Enjoy
Kurt Elizabeth Hummel nació un día hermoso, los pájaros cantaban y el sol brillaba fuertemente. Nació durante el inicio de la primavera. Cuando fue entregado a su padre por primera vez este lloro de alegría, y cuando el pequeño abrió los ojos fue un hombre aún más feliz.
-¡TIENE TUS OJOS LIZ!, ¡NUESTRO BEBÉ TIENE TUS OJOS!
Su vida fue prácticamente normal hasta lo que se puede llamar normal de un bebé, su padre siempre dijo que era un ángel ya que pocas veces lloraba fuertemente, si lo hacía ¿Qué bebé no? Pero solo si le dolía algo o estaba incómodo. Por lo demás fue un niño muy tranquilo. Su primera palabra fue "Papá" y la dijo cuando este había ganado la lotería. Había sido un buen día, consideraba Burt.
A los 3 años fue que su mamá, Elizabeth, noto que él no era como los otros niños. No le gustaba ensuciarse, tampoco correr o agitarse mucho, prefería jugar con sus figuras de acción en la alfombra de la sala, y ella más de una vez había escuchado como el comprometía muy feliz a sus muñecos. A la edad de 4 años pidió unos tacones rosas para su cumpleaños, su mamá iba a complacerlo pero Burt se negó y en cambio le compro un balón, su hijo nunca había estado tan triste.
Cuando empezó el kínder estaba muy emocionado, quería tener muchos amigos con los cuales jugar, ese día desde muy temprano se alisto y se vistió con su mejor ropa. Era un niño sumamente precioso. Pero, las cosas no salieron como le hubiera gustado ya que ningún niño quiso jugar con él a las muñecas y las niñas lo vieron de manera extraña, se desilusiono un poco pero estaba acostumbrado a la soledad de todas maneras, pero en casa su mamá siempre lo esperaba con galletas. Tenía una hermosa y bella familia.
Las cosas cambiaron un día lluvioso de agosto, cuando Elizabeth Hummel falleció. Fue un día muy triste para todos, pero Kurt no lloro, si no que estaba furioso, furioso con la vida. Su mamá que era la persona más buena del mundo se iba, y las personas malas se quedaban en la tierra. El no entendía ¿Qué hizo mal para que su mami se muriera? Había sido un buen niño y no le dijo nada malo al chico que le robo su comida en la escuela. No entendía, pero entonces su abuela le explico que a veces las personas buenas se van a un lugar mucho mejor, el creía que solo lo quería hacer sentir mejor, y eso lo puso más molesto.
Durante todo el funeral las personas se acercaron a hablar con él, y simplemente se alejó. No quería que esas personas lo consolaran, quería llegar a casa y abrazar a su papá hasta quedarse dormido, pero eso fue lo peor. Si, llegaron a casa y cuando hizo a acercarse a su padre este le miro y solo dijo "Tienes los ojos de tu madre Kurt" y después de eso se encerró en su cuarto dejándolo solo después de la muerte de su madre. Se enojó, se odio muchísimo en ese momento ¿porque sus ojos debían ser de ese color? Gracias a eso su padre no lo quería ver. Se encamino a su habitación y saco toda su ropa bonita, esa que le había regalado su mamá, la hecho en una bolsa y la subió al ático. Después sus juguetes, su cocina de aprendizaje, y todo lo que le hiciera parecerse a ella, no era el hecho de olvidarla, solo quería que su papá le abrazara, quería sentir que importaba.
Pasó un tiempo y se tuvo que volver independiente, aprendió a cocinar, a realizar sus deberes sin ayuda, lavar su ropa y a curar sus golpes, si los golpes que le daban en la escuela y su padre no los notaba. Vivía enojado constantemente con todos y todo, su padre pocas veces le miraba y cuando le hacía repetía esa frase, esa maldita frase que Kurt odiaba con toda su alma.
-Tienes los ojos de tu madre.
¿Qué culpa tenía él? Sus ojos eran así no los podía cambiar no podía hacer nada, absolutamente nada solo esperar. Y de tanto esperar se cansó.
Y no fue hasta unos años más tarde que su papá entro con una sonrisa a la casa, se extrañó muchísimo ya que normalmente llegaba triste y amargado, comía algo y se sentaba a ver televisión hasta la noche, ni si quiera lo saludaba. Pero ese día llego totalmente diferente y Kurt pensó que las cosas volverían a la normalidad, pero cuando le llevo la cena al sillón este le contó que había conocido a alguien e iban a salir. No le molesto en lo absoluto, tenía derecho a rehacer su vida y habían pasado y 5 años desde que su mamá falleció y 5 años desde que era prácticamente invisible y si una nueva pareja iba a hacer a su padre nuevamente feliz no tenía problema alguno. O bueno eso creyó.
Se llamaba Carole y era muy hermosa, también era viuda y tenía un hijo de la misma edad de Kurt, se llamaba Finn y tenía 12 años. En un principio quería intentar llevarse bien con él chico.
Pero cuando su papá empezó a jugar futbol con Finn, a salir al cine, a comer, a patinar a prácticamente todos los lugares posibles fue que por primera vez sintió celos. Había intentado que su padre le dedicara más de 10 minutos durante 6 años y este chico con unos días lo había conseguido. Estaba muy, muy enojado como no lo había estado en años, pero no se lo dejaría tan fácil a ese chico. Se inscribió en boxeo e intento con futbol. No iba a dejar que Finn Hudson le robara a su padre. Incluso se guardó su mayor secreto, ese que había querido contarle a su padre desde hace mucho tiempo, que le gustaba un compañero de clase y este le había besado en los labios. Había tenido su primer beso, pero fue con un chico y no con una chica. Así que no dijo nada, porque a Finn le gustaban las chicas al igual que su padre y él no quería decepcionarlo aún más.
Pero por más que lo intento, por más que cambio su ropa, sus gustos, por más que cambio absolutamente todo no sirvió, porque cuando Carole se casó con su padre supo que lo había perdido.
Y ahora tenía 17 años.
Era uno de los chicos más temidos de toda la secundaria. No era lo que le hubiera gustado pero el primer año cuando alguien se metió con él aplico lo aprendido en el boxeo y saco su enojo contenido por años, nadie le miraba a los ojos, nadie se metía con él. Sus brazos y su cuerpo gracias al boxeo eran fuertes, cualquiera que intentara una pelea con el salía perdiendo. Se había perforado la oreja derecha, la ceja y la lengua, usaba chaquetas de cuero, botas y pantalones rotos. Si era el típico chico malo. En su casa no le importaba nada, pocas veces hablaba con su papá y cuando lo hacía discutían, la mayoría de las veces terminaba con Kurt yéndose a pasar la noche fuera. NUNCA hablaba con Finn, lo odiaba y con Carole cuando ella no se daba cuenta ni nadie la ayudaba en todo lo posible. Las personas en el instituto se quitaban cuando él iba pasando, existían miles de rumores sobre lo que hacía y lo que no. Mantenía buenas notas ya que no quería terminar siendo un vagabundo de primera, pero nadie lo sabía. Hubo un tiempo en el que se metía en peleas constantemente pero ahora ya no porque todos sabían quién era Kurt Hummel y lo que era capaz de hacer.
Kurt Hummel odiaba muchas cosas. Que su madre falleciera. Que su papá se volviera a casar. Que Finn Hudson fuera su hermanastro y odiaba en lo que se había convertido por su culpa. Odiaba todo de su vida. Aunque... había una pequeña excepción.
Y esa excepción tenía nombre y apellido.
Hola, pues volví con una nueva idea, espero y les guste. Siempre he querido leer fics de Kurt como un badboy y nunca encuentro. Y bueno salió esto, espero les guste y si les parece me dicen para continuar con la historia.
Las personalidades aquí son diferentes a como se ve normalmente en la serie, en especial la de Kurt y Burt y su relación en general.
¿Quien les gustaría que sea la mejor amiga de Kurt? o bueno ¿un intento de amiga?
