño debes admitir que es una persona decidida -abrazo Ginny a Harry y le beso la mejilla.
-Sin duda lo es -Harry miro a su hijo orgulloso y luego lo perdió de vista cuando subió al tren y este inicio su marcha.
Ya en el tren los chicos buscaban un compartimiento vacío mientras platicaban de sus vacaciones.
-Entonces mama señalo el suelo demasiado tarde pues papa había caído en el agujero lo que resultó ser una madriguera de hipogrifos. -Termino de narrar su historia Lorcan Scamander.
-Tus papas son geniales -admitió Fred.
-Bromeas, tu papa tiene la más grande tienda de bromas del mundo, sortilegios Weasley es lo máximo y tu padre nos hace grandes descuentos -le dio un golpecito en el hombro.
-Sí, sus padres son geniales, pero… ¿quién es una leyenda viviente? -dijo con orgullo James.
A James le encantaba presumir a todo con quien se topará que era hijo del famoso mago Harry Potter, el niño que vivió y el que derroto al mago tenebroso más grande de todos los tiempos Lord Voldemort.
-James tu padre es el típico padre regañón y tu madre no nos deja comer helado cuando te visitamos -se cruzó de brazos Lorcan.
-Pero es mejor eso a comer el té de raíz o las galletas bajas en gluten que nos da tu mamá -arrugo la nariz Fred.
-Como sea, nuestros padres son geniales, podríamos tener a un horrible padre como Malfoy o algo así -se burló James.
-James tienes que escuchar menos a tío Ron, no conocemos a los Malfoy, no sabes cómo son -regaño Fred como usualmente hacía.
Los chicos finalmente encontraron un compartimiento vacío y continuaron platicando, compraron golosinas y jugaron unas cuantas partidas de naipes explosivos.
Al anochecer llegaron finalmente a Hogwarts. Los alumnos de primer año debían ir en bote mientras que los alumnos de otros grados viajaban en carruajes encantados.
-¡Alumnos de primer año por aquí! -grito un hombre gigantesco, su rostro estaba prácticamente cubierto por una maraña de pelo y una barba desaliñada, pero podían verse sus ojos, que brillaban como escarabajos negros bajo aquella pelambrera.
-¡Hagrid! -gritaron los tres contentos al ver al gigante barbudo.
-Hola chicos, mírense que grandes están -comento con orgullo -deberían venir a visitarme a la cabaña, tengo una cría de fénix -comento y los chicos hicieron cara de asombro.
Los estudiantes subieron a los botes que se encontraban a la orilla del lago y navegaron a través del lago, que era liso como el cristal hasta el castillo.
En la punta de una alta montaña, al otro lado, con sus ventanas brillando bajo el cielo estrellado, había un impresionante castillo con muchas torres y torrecillas.
Algunos alumnos parecían emocionados al ver el sorprendente castillo que se elevaba sobre sus cabezas y que era iluminado por la luz de la luna, pero para James el castillo no resultaba tan sorprendente pues desde que tenía memoria había ido una que otra vez a visitar a sus tíos, ya fuera a la directora McGonagall, Hagrid, Neville o Slughorn.
Mientras se acercaban cada vez más al risco donde se erigía. Bajaron las cabezas cuando los botes alcanzaron el peñasco. Atravesaron una cortina de hiedra, fueron por un túnel obscuro que parecía conducirlos justo debajo del castillo, hasta que llegaron a una especie de muelle subterráneo.
En el enorme vestíbulo de entrada los esperaba con una gran sonrisa un hombre simpático
-Bienvenidos alumnos -saludo amistosamente-. Mi nombre es profesor Neville Longbottom, es un gran privilegio el darles la bienvenida a este colegio que será su hogar durante los siguientes años de sus estudios, en breve pasaran al gran comedor donde serán seleccionados para estar en alguna de las cuatro casas, las cuales son Gryffindor, Slyterin, Hufflepuff y Ravenclaw, déjenme decirles que cada año se realiza un concurso donde ustedes a lo largo del ciclo escolar ganaran puntos para sus casas respectivas, al final la casa que tenga más puntos será la ganadora de la copa de las casas, pero cuidado con romper las reglas porque así como pueden acumular puntos, también pueden perderlos, dicho esto y sin mas que agregar es momento de entrar.
Concluyo el profesor y miro a su alrededor, algunos rostros le eran familiares, muchos de los alumnos eran hijos de sus amigos de sus años de colegio.
Al atravesar las puertas dobles entraron en el gran comedor. Este estaba iluminado por miles y miles de velas, que flotaban en el aire sobre cuatro grandes mesas, donde los demás estudiantes ya estaban sentados. En las mesas había platos, cubiertos y copas de oro. En una tarima, en la cabecera del comedor, había una gran mesa, donde se sentaban los profesores. Los alumnos se detuvieron y formaron una fila. En frente estaba un taburete y encima de este un sombrero puntiagudo de mago. El sobrero estaba remendado, raído y muy sucio. Una rasgadura cerca del borde se abrió, ancha como una boca y el sombrero comenzó a hablar o mas bien a cantar como era su traición de año con año, en su canción explicaba los valores de cada casa, Gryffindor donde asistían los valientes, Slyterin donde la astucia era lo mas importante, Hufflepuff apreciaba a los leales y Ravenclaw era para los intelectuales.
Uno a uno fueron pasando cuando el profesor Neville les llamaba en orden por apellido, hasta que fue el turno de James, el sombrero apenas toco a James grito ¡Gryffindor! Y los miembros de la casa aplaudieron.
Carta de James a Harry:
Querido padre
He quedado en Gryffindor al igual que Lorcan y Fred, somos inseparables y el sombrero lo sabe.
La capa que me diste esta mañana es asombrosa, prometo cumplir mi promesa de no hacer un mal uso con ella, pero tengo una duda... ¿utilizarla para robar las respuestas del examen es un mal uso?, si lo piensas bien, si comparto las respuestas con mis compañeros estoy haciendo un acto noble, ¡por Merlin, si soy una persona tan generosa!
ATENTAMENTE
JAMES
