ESTARÉ AQUÍ
Era, cuando sintió las manos andar en su cadera. Los latidos de su corazón como resonar en el pecho con el "bum-bum" directo a sus orejas. Era cuando sintió la respiración, sin poder llegar el aire a las fosas nasales sino entrar por la boca como vapor caliente, como llama hirviendo y tocaba su cuello. Era, cuando los ojos se conectaron, las miradas se cruzaron por un momento en la oscura habitación con pequeños rayos de luces ingresando por la ventana y se vieron, el deseo y anhelo en las pupilas oscuras del otro. Era, por la forma que tuvo al besarle los labios, como sediento de días sin agua y tranquilo después de haberla bebido.
Por la forma de abrirlo, la manera de cernir ambos cuerpos como si ahora estuvieran perfectos. Encajando en un rompecabezas incompleto. De moverse, de moverlo y morder sus labios para no perderse en el mundo que él le estaba ofreciendo, el mundo que su cuerpo le daba.
Directo, perfecto, agarrarlo, aferrarse como si fuera un barco en medio del océano, como si en realidad lo hiciera con pasión y cariño.
O era cuando, unas tres noches antes y cuando ya no había cámaras de por medio, Eli le tendió una soda y se sentó junto a él en el balcón de la habitación del hotel. Solos, con el aire frío rozando sus cuerpos y las bufandas de colores protegiendo sus gargantas. Él le sonrió y este respondió y faltaban menos de treinta minutos para que la noche llegara.
–Día loco, no.
Asintió y bebió, conforme. El día estuvo ajetreado, con una filmación y otra. Aunque si quitaban las cámaras de por medio y lo atento que deberían estar cada uno, sería lo doble de divertido.
Kiseop siempre se dividía: mitad trabajo serio, mitad dejarse llevar.
Eli era: ochenta por ciento dejarse llevar, veinte por ciento que los demás le lleven a él.
Todo era entretenido pero jamás debían bajar la guardia con sus acciones y palabras. Eso todo idol lo sabía. Y escucharon a DongHo gritar, se terminó el agua caliente. Y Alexander renegaba por eso, ahora se quería bañar junto a DongHo.
Que era el aire, el frío o el calor que sintió segundos después del cuerpo ajeno, no supo que fue lo que le atrajo más. Pero en ocasiones Kiseop se sentía sólo, y de repente Eli aparecía y le llenaba un momento hasta que este se retirara de su lado.
Y ya no sabía que eso le había llenado el alma por un momento. Ya había tantos que no podía clasificar.
La filmación acabó, volvieron a Seúl y fue cuando Eli sonrió, corrió, gritó y se tiró encima de Kevin y el más bajo le sonrió a la manera que tenía este de saludarle, después de no haber podido ir con los demás chicos a las actividades por un compromiso aparte de la empresa.
Y Kiseop veía, esperaba, y el corazón se achicaba. Como estaba tan acostumbrado a hacerlo. Y sonreía, y así otro día comenzaba, porque sabía que no podía hacer nada.
Continuaba esperando.
FIN
