N/A:Sé me fue la olla un poco. Pero creo que no ha quedado del todo mal. Este fic participa en el reto El mundo al revés. Del foro Draco Dormiens Nunquam Titillandus.

La historia transcurre en el baile de Navidad del cuarto curso de Hogwarts. Malfoy enfadado por no poder ir al baile con Granger. ¡ATENCIÓN! Cambio de sexo a los personajes, ¿un Dramione con cambio de sexo?

N/A 2: Con mucho ego por las nubes (y mucha alegría también) me congratula decir que este fic ha quedado en primera posición en el reto El mundo al revés.

Disclaimer: Voy con prisas, así que seré breve. No soy Rowling.


Todos los estudiantes se habían reunido en la entrada de Hogwarts para quedar con sus respectivas parejas.

Las chicas se habían apiñado para ver a los guapos y fuertes estudiantes de Beaxbatons y las bonitas y delicadas estudiantes de Dumstrang.

Ella no.

Ella se había vestido con uno de sus mejores vestidos, regalo de su madre evidentemente. Se había bajado el escote un poco más de la cuenta. Se había puesto guapa.

Para él.

Cuando ella caminaba del brazo de de Pan iba con una sonrisa. Pensando en la cara que pondría él cuando la viera tan sumamente espectacular.

Porque estaba segura de que no iba a tener pareja.

El rarito y empellón pelo despeinado y delgado de Hermes Granger no tenía pareja. O eso era lo que había oído decir a la idiota de Potter y a su amiga más idiota aún Weasley, cuando iban por uno de los pasillos pidiendo a cualquier chica que pillaran algo para el pelo de Weasley.

Por eso su sorpresa fue aún mayor que la de los demás cuando vio aparecer por la puerta del gran comedor a Hermes Granger con nada más y nada menos que Victoria Krum.

Ese bombón Búlgaro por el que medio Hogwarts estaba colado.

Se le había caído la mandíbula hasta el suelo de la Cámara de los Secretos.

Y ahí seguían los dos.

Hermes no tenía ni idea de bailar, pero parecía que a Victoria no le importaba, ya que era ella la que guiaba.

Pero ella no estaba celosa, no. Lo que le molestaba era que después de las miraditas del otro día de Hermes en clase de pociones había pensado que por fin había conseguido que se fijara en ella. Y después de pasarse horas arreglándose para él. Para que viera lo que se perdía si no la cogía por uno de los pasillos, la empotraba contra una columna y la besaba como había hecho hacía unas semanas. Para…¿para qué? No había servido de nada.

Bebió lo que le quedaba de copa de un trago y se levantó.

-Pan, vamos a bailar.

Y se llevó arrastrando a Pan Parkinson a la pista de baile, donde iba a conseguir de una forma u otra que Hermes Granger se fijara en ella. Y viera lo que se estaba perdiendo.


¿Qué os ha parecido?