Capítulo uno. La Nada

El rey había regresado, después de enfrentarse al tirano, al tío usurpador, el rey Simba se levantaba como soberano de esas tierras.

Junto con su reina Nala, sus amigos y consejeros Timon y Pumbaa y el sabio Rafiki junto con el leal mayordomo Zazu las tierras prosperaban. Las manadas de animales habían regresado lentamente cuando el equilibrio fue restaurado y ahora con el nacimiento del heredero parecía que todo lo que habían sufrido había sido parte de una pesadilla que por fin terminaba…

Simba se encontraba viendo el horizonte desde la parte más alta de la Roca del Rey, el joven león recordaba cuando su padre y él habían subido hacia ya tanto tiempo.

Simba- dijo la reina Nala llegando a donde estaba el león- ¿Qué observas?

El reino- contestó el león- veo como el ciclo de la vida continua.

Oh mi querido Simba- dijo la leona frotando su cabeza con la del macho- sé que tu padre estaría orgulloso de ti, vamos, baja, las cazadoras regresaran pronto con la comida.

Nala bajo, Simba dio un último vistazo a sus tierras para bajar a comer…

El sol despunto tan radiante como solo brillaba en las hermosas planicies africanas, Simba se desperezo mientras bostezando salió de la cueva dejando dormida a Nala y a su pequeño cachorro.

El león se fue directamente al manantial a tomar agua como lo hacía cada mañana, después de beber vio su reflejo en las cristalinas aguas, mientras se contemplaba en esa fresca mañana algo llamó su atención, algo desconcertante.

Del otro lado del manantial otra figura se había reflejado… un león también observaba el reflejo de Simba en el agua.

El león parecía algo cansado, Simba no dejaba de observarlo al principio pensó que se trataría de un ataque de forasteros o alguna amenaza a su reino pero al verlo ahí solo, sin nadie cerca hizo que se relajara un poco.

¿Dónde me encuentro?- preguntó el león desconocido.

En mis dominios, estás en las tierras de los leones- contestó Simba- ¿cómo te llamas?

Mi nombre es Bhati- dijo el león- lamento el entrar de esta forma en tus tierras…

Simba vio que el león tenía una herida en la pata izquierda.

Podría infectarse- dijo Simba señalando la herida

Oh no es nada, sanará- dijo Bhati parecía realmente cansado.

Nala apareció detrás de Simba.

¿Un amigo?- preguntó la leona parándose junto a Simba.

Al menos no parece hostil- dijo el rey.

Simba iba a preguntar otra cosa cuando Bhati se desplomó en la tierra.

Nala ve por las leonas- ordeno Simba.

Ella hizo lo que el rey le había ordenado, Simba se acercó al león, su melena era menos rojiza que la de Simba, el león estaba ardiendo en fiebre.

Simba puso su pata en la cabeza de Bhati, realmente estaba muy caliente.

Aisha…- dijo Bhati delirando.

Simba nunca había escuchado ese nombre.

Después de unos minutos que para Simba fueron demasiado largos llegó Nala acompañada de otras leonas y los inseparables Timon y Pumbaa.

La frescura en la pata lo hizo despertarse, estaba rodeado por varias leonas y frente a ellas el león con el que había hablado en el manantial. Un mandril estaba recargado en un bastón junto al león.

Tranquilo- dijo Simba al ver el miedo en los ojos de Bhati- somos amigos…

Mi nombre es Bhati- dijo el león- de la manada del rey Naba de las tierras rojas del norte pasando los desiertos…

Simba volteo a ver a Rafiki quien asintió, el sabio mandril sabía acerca de esas tierras y esos leones.

Estas demasiado lejos de tus tierras entonces- dijo Simba- ¿Por qué?

Por la Nada- dijo Bhati.

¿Qué es la Nada?- preguntó Simba

Es la Nada, es el hambre, es la sed, la desesperanza y la destrucción, es el miedo- dijo el león- huí antes de que yo también cayera…

Rafiki parecía ser el único que entendía lo que Bhati decía.

En ese caso también vendrá aquí- dijo el mandril.

Bhati asintió.

Me parece que sí, una vez que ha sido despertada, no se detendrá hasta atacar a todos los leones… todos corremos peligro- dijo Bhati

Bhati no mentía.

¿A qué se refiere Bhati, Rafiki?- preguntó Simba.

Es un espíritu maligno- dijo el mandril- se dice que los grandes reyes del pasado fueron los únicos que pudieron detenerla.

¿Cómo la detengo antes de que destruya mi reino?- preguntó el león.

Sólo los grandes reyes del pasado supieron como detenerla…-dijo Rafiki.

Simba levanto la vista al cielo azul que lo cubría, había recuperado su reino y no lo perdería contra un fantasma de tiempos ancestrales; pero, ¿cómo? Era la pregunta que se hacía con insistencia…

Todo ese día Simba se la paso pensativo, Bhati agradeció la ayuda recibida y se ofreció a acompañar a las leonas para buscar la comida de ese día, también Timon y Pumbaa lo aceptaron después de que Bhati prometió por su garra derecha no comérselos, es más hasta el pequeño Kopa acompañado de su madre se acercó a oler al nuevo león.

Nala permitió que Bhati hiciera reverencia ante el pequeño Kopa.

¿Nadie sobrevivió más que tú?- preguntó Nala

Cuando la Nada ataca, todos pierden las ganas de continuar, se sumen en una tristeza tal que se dejan morir, las planicies se secan, los animales mueren de hambre… yo solo corrí- dijo Bhati- soy un cobarde.

¿Y la herida de tu pata?- preguntó Nala.

Tuve el atrevimiento de retar a la Nada cuando vi como atacaba a mi amada Aisha… un grave error- continuo el león.

Entonces no es un fantasma- razonó la leona.

Ningún león puede con ella, es más que un fantasma- dijo Bhati.

Nala no pudo menos que abrazar a su pequeño cachorro temiendo el peligro que le esperaba a ella y a su familia, pero sobre todo a su amado Simba…

Continuara…