Disclaimer: Para nada. No es mío. Alégrense por ello.
A/N: Este es un cacho. Así lo defino. He intentado escribir mis otros proyectos, pero este se ha apoderado totalmente de mi cabeza, y no puedo avanzar en ninguno de los otros. Así que decidí darme por vencida y quitármelo de la cabeza de una vez.
Es una serie de One shots con un único plot: Lisbon, cansada de algo. No tienen relación entre sí, pero según se me de la gana, quizás escriba una segunda parte para alguno, que no será posteada en orden.
Comentarios y críticas, las últimas con respeto, son bien recibidas. Si descubren algún error de tipeo u ortográfico, por favor avisar.
Gracias por pasarse y leerlo.-
TIRED
1.-Insomnia
-¿Estás bien?
A pesar de ser apenas un susurro, Lisbon dio un ligero salto al oír la pregunta de Cho. Desde la incómoda posición en la que estaban ambos agachados y avanzando con sigilo; pegados al muro del galpón, pudo sentir los ojos del agente clavándose en su espalda.
-Estoy bien-giró un poco la cabeza para mirarlo a los ojos y dar credibilidad a su afirmación-no hay de qué preocuparse.
-Tus manos están temblando y puedo ver tus ojeras bajo la tonelada de maquillaje que llevas encima. No estás durmiendo-fue la demoledora sentencia del agente.
Lisbon no contestó. Prefirió ignorar lo que Cho había dicho. Lo cierto es que llevaba casi un mes ya sin dormir bien. En realidad, decir que no dormía bien, era bajarle el perfil al asunto. La mayoría de las noches se daba mil vueltas en la cama, tratando de encontrar una posición cómoda para hundirse en el mundo de los sueños, pero no había forma. Cualquier ruido, por mínimo que fuese, la llevaba al borde de la locura y el sueño le huía. Las pocas veces en las que lograba dormir (y que eran la causa que siguiera con vida) era con suerte por una hora y no más, y ni siquiera descansaba con tranquilidad. Se despertaba cada cierto tiempo, con una sensación de opresión en el pecho que no la dejaba respirar bien y que la obligaba a acomodar las almohadas cada diez minutos para encontrar una mejor posición y no sentir esa sensación de ahogo que la embargaba. Sospechaba que el estrés del último tiempo (Jefa nueva, Red John salvando a Jane, Kristina Frye desaparecida) era el causante de su estado, de aquella sensación de agobio máximo que le impedía pegar pestaña.
Sin embargo, el insomnio no era un extraño para ella. Cada cierto tiempo se pasaba algunas noches sin dormir, dando vueltas por el apartamento, buscando algo que hacer y distraerse. Pero usualmente, esos períodos no duraban más allá de tres días y no afectaban su vida diaria. Pero ahora, la falta de sueño estaba perjudicando su trabajo y su salud. Hasta ahora, había logrado que el daño se mantuviera en un mínimo, pero no estaba segura cuanto tiempo más podría seguir así y no colapsar. No le preocuparía tanto si no fuese porque era policía y cualquier error de su parte podría terminar con la muerte de alguno de los miembros de su equipo o la de ella. Podría tomar píldoras para dormir, pero ni siquiera consideraba esa opción. Tenía miedo (irracional, probablemente) a volverse adicta a las píldoras. Quizás era descabellado, pero el recuerdo de su padre enloquecido y destrozando todo a su paso (incluso a ella y sus hermanos) porque ya no le quedaba una gota de alcohol, está grabado a fuego en su mente.
-¿Oíste eso?-Cho toca su hombro y ella, emergiendo de sus pensamientos, intenta centrar su atención en la tarea que están llevando a cabo. Aguza el oído y siente sonidos parecidos a pisadas, viniendo de algún punto delante de ellos.
Terminaron deteniéndose tras un montón de cajas, tratando de reconocer de qué dirección provenían los pasos. Después de algunos segundos, Lisbon se giró para quedar cara a cara con Cho y mediante señas le indicó que tomara la izquierda para que la cubriera, mientras ella seguiría de frente. Los ruidos de pasos se vuelven más evidentes a medida que avanza (de un lado a otro, pisadas que denotaban nerviosismo y duda) y una voz susurrando, probablemente hablando por celular, se escucha delante de las cajas tras las cuales ellos se cubren. Cuando mira a un lado, puede ver a Cho. Ambos asienten y salen, apuntando al hombre que se detiene asustado.
-¡CBI!-le escucha gritar a Cho-¡tire el arma y levante las manos!
De pronto, mientras camina hasta el hombre que los mira desesperado, siente que el suelo tiembla bajo sus pies y que el arma pesa toneladas en sus manos. Es apenas un momento, medio segundo; durante el cual siente la voz de Cho gritando su nombre y preguntándole si está bien. Aquella distracción provocada por su mareo, es suficiente para que el hombre frente a ellos recoja su arma y le apunte. Recupera el dominio de sí misma con rapidez y apunta también, dándole justo en el centro del pecho. Aunque no todo lo rápido que debería. Porque siente como un dolor que le quema crece a segundos y se expande desde su estómago a todo su cuerpo, impidiéndole estar de pie. Cae pesadamente al piso, la sangre saliendo a borbotones de la herida. Apenas puede enfocar la mirada en Cho, que grita órdenes por teléfono y pide una ambulancia, corriendo desde el hombre para comprobar que ha muerto hasta ella. Agachándose a su lado, presiona ambas manos sobre el orificio que ha dejado la bala, tratando de evitar inútilmente que siga sangrando.
-Lisbon-le oye llamarle-tienes que mantenerte despierta, vamos, mantente despierta.
Ella asiente débilmente, sabiendo que sus posibilidades de sobrevivencia disminuirán si llegar a desmayarse. Sin embargo, dejarse arrastrar por la inconsciencia se vuelve más y más apetecible a cada momento; y deja de luchar por mantenerse despierta. Está demasiado cansada para hacerlo.
-¡Lisbon!-grita Cho, dándole suaves bofetadas en el rostro, o por lo menos a ella le parece que son suaves, pues no siente el ardor propio de un golpe-¡no te duermas vamos, escúchame, mantente despierta!
Ella sonríe suavemente, la voz de Cho alejándose cada vez más. Con un último esfuerzo, abre los ojos y le dice:
-Déjame Cho. Quiero dormir.
Y luego, permite que las tinieblas la envuelvan.
